"Parada para repostar" tiene el placer de detenerse en un reportaje sobre una de las figuras más escondidas de la fascinante escena musical de Nueva Jersey y que nos trae José L. Fernández, redactor de 25 años de la revista Popular 1. Es fantástico comprobar que la gente joven de este país bucea en la música con pasión para luego, encima, exponer sus conocimientos con tal lúcidez. Hay futuro, sin duda. El artista y la escena de la que escribe José L. Fernández me llegan mucho y creo que el siguiente texto conviene leerlo tranquilamente, con un buen café o lo que sea, porque es altamente disfrutable. Gracias a su autor por hacer este maravilloso regalo a La Ruta Norteamericana.
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Algunos artistas parecen condenados a figurar como simples notas a pie de página en la historia de la música, y ese es el lugar que ocupan, a día de hoy, el incansable Southside Johnny y sus Asbury Jukes. Siempre a la sombra de Bruce Springsteen, sus trayectorias correrán paralelas hasta mediados de los 70, y juntos definirán un sonido único. Ese Rock nocturno y evocador, de inequívoco acento soul, que acabará conociéndose como Jersey Shore Sound, y dando lugar a la escena de Asbury Park.
Una auténtica revolución sonora que se gestó en la deprimida New Jersey de finales de los 60, tan ajena a modas musicales como hostil a cualquier tipo de manifestación artística basada en el individualismo. Tan cerca y a la vez tan lejos de la gran urbe neoyorkina y su cielo estrellado de neón. Una pesadilla suburbana, tocada por un paisaje de chimeneas, casas prefabricadas e industria pesada, al abrigo de la cual se desarrollaban unas vidas tan grises como la polución que impregnaba el aire. Un lugar del que huir, antes de engrosar la abultada lista de derrotados por el reverso tenebroso del sueño americano. Por ello no es de extrañar que los vibrantes ritmos del soul y el primigenio rhythm and blues calasen hondo entre la juventud local, mayoritariamente proletaria y de origen italoamericano. Entre ellos, nuestro protagonista, que pronto cambiaría su nombre real, John Lyon, por el de Southside Johnny, para iniciar una efimera carrera como armonicista de blues en varias de las diversas bandas locales. Allí entablaría amistad con un jovencísimo Bruce Springsteen, por entonces una promesa en ciernes, y con el tercero de los héroes de Asbury Park: Steven Van Zandt, más conocido como Little Steven, en aquel momento un asilvestrado guitarrista de rhythm & blues, hoy en día mano derecha de Springsteen y parte irreemplazable en la E Street Band, así como estrella televisiva gracias a su papel en la serie Los Soprano.
Eran tres musicos muy diferentes: Southside Johnny pretendía destacar como bluesman, Little Steven venía del garage y se veía a sí mismo como un rockero, y Springsteen pronto se revelaría como uno de los mejores songwriters de su época. Sin embargo, les unía su pasión por el soul clásico que dominaba la radio musical en aquellos días. Sus caminos se separarían en el futuro, pero seguiría existiendo un vínculo muy especial entre ellos, que permanece intacto a día de hoy.
La influencia que tuvo el soul en aquella generación de músicos va más allá de lo anecdótico. Y es que quizá aquellos jóvenes no compartiesen el origen de los artistas negros a los que idolatraban, pero no era necesario haber crecido en el ghetto para sentir como propias las historias que éstos relataban: la dureza de la vida cotidiana y la marginalidad, quizá no motivada por diferencias raciales, pero común a una esclavitud que ya no necesitaba de cadenas. La de los salarios miserables, el alto desempleo y la falta de esperanza. Donde el futuro es una cadena de montaje; el bar de la esquina; el lento discurrir del tiempo tras el mostrador del negocio familiar. Allí estaba el poder redentor de la música, listo para emerger como última tabla de salvación para aquellos que se resistían a aceptar unas cartas marcadas de antemano.
Springsteen se lanzaría en solitario y firmaría con CBS, y Southside Johnny se pondría al frente de su propia banda de soul, los Asbury Jukes. Un caótico conglomerado de los músicos más salvajes de aquella escena, en la que destacaba, además de su feroz sección de viento, la fuerza escénica de nuestro protagonista, quien, lejos de los manierismos de tantas estrellas rockeras de la época, pretendía recoger el testigo de los grandes soulmen del pasado. Su música no era en absoluto sofisticada, ni sus canciones pretendían retratar a una generación. Pero tenía el músculo intrumental, la efervescencia volcánica y la urgencia de ese gospel pagano llamado soul.
Noches que ardían a ritmo de <<Knock on wood>>, <<Long tall Sally>>, <<In the midnight hour>> o los viejos jingles de las Shangri-Las, jukebox imaginario de una era de inocencia y romanticismo perdida en el tiempo. Cantos de sirena capaces de hacer perder la cabeza a tantos neoyorquinos que cruzaban el Hudson buscando una cura para la impostura, la afectación arty y vulgaridad disfrazada de nihilismo, reconciliándose con una forma de entender la música que parecía olvidada. Cuando el Boss se ganó su apodo publicando Born to run, la industria puso sus ojos en Asbury Park, y los Jukes tuvieron su oportunidad. Para la historia quedan esos I don’t want to go home y This time it’s for real, aparecidos en 1976 y 1977 respectivamente, y en los que Bruce y Little Steven se involucraron a fondo a pesar de ser ya estrellas consagradas. Hay aquí temas inéditos de Springsteen cedidos a su viejo amigo, como <<The fever>> o <<Love on the wrong side of town>>, así como fantásticas composiciones de Van Zandt y versiones de viejos hits <oul. El tercero, <<Hearts of stone>>, supuso un paso adelante al basarse en material propio, y es sin duda su álbum más sólido. Pero los Jukes siempre fueron una banda de directo, y nada como el doble <<Reach up and touch the sky>>, para iniciarse en su sonido.
Con la llegada de los 80, su estela se iría apagando lentamente, mientras decisiones erróneas y producciones mediocres desvirtuaban la esencia de su música. A principios de los 90, se produjo la esperada reunión de los tres reyes de New Jersey, tras más de diez años sin tocar juntos, y el álbum <<Better days>> contó con Springsteen y Steven Van Zandt como miembros honorarios de la banda. En mi trayectoria como periodista musical he tenido la ocasión de entrevistar tanto a Little Steven como al propio Southside Johnny, y ambos recordaban ese reencuentro como uno de los momentos más emocionantes de sus respectivas carreras.
Southside Johnny & Asbury Jukes con Bruce Springsteen. <<The Fever>>
Texto: José L. Fernández, redactor de Popular 1, un gran aficionado al soul y al rock norteamericano, que ha entrevistado a grandes de la música negra como Solomon Burke, Mavis Staples, Sam Moore o Koko Taylor.
Hay 10 Comentarios
Grande J.L. Fernandez, uno de los mejores redactores del Popu actual, todo lo contrario que el tal Tanxencias, el auténtico cáncer del Popu, lo peor de lo peor.
Publicado por: Warren Haynes | 15/07/2009 17:55:53
tuve la oportunidad de verlo en el stone pony es estupendo en directo
Publicado por: alvaro | 13/03/2009 19:54:27
Emocionante articulo. Tengo pendiente pillarme algo de estos tipos. Felicidades JL Fernandez uno de los mejores redactores del Popu.
Publicado por: Jim Garry | 27/01/2009 12:33:23
Gran articulo, pero no me sorprende, el nivel de los redactores de Popular 1 esta muy por encima de la media del periodismo musical en este pais.Asi que no solo reivindico a J.L Fernandez, tambien a Fernando Tanxencias, Ignacio Reyo, Thiago Sarkis, y al Boss Cesar Martin.Larga vida al Popu, mucho mas que una revista de musica.
Publicado por: Kirke | 23/01/2009 10:50:28
Que buen articulo, no quieres que acabe.Yo no se muy bien por que, pero practicanmente a diario escucho el lp o del lp, temas de Better Days de Southside Johny, y es como un chute de moral para seguir con los que haceres del dia.
Publicado por: Chema | 21/01/2009 19:23:22
Gran artículo, Don Fernando, felicite usted al autor. Este blog no para de crecer....Saludos
Publicado por: Griffin | 21/01/2009 16:26:55
Cojo...digo... estupendos el artículo y el video, gracias.
Publicado por: Mar | 21/01/2009 15:48:27
Genial artículo. Me gusta este jovenzuelo, lo leo a menudo en el Popu.
Publicado por: David | 21/01/2009 15:18:05
Maravilloso artículo
Publicado por: Pepo | 21/01/2009 15:16:07
Qué gozada de artículo! Muchas gracias
Publicado por: Miguel | 21/01/2009 13:17:50