Llegué a tener una pequeña obsesión pasajera con Hold Time, disco de M Ward. Era como si su extraño folk de barniz pop tuviese algo de ensoñador. Es decir, durante un tiempo en mi vida, donde necesitaba caer como en un pozo de estrellas y lugares lejanos, un espacio etéreo, de profundo aspecto irreal pero cercano, este disco se hizo mi válvula de escape. Como me ha sucedido con tantos (ahora recuerdo el Ashes & Fire de Ryan Adams o el Circuital de My Morning Jacket), no dejaba de pincharlo, de hacer que me socorriera con sus melodías y estribillos resbaladizos, con su música desnuda e imbatible. Canciones como Jailbird eran morfina cósmica. Ahora, M Ward está de vuelta y, seguramente, me suceda lo mismo: haré de este disco un pretexto para transportarme a ensoñaciones poco corrientes.
El nuevo trabajo de este músico de Portland se llama A Wasteland Companion, un título inspirado en un poema de T. S. Eliot, uno de los grandes autores de la literatura estadounidense. Más enraizado que muchos compañeros de formato indie, menos clásico que la vieja guardia de creadores, M Ward forma parte una rara especie de compositores norteamericanos, en su plausible condición de independiente e inquieto. Es por eso que es difícil etiquetarle, aunque su música tampoco lo permite, pero tiene la bendición de unos y otros, aparte de ser el 50% del exitoso dúo She & Him o miembro de Monsters of Folk. Giant Sand, Neko Case, My Morning Jacket, Lucinda Williams, Norah Jones, Cat Power o Jolie Holland le avalan, entre otros, pidiendo su colaboración o dejándose caer en sus proyectos.
Observo que el bueno de M Ward es visto en España como un grande contemporáneo de los sonidos norteamericanos, siendo disco destacado en Ruta 66 y portada en Rockdelux, y me alegro. Tras una carrera siempre ascendente, mi pequeña obsesión por Hold Time me hizo percibir en él algo más que un buen (o muy buen) compositor. Capté en él una especie de intensidad poética, al alcance de muy pocos. Esto le hace no ser convencional y, por tanto, mucho más difícil de apreciar para las rápidas escuchas o los oídos perezosos. M Ward esconde mucho más de lo que a priori muestra. Diría que es como un Terrence Malick de la música americana.
De alguna manera, es lo que viene a decir mi amigo Alfred Crespo en su reseña en Ruta 66. Este pequeño genio parece estar de paso pero cuidado: tiene mucho que ofrecer y cuando te arrimas a su obra con el debido interés, te deja sin palabras. Por eso, me sumo a sus palabras en su reseña cuando dice: “Lleva años rozando la excelencia, es cierto, pero dos simples escuchas a su nueva docena de creaciones basta para saber que lo que tienes situado en el estéreo es canela en rama, uno de esos discos que por múltiples motivos no permite que se estampe en él una fecha de caducidad”.
Leo también con ganas la entrevista que lleva como portada la revista Rockdelux con M Ward. En ella, el compositor habla de muchos aspectos de su carrera pero me quedo cuando cuenta el homenaje que le ha hecho al fallecido Alex Chilton con la canción Clean State. De cómo se unió al resto de miembros de Big Star en el festival South By Southwest de Austin toda vez que se enteraron de su muerte. Me gusta ese vínculo circunstancial. Creo que M Ward, a fin de cuentas, tiene ese algo especial que tenía un grande en la sombra como Chilton. Tiene bendita independencia y benditas ganas de explorar con su música. Como Chilton, es alguien que no piensa en el lado comercial, facilote, del asunto. En ellos hay una agradecida necesidad de que el oyente tome partido. Y, una vez que lo hace, la recompensa merece la pena.
Pero también quiero rescatar de esta buena entrevista a cargo de David Saavedra la frase en la que nuestro protagonista dice a propósito de la magia que esconde la música: “Puedes escuchar una canción triste en la radio de, por ejemplo, Roy Orbison, y sentirte mejor”. Así de simple. Es extraño pero es real. Si necesitas un viaje a las estrellas, puedes no moverte del sitio. Si necesitas cura, o algo que se le parezca, solo tienes que compartir tu dolor con una canción.
Hay 11 Comentarios
Magnifico disco, "Me and my shadow" destacable. Gracias x acordarte d Ryan Adams, infravalorado en extremo.
Publicado por: berni | 02/05/2012 16:36:27
Fantástico M.Ward. Mi disco favorito suyo es "Post-War", pero este nuevo "A Wasteland companion" me parece que no desmerece en absoluto al anterior "Hold time". Aquí le dedicamos una reflexión, junto al también excepcional "Maraqopa" de Damien Jurado:
http://elcadillacnegro.com/2012/04/17/m-ward-y-damien-jurado-retorno-al-pasado/
Publicado por: matmo | 17/04/2012 11:16:59
Parece delicioso. No conocía a M. Ward. A seguir aunque sea en abril de 2012, un mes grande para Luis Rosales que aunque menor que Eliot, poeta sin duda alguna, como dijo Carlos Barral.
Publicado por: ALEXCRIVI | 16/04/2012 15:45:55
También se me ha venido Tweedy a la cabeza.
Es buen mes abril para escuchar a M. Ward. Como decía T.S. Eliot, Abril es el mes más cruel.
´
http://planetamancha.blogspot.com/
Publicado por: Nomeko | 16/04/2012 8:25:11
Hola.
No se que comentar, un wuaHHHHH!!!!!!!!!!!! M.ward, Debilidad.
Un genio, y buen post y me compre el rock de luxe. y es una gozada el articulo.
Publicado por: Chema | 15/04/2012 14:14:34
Primeramente felicitaciones por el articulo! Me ha fascinado la elección musical, conocía poco de M Ward, pero ahora después de escuchar el video y de leer este post no he dejado de ponerlo. Tienes toda la razón; la música me hace sentir mejor y me acompaña día a día. Ahora tambien con M Ward...
Publicado por: Claudia | 14/04/2012 13:04:17
Hola Fernando,
Me ha parecido un acierto absoluto la referencia a Mallick, creo que Ward comparte con el cineasta esa cualidad de los artistas con gran vida interior y capacidad para mostrarla y cuyo disfrute se logra con un merodeo insistente más que con el vistazo rápido que los tiempos parecen destinar.
Una gran entrada sobre uno de los grandes.
Saludos
Publicado por: Ferrán Blasco | 14/04/2012 7:21:53
Una destacable reseña sobre un músico con estilo. Si la calidad se tradujera en popularidad instantánea, la mitad de 'She&Him' y la cuarta parte (creo) de' Monsters of folk' debería tener una legión de fans. Pero, por suerte, no le hacen falta. Tiene bastante con unos cuantos tipos solitarios y soñadores.
Publicado por: Montag | 14/04/2012 2:55:19
Una destacable reseña sobre un músico con estilo. Si la calidad se tradujera en popularidad instantánea, la mitad de 'She&Him' y la cuarta parte (creo) de' Monsters of folk' debería tener una legión de fans. Pero, por suerte, no le hacen falta. Tiene bastante con unos cuantos tipos solitarios y soñadores.
Publicado por: Montag | 14/04/2012 2:55:18
Yo también lo vi en Madrid, en el teatro Lara, después de mucho tiempo enamoradísima de él, y aunque fue emocionante, eché en falta algo, pero sus canciones son sublimes.
Publicado por: Alba | 13/04/2012 12:45:16
Tuve ocasión de verle aquí en Madrid (en la Joy, creo) y me pareció sublime también en su faceta de intérprete e instrumentista.
Creo que él y Jeff Tweedy están al mando de todo esto. Y espero que lo sigan estando durante décadas, porque han demostrado que lo valen
Publicado por: ahuescar | 13/04/2012 10:13:30