Dejo el obituario publicado bajo firma por el diario El País en su edición impresa sobre la muerte del gran Jerry Leiber, letrista esencial del rock y el pop. Se ha ido una figura clave para explicarse los mejores años del rock'n'roll junto con Mike Stoller. También ayer se supo de la muerte de Nickolas Ashford, músico de Motown. Aquí podéis leer la necrológica de Diego A. Manrique . Ayer fue un día aciago para la música, sin duda.
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Como dijo Nesushi Ertegun, productor ejecutivo de Atlantic Records, bastaría con decir que fue el autor de la letra de <<Hound dog>>, famosa en el irresistible movimiento de caderas de Elvis Presley, para ser recordado para toda la vida. Pero no. Jerry Leiber, fallecido el lunes a los 78 años en Los Ángeles debido a complicaciones cardiopulmonares, era más que eso, más que un grandísimo letrista. Era un adelantado a su tiempo. Junto a su inseparable amigo Mike Stoller, formó la pareja compositiva más brillante de la música popular norteamericana. De su irrepetible repertorio surgió, a mitad del siglo XX y como una bocanada de aire fresco, la cultura juvenil y el rock’n’roll.
Nacido en Baltimore e hijo de inmigrantes polacos, a los 12 años se fue a vivir a California, un viaje que le llevó a cruzar Estados Unidos de costa a costa en autobús. Instalado en Los Ángeles, ciudad de la que se enamoró por su escena artística, trabajó en una tienda de discos mientras compaginaba sus estudios. En 1951, conoció en el instituto a Mike Stoller, un pianista de formación clásica con el que compartía una misma pasión: el R&B negro.
Como dice el propio Leiber en Hound dog, las memorias escritas sobre él y Stoller por David Ritz, estaba fascinado por la cultura afroamericana. Al igual que quedó hipnotizado del Boogie Chillen de John Lee Hooker cuando lo escucho por la radio, sintió que la vida pasaba por el R&B como los hipsters sentían que pasaba por jazz en su versión bebop. Era lo que Norman Mailer llamó en su famoso ensayo de 1957 un white negro (blanco negro), un blanco que quería estrechar lazos con la cultura negra, adoptando su lenguaje, su ropa y su sentimiento.
Como hipsters del pop, ambos se lanzaron a componer. Con Stoller sentado al piano y Leiber escribiendo letras sin parar, "una máquina de ideas" según su compañero, la pareja compuso, entre otras, <<Kansas City>> o <<Hound dog>>, que en la voz de Little Willie Littlefield o Big Mama Thorton, respectivamente, sonaban a correoso R&B. Pero la fuerza innata de las composiciones de esos dos chicos blancos consiguió un milagro en los cincuenta, superando, primero, la barrera de la raza y, segundo, definiendo parte de la incipiente cultura juvenil.
De todos los que se pueden decir, ningún ejemplo es mejor que el protagonizado por Elvis Presley. Su versión de <<Hound dog>> sacó a todos los jóvenes a la pista de baile y unió fronteras estilísticas y humanas. Sin embargo, Leiber nunca quedó contento con los cambios introducidos por el cantante en la letra original. “Elvis la cantaba, pero Big Mama la clavaba en el alma”, decía en sus memorias. Y, aunque aseguraba que con Elvis “había nacido la revolución adolescente del rock’n’roll”, no entendía cómo a los blancos les podía gustar más Presley o Buddy Holly, que también interpretó sus canciones, antes que negros como Bo Diddley, Little Richard, Chuck Berry o Ray Charles.
A pesar de que Hound dog vendió siete millones de copias, fueron fichados por Atlantic Records por su trabajo con los Coasters. Si la música de Stoller era aire nuevo, sus letras tenían la virtud del nuevo lenguaje: frases simples, estribillos mágicos y sentimientos universales para una juventud que buscaba emanciparse del mundo adulto. Pegadizo y rico en matices callejeros, su vocabulario se desarrollaría en todo su esplendor en el sello de los hermanos Ertegun y Jerry Wexler. En Nueva York, fueron pioneros en pulir a los músicos negros para acercarlos al público blanco y, así, trabajaron con The Drifters, entre otros, para sentar cátedra firmando éxitos como <<On Broadway>>, <<Only in America>> o <<Stand by me>>. Y, entretanto, hicieron de padrinos de toda la maravillosa generación de compositores del Brill Building, entre los que se incluían Burt Bacharach, Doc Pomus, Carole King o Phil Spector.
Con su gran lírica cómica, teatral y directa, Leiber captaba el pulso de la juventud y los cambios del país. Según Stoller, hasta la historia dio la razón a Leiber con la elección de Barack Obama. Se refería a <<Only in America>>, que en la abrumadora voz negra de Ben E. King rezaba: “Solo en América un chico sin un centavo puede tener una oportunidad y quizá convertirse en presidente”. Visto hoy, la fascinante historia de la música popular estadounidense tiene en Leiber un nombre con letras de oro.
Hay 1 Comentarios
Semana negra para la música D.E.P. en ese cielo de los muscos y la selección de 10 si señor.
Publicado por: Chema | 24/08/2011 8:12:36