Cembrero

Sobre la autora

María Antonia Sánchez-Vallejo. Periodista con experiencia en Oriente Próximo y en la cobertura de las guerras de Irak y Líbano, llevo un cuarto de siglo viajando a Grecia. He pasado temporadas en Salónica, donde amplié mis estudios de griego, y he cubierto las elecciones de 2009 y buena parte de la crisis de la deuda. También disfruto del país en vacaciones.

Eskup

¿Una década perdida?

Por: | 08 de marzo de 2013

NoFuture
Un despacho de la agencia Europa Press fechado el pasado 4 de marzo en Nueva York informaba de que, según los Índices Russell de análisis e inversión, Grecia ya no figura entre los países desarrollados y ha pasado a engrosar la lista de los emergentes. O la traducción de emergente es un error, o un alarde de optimismo cuando no una broma de mal gusto, porque los estragos de la crisis en Grecia, tras cinco años de profunda recesión, se parecen más a los de la década perdida de la América Latina de los ochenta, con sus deudas externas impagables –y el default de México en 1982-, paños calientes como el Plan Brady y las ollas populares como pobre sostén de los hambrientos.

Grecia no es un país emergente, pese a la consideración de Russell (o la traducción hecha por la agencia): no es Sudáfrica, ni Rusia, ni China, ni India, ni mucho menos Brasil, que durante el mandato de Lula sacó a cerca de 40 millones de personas de la pobreza y los insertó en ese bienestar plagado de servidumbres –consumo y endeudamiento- que llamamos clase media. En Grecia no hay pujanza por ningún sitio; el fenómeno  es exactamente el contrario: amplias capas de población hasta hace poco saneada pasan frío –el consumo de combustible para calefacción ha caído hasta el 70% debido a su alto precio- y viven un estado de privación material: un tercio de la población está bajo el umbral de la pobreza. Sólo en Atenas una famélica legión depende de los 191 comedores populares de la Iglesia ortodoxa, de las 250.000 raciones de comida diarias repartidas. La caridad ha sustituido a los derechos; la privación de África, al bienestar de Europa. “Nos hemos ido de Europa, las imágenes que ofrecen los medios [de la vida cotidiana en Grecia] son propias del Tercer Mundo”, cuenta en conversación telefónica Nikitas Kanakis, presidente de la sección local de la ONG Médicos del Mundo.

Repartocomida5
Lo peor es que, además de sojuzgarlos hasta la humillación mediante ajustes y reformas, se les tome por tontos (a los griegos, pero también a los españoles, o a los portugueses). Basta que un político o funcionario –generalmente, un subalterno - lance la posibilidad de nuevos recortes, para que el titular del negociado en cuestión desmienta el rumor… y la troika aproveche el eco para dejarlos a ambos en evidencia anunciando taza y media de suplicios. Un ejemplo: la supresión de puestos de trabajo en la Administración este año. Primero que sí, luego que no, para al final dar la cifra exacta: 25.000 funcionarios menos en 2013 como condición para recibir el siguiente tramo de la ayuda.

Otro tanto sucede con la rebaja del salario mínimo, que ya fue jibarizado en febrero de 2012: para los mayores de 25 años es ahora de 585 euros brutos; para los menores, 510. El globo sonda vuela a su antojo desde entonces, y hace poco más de un mes, Yorgos Mergos, subsecretario de Economía, apuntó que podría retocarse a la baja para hacer más competitiva la economía (¿como en Bulgaria, con un sueldo mínimo de 156 euros? ¿O en Rumanía, con 123?). Su jefe de filas, Yanis Sturnaras, le corrigió enseguida. Pero hace tres semanas el comisario europeo Olli Rehn apuntó que la discusión está abierta y, hace unos días, una docena de directivos de multinacionales pusieron como condición para invertir en Grecia la supresión de esos topes, contraproducentes a su juicio para reducir el paro. Según el diario To Vima, los ejecutivos ofrecieron al ministro de Desarrollo la posibilidad de invertir en minijobs con sueldos de 250-300 por trabajos de tres o cuatro días a la semana. El paro juvenil en Grecia es del 61%.

DouleiaPor eso conmueve especialmente el relato de la crisis de Kostas Tsapogas, que merecería leerse en las escuelas de negocios, y en los despachos del FMI o el BCE, para corregir el rumbo. Periodista, clase media desahogada y porvenir asegurado, Tsapogas y su esposa, redactora del mismo diario, perdieron sus trabajos pero se niegan a perder sus vidas y a dejarse llevar por el nihilismo que atenaza a sus congéneres, y echa a muchos en brazos de soluciones desencajadas como el partido neonazi Aurora Dorada. “Queremos creer desesperadamente que la situación no será permanente”, dice Tsapogas. “Creemos que el mayor peligro es sucumbir a la depresión (…) Cuando nos vamos a la cama por la noche, caemos en la cuenta de que hemos sobrevivido un día más. Siete noches, y hemos sobrevivido otra semana”.

Como América Latina, que sobrevivió al ahogo de la deuda, a los enjuagues del Plan Brady y a la miseria compartida y solidaria. Punto por punto, todo recuerda a Grecia: la deuda y la componenda de la quita; los rescates a cambio de ajustes, y viceversa; las colas de menesterosos ante las ollas populares.

 

Pura raza griega

Por: | 01 de marzo de 2013

Socrates
¿Certificados de pureza de sangre en pleno siglo XXI? ¿Y en la Unión Europea? A algo muy parecido suena la propuesta de 84 diputados de la conservadora Nueva Democracia (ND) de permitir el acceso a las Fuerzas Armadas, la Policía y hasta la guardia fronteriza sólo a “griegos étnicamente puros”, de pura cepa. La enmienda cuenta con el respaldo del jefe del Estado Mayor del Ejército y, cómo no, del partido neonazi Aurora Dorada –tercero en las encuestas de intención de voto-, que la considera “una gran victoria” y que desde hace semanas imparte formación del espíritu nacional –disfrazada de mitología clásica e historia de la antigua Hélade- a niños de 6 a 10 años. La moción de más de la mitad de la bancada de ND, que desautoriza a los griegos naturalizados por “cuestiones de seguridad”, fue retirada tras el rechazo de sus socios de coalición, el socialista Pasok y Dimar (izquierda moderada).

Hiela la sangre esgrimir el pedigrí, el rasgo identitario más visceral e irracional de todos, el más fortuito, cuando 200.000 niños, según organizaciones de inmigrantes, viven en Grecia en un desamparo administrativo y legal absoluto: sin papeles, sin derechos, sin nada. Son los hijos de inmigrantes con papeles nacidos o escolarizados en Grecia, que hasta hace nada, y gracias a una reforma legislativa del Pasok en enero de 2010, podían obtener la nacionalidad en virtud del ius soli (derecho de suelo). La desafortunada gestión del fenómeno migratorio por parte de los Gobiernos de Atenas ha arrumbado en el limbo a sus mayores, migrantes económicos o peticionarios de asilo, que debían aguardar hasta una década para obtener la nacionalidad.

InmipapelesEl 5 de febrero, el Consejo de Estado dejó sin efecto la llamada ley Rangusis (del entonces ministro del Interior socialista, Yanis Rangusis) por considerarla inconstitucional. Decenas de miles de personas que soñaban con regularizar su situación por arraigo o nacimiento, como la segunda generación de inmigrantes, han vuelto a quedarse suspendidos del aire. Como A., que supera la treintena y de origen sudanés, pero nacido en Grecia y sin papel alguno que lo pruebe –ni su nacionalidad ni su existencia administrativa-, o Jackie, de 21 años y origen keniano-nigeriano, una griega más a efectos cotidianos, pero una sombra infame en lo que hace a los legajos. O Enmanuela Rapusi, en su día albanesa, hoy nada, que llegó a Grecia a los 9 años y ahora trabaja, sin papeles, en una empresa de artes gráficas. Una veintena de asociaciones de extranjeros y organizaciones de derechos humanos han cerrado filas en torno a una campaña que han bautizado como Ιθαγένεια για όλα τα παιδιά (Nacionalidad para todos los niños, infra).

 La decisión del Consejo de Estado y la propuesta de probar “vínculos genuinos”, de sangre o estirpe, para entrar en el Ejército parecen las dos caras de la misma moneda: la de una agenda ultra, dicen los más críticos. Y ahí vuelve a asomar la bestia: ¿cuáles son esos lazos? ¿El factor RH, por echar mano de un ejemplo aranista? ¿Una ristra de apellidos libres de toda sospecha? (funcionarios como el actual portavoz del Gobierno, Simos Kedíkoglu, no satisfarían los requisitos: su apellido es de inequívoco origen turco) ¿La fe, la ortodoxia a machamartillo? Van por ahí los tiros, como si Grecia hubiera dado un salto atrás, a la época de la Dictadura de los Coroneles (1967-74), en la que la profesión de helenidad consistía precisamente en identificar la patria –otro concepto que asusta, en según qué bocas- con la Iglesia ortodoxa. Grecia, griegos, cristianos.

Está por ver cómo se resuelve científicamente –biológica, antropomórficamente hablando- la condición adecuada de grecidad para ser policía o capitán general. O para ser mesonero o ministro. Porque, si se esgrime únicamente el élan de la raza, muchos de los que han contribuido a forjar la historia reciente de Grecia no habrían pasado de la categoría de parias: como el coronel Mordejai Frizis, judío, un héroe de la II Guerra Mundial; los influyentes miembros de la comunidad sefardí de Salónica, motor económico y cultural de la ciudad –y blanco creciente de las iras de Aurora Dorada-, o, en fin, el diputado socialista perteneciente a la minoría musulmana, que en la misma tribuna del Parlamento de Atenas se ve hostigado por los neonazis, igual que sus correligionarios en la región de Tracia, el 1% de la población griega e igualmente periódico objetivo de ataques racistas.

Grafiti
Qué heladora es la sangre cuando hierve. Las bolsas de plasma y hemoderivados que cada jueves reparten las huestes de Aurora Dorada en un banco de sangre “sólo para griegos” compiten, y ganan, con los recortes que la Cruz Roja Suiza imprime a sus suministros al país por el retraso en el pago de los hospitales. El racismo avanza a dentelladas, como recuerda este descorazonador grafiti en una calle de Atenas, enviado por mi amiga M.: “Nuestros abuelos, refugiados; nuestros padres, emigrantes; ¿nosotros, racistas?”.

Se venden islas

Por: | 22 de febrero de 2013

Skorpios
Se venden islas. No es nada nuevo –todos recordamos las privadas de Onassis (arriba) o Niarjos-, pero la crisis ha abierto la veda a los mercaderes y las islas, que junto con las ruinas representan el único bien en abundancia de Grecia, también pasan por caja. Una exclusiva empresa acaba de actualizar su catálogo y ofrece una quincena de islas deshabitadas con precios comprendidos entre los 1,5 millones de Modi, en el mar Jónico, y los 150 millones de Patroclo, junto al Ática.

Pero el organismo encargado de las privatizaciones (Taiped, en sus siglas griegas) no se pronuncia al respecto, pese a la existencia de un inventario de 562 islas aprovechables de un total de 6.000, y el silencio oficial favorece las conjeturas. Según los globos sonda en circulación en los últimos meses, hay distintas opciones: la cesión de esas 562 a particulares por periodos de 100 años;  la explotación comercial de islotes deshabitados en medio de algún archipiélago (Samarás en declaraciones al diario Le Monde) o el desalojo de aquellas con una población inferior a 150 habitantes, para ahorrar dinero en servicios, a petición –desmentida- de la troika.

IOS OK OKComo la balsa de piedra de la novela de Saramago, otras muchas corren el riesgo de partir a la deriva, o irse directamente a pique, por culpa de la crisis. Limnos (noreste del Egeo) es un buen ejemplo. Áspera y misteriosa, elegida por el dios Hefesto para montar su fragua, la isla puede quedarse sin su único hospital si el Ministerio de Sanidad confirma los planes de cierre. Ello dejaría la salud de la población (20.000 habitantes) a merced del mar: el hospital más cercano, en Mitilini (o Lesbos), está a 84 millas náuticas de distancia –seis horas de viaje en ferry-, pero entre las dos no hay siquiera conexión regular diaria. Volar a Atenas cuesta casi 200 euros por trayecto.

Un diputado local de Syriza plantéo la situación en estos términos ante el Parlamento: “Tras dos años de recortes por culpa de la política de rescates, [el hospital de] Limnos se halla en una situación dramática, con seis médicos para 20.000 habitantes. Faltan especialistas; hay recortes en la alimentación de los enfermos y en la limpieza del centro; no hay aire acondicionado en verano ni calefacción en invierno”.

GreeceforsaleLimnos sería una anécdota si no ejemplificara a la perfección la criminal contradicción existente entre los recortes en gasto público y la continuada inversión en Defensa: entre 2007 y 2011, Grecia fue el mayor importador europeo de armas, según el Stockholm International Peace Research Institute (SIPRI). Y Limnos, que desempeñó un papel subsidiario en la campaña de Galípoli durante la I Guerra Mundial, es una de las islas más militarizadas del Egeo, no en balde emboca al estrecho de los Dardanelos. En septiembre, dos ciudadanos checos fueron detenidos allí acusados de espionaje por fotografiar instalaciones militares. En 1996, por culpa de un islote no habitado, el de Imia –también en el Egeo-, Grecia y Turquía casi llegan a las manos, lo que revela la importancia capital de muchas islas como sinónimo de seguridad nacional.

El 2º país de la OTAN que más armas compró en 2012 recibió esta semana la visita de François Hollande. El viaje revestía mucho interés estratégico: el presidente francés fue acompañado por un séquito de empresarios con la mira puesta en los programas de privatización en curso: de energía, gestión de aguas, defensa, ferrocarriles y turismo. Pero, junto con un mensaje de solidaridad, Hollande también llevó en bandeja una oferta que, seguro, Atenas no sabrá rechazar: la cesión de dos fragatas para participar en las prospecciones de gas natural en aguas jurisdiccionales griegas, entre la isla de Kastelórizo y Chipre. Según la opinión más extendida, el préstamo duraría cinco años y luego Atenas pagaría 300 millones por barco. Alemania y Francia, qué casualidad, son los principales proveedores militares de Grecia.

Isla dodeEste verano Atenas desmintió con acritud la presunta secesión de Icaria (9.000 habitantes), al norte del Egeo, por la desatención del Estado y los estragos que en los servicios públicos está causando la crisis. “Tal vez la solución sea la anexión por otro país; Austria, por ejemplo, lo más lejos posible de Turquía”, dijo un isleño al periódico italiano Libero. El semanario alemán Der Spiegel –látigo de una continuada campaña de descrédito de Grecia- recogió la chanza y se montó un follón de miedo. Dimes y diretes aparte, lo cierto es que el otrora apacible rebaño de islas, un corral de terrones, peñascos, islas e islotes que parecen animales domésticos adormilados si se contemplan desde el cielo, cada día se le está poniendo más montaraz al Gobierno.

La austeridad mata

Por: | 14 de febrero de 2013

Banderaeuropea
Si no fuera por imperativos del libro de estilo, que, por mor de la corrección política –esa añagaza de distracción, esos paños calientes para poner en cuarentena las miserias ajenas-, prohíbe utilizar la expresión “crisis humanitaria”, llamaríamos así, con todas las letras, a la situación de descomposición social que vive Grecia desde que se aprobara el primer rescate financiero, en mayo de 2010. Así que, ante la inconveniencia del concepto –otros medios importantes, como el diario británico The Guardian lo usan, y sin empacho-, vamos a llamarlo simplemente “crisis inhumana”. No hace falta estar en África, sufrir un desastre natural devastador, una epidemia mortífera o una guerra: las crisis inhumanas existen ya en la Unión Europea, Grecia es el primer ejemplo.

La austeridad mata. Alrededor de un tercio de los niños están en riesgo de pobreza o exclusión en Grecia (y en España), según Cáritas. Alrededor de cuatro millones de personas (3,9, para ser exactos) franquearon ese umbral en 2012, 800.000 más que un año antes, según un estudio del Instituto de Empleo-GSEE; casi cuatro millones de pobres sin paliativos: sin calefacción, sin una sola ración semanal de carne o pescado, sin abrigo... cada vez más, sin techo (unos 40.000 en todo el país, según el cómputo de varias ONG).

El paro juvenil alcanza al 61,7% de los menores de 25 años en activo (descontados los estudiantes; los soldados forzosos –en Grecia el servicio militar sigue siendo obligatorio-; los que han emigrado…). Para 2013 se prevé un porcentaje de paro general del 30% -ahora está en el 26,8%-, el mismo que azota actualmente la región conurbana de Atenas, la más poblada del país. Grecia es líder tanto en la UE como en la eurozona en destrucción de empleo. Y los pocos ciudadanos que aún pueden consumir –es decir, cubrir las necesidades básicas-, son los más pesimistas del mundo, según un estudio que evalúa el índice de confianza en 58 países.

EurosTodo por hacer los deberes que impone la troika. Lo acaba de decir Alexis Tsipras, el líder de Syriza, en una entrevista en la BBC: para reducir el déficit primario en 25.000 millones de euros –el logro que más exhibe el Gobierno de Atenas-, la economía se ha contraído en 70.000 millones. Pero a cambio de los rescates hay que seguir podando los muñones, y el secretario del Ministerio de Economía, Yorgos Mergos, tiene en el punto de mira el salario mínimo, de 580 euros brutos para los mayores de 25 años: según Mergos, es demasiado alto. ¿Canto de sirena para la troika o globo sonda? El propio Ejecutivo griego ha desmentido al celoso funcionario y la Comisión Europea, por boca del mismísimo Oli Rehn, ha aclarado que ni ha pedido una nueva rebaja ni hay razón para ello, pero todo el mundo sabe que un rumor reiteradamente propalado acaba siendo verdad a veces…  Por su parte, el ministro de Orden Público ha dicho que los 61.000 policías que tiene el país (para 11 millones de habitantes) son muchos… Hasta 35.000 puestos de trabajo públicos podrían suprimirse a lo largo de 2013.

ImiaADHasta aquí, con cuentagotas, unos pocos datos ilustrativos. Es más difícil evaluar la transformación sísmica que la suma de penurias ejercerá sobre un sistema afecto de gangrena; las reformas estructurales para hacer frente a la crisis y la competencia por los recursos escasos convergen como un tsunami, y se impone la confusión: no puede ser, es ideológicamente imposible, que un país que sufrió la ocupación nazi, y las masacres de Kalávryta o Distomo, tenga en el Parlamento 18 energúmenos que se escudan en una pseudo-esvástica; que saludan brazo en alto y apalean inmigrantes… Y que pasean por la misma sede de la soberanía nacional a neonazis alemanes, en plan visita turística a un parque temático de la democracia. La sacudida para el sistema político es incalculable, y el riesgo de no reparar en la amenaza, como hace el maltrecho establishment, muy alto. No digamos si Aurora Dorada, en vez de extremarse, se escora unos cuantos milímetros hacia el centro...

La ONG Médicos del Mundo-Grecia fue el primer agente social que, hace un año, definió públicamente la crisis griega como humanitaria, sin ánimo de querer compararla –en aquel entonces- con África. Doce meses después, los símiles se quedan cortos y escenas como las que deparó la pasada semana el reparto de comida gratis en una protesta de agricultores en Atenas recuerdan el oprobio de África, o de la ex-Yugoslavia famélica y hecha jirones de la guerra. ¿Qué será lo siguiente, tirar bolsas desde los helicópteros sobre la plaza de Syntagma? ¿O buitres merodeando en torno a los hambrientos, a los suicidas?

La factura informativa de la crisis

Por: | 06 de febrero de 2013

WakeUp
La dirección de la radiotelevisión pública (ERT, en sus siglas griegas) ha acordado prohibir la emisión de imágenes de pobreza y sordidez. Uno de los periódicos más prestigiosos del país, el conservador Kathimerini, loaba en un editorial la actuación de la policía un día después de que un caso de presuntas torturas a cuatro detenidos -y el uso de Photoshop para borrar los signos de violencia de sus fotos- motivara una petición de investigación por parte de Amnistía Internacional y estruendosas críticas de la oposición.

Noticias como estas tal vez expliquen por qué Grecia aparece por debajo de Malaui, Benín, Kuwait o Togo en el índice mundial de libertad de prensa de la organización Reporteros sin Fronteras (que en su valoración de los datos, por cierto, no repara en un indicio tan preocupante como éste pese a tratarse de un país miembro de la Unión Europea, y cuando además el ejemplo podría contagiarse a España o Portugal, por citar sólo otros dos países inmersos en la crisis). En un solo año, Grecia ha caído 14 puestos, hasta el que ahora ocupa (el 84º).

OxiEsta débâcle no sucede gratuitamente: sólo el 6% de los griegos confía en los medios de comunicación tradicionales, correas de transmisión del poder en la más amplia acepción de la palabra: del Gobierno, los partidos, los sindicatos o un puñado de oligarcas como la familia Bóbolas, propietaria del diario Ethnos y el económico Imerisiá y accionista de la cadena privada de televisión Mega TV, uno de cuyos periodistas acaba de reconocer que él y sus colegas recibieron en 2010 presiones para ocultar informaciones relativas a la inviabilidad de la deuda griega.Tres miembros de la familia Bóbolas, por cierto, aparecen en la lista Lagarde de supuestos evasores fiscales con cuentas en Suiza.

La viabilidad de la deuda justificó en su día la intervención de la troika en Grecia, con dos rescates que han humillado a la ciudadanía hasta extremos de miseria. Valgan sólo unos pocos datos: según Elstat, la autoridad estadística, los hogares griegos perdieron 4.000 millones de euros en 2012. Los ingresos han bajado un 10,6% en 2012 por culpa de la reducción de salarios y pensiones, un 11,3%; recortes de las prestaciones sociales, 10,2%, y el aumento de casi el 18% en los impuestos sobre la renta y la propiedad. Hablamos sólo de 2012, el quinto año de recesión; así que súmense los tajos anteriores… y los que quedan. A cambio, el ministro de Economía, Yanis Sturnaras, admitía a finales de enero que los 300 diputados griegos están exentos de tributar "en un 65%-75%". Se entiende pues el desapego de la política, pero también de la información: conocer es sufrir...

Wake-up
Volviendo a los tiburones de las empresas de comunicación, está claro, como en el caso de Mega TV, que los intereses creados devienen en mordaza, y más en tiempos de crisis. Además de los Bóbolas -con intereses en la construcción, la minería, los peajes de las autopistas, etcétera-, cabe recordar también, por ejemplo, al magnate Laurentis Lavrentiadis, propietario y/o accionista de una veintena de medios de comunicación y al que en su día, como en España con Mario Conde, sus empleados periodistas loaron con títulos –y titulares- como “empresario de éxito”, “cristiano fervoroso” y “patriota visionario”. Hoy purga sus excesos en la cárcel ateniense de Korydalós.

Lavrentiadis no es el único caso de obediencia (informativa) debida. Su compañero de correrías empresariales Petros Kyriakidis, dejó en la estacada al Athens News, el decano de la prensa griega en inglés, y sus bienes fueron embargados por orden del juez junto con otras 28 personas en el mismo proceso por corrupción que empapeló a Lavrentiadis. Sobre los Bóbolas, su diario salmón Imerisiá ha propalado un goteo de interesadas filtraciones sobre los pasos de la troika en Grecia. Las piezas encajan en la sombra.

Que en Grecia la libertad de expresión y prensa corre peligro de muerte no es un secreto. ¿Cómo denominar, si no, la detención y el juicio del periodista Kostas Vaxevanis por divulgar la lista Lagarde en la revista Hot Doc? El periodista de investigación aguarda un segundo juicio, tras ser anulado el primero. ¿Cómo explicar la inexplicable salida de Kathimerini de Stavros Lygerós, uno de los mejores periodistas del país? ¿Cómo justificar las necrológicas –algunas de ellas, laudatorias- del fascista Nikolaos Dertilís, dirigente de la Junta de los Coroneles y convicto del asesinato de un joven? ¿Cómo denominar, en fin, las amenazas de muerte contra el editor del magacín digital Unfollow por sus revelaciones acerca de la empresa Aegean Oil?

 Con todos los riesgos que implica el llamado periodismo ciudadano –cualquiera puede informar, pero cualquiera puede hacerlo de cualquier manera-, el pujante activismo social en blogs y redes sociales es una bocanada de aire fresco y un caudal de datos en medio de este ambiente claustrofóbico. Para la creatividad no falta aliento: ahí están, por ejemplo, los vibrantes documentales Chaos, de Ana Dimitrescu, y Catastroika, de Aris Jatzistéfanu, sobre el impacto de la crisis en la ciudadanía. O Thewakeupcall, el precioso y original documental de Kostas Kallergis, que ha sabido reflejar, a través de la eclosión de los grafitis políticos en la geografía urbana, las arcadas que en la ciudadanía –y en la juventud- provoca la crisis. Esas arcadas de quien no vomita porque ya no le queda nada en el estómago más que asco.

 

La ratonera de Europa

Por: | 31 de enero de 2013

¿Hasta dónde?, un documental rodado en Atenas entre octubre de 2011 y febrero de 2012 por iniciativa del Consejo Europeo para los Refugiados y Exiliados (ECRE, en sus siglas inglesas) y el Foro Griego de los Refugiados, muestra la triste suerte de miles de refugiados afganos, somalíes y sudaneses encerrados en una ratonera. En el documental, estremecedor hasta la lágrima, no figuran los últimos comparsas de este drama, los miles de refugiados sirios –hasta 20.000, según las abultadas previsiones del Gobierno griego- que han logrado huir de la guerra civil y que, tras atravesar Turquía, se agolpan inhumanamente en la fortificada frontera del río Evros, donde una valla pretende abortar la entrada de indocumentados, con la intención de poner un pie en Europa.

Miles de extranjeros se hacinan como detritus humanos en el centro más deteriorado de Atenas -con su epicentro en la plaza Omonia, una suerte arrumbada de Cuatro Caminos o Gràcia- o en destartaladas chabolas que se enhebran alrededor del puerto de Patras, desde donde los extranjeros pretenden dar el salto a Europa escondidos en barcos o en los bajos de camiones. A los españoles ese periplo nos suena: es lo mismo que sucede en Ceuta o Melilla, pero a gran escala, en un país cuatro veces menor en extensión y población y a años luz en recursos. Y en una encrucijada geográfica que parece cargar el diablo.

Solidaridadmigr
La policía griega reconoce haber detenido a casi 70.000 extranjeros en el transcurso de la operación de seguridad –es decir, de limpieza- bautizada como Xenios Zeus (paradójica traducción: Zeus Hospitalario). Lo más triste de todo es que Grecia no es –no era- el destino final de la mayoría de ellos, pero ha acabado convirtiéndose en una buffer zone (o una no man’s land, si se nos permite el juego de palabras por la inhumanidad de las condiciones en que malviven) donde rematan sus éxodos de meses (y a veces, de años). Ejemplo de ello es el bajo número de peticiones de asilo que el país recibe frente a otros miembros de la UE: un 10-15%, frente al 45% de Alemania y Francia.

Mucho antes de que la crisis económica golpeara Grecia, la afluencia de extranjeros sin papeles –tanto en su vertiente de inmigrantes económicos como refugiados y demandantes de asilo- ya era un problema. Mejor dicho, un fenómeno propio de la globalización pero obviado y desdeñado por los políticos y los poderes públicos. Y acuciado por un nacionalismo rampante, sempiterno, letal. Los embates de la crisis y la descomposición del sistema político, rehecho a jirones por populismos extremos como el del partido neonazi Aurora Dorada o el de Griegos Independientes, han hecho el resto, y ya se contabilizan dos muertos –un iraquí y un paquistaní- y cientos de víctimas diarias de la violencia racista.

Campana violenciaracistaPD: El nacionalismo, con la crisis, ha prendido como la estopa. En el entierro de Nikos Dertilís, el penúltimo coronel de la Junta militar (1967-74), cuyo féretro fue despedido hoy con salvas y sahumerios, el grito más repetido fue: “Grecia, griegos, cristianos”. Es decir, uno de los eslóganes favoritos de la extrema derecha desde la época de la dictadura. El oficiante, monseñor Ambrosios, llamó a Dertilís “héroe como Kolokotronis o Sócrates” (figura de la lucha por la independencia griega del Imperio Otomano y filósofo de la antigüedad, respectivamente). Varios diputados de Aurora Dorada asistieron a las exequias en el cementerio central de Atenas. Así que no venga alguien a decir que no tiene nada que ver una cosa con otra...

 

Otro asesinato racista

Por: | 22 de enero de 2013

Paki muertoLos vecinos de Shehzad Luqman en Peristeri (Atenas) recogen fondos estos días para repatriar su cadáver a Pakistán. Shehzad poco pudo ahorrar durante su estancia de seis años en Grecia; manutención aparte -un cuarto compartido con otros tres paquistaníes en el extrarradio; las comidas justas-, enviaba casi íntegros a su familia, padres y ocho hermanos, los 20 euros que ganaba al día. "Él mismo decía que nunca iba a poder formar una familia", cuenta su compatriota Omar; "antes debía pagar la dote de sus hermanas". "Pero estaba contento porque había obtenido la carta rosa, el permiso temporal de residencia. Desde hacía un mes cargaba cajas en un mercado. Antes había sido guarda en una obra", concluye Omar, en declaraciones al diario Eleutherotipía.
Shehzad Luqman, de 26 años, ya no podrá en efecto formar una familia. La madrugada del pasado 16 de enero, cuando llegaba en bicicleta a su trabajo en el mercado de Petralona, un suburbio de Atenas, dos griegos de 25 y 29 años, empleado y bombero, respectivamente, le asestaron varias puñaladas por la espalda tras una discusión; al parecer, el paquistaní había aparcado la bici justo a la puerta de la casa de uno de los agresores. En ella aparecieron 50 octavillas de propaganda electoral del partido neonazi Aurora Dorada.
Ataquesracis
Alrededor de 800 ataques racistas contra la comunidad paquistaní se han registrado en los dos últimos años, asegura Javid Aslam, presidente de la asociación de trabajadores paquistaníes en Grecia. Y quien dice paquistaníes, habla en general de personas de piel oscura en la más amplia extensión de la apariencia: de razas. No en balde, incluso el Departamento de Estado norteamericano advirtió en otoño a sus ciudadanos del riesgo de ataques racistas a los individuos "no caucásicos"; es decir, aquellos que no sean inequívocamente blancos.
El asesinato de Shehzad Luqman es el segundo de un inmigrante, tras la muerte violenta -y aún no aclarada- de un joven iraquí en el centro de Atenas el pasado agosto. Amnistía Internacional ha lamentado el "continuado fracaso" de las autoridades griegas para poner coto a la violencia contra los extranjeros; la Agencia de Refugiados de Naciones Unidas (ACNUR) ha alertado asimismo de un "incremento alarmante" de estos ataques durante la crisis, que entra ahora en su sexto año.
INmigrantsGrecia parece encajonada entre dos tipos de violencia (o hasta tres, si contamos la sangría de los ajustes): la xenófoba y una opaca, ciega, sin adscripción confesa, cuyo único propósito parece ser la desestabilización: bombas caseras contra periodistas; ráfagas de Kaláshnikov contra la sede de Nueva Democracia; bombazo el domingo en el Mall de Marusi, el mayor centro comercial del país. El Gobierno tripartito no se cansa de repetir que Syriza respalda tácitamente a los grupos antisistema a los que hace responsables del rosario de atentados. El partido de Alexis Tsipras -inmerso en una ambiciosa gira diplomática internacional, de Brasilia a Berlín- lo niega, y a su vez deplora "la violencia de criminales de ultraderecha", en alusión a las huestes de Aurora Dorada. La consigna por parte del Gobierno de Atenas parece clara: lucha sin cuartel contra Syriza, que lidera la veintena larga de encuestas de intención de voto por delante de los dos partidos del establishment, Nueva Democracia y Pasok.


Así pues, a unos se les acusa sin pruebas, y a otros un mazo de indicios contundentes, como la propaganda neonazi, les resbalan. Como comentaban muchos en las redes sociales tras el hallazgo de las octavillas en casa de uno de los presuntos asesinos, "si los panfletos hubieran sido de Syriza, habrían ilegalizado el partido de inmediato". Nada se ha hecho sin embargo contra Aurora Dorada, pese a las peticiones del comité de derechos humanos del Consejo de Europa de que se investigue su implicación en ataques racistas, o la intención del propio Consejo de expulsar de su seno a miembros "racistas y antisemitas", en referencia a Eleni Zarulia, de Aurora Dorada. Ítem más, si en las elecciones de junio logró el 7% de los votos (18 diputados), los sondeos de intención de voto auguran a la formación ultra entre el 10,7% y el 12% de apoyo en la próxima cita electoral.
Greek-media-terrorism
Puede que no tenga ninguna relación y nos estemos dejando llevar por las teorías conspiratorias, pero el domingo pasado, tras emitir un reportaje sobre el asesinato de Shehzad Luqman, la cadena privada Mega TV contrarrestó con otro sobre el homicidio a manos de un inmigrante de un anciano griego que había bajado a sacar la basura, la pasada primavera en Atenas. Fue un equilibrio nada visceral, propicio a conclusiones apresuradas y al argumento favorito de los descerebrados violentos: la autodefensa ante los bárbaros extranjeros.

(El trabajo del fotógrafo Alessandro Penso sobre jóvenes inmigrantes en Grecia ha ganado el prestigioso premio Terry O'Neill; un espléndido trabajo sobre un problema mayúsculo que alimenta -y envenena- la crisis).

Una violencia de amplio espectro

Por: | 14 de enero de 2013

Cocheardiendo
Con la desarticulación del grupo 17 de Noviembre –responsable de varios asesinatos y numerosos ataques contra intereses estadounidenses durante los años ochenta-, las autoridades griegas creyeron haber vencido en 2002 al monstruo del terrorismo. Pero la eclosión de violencia callejera, de aparentes tintes antisistema, tras el asesinato de un joven por la policía en 2008 y, sobre todo, los perniciosos efectos de la crisis han llevado a ebullición un caldo de cultivo sazonado durante décadas por acción u omisión de los poderes fácticos, en los que a veces se imbrican los artífices de esa violencia. Por ejemplo, la presunta connivencia de la policía con las agresiones racistas del partido neonazi Aurora Dorada, que apuntaron en su día el comité de derechos humanos del Consejo de Europa y el diario británico The Guardian, entre otros.

La historia de Grecia durante el siglo XX ha estado jalonada de episodios sangrientos: la ocupación nazi; la inmediata guerra civil, entre 1947 y 1949, con la acción generalizada de los maquis y la derrota por las armas de la izquierda; la dictadura de los coroneles (1967-74) y su rosario de condenas de muerte y cárcel. La homologación democrática del país y su entrada en la Comunidad Europea en 1981 parecieron alejar la tentación de la violencia y el contagio a pequeña escala de esos años de plomo que tanto desestabilizaron por ejemplo a Italia.

AmaliasNada más lejos de la realidad o, al menos, de la realidad que plasmaban los medios del establishment: en sordina, el recurso a la violencia ha sido una constante, y no siempre por parte de la nebulosa anarquista o antisistema, muy ligada en sus inicios al movimiento estudiantil contra la dictadura. La muerte en 1991 en Patras de Nikos Temponeras, un profesor izquierdista, a manos de elementos de extrema derecha es un ejemplo. Los vínculos entre ultras y hooligans, y la inacabada transición de las fuerzas policiales desde la dictadura a la democracia, son otros elementos a tener en cuenta en la forja de esta violencia inespecífica. También la peliaguda geografía griega: a horcajadas de los Balcanes, en medio de todos los tráficos (y con un riesgo de balcanización creciente a medida que se abisma en la crisis).

Tras los incidentes de 2008, y la lluvia de explosivos presuntamente colocados por grupos anarquistas, la policía antiterrorista se movilizó y dio por zanjado el asunto con la desarticulación de un grupo de nombre tan hermoso como ponzoñosa la intención: Conspiración de las células de fuego. Quedó entonces demostrado que los anarquistas griegos tenían lazos con los italianos –aquella oleada de cartas bomba que recorrió durante varios días Europa-, y de pronto llegó la crisis, con la descomposición literal del país y un escenario abonado para las posiciones extremas: para el populismo neonazi de Aurora Dorada, para la inveterada ultraizquierda, para los encapuchados en general y en especial los responsables de la colocación de explosivos estos últimos días contra varios periodistas, el hermano del portavoz del Gobierno y sedes de bancos y oficinas públicas.

ManisEn un país que todo lo metaboliza políticamente, el zafarrancho de siglas ha sido inmediato. El portavoz del Gobierno ha responsabilizado a Syriza –que a su vez se había desmarcado cuidadosamente en días previos de todo acto violento- de caldear el ambiente político y, por extensión, del ataque contra la sede de Nueva Democracia. El diputado de Syriza Manolis Glezos, un referente nacional por su lucha contra los nazis, devolvió el golpe acusando a “fuerzas paraestatales ligadas a Nueva Democracia” –sea lo que fuere eso- del ataque.

Un atentado que ha modificado sustancialmente la agenda política. Una acción perpetrada con Kaláshnikov, arma más propia de mafiosos balcánicos o de guerrilleros rebeldes. Cui prodest? Kostas Vaxevanis, que publicó en la revista Hot Doc la lista Lagarde y desató una tormenta política de consecuencias aún impredecibles, apuntaba hoy mismo en una red social: “En la Italia de los setenta, la tensión y el terrorismo fueron instrumentados por los servicios secretos para que pareciera necesario un Gobierno conservador de mano dura”.

Cinco euros por una hora de calor

Por: | 11 de enero de 2013

  Partenón nevado
Nieva en Atenas. Las chimeneas tiran como posesas en una condenada danza de fuego que dispara la boina de smog –y la alerta por contaminación- mientras las ayudas a la compra de combustible para calefacción se acaban. Pese al incremento de los impuestos que lo gravan, no habrá más subsidios para adquirir fuel, anuncia el Gobierno, apenas tres semanas después de abrirse el plazo de solicitud de los mismos.

Hace días que la concentración de partículas contaminantes en la atmósfera ha doblado el nivel de emergencia: 300 microgramos por metro cúbico de aire en Atenas, Salónica, Patras y zonas del conurbano ateniense, con el nivel máximo en torno a las diez de la noche; el umbral de riesgo se sitúa en los 150. En un bloque de apartamentos estándar, cada hora de calefacción por gasoil sale por unos cinco euros, así que la leña parece la única alternativa razonable para caldear el hogar si, además de calor, uno pretende seguir comiendo.

SMOG
Un estudio ha venido a confirmar las sospechas de quienes sienten que respiran veneno: la quema de leña produce 30 veces más contaminación que la combustión de gasoil o de gas. Los investigadores de KEELPNO (Centro de control y prevención de enfermedades, en sus siglas griegas) advierten también de los riesgos para la salud que supone la concentración de contaminantes en la atmósfera. En este invierno perpetuo que se abate sobre Grecia, sólo parece haber dos opciones: morir de frío o por intoxicación del aire, símbolos a cual peor de la crisis.

Cuando Yorgos Papandreu ganó las elecciones de octubre de 2009, lo hizo enarbolando varios proyectos estrella, entre ellos lo que él y su equipo denominaban economía verde. Todo quedó en propósito, y tres años largos después, los ciudadanos ven cómo el impuesto sobre el consumo de energías renovables sube por segunda vez en cinco meses: de 7,50 a 9,30 euros el megavatio/hora. Grecia vive una pavorosa crisis energética que no remitirá, como mínimo, hasta la incierta primavera.

Hiela el invierno, pero queman las consecuencias de la lista Lagarde. Hemos escrito más de una vez que en Grecia todo se metaboliza políticamente, y el caso Lagarde es un ejemplo pintiparado. El escándalo ha puesto de relieve dos hechos meridianos: el silencio de los medios tradicionales ante temas tan mayúsculos como este –en el que además estarían presuntamente implicados varios empresarios del ramo- y la erosión que en la coalición gubernamental está produciendo la nefasta gestión del asunto. Desde la formación del Ejecutivo de base tripartita, tras las elecciones de junio, hasta hoy la suma de parlamentarios de los tres partidos ha pasado de 179 a 163; es decir, 16 escaños menos en seis meses.

VenizelosLas últimas bajas han sido dos diputados de Izquierda Democrática, el pequeño partido comparsa que apuntala el tradicional bipartidismo Nueva Democracia-Pasok, y un legislador socialista; los tres han hecho defección en menos de una semana. El principal motivo: intentar apoyar una propuesta de Syriza para que la investigación sobre el manejo de la lista Lagarde incluya, además de al exministro de Economía Yorgos Papakonstantinu –el más implicado, presuntamente-, a su homólogo Evánguelos Venizelos, que le sucedió en el ministerio y en teoría heredó el documento.

Cada uno de los movimientos centrífugos de la coalición parlamentaria son un paso hacia unas elecciones anticipadas; el chorreo de sondeos de intención de voto no cesa y por primera vez una encuesta da como ganadora a la conservadora Nueva Democracia, aunque sólo por medio punto de ventaja sobre Syriza. Por activa o pasiva, es Syriza la que parece estar marcando la agenda política pese a los desesperados estertores de un Pasok en ruinas o una Nueva Democracia envarada en el trance de trasegar ricino. Y lo que les queda: en 2013 están previstos recortes por 9.200 millones de euros.

Así pues, puede que al arrancar el año lo de menos sea el recordatorio del actual ministro de Economía, Yanis Sturnaras, sobre la posibilidad cierta de insolvencia; el fuerte gasto en defensa (Grecia es el segundo comprador de armas de la OTAN); el número creciente de agresiones racistas, la subida de impuestos a los armadores y a las pymes o los dimes y diretes sobre la forma que revistió originalmente la lista Lagarde, si fue un cedé reconvertido en lápiz USB o viceversa. Como si fue un papiro o una tablilla micénica... Lo que subyace a todo ello, a los cinco euros por hora de la calefacción o a los incesantes politiqueos al uso, es la podredumbre del sistema, ese entramado de intereses y omisiones que asfixia a Grecia mucho más que la peor nube de contaminación.

El presunto Papakonstantinu

Por: | 03 de enero de 2013

Caraybandera
Días antes de que estallara el caso Papakonstantinula presencia de familiares del exministro de Economía en una lista de posibles evasores fiscales-, una encuesta constataba la desconfianza de los griegos en su Gobierno a la hora de hacer frente a la corrupción: el 68% de los ciudadanos considera que ha fracasado en el combate del fraude fiscal. El juicio iba dirigido al actual Ejecutivo de base tripartita, pero el resquemor viene de lejos.

Con su inglés perfecto y esa pinta de buen chico que se gasta, su formación en la London School of Economics y la Universidad de Nueva York, Yorgos Papakonstantinu encandiló en su día a la prensa extranjera y a los altos funcionarios internacionales. Él fue el encargado de negociar el primer rescate (mayo de 2010, 110.00 millones) y, por tanto, quien puso literalmente a Grecia en manos de la troika. Él fue quien, como ministro de Economía, recibió de su entonces homóloga francesa, en otoño de 2010, la denominada lista Lagarde, una relación de 2.059 nombres de ciudadanos griegos con cuentas en el banco suizo HSBC. Y él también, presumiblemente, el que manipuló el listado para suprimir los de tres familiares suyos, depositarios de 1,2 millones de euros en la entidad.

El manejo de la lista ha provocado una tormenta política que no concluirá con la investigación parlamentaria en ciernes –Papakonstantinu incluso podría ser privado de inmunidad- y dinamitará los restos del sistema político bipartidista, el que hizo implosión en las elecciones de mayo y junio: al Pasok, partido del exministro, el escándalo puede asestarle la puntilla; a Nueva Democracia, dejarla aún más tocada por su acción u omisión en la gestión del caso. Pero la partitocracia, mientras, recibirá una inyección de 7,7 millones de euros para financiar sus gastos de 2012; como Pasok y ND deben más de 200 millones, esa dosis supondrá calderilla. El dinero se repartirá según los resultados de las elecciones de 2009 y los beneficiados serán, como de costumbre, Pasok y ND. O sea, el tinglado de siempre.

PapakonstantinuEn junio de 2011, cuando arreciaban los rumores sobre un segundo rescate y en medio de una fuerte crisis interna en el Pasok, Papakonstantinu dejó la cartera de Economía a Evánguelos Vénizelos y fue nombrado titular de Medio Ambiente; ganaba la línea dura del partido, la de los apparatchik de oficio y beneficio, la de los peones engrasados para amasar clientela; la misma facción, en suma, que ahora le ha arrojado por la borda. Al frente del ministerio verde, Papakonstantinu siguió adelante con los planes económicos que defendía y aprobó la concesión a empresas privadas de la explotación de minas de oro en la península de Calcídica (norte) como la de Skuries, un tesoro natural en manos de la empresa canadiense Eldorado Gold tras hacerse esta con el 95% de Hellas Gold. Uno de los principales accionistas de Hellas Gold es el magnate Leonidas Bobolas. Al menos tres miembros de la todopoderosa familia Bobolas, con intereses en la construcción y los medios de comunicación, aparecen en la lista Lagarde.

Como la incapacidad y la inacción de las autoridades son un secreto a voces, la sociedad civil combate la corrupción como puede, por ejemplo mediante webs que recogen denuncias de fraudes a escala doméstica, el llamado fakelaki (sobrecito) que agiliza una gestión oficial, ayuda a saltarse una lista de espera o consigue un trato adecuado de un funcionario. En la web Edosafakelaki (en griego, “di sobrecito”) el 60% de los comentarios –anónimos- relatan corruptelas en el sistema público de salud; el 15%, sobornos de poca monta para obtener el permiso de conducir, y el 4%, untes para la tramitación de licencias de construcción. Curiosamente, sólo el 4% de los comentarios se refieren al fraude con mayúsculas, el fiscal.

PasquinesTeleiakaipavla es la web de Diomidis Spinellis, el secretario general de sistemas informáticos del Ministerio de Economía que dimitió hace un año, frustrado por la falta de voluntad del Gobierno para reformar el control de datos; el mismo Spinellis sacó a la luz diversos fraudes por valor de 700 millones de euros cruzando informáticamente listados de varios departamentos. “La corrupción afecta a la gente más vulnerable, menos informada, la que tiene menos educación, la que sabe menos sobre el acceso a los servicios públicos”, ha dicho a la BBC el probo funcionario. Qué adjetivo tan curioso probo, qué rarito de ver y cuán difícil de aplicar.

Pero por fortuna la ciudadanía se traga cada día menos el sapo de que la salud, o la justicia, son privilegios por los que hay que pagar, y no derechos, y a los presuntos –incluido el presunto Papakonstantinu- les sacan cada día los colores el empuje de la sociedad civil y, fundamentalmente, las denuncias de los medios de comunicación alternativos. Por ejemplo, ¿dónde está el dinero recaudado en un telemaratón para construir un hospital en Gaza?, se pregunta el último número de la revista Hot Doc, la misma publicación que divulgó el contenido de la lista Lagarde y precipitó los acontecimientos a los que, cada vez menos impávidos, asistimos. Y lo que nos queda por ver en 2013...

El País

EDICIONES EL PAIS, S.L. - Miguel Yuste 40 – 28037 – Madrid [España] | Aviso Legal