La sección “Parada para repostar” se detiene con gusto en un aniversario de lujo. Medio siglo de Kind of Blue, una de las grandes obras del jazz y de la música universal. Y lo hace de la mano de uno de los mayores expertos de este país en la materia: Chema García Martínez. Nuestro protagonista no es sólo un verdadero experto es también un amante del jazz y esto siempre se agradece en la lectura de sus textos. Ha publicado libros y ha escrito sobre jazz en todo tipo de publicaciones. En fin, esta ruta está de enhorabuena. El maestro Miles Davis y Chema juntos.
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Me contaba Jimmy Cobb, el último de quienes participaron en el disco y están todavía para contarlo, que nadie tenía consciencia de estar haciendo nada especial, empezando por el propio Miles. Solo otra sesión: se toca, se cobra y a otra cosa. Pero la de Kind of Blue no fue una sesión más. Y todo porque, en algún momento antes/durante aquel 2 de marzo de 1959, los cerebros de Miles y Bill Evans –a quien debe considerarse en justicia el coprotagonista de la peli- confluyeron en un punto indeterminado del ectoplasma cósmico y lo que empezó siendo una cosa –una sesión de grabación- se convirtió en otra –un hito histórico-. Y surgió algo parecido al “disco de jazz perfecto”, sino fuera porque la perfección y el jazz se llevan mal; la expresión de un sentimiento –una inquietud- latente en alguna región remota de la sensibilidad colectiva que salió a la superficie en lugar y momento determinados porque así lo quiso el Destino y quienes se encargaron de traducirlo a música. Y, con todo, KoB no es el mero producto del azar, aún cuando ni sus propios hacedores fueran conscientes de lo que estaban haciendo mientras lo hacían. Pero esa es, precisamente, la grandeza del jazz y su miseria, lo que la hace diferente a las otras músicas. Lo que a muchos nos sigue fascinando
Cincuenta años después, seguimos encontrando razones para escuchar KoB, aunque nos lo sepamos de memoria. Sus múltiples lecturas nos permiten otras tantas escuchas diferenciadas. Hay kind of blues para todos los gustos y no hace falta más que repasar la lista de testimonios que acompañan el librejo de Ashley Kahn (“Miles Davis y Kind of Blue. La creación de una obra maestra”) para darse cuenta de ello. Lecturas sexuales, místicas (Lao-Tse y la teoría del bambú firme pero flexible aplicada al modus operandi de Miles-Evans), políticas, musicales… lo que en otros casos es defecto, en KoB es virtud: su facilidad para ser digerido. La música de KoB se entiende a la primera, algo que pudo fastidiar a algunos críticos en su momento y hoy sirve a los forofos del easy listening (lo que cuando “KoB” vio la luz se conocía como “jazz modal”) para citar al disco entre sus favoritos. “Cosas veredes”, amigo Sancho.
Fácil y profundo. Que KoB no se estudie en las escuelas es un claro síntoma de las carencias de nuestro sistema educativo. Uno más.
Texto: Chema García Martínez, colaborador habitual de El País, el suplemento cultural Babelia y toda publicación de jazz en España. Para saber más sobre su dilatada carrera, en este enlace y en su fantástico blog musical, Jazz y otras hierbas.
Hay 4 Comentarios
Muchas gracias por el enlace Gilermez04. Il Cavaliere: Otro discazo de jazz, el de Mingus!!!
Publicado por: Anónimo | 17/03/2009 20:21:09
Buen post,Fernando.Mirate este concierto,si no lo conoces,igual te gusta.http://lacomunidad.elpais.com/gilermez04/2009/2/28/miles-davis-live-1970Salud
Publicado por: Anónimo | 16/03/2009 20:43:23
bueno, hablar de este disco son palabras mayores. Yo vivo dentro de él. Es muy cierto que aunque nos lo sepamos de memoria siempre hay motivos para volver a escucharlo. Mi disco de jazz favorito junto a Mingus Ah Um.Saludos.
Publicado por: il cavaliere | 16/03/2009 18:59:16
Miles Davis es ya una leyenda, hace varios años su música creo un interés muy fuerte en e el jazz en mi. Saludis[8D]
Publicado por: Adelita de las Pistolas | 16/03/2009 10:34:49