Ya se ha estrenado Cadillac records, una película que narra la historia del sello Chess, uno de los grandes pilares de la historia de la música popular estadounidense y una de las grandes influencia de la cultura pop afroamericana. La bibliografía en relación a esta discográfica y las andanzas y desventuras de Leonard Chess, fundador de la mítica discográfica, es rica y abundante. Por eso, ahora será interesante ver cómo afronta y resume la película este episodio tan trascendental y repleto de personajes como éste.
Me limito a recuperar parte del interesante texto que Diego A. Manrique escribió para El País Semanal, titulado El ritmo de Chicago.
“Muddy Waters, de nombre verdadero McKinley Morganfield, fue la sólida piedra sobre la que se construyó Chess Records. Campesino de Misisipi, el folclorista Alan Lomax le grabó en una plantación y, una vez que se escuchó en el fonógrafo, decidió que prefería ganarse la vida cantando. Instalado en Chicago, advirtió que las tabernas del South Side eran demasiado ruidosas. Se pasó a la guitarra eléctrica y formó un grupo contundente, por donde pasaron futuras estrellas como Jimmy Rodgers, Little Walter, Otis Spann, James Cotton. Cuando viajaron por vez primera a Inglaterra, aterraron al público con su imperiosa música lúbrica.
Y no habían visto nada. Detrás vino otro labrador de Misisipi, Chester Burnett, alias Howlin' Wolf, una montaña de hombre que parecía tener apetitos ilimitados y que traía ecos del Sur profundo. Lo de Lobo Aullador resultaba un apodo perfecto: cuando se oye al Tom Waits más intenso, ahí está la sombra de Chester. Intensamente competitivo, le robaba músicos a Muddy Waters y no le impresionó hallarse en 1971 grabando The London sessions con la aristocracia del rock británico, desde Eric Clapton hasta Ringo Starr.
A mediados de los cincuenta, Chess Records era un imán para los músicos negros más ambiciosos. Por recomendación de Muddy Waters, allí se presentó Chuck Berry. Pertenecía a otra generación: nacido en Saint Louis, había pasado por un reformatorio, tenía un oficio (peluquero), sabía leer y escribir. Estaba lo suficientemente integrado en el estilo de vida estadounidense para poder escribir irresistibles odas a las autopistas, al instituto, a los amores juveniles, al mismo país (Back in the USA). Sin pretenderlo, desarrolló la temática esencial del rock and roll y creó himnos al nuevo estilo, de <<Roll over Beethoven>> a <<Rock and roll music>>, sobre unas estructuras esbeltas e impetuosas.
Con Berry se poetizaba la existencia de los teenagers. En Chess, su única competencia por el mercado juvenil era la de Bo Diddley. Otro nativo de Misisipi, sus ritmos ofrecía un show llamativo: tocaba una guitarra rectangular y contaba con una dama llamada
También es interesante lo que escribió Iñigo López Palacios en el suplemento EP3, donde recuerda al sello de Chicago y al mismo tiempo la relevancia de Motown. Ambos dieron forma e ímpetu a la cultura musical afroamericana a nivel mundial. Pero me quedo con un extracto del texto en relación a Chess Records y su influencia.
"En Chicago, un joven judío llamado Leonard Chess recorría los bares de blues firmando contratos en la trasera de su Cadillac. El gran salto se produce cuando conoce a Muddy Waters. Entre el ambicioso Leonard y el sibarita bluesman negro salta la chispa y juntos sientan las bases del blues eléctrico. Son los cimientos del rock’n’roll que cuajarían con Chuck Berry. Chess fue la pionera del crossover: la idea era crear música que pudiera interesar al público blanco. Pero no siempre funcionó. Los artistas del sello eran demasiado duros, demasiado crudos como para que el gran público no percibiera la carga sexual que su música conllevaba. Sin embargo, al otro lado del atlántico, en el Reino Unido, los discos de Chess causaban sensación entre los músicos jóvenes. Un ejemplo: The Rolling Stones sacaron su nombre del <<Rolling Stone’blues>> de Muddy Waters”. (Leer más)
Y para rematar insto a dedicar parte del tiempo a saborear la entrevista que se recoge en el imprescindible blog Música de raíces. Su autor, Salvi, nos brinda una entrevista con Mashall Chess donde se ofrecen anécdotas como la siguiente:
"Te contaré una anécdota divertida. La primera vez que me encontré con Muddy Waters –que es uno de mis preferidos–, yo estaba en el patio de mi casa –debería tener unos 11 años, en 1953–. Un gran Cadillac negro se paró en frente. Cuando ese tío se bajó del Cadillac me quedé de una pieza, vaya tío más loco! Llevaba un traje de color verde de lo más chillón que te puedas imaginar, como fosforescente; y unos zapatos hechos de piel de vaca, blancos y negros. Llevaba un tupé de palmo y medio, al estilo de Elvis, que más bien parecía un casco. Nunca había visto a nadie con un aspecto tan extravagante. Se acercó a mí y me dijo: "Soy Muddy Waters", incluso el nombre me dejó pasmado. Para mí fue como si un nave de otro mundo hubiese aterrizado delante mío. En realidad todos los primeros artistas de
Qué más se puede decir. Tan sólo ahora queda pinchar algo de música.
Hay 5 Comentarios
yo no pienso perdérmela.
Publicado por: trabajo | 01/03/2009 13:45:29
Excelente y apasionante, Fernando. Gracias por citar la entrevista.A ver qué tal la película. Os cuento.saludos,salvi
Publicado por: salvi | 27/02/2009 9:54:51
Bueno¡¡¡¡, estupendo post Fernando.Y la peli para un mitomano como yo, tendré que verla mas de una vez.Y esto es una lección de historia sobre la música, sobre este sello se podría hacer una especialidad en historia musical.
Publicado por: Chema | 26/02/2009 18:46:40
un momento impresionante e imprescindible para entender la música tal y como la conocemos. No he visto la peli pero espero que esté a la altura y no sea el típico producto manufacturado por Hollywood. Saludos
Publicado por: il cavaliere | 26/02/2009 14:32:23
Los robustos cimientos del Rock and Roll: Chuck Berry, Bo Diddley, Muddy Waters, Howlin' Wolf y tantos otros. Simplemente historia de la música.un abrazo
Publicado por: Pepo | 26/02/2009 11:57:03