De alguna manera, esta ruta norteamericana intenta detenerse cuando hace falta en las paradas fuera de la música que lo merecen, sin ser ajena a otras referencias que también ilustran el ancho mundo artístico estadounidense. Si la semana anterior la protagonizaban obituarios, todavía pendiente más de uno, ésta que empieza arranca, por desgracia, con un adiós que es imposible que pase desapercibido. Conmueve pensar en la grandeza de Paul Newman, la leyenda de los ojos azules que se ha apagado para siempre. El País ha publicado artículos que conviene leer para recordar la figura de Newman y escritos por gente de la talla de Carlos Boyero, Borja Hermoso, Guillermo Altares, Maruja Torres o Miguel Ángel Palomo. Nada más se puede decir en esta ruta que no se haya dicho sobre una persona discreta y elegante y un actor inmenso, de presencia majestuosa, que dejaba escenas para la posteridad. Tanto la insuperable seducción de su juventud como la genialidad medida de su madurez eran dos etapas de su carrera que constataban un hecho impepinable: Paul Newman era siempre Paul Newman. Y eso era una garantía para el séptimo arte.
El particular homenaje de esta ruta a Newman llega no sólo que el visionado pertinente de algunas de sus cintas más significativas, sino recuperando un tema clásico, banda sonora que irremediablemente ha acompañado y acompañará al actor. Me refiero al tema <<The Entertainer>>, pieza principal de la banda sonora de El Golpe (The Sting, 1973). Porque, con sinceridad, este escribiente desde que tiene uso de razón se acuerda de Paul Newman siempre que escucha este corte de piano.
De tal manera, que para rendir tributo a Newman nos remontamos a la prehistoria del jazz porque <<The Entertainer>> es un ragtime clásico, compuesto por Scott Joplin y arreglado por el también genial Marvin Hamlisch, que tiene sus orígenes a principios del siglo XX. Scott Joplin fue una de las figuras pioneras de la prehistoria del jazz afroamericano al formar parte del estilo ragtime de finales del siglo XIX, que se fraguó antes de que surgiese el jazz de Nueva Orleans. Por aquel entonces, la improvisación no formaba parte de los ritmos melódicos y es por eso que no se puede hablar de manera estricta de jazz.
Supongo que si Joplin hubiese sabido lo del éxito de su tema en la película de Paul Newman y Robert Redford habría salido de la tumba. Consiguió un Grammy como “mejor instrumental” y la banda sonora fue todo un éxito a raíz de esta composición. Incluso se le llegó a dar el premio Pulitzer por su contribución a la música norteamericana. Hoy por hoy, hagamos por imaginar, que seguro que sí, que tanto Scott Joplin como Paul Newman descansan en paz, en alguna cantina celestial, al ritmo saltarín de esta pianola.
Hay 4 Comentarios
Hay muy buenos actores. Hay pocos actores que con su sola presencia ya llenan la pantalla. Y hay muy pocos elegidos que tienen ambas cosas. Paul Newman fue uno de estos últimos. Y ahora estará con Brando, Grant y compañía echando un billar en algún lugar...
Publicado por: Anónimo | 29/09/2008 14:53:18
Que lastima......
Publicado por: Chema | 29/09/2008 10:23:39
qué grande eres Fer!! Pedazo de post que te has marcado!! Cuánto aprendo contigo!
Publicado por: Anónimo | 29/09/2008 10:09:11
Un fin de semana triste para los amantes del cine, se ha ido uno de los más grandes. A mí me pasa igual, siempre que oigo esta canción me acuerdo de Newman (lo siento por su amigo Robert Redford, pero Paul era insuperable).
Publicado por: Anónimo | 29/09/2008 8:42:37