La magia luminosa de Roger McGuinn

Por: | 29 de junio de 2013

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En la mayoría de las ocasiones, seguramente, somos nosotros los que buscamos a la música. Pero, en otras cuantas, creo firmemente que sucede al contrario. Ella nos busca a nosotros. La experiencia me dice que siempre que llega el verano hay músicos, discos, canciones, que vienen de algún lugar lejano e indescriptible para buscarme, recogerme y llevarme al universo que solo ellos esconden, perfecto para estas jornadas soleadas, que son una invitación a la vida. El último en hacerlo ha sido un clásico como Roger McGuinn.

No iba buscando al bueno de McGuinn ni nada que sonase a The Byrds. No iba buscando canciones de melodías pegadizas ni estribillos potentes. No iba buscando nada. Simplemente, pasé por Escridiscos y surgió Back from Rio tras la recomendación de los amables dueños de la tienda, que ahora se jubilan. Un disco que inexplicablemente se me había escapado estos años.

Roger-McGuinn-Back-From-Rio---S-506978Publicado en 1991, Back from Rio muestra un gran corazón cubriendo lo que podría ser el territorio de Brasil y algo más en una bola del mundo, como si en tierras tropicales latiesen sentimientos auténticos. Al contrario de lo que indica el título o lo que pueda parecer por la ilustración de la portada, el álbum no tiene nada que ver con tropicalismo, ni bossa-nova, ni samba. Tal vez, pueda relacionarse con la luz, con la brillante luz, tan especial en ese lado del planeta, que se guarda en las pistas de este disco. 


Back from Rio supuso una especie de resurrección artística de McGuinn, que había publicado su anterior trabajo en solitario una década antes y, por entonces, a finales de los ochenta, lo más destacado que hizo fue abrir algún concierto para Bob Dylan y Tom Petty. De hecho, en este trabajo se rodea de un plantel de lujo, llegando incluso a contar con los pájaros David Crosby y Chris Hillman, que dejaron atrás sus rencillas en The Byrds y ponen su grano de arena. Pero lo más destacable son las aportaciones de Elvis Costello, que cede el tema You Bowed Down, y Tom Petty, que ayuda en la composición del single King of the Hill y hace de segunda voz en la misma pista. Otros Heartbrakers como Mike Campbell o Benmont Tench se dejan caer por el disco al igual que Dave Stewart de Eurythmics o Jules Shear.

 

Con su habitual maestría, McGuinn rasga su Rickenbaker para alcanzar ese sonido cristalino y expansivo que fue seña de identidad de los irrepetibles The Byrds. Como un latido extraordinario, oculto entre acordes unidos bajo una bendición melódica, todo el álbum desprende un optimismo nostálgico, esa especie de reafirmación personal que se apoya en las enseñanzas de los recuerdos para luego proyectarnos en perseguir de nuevo los sueños. Ahí, y nada más que ahí, es el lugar al que sale a rescatarte este disco, esta obra del genio de McGuinn, hacedor del sonido de Los Ángeles en los sesenta, esa pureza sonora que te lleva a una puesta de sol o a un viaje en carretera sin rumbo fijo.

En la mayoría de las ocasiones, decía, somos nosotros los que buscamos a la música, pero en otras muchas es ella la que viene al rescate. Normalmente, en verano, para el oyente vivaz hay multitudes de canciones luminosas, barnizadas con el tapiz maravilloso del pop clásico o sedimentadas con la electricidad potente de unas buenas guitarras de rock’n’roll, que surgen como por arte de magia para recordarte que el verano, esa estación que lo cambia todo, ha llegado. Te sacan del aturdimiento, de la rutina, del sopor, para llevarte a su universo, tan distinto de las mismas paredes de siempre.

Puedo afirmar que conmigo Back from Rio lo ha conseguido. Me ha llevado a su glorioso universo donde las melodías radiantes conviven en el espacio con voces melancólicas y coros celestiales. Allí donde la mente se eleva por encima del presente, de lo que eres o intentas ser. Cuando escucho casi con obsesión una canción como The Time Has Come pienso, qué narices siento, que la música aparece para encontrarme en mitad del camino. Entonces, me agarra con fuerza para transportarme al mundo que esconde. Y, en este caso, es cuando a cualquiera que me pregunte, más si es un descreído, le digo lo que creo: hay magia en la música, no seas tan necio para no salir a su encuentro, para no dejarte agarrar.

 

Hay 8 Comentarios

Para, solo por King of the hill, ya está por encima de la media Nadie ha visto cuando Tom Petty habla de ello en el documental de Peter Bogdanovich?

Vale, es casi tan bueno como lo que hicieron los Flying Burritos Brothers

No seáis pesados, es un músico bueno y disco normalito, si no, por qué pasó desapercibido ? de haber sido un gran disco otro gallo habría cantado. No os empeñéis en buscar artistas especiales que os distinga del resto de los melómanos.

No seáis pesados, es un músico bueno y disco normalito, si no, por qué pasó desapercibido ? de haber sido un gran disco otro gallo habría cantado. No os empeñéis en buscar artistas especiales que os distinga del resto de los melómanos.

No quiero dar envidia a nadie pero tu post me ha recordado que Roger presentó "Back from Rio" en Madrid, en un showcase mañanero en El Ambigú, club de la calle Leganitos.

Hola !!

Grande Fernando gran final de articulo, sentir la magia de la música dejarse atrapar, dejar que te transporte, es una de las mejores maneras de sentir que esta vivo y que el futuro esta ahí para demostrartelo.

Keep On!!

Me acuerdo del estilo que se hizo bastante popular el "county-rock" y entre las formaciones tipo Poco,Firefall , America,New Saga of Purple League incluso Crosby,Stills y Nash,destacaban también los Birds pero mas sus elementos en solitario como Roger.Una música maravillosa que todavía tiene intérpretes y seguidores.

Hola
Desde luego es un discazo. Si solo puedes tener un disco de McGuinn que sea este. Byrds aparte ofcourse.
Yo tengo una edición barata que, para mi gusto, tiene mejor portada. Una foto con un pensativo Roger rasgando su Rickenbaker en la que claramente se puede leer "Roger McGuinn limited edition". No hace falta decir más.
Estupenda entrada. Un saludo.

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