El country, ese gran paraguas de la música americana, siempre ha tenido desvíos más que interesantes, repletos de curvas. Suele ser normal que la gente se quede con el tópico de la música de vaqueros, dominada por la estética del sombrero, la camisa, los tejanos y las botas, donde los sonidos están muy apegados al aspecto tradicional, pero a poco que uno abra puertas a base de discos se encontrará con todo tipo de paisajes rítmicos de toda índole y condición. Eddie Spaghetti, de gira por España, se desmarcó desde muy joven al tomar curvas llenas de vertiginoso rock, ofreciendo la posibilidad de un viaje distinto al del country de corte rural.