Cembrero

Sobre la autora

María Antonia Sánchez-Vallejo. Periodista con experiencia en Oriente Próximo y en la cobertura de las guerras de Irak y Líbano, llevo un cuarto de siglo viajando a Grecia. He pasado temporadas en Salónica, donde amplié mis estudios de griego, y he cubierto las elecciones de 2009 y buena parte de la crisis de la deuda. También disfruto del país en vacaciones.

Eskup

Himnos nazis en Atenas

Por: | 25 de julio de 2013

Mijaloliakos
Cuesta entender por qué el partido neonazi Aurora Dorada (18 diputados) no ha sido aún ilegalizado, proscrito incluso en el sentido etimológico del término: desterrado, excluido de la escena política y la vida cotidiana, cuyo fermento de descomposición –crisis, recesión, deuda, miseria- utiliza para crecer como si fuera levadura. Los intentos del Parlamento de redactar y aprobar una ley contra la violencia racista han naufragado por culpa de componendas políticas y torpes cálculos electoralistas, mientras los actos de provocación de los ultras, muy al contrario, se multiplican exponencialmente, y de mal en peor. El huevo de la serpiente hace tiempo que rompió el cascarón en el seno de la UE.

Este miércoles, el mismo día que el país conmemoraba el 39º aniversario de la restauración de la democracia tras el colapso de la Junta de los Coroneles (1967-74), los ultras convocaban en Atenas a cientos de desheredados –nativos, con el carné de identidad bien visible- para un reparto de alimentos y ropa gratis (también dan atención médica, sólo a griegos). El hecho no tendría relevancia en sí, y aun sería desdeñable informativamente para no darles demasiado eco, si no hubiera introducido una inquietante novedad respecto de entregas anteriores.

El evento tuvo lugar ante la sede del partido, junto a la estación de Larissa, una vez que las autoridades de la ciudad prohibiesen la entrega en una plaza cercana. Para amenizar la espera, los mandos del partido difundieron por megafonía la versión griega (Ορθό το Λάβαρο) de Horst-Wessel-Lied, que sirvió como melodía oficial del partido de Adolf Hitler entre 1930 y 1945, así como de himno oficioso de la Alemania nazi entre 1933 y 1945, y que hoy, como el resto de símbolos nacionalsocialistas, sigue prohibido en ese país. Aurora Dorada colgó en su página web un vídeo del acto, banda sonora incluida. 

 

No fue la única demostración de fuerza de los neonazis. El mismo día por la tarde, una manifestación antifascista en Patras, alrededor de cuyo puerto se amasa un inframundo poblado por cientos de inmigrantes que esperan saltar a otro país de la UE ocultos en un barco o un camión, terminó en disturbios y enfrentamientos con policía y miembros de Aurora Dorada, y con 25 detenidos. No es la primera vez que neonazis y antifascistas se enfrentan en esa ciudad, la tercera de Grecia, ni que los primeros protagonizan razzias contra extranjeros.

El huevo ha salido de la serpiente”, ha dicho el alcalde de Atenas, Yorgos Kaminis, que desautorizó a Aurora Dorada explicando que tanto la Iglesia ortodoxa como el propio Ayuntamiento alimentan a diario a miles de personas (9.000, en el caso del Consistorio, además de apuntalar las necesidades básicas de 3.000 familias). “Y todo ello discretamente, sin publicidad y sin vil propaganda racista”. El ministro de Orden Público, Nikos Dendias, fue un poquito más allá en los calificativos y llamó “copia patética del totalitarismo nazi” a Aurora Dorada.

ComidaniñosPero un portavoz de Syriza puso el dedo en la llaga: el apoyo del que goza Aurora Dorada no disminuirá mientras no se resuelva la crisis humanitaria que vive el país. Por esa razón puede que todos los lamentos por la actitud rampante del fascismo lleguen tarde. Aunque los elementos más revisionistas del poder, aquellos con un claro pasado antisemita, como el nuevo ministro de Sanidad, Adonis Yeoryiadis, laven su imagen en declaraciones televisivas afirmando que Aurora Dorada puede “desestabilizar y dividir” a Grecia y que su existencia, alimentada por la inacción de muchos políticos en ejercicio, es muy peligrosa para el país. 

Como todos aquellos que sostienen que con Franco se vivía mejor, el 30% de los griegos también opina lo mismo de la Junta, lo cual anima a no dar nada por sentado: ni la libertad, ni el Estado de derecho más o menos funcional –o fallido- que es Grecia, ni la democracia en sí. Sirva también de aviso de navegantes para otros países de la UE, como Hungría, como la Francia del Frente Nacional y los asesinatos racistas, que también coquetean con el mal absoluto.

Créditos pies de foto:

1. Nikos Mijaloliakos, líder de Aurora Dorada, en la sede del partido en Atenas el 24 de julio, antes de la entrega. John Kolesidis / Reuters

2. Reparto de comida de la Iglesia ortodoxa en Atenas, en diciembre de 2010. Reuters

Una izquierda de banda ancha

Por: | 17 de julio de 2013

Chiripas
El pasado 1 de junio, Alexis Tsipras, líder de Syriza (Coalición de Izquierda Radical), se manifestó por las calles de Madrid junto a miles de personas bajo el lema “pueblos unidos contra la troika”. Los organizadores de la marcha le habían invitado como quien saca a un santo en procesión pero, pese a la expectación generada por su visita, no en balde es la estrella de la izquierda europea, durante su estancia en Madrid no concedió ni una sola entrevista, algo difícil de entender si se tiene en cuenta que el político no ha dejado de estar en campaña desde las elecciones de 2012, a la espera, y desespera, de que el Gobierno griego se desintegre definitivamente y el país acuda de nuevo a las urnas.

Las explicaciones dadas por los organizadores fueron las habituales (lista cerrada, agenda repleta, falta de tiempo…), aunque off the record fuentes de Izquierda Unida, el partido hermano de Syriza y anfitrión suyo en Madrid, apuntaron a la existencia de serias diferencias en el seno de la coalición y el velado temor a que esas desavenencias se hicieran públicas fuera de las fronteras de Grecia, donde Tsipras goza de infinito tirón mediático. En efecto, las costuras de Syriza llevaban semanas hilvanadas con alfileres: unas semanas antes de la marcha de Madrid, el precedesor de Tsipras al frente de Syriza, Alekos Alavanos, anunciaba la creación de su propio partido, Plan B, con un programa muy claro: la salida de Grecia del euro. La chance electoral de Plan B no parece muy elevada, ya que el 63,5% de los griegos son partidarios de seguir en la zona euro, según la última encuesta publicada.

Tsipras Cayo LaraAlavanos lideró Syriza entre 2004, fecha de su fundación, y 2008, cuando entregó la formación a un joven y arrollador Tsipras, artífice del mejor resultado conseguido en las urnas, donde nunca había superado el 5%: en las elecciones de junio de 2012 logró el 27% de los votos (y 71 escaños en un Parlamento de 300) y se situó en segundo lugar tras la conservadora Nueva Democracia, sólo tres puntos porcentuales por delante (si bien premiada con un bono-regalo de 50 escaños, a mayor gloria del bipartidismo…). En sólo un mes, de la convocatoria electoral de mayo (17% de los votos) a la de junio, Syriza arañó un 10% más de papeletas. Pero desde entonces las fuerzas centrífugas han seguido revolviendo Syriza, hasta que este fin de semana acometió su refundación como partido unificado. La nueva Syriza se subtitula “frente social unido” en vez de “coalición de izquierda radical” y Tsipras, reelegido con más del 74% de apoyos, es el líder incuestionable de esta izquierda de banda ancha.

Cuando se fundó, en 2004, Syriza integró a una quincena de grupos (verdes, troskos, maoístas, etcétera) bajo la bandera de un eurocomunismo modernizador frente a la ranciedad del partido comunista fetén, es decir, prosoviético: el inquebrantable KKE, que sobrevive en las encuestas de intención de voto con un apoyo de alrededor del 5%. Grecia se convertía así en el único país de Europa con dos partidos comunistas: el del interior y el del exterior. No estaba mal: un país de 10 millones de habitantes con dos pecés. Pero ahora, con la vista puesta en las urnas, Syriza necesitaba apuntalar sus posibilidades de convertirse en una alternativa real de gobierno, y la refundación parecía obligada.

Tsipras2012A Tsipras sólo le han plantado cara, y muy relativa, otros dos candidatos a la dirección, uno de ellos propuesto por uno de los grupos más díscolos de la coalición, Ciudadanos Activos, liderado por el histórico combatiente antinazi y diputado Manolis Glezos. Fue Glezos, precisamente, quien le sacó los colores a Tsipras durante el congreso, al subrayar que el éxito de Syriza se debe a la pluralidad de sus  corrientes y sensibilidades. Con el debido respeto a las canas y las memorables hazañas –Glezos, con Lakis Santas, retiró la bandera nazi de la Acrópolis en 1941-, Tsipras rebatió la loa a la pluralidad afirmando que una coalición con una quincena de partidos y una quincena de estatutos es inmanejable. Y subrayó que ya va siendo hora de desalojar a los “viejos poderes”, en referencia a ND y Pasok (y quién sabe si al propio Glezos).

GlezosQueda por ver qué sucede con los cinco partidillos más rebeldes, entre ellos el grupo de Glezos. Pero, en una mezcla de posibilismo y pragmatismo, y pese a sus reiteradas proclamas de voluntad europeísta, Tsipras, y con él la nueva Syriza, han debido hacer explícita profesión de fe bruselense, así como envainárselas y tragarse el sapo de una enmienda en los estatutos de la coalición que dejaba la puerta abierta a una eventual salida del euro de Grecia, rechazada por la mayoría del pleno del congreso. Otros puntales programáticos, como la renegociación de los términos del rescate con la troika y la eliminación de las condiciones más onerosas, continúan vigentes. Por alguna de esas razones, o una mezcla de todas ellas, a los miembros de Syriza que se personaron este martes en la manifestación de la huelga general ante el Parlamento, les sonaron algunos silbidos, y no precisamente de aprobación.

 

Créditos pies de foto:

1. Tsipras, durante un mitin el 17 de julio en Atenas en demanda de elecciones anticipadas. / Louisa Gouliamaki (AFP)

2. Tsipras y Cayo Lara, coordinador general de IU, durante la manifestación "Pueblos unidos contra la troika", el 1 de junio en Madrid.

3. Tsipras saluda a sus simpatizantes en el mitin de cierre de fin de campaña, en junio de 2012 en Atenas / Reuters.

4. Manolis Glezos, en 2012.

El apetito insaciable de la troika

Por: | 08 de julio de 2013

ProtespoliAtenas
5.000 docentes. 3.500 policías municipales. 2.500 empleados ministeriales. 1.500 trabajadores de otras instancias de la Administración, en su mayor parte corporaciones locales. En total, 12.500 personas cuyos empleos penden de un hilo. La troika es implacable y necesita su periódico bocado de números, es decir, de sacrificios. Sucede en Grecia, pero también en Portugal o España. Y además es una demanda infinita: el trío de prestamistas no deja de solicitar “ajustes adicionales”, como ha hecho hoy a Atenas.

El último acuerdo del Gobierno de Andonis Samarás con los hombres de negro prevé la supresión de 12.500 puestos de funcionarios antes de fines de 2014 mediante una transferencia de los afectados hacia otros servicios públicos, si los hubiere (si no, lo que parece más probable, se quedarán en la calle). El periodo de confección de la lista –la agonía- durará un año, aunque el nuevo ministro de la Reforma Administrativa, Kiriakos Mitsotakis –de la célebre saga homónima, el poder en Grecia es casi hereditario-, ha propuesto reducirlo a 6-9 meses a cambio de tres más para perfeccionar el retóricamente llamado “esquema de movilidad”, que no consiste en otra cosa que en barrer progresivamente a los sobrantes del centro de la imagen hasta que queden fuera de foco (y se esfumen sin que nadie repare).

DospolisAdemás, Atenas se compromete a adoptar “medidas correctivas” –más sangre- para alcanzar el equilibrio presupuestario en 2013 y 2014 y lograr el equilibrio primario (descontando el pago de los intereses de la deuda) este año. Las tijeras afectarán al gasto sanitario aún más si cabe… porque ya estaba previsto, y anunciado, el cierre de 13 hospitales.

Toda esta enumeración de trámites, y el monólogo de la troika ante el Ejecutivo de Atenas, podrían resumirse de la siguiente manera: reproches (las reformas renquean) y medios halagos (encomiables los esfuerzos realizados, pero…); veladas amenazas (fraccionar el pago de los 8.100 millones si no se recorta lo debido), dosis de incertidumbre (sobre el retorno al crecimiento, teóricamente en 2014) y consejos (evitar la inestabilidad política… como si los propios ajustes no segaran la hierba bajo los pies del Gobierno, véase el cierre de la televisión pública ERT; como si la crisis del tripartito no se hubiera debido al apetito insaciable de la troika).

ERTsenalPues como aviso de navegantes, ahí va la última encuesta de intención de voto, del instituto demoscópico VPRC: Syriza en cabeza, con el 28,5%, medio punto por delante de la gubernamental Nueva Democracia de Samarás (28%), y, atención, los neonazis de Aurora Dorada en tercer lugar –como auguraban todos los sondeos previos-, con el 14,5% de los hipotéticos votos (el doble que en las elecciones de 2012). Les siguen el comunista KKE y el socialista Pasok, en torno al 7% de apoyo, y Griegos Independientes (extrema derecha nacionalista), con el 5,5%. La novedad de esta encuesta –la primera que se publica tras la crisis de Gobierno de junio- es el descalabro de Izquierda Democrática (Dimar), hasta hace un mes miembro del tripartito y al que no apoyaría más del 2,5% de los votantes, con lo que quedaría fuera del Parlamento (sólo logran representación los partidos que superan el umbral del 3% de papeletas).

Es decir, por mucha estabilidad política que pidan la troika y el Eurogrupo, deberían ser conscientes de que cada ajuste nuevo es un nuevo paso hacia las urnas. Y el resultado de estas puede ser una escabechina que desbarate no sólo el sistema político, también la marcha de las reformas y la dolorosa conversión de Grecia en un país funcional y moderno, en vez de un cementerio donde las únicas lápidas visibles sean las reformas.

Créditos pies de foto:

1. Protesta de policías municipales en Atenas, el 8 de julio. / John Kolesidis (Reuters)

2. Un antidisturbios (derecha) vigila una protesta de policías municipales en Atenas el 6 de julio. / John Kolesidis (Reuters)

3. Dos trabajadores de la ERT colocan una pancarta a la entrada de la sede de la televisión, el 13 de junio. / Getty

El País

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