Por las calles de Nueva York con Willie Nile

Por: | 28 de marzo de 2011

“The streets of New York unfold like a matchmake’s dream / Day become night through canyons of a concrete and steam / Juliet on the rooftop Romeo undreground / Late at night when their lips meet you can’t hear a sound / On the streets of New York” --- Streets of New York. Willie Nile

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Ya os hablé hace tiempo de la lista que nos pidió hacer el suplemento cultural Babelia a algunos colaboradores sobre los mejores discos de los últimos 20 años. Bueno, a decir verdad, se trataba de recomendar los 20 discos que en los últimos 20 años más nos gustaron y arrebataron a algunos de los que solemos escribir en sus páginas musicales. En su día, ya hablé del primer disco que presidía esa lista en lo más alto del todo y los motivos que me llevaron a elegirlo. En esa selección, en el puesto octavo, se encontraba el álbum de Willie Nile, Streets of New York. Hoy, en la duermevela, escucho ese disco cuando, una vez más, el pequeño Nile vuelve a girar por estas tierras con su rock honesto y sencillo, directo al tuétano.
A veces, parece que ha pasado una eternidad de la última vez que escuchamos un disco o una canción. Reconozco que me tiembla el cuerpo cuando vuelvo a pinchar Streets of New York. Tengo una extraña sensación, como si ese álbum que me acompañó tanto tiempo fuera un pasaje de mi vida que nunca existió. Supongo que, en ocasiones, sucede que una canción o un disco se vuelven lejanos como un sueño que recordamos vagamente, entre nuestra propia penumbra diaria y el pasar de los días. Y, entonces, esos sonidos llegan otra vez a la orilla de tu alma y te reencuentran contigo mismo, con lo que pensaste que dejaste en el camino. Imagino que cada uno de nosotros guarda la música de su vida en su interior. Es un jardín secreto que nadie puede pisar. Ese sonido está ahí, esperando a ser recuperado. Y hoy, aquí, frente al ordenador y, como digo, en la duermevela, brindo por ese espacio personal e intransferible, por ese instante nuestro.
La primera vez que escuché Streets of New York sentí que, en plena noche de primavera, las calles mojadas se quedaban solitarias para mí. Correr por ellas era como abrazar la libertad sin sentido. Tus pensamientos corriendo tan rápido como tus pies y tú solo saltando de acera en acera. Buscando la luna. Seguro que en los últimos 20 años hubo muchos más discos experimentales, superventas o recomendados por aficionados y expertos que este de Willie Nile, pero incluir Streets of New York en mi lista se debió, como el resto de los 20 elegidos, a un acto de justicia personal, a esa carrera solitaria con luces de neón sobre mi cabeza y esquinas por descubrir. Ni más ni menos.
Varias veces he contado en esta ruta sonora que tuve la suerte de vivir en Nueva York. Creo que no he contado, en cambio, que aquella no fue, al contrario de lo que pueda parecer a primera vista, una decisión fácil. Toda decisión supone una responsabilidad y asimismo dejar algo a cambio. Y, en este caso, era responsable de alguien más que yo y dejaba mucho trabajo levantado tras dos años. En el momento de decidir qué hacer, me pusieron el caramelo en la mano pero sentía que el horizonte se hallaba en otra parte.
Cuando era apenas un chaval salido del colegio, una de esas primeras decisiones que marcan a un adolescente la tomé tras refugiarme en uno de los discos de Willie Nile, como si ese pequeño hombre de las gafas de sol pudiera enseñarme más que todo lo que había aprendido en la escuela. Las cosas se dieron de tal forma que, cuando llegó aquel momento de partir o no partir, surgió Streets of New York en mi vida. Al principio no caí, pero luego se reveló con toda su luz: los astros juegan sus cartas. Y Willie estaba otra vez ahí moviendo ficha para mí. Hice la pista nueve, <<Whole World With You>>, mi himno personal para el viaje.
Tras la compra en la tienda, quité ese plástico y lo puse en el reproductor del coche. Casi me matan a bocinazos a la altura de Moncloa pero es cierto que no pude pisar el pedal en aquel semáforo. De primeras, me había bloqueado de éxtasis. Primer corte: <<Welcome to my head>>. Willie Nile volvía a saludarme con su rock de guitarras y repleto de vitalidad. Qué arranque. Paraba los pies, congelaba el cuerpo. “Make yourself at home...” Volvíamos hablar el mismo idioma. Volvíamos a pisar el mismo jardín. Creo que fue a la semana siguiente, tras quemar Streets of New York, cuando me reuní con uno de mis jefes y le dije que había tomado la decisión.
En esa portada difuminada, en blanco y negro, Willie Nile paseaba por una de las calles de Manhattan, tal vez fuera Bleecker Street. Siempre sentí que aquel disco llegó a mis manos en el momento justo. Aquel hombrecillo y yo teníamos la misma ansia de perdernos por la ciudad, de recorrer las mismas calles, de respirar a pulmón abierto por la noche. Yo también quería hablar del día que vi a Bo Diddley en Washington Square. Y así hice. Hoy puedo decirlo, aunque juro por el espíritu de Elvis Presley que en su día no me atrevía a afirmarlo: fue la mejor decisión de mi vida.
Cuando me preguntan por Nueva York siempre digo que fui principalmente “por mejorar el inglés” (¿en el Nueva York más latino de la historia?) y “estudiar allí”. Tonterías. Sinceramente, la respuesta siempre ha sido otra: fui por correr por las calles de Nueva York. Por sentirme, sencillamente, Willie Nile en ese disco. Él con su música, yo con mi periodismo. Ambos, quizás, creyéndonos dueños del mismo rock.
Ultimamente, no me creo dueño de nada, superado por la rutina, la rigidez de la estructura, tan poderosa que ni recuerdas de dónde vienes y adonde vas, tan solo permaneces agarrado, inmóvil, cumpliendo el cometido. Mientras tanto, la vida te va golpeando. Un gran amigo, compañero del periódico, me confesó la semana pasada que pasaba una mala racha, y su cara mostraba desde hace días esa sujeción descorazonadora a esa estructura. Para ser sincero, produce el doble de vértigo comprobar ciertas tristezas, sentirlas como hermanas. Cuando te das cuenta que perduran, que no son cosa de un día, ves que es como perder la paz, dejar marchar la inocencia. Entonces, las mismas calles mojadas de antaño producen frío.
Hay amigos que ya no son como eran antes, no se preguntan por tu silencio, no puedes explicarles lo que no entiendes. Hay riesgos que ya no se corren como antes, y hay ciudades que parecen más lejanas que antes y soledades que pesan mucho más que antes. Pero esta noche quiero pensar que todavía hay tiempo de creer en lo que creía antes. El rock en tus venas. Willie Nile y su Streets of New York fueron parte del viento que me llevaron a Nueva York cuando todo lo que me rodeaba en aquel momento me invitaba a quedarme quieto. Mi madre solía decir que las cosas siempre suceden por algo, como si aquella afirmación fuese un axioma con el que explicar el destino de las personas. Lo cierto que es mi madre me enseñó más que nadie a escuchar ese disco, a creer que todo sucedía por algo.
Esta noche, quiero creer que todavía tiene que suceder algo, que todavía pueden abrirse las calles de par en par. Puede que Willie Nile, cuando más lo necesito, vuelva a darme una pista mañana en su concierto de la sala Moby Dick. Puede, simplemente, que todo haya cambiado tanto que ni yo mismo me reconozca ni reconozca lo que pasa a mi alrededor. Pero creo, aún con toda la tristeza de lo que ya se ha ido para siempre, que hay algo que hay que tener todavía en cuenta: se trata de no renunciar nunca al propósito de ese disco, con sus guitarras eléctricas y su piano, su rock y su balada, se trata, en mi humilde caso y tal vez en el de mi gran amigo del periódico, de respirar hondo y salir al encuentro de la extraña, caprichosa, infinita vida de la calle. Nadie dijo que fuera fácil, pero no puedes esconderte. Aunque duela, no debes hacerlo.
Gira Willie Nile
29 marzo-Moby Dick (Madrid)
30 marzo-Mieres (Asturias)
31 marzo-León
1 abril-Le Club (A Coruña)
2 abril-Kafe Antzokia (Bilbao)
3 de abril. Club Niemeyer (Avilés)


Hay 13 Comentarios

Yo tambien llevo toda la vida oyendo en boca de mi madre que todo sucede por algo, y realmente creo que es una de las mejores formas de afrontar lo bueno y lo malo que pasa, y darle sentido. Me ha encantado tu publicacion. Un saludo

Hola!El otro día me habló Manu Piñón sobre tu blog cuando fue al CMU Chaminade a tocar en acústico con Delco, porque preguntaba a la mesa donde cenábamos si alguien conocía a Willie Nile. Manu no dudó un momento en saltar y contestar un "Claaro!".Ayer fui al concierto de Willie...y flipé! Lo que dices por ahi arriba, rock and roll...de verdad. Un tipo supercachondo y encima compositor de temazos!!! Estoy en un grupo, Green Fandango, tocamos el viernes de teloneros en el coruñés LeClub, y va a ser todo un privilegio, honor y gustazo tocar antes de Mr.Nile...! (y además verlo dos veces la misma semana!!jajaja)Un saludo!

Ja ja ja, muy bueno lo de Paquito el Chocolatero, Chema. Sí, hay que disfrutar la vida, qué duda cabe, de eso y sólo de eso va la música (y las letras). El rock and roll es una navaja, te puede defender y también matar.Personalmente, detesto las listas Entre otras cosas por el terrible daño que provocan a todos los que no aparecerán jamás en ellas, pensad en ello, periodistas.A Navarro, que se ha dejado la piel en este post,le agradezco de nuevo su pasión y sus ganas de compartirla con nosotros tan frikis. Este pequeño Nile es la hostia, una mezcla de Reed, Joel, Simon, Costello, Springsteen y otros de primera división.En cuanto a lo de comerse el cacho de tarta, me temo que los comensales son demasiados y el camino hacia ella es un campo de minas.La otra Streets of New York, la irlandesa, tiene algunos versos también muy interesantes al respecto de lo que cuenta el autor del blog.Un saludo a todos

Dr. Recopetin, yo es lo que hago y si estoy en las fiestas de un pueblo de 28 habitantes y la banda de Verbena toca paquito el chocolatero, me divierto sabe por que, por que hay disfrutar del momento donde estés si las cosas de la vida te dejan, pero vive el momento y no te la cojas con papel de fumar.He conocido a mas chicas con en los pueblos de España con paquito el chocolatero que con todo el rock and roll. Eso es una cosa y otra la pasión de mi vida que es el rock and roll bueno una de ellas .... auqi ya se ha dicho que lo de las listas en fin están ahí cada uno sabrá si las sigue o lo que se que quiera hacer con las listas. paz y amor.

Hermanos.HAY QUE GRITARLO DE UNA VEZ.!La mejor música que se hace no es ni una ni otra. La lista de lo mejor del año ,de la década o de la historia es la música (esa música del jardín interior) de cada uno. ESA ES LA MUSICA.STOP a los elitistas, culturetas, clásistas, esnobs y cutres. No hay mejor ni peor, hay solo la de cada uno, y eso es lo mejor de todo de la música. Pudiera ser hasta Operación Triunfo... Música es lo primero de todo EMOCION.Disfrutemos de todo esto y no seais pringaos: es un tesoro, es la libertad y la vida, es lo mejor de cada uno, y es mucho, y sin esto seriamos mierda. ES LA REBELDIA a la vida impostada.SUBAN EL VOLUMEN y a aguantar las hostias como ROCKY!!

Anoche, una persona que me importa mucho, escuchaba una canción con esa misma sensación de algo que se fué y vuelve como desde otro mundo, a traerte emociones que creiste perdidas. Tu madre tenia razón Fernando, todo sucede por algo y puede volver a suceder, solo depende (aunque a veces parezca imposible) de nosotros.Disfruta del concierto de mañana y corre por las calles de New York !!!

Gracias, Fernando.Por transmitir tu pasión por la música. Por los pequeños detalles de lo cotidiano que nos hace sentir mejores y más cercanos aunque a veces duela. Gracias por descubrirme a WN (lo siento pero no sé tanto pero NO lo siento porque desde que lo descubrí en la lista de los 20 años y lo conseguí aún me dura el subidón con este disco) Lo fundo todos los días en el coche, bajito, para ir al curro y que me dé oxígeno. Lo refundo, bien alto, cuando vuelvo del curro y aún me creo que nos podemos comer el mundo...

Hay discos, libros y lugares que te hacen sentir libre, ese sentimiento de libertad pleno que te hace pensar y ver que eres especial y que estas en un estado especial, sabiendo que estas viviendo con mayúsculas la vida; Este disco puede ser uno de ellos para mucha gente, para mi lo es.Dicho esto me he puesto el disco mientras escribo estas lineas, y me desborda una sensación terrible de querer huir de esa rutina de irme lejos y ser libre, de empezar de cero.Hace tanto tiempo que no siento esa sensación de libertad esta puta vida a veces es insoportable y solo me quedan pequeños huecos en mi cabeza para discos o artistas como este, que hacen que me olvide y sueñe que soy libre, que me estremezca y tenga piel de gallina por todo mi cuerpo, solo me queda eso y esto espero que no me lo roben nunca.Bye.

Como peta el Centro Niemeyer!http://www.ingenioconsaboralaca.com

Hola! Lo primero es felicitarte por este increible blog, que me ha descubierto a grandes grupos y canciones. Lo segundo es que me gustaría poder leer las letras de las canciones de este disco y soy incapaz de encontrarlas en ningún sitio en internet. La verdad es que es la primera vez que me pasa algo así. ¿Alguién me puede ayudar????

Es cierto, las cosas siempre suceden por algo, y siempre hay hechos (palabras, canciones, libros) que nos llegan en el momento adecuado. Un abrazo, Fernando

Tenía intención de hacer un comentario en cuanto he visto el título del artículo. Después de leído, me he dado cuenta de que no era música lo que contenía sus párrafos, era la vida misma y me he quedado sin saber qué decir. Willie Nile es de esos artistas a los que nos aferramos y, que por jugar en la segunda división del estúpido mundo de la popularidad, queremos y recomendamos con mucha más pasión. “Beautiful Wreck of The World” me lo descubrió casi por casualidad y no terminaba de comprender el por qué, escuchado surco a surco, este tío no se había devorado el mismo pedazo de tarta que Bruce Springsteen o que un tal Elliott Murphy tuvo al alcance de sus manos. Había reservado lo mejor para ofrecérnoslo en plena madurez, no cabía otra explicación tras escuchar “Streets of New York”, desde entonces Willie es más que un cantante “maldito”, un músico especial, uno de los nuestros. Poca gente llegará nunca a entender por qué determinados discos, a veces sólo canciones, pueden influir en nuestras vidas. Supongo que somos unos bichos raros y tampoco se trata de que nadie nos entienda. Tenemos la fortuna de emocionarnos más allá con cuatro acordes y un montón de versos, tenemos la fortuna de tener a Willie Nile, yo tendré la fortuna de verlo en Bilbao. Nos lo contamos.

la gira de Willie Nile, se amplia en una fecha más. Domingo 3 de abril. Club Niemeyer, Avilés, Asturias. 20:00h.

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