La Ruta Norteamericana se detiene en su sección "Parada para repostar". Y lo hace con la recomendación del mejor soul contemporáneo de la mano de Toni Castarnado, firma habitual de este blog. Las sensaciones del soul siempre son bienvenidas en este blog y el texto de hoy propone las más vibrantes y emotivas sensaciones del género con Cody Chesnutt, bastante desconocido pero con un talento más que reseñable.
Texto: Toni Castarnado
Como costumbre, los balances los hacemos a final de año. Es entonces cuando los análisis y las listas con los mejores discos de ese curso salen a la luz. Pero casi nadie, repara en sentarse tranquilamente y pensar en qué discos o directos nos han impactado cuando el verano irrumpe. El problema es, que por regla general, salvo lanzamientos muy destacados, los que pertenecen a esa primera horquilla de los seis meses, suelen caer en el olvido, menos aquellos que tienen una vida más larga. La memoria nos traiciona, y es más fácil tener fresco el disco editado en otoño que el del inicio de la primavera. Por esa razón, en el mes de enero me encanta ver qué listas se publican, qué álbumes se destacan, y ante todo, qué es lo que me he perdido. Y no solamente en los medios a los que todos acudimos irremediablemente, también me gusta pulsar la opinión de amigos y conocidos.
En un foro con no más de una decena de personas en la que todos discutimos sobre música, y aprendemos los unos de los otros, hacemos nuestras listas con lo mejor y lo peor de ese año. Él que se escaquea es perseguido hasta que cumple con su deber. Algunos le ponen más ahínco, hay otros que menos. Yo ni una cosa ni la otra. Sacas buenas conclusiones, y una larga lista de discos que se te han pasado son apuntados en algún papel que te acompañara durante varias jornadas. Entre la ilusión y la frustración por descubrir música de interés, y mirando de reojo a la cuenta corriente porque sabes que debido a esa travesura va a bajar ostensiblemente tu crédito. Pero no te importa, ese gasto está justificado, la recompensa será aún mayor. Y uno de los nombres que me llamó poderosamente la atención fue el de Cody Chesnutt.
En una de ellas estaba en el número 1. Me sonaba que tenía el disco promocional escondido entre otros tantos que esperaban a que llegue a su oportunidad, no hacía mucho que se había estrenado. Aunque no era un nombre para mí. Diez años antes cayó en mis manos su disco de debut. Incluso le llegué a entrevistar a propósito de ese lanzamiento. El disco en cuestión era desconcertante, muy indefinido, con ecos de un primerizo Ben Harper. Era muy largo, demasiadas canciones. No pasaba de la anécdota. Y ahí se quedó. Le entrevisté, pero el recuerdo no me dejó huella, su timidez le impedía explayarse. Pero como la vida es una ruleta rusa, por el camino siempre hay sorpresas, reencuentros, una ocasión para enmendar el error. Y era de justicia divina reivindicar “Landing On A Hundred”, la continuación de aquél tras su retiro espiritual durante años. Su aterrizaje no hizo mucho ruido, quedó en un segundo plano.
El anuncio de una gira por aquí en el mes de marzo avivó la llama, creció mi obsesión. Yo entonces, ya le había dado unas cuantas sacudidas al disco. No paraba de sonar, se repetían las escuchas, el disco creaba adicción. Quizás, junto al de Jacco Gardner y al de Cheyenne Mize, el que más me ha enganchado en los últimos meses. Y bien, una vez llega el día del concierto, tengo dos invitaciones para el mismo. Pero al final me acaba sobrando una. Semanas más tarde me la hubiesen quitado de las manos tras recomendarlo a diestro y siniestro. Me ven tan convencido, con los ojos tan brillantes cuando hablo de su actuación y de sus canciones, que más de uno pasa por caja para comprarlo. Incluso lo regalo a algún buen amigo que cumple años. Con canciones de tanto calibre, con esa magia inherente, con esas melodías tan cálidas y vibrantes, con el savoir affaire de los viejos soulmen, una delicia y un obsequio para los sentidos. Algo esperado por quienes le seguían desde hacía tiempo, no se había prodigado ni en estudio ni sobre las tablas de un escenario.
“Ahora sólo pienso en ser un buen padre. Tengo un hijo y me quiero dedicar por completo a él. Quiero leer mucho, aprender cosas, seguir estudiando y experimentando sobre la vida. Musicalmente de momento no me planteo grandes cosas, pero si hay algo que me gustaría hacer, componer canciones para películas. El cine es mi gran hobby, y escribir las canciones de una banda sonora sería como un sueño”, decía en la rueda de promoción de su debut, “The Headphone Masterpiece”. Una obra grabada prácticamente en su totalidad en una habitación de su casa, con una base de neo-soul, funk y hip-hop. El mismo teorema que en el disco que grabaría diez años más tarde, sólo que este último, está mejorado, no es tan denso, mucha cohesión entre temas y estilos, en resumen, más profesional en el sentido más amplio de la palabra. Piezas como “I´ve Been Life” y ese lema escrito en el que proclama que desde el día de su nacimiento él es el más grande sobre la faz de la tierra, el ritmo infeccioso de “That´s Still Mama” y “Don´t Wanna Go The Other Way”, ese paseo por la iglesia a lo Terence Trent D´Arby en “Love Is More Than A Wedding Day”, y el single “Under The Spell Of The Handout” al que he acudido durante días, semanas y meses cuando el cuerpo me pedía ese plus de energía positiva.
En directo toca únicamente esos cortes de nueva factura, se lo debe a sus hijos, sólo puede interpretar lo que ha compuesto mientras ellos ya existían, y pide disculpas por ello. A educado no le gana nadie. Después se quita el casco que exhibe durante su calurosa exhibición y se pone un albornoz cuál boxeador que acaba de noquear a su contrario por KO técnico para saludar uno por uno a sus rendidos incondicionales. Su padre, responsable de que su hijo fuese músico -trabajaba de manager para grupos mientras Cody aún tomaba el biberón-, estaría orgulloso de él. También deberían Marvin Gaye y Curtis Mayfield. Ya tienen a su hijo prodigo.
Texto: Toni Castarnado, autor del libro "Mujer y música" (66 rpm) y colaborador de Ruta 66 y Mondosonoro.
Hay 6 Comentarios
Ya conocía algo de Cody pero este es un discazo; si señor. Feliz verano Fernando y colaboradores y como siempre "Seguir así".
Publicado por: Manuel | 30/07/2013 20:31:56
Hola!! Bueno después de leer el post y escuchar su video, Habra que seguir mas atentamente a Cody. Suena muy bien.
Apuntado queda,
Keep On!
Publicado por: Chema | 13/07/2013 10:36:14
Es "savoir faire" no "savoir affaire". Un "affaire" es un asunto, lío, una aventura.
Publicado por: Javier | 13/07/2013 10:02:39
Hola
La primera vez que supe de este gran artista fue su colaboración con The Roots en el disco "Phrenology" con el estupendo tema "the seed 2.0" (lo confundía con el pianista Cyrus Chestnut y no entendía nada, pero eso es otra historia).
Y ahora se me había pasado su segundo disco. Esta claro que hay que ponerse al día. Muy buena pinta.
Un saludo.
Publicado por: Manu3l | 12/07/2013 11:46:39
Amaño de partidos en España, 6 ejemplos de partidos corruptos. Tebas, dirigente de la Liga de Fútbol Profesional pone orden.
http://www.warrantsyquinielas.com/2013/07/amano-de-partidos-en-espana-6-ejemplos.html
Publicado por: Warrants_1X" | 12/07/2013 9:47:20
Cada vez que os poneis a poner nombres intocables, vuestro promocionado queda en el mas absoluto ridiculo Con decir que lo hace muy bien ya bastaba pero os empeñais en quedar en ridiculo una y otra vez. Es como la historia aquella de Paperboy....
Publicado por: Albert | 12/07/2013 9:01:20