Este blog se detiene en su sección 'Parada para repostar' a través de la magnífica recomendación de uno de sus colaboradores habituales, Eduardo Izquierdo, firma de Ruta 66, Mondo Sonoro y Efe Eme, entre otros medios. Como es normal en él, Eduardo rastrea como pocas personas en este país en las carreteras secundarias de la música norteamericana para descubrirnos los últimos puntales a tener en cuenta. Un auténtico lujo, por tanto, contar con él para que nos diga por qué se hace necesario escuchar y hacerse con Willie Sugacapps. Caviar.
Texto: Eduardo Izquierdo
La primera vez que oí el disco que acababa de publicar la que para mí era una banda desconocida hasta entonces no pude evitar que se me erizara la piel y un escalofrío recorriera mi cuerpo. Allí había algo. Aquellas canciones que respondían al nombre de Willie Sugarcapps estaban tocadas por el olor de las raíces. No tardé en recomendarle este disco a Fernando Navarro, capo cannoniere de esta bitácora y a Manolo Fernández, uno de los mitos de nuestra radio. Que a los pocos días de esa recomendación sonara en Toma Uno una de las canciones incluidas en el álbum me confirmó todas las sensaciones.
Pero antes servidor, impaciente y curioso, había investigado de donde venía la dichosa banda para sorprenderme ante los nombres de sus integrantes, viejos conocidos de mi discografía. Encabeza el proyecto Will Kimbrough, músico de sesión habitual de gente como Rodney Crowell, Guy Clark, Emmylou Harris, Billy Jose Shaver, Todd Snider, Mavis Staples e incluso mi amigo Quique González, en sus dos discos de su aventura americana: Daiquiri Blues y Delantera Mítica.
Pero no acaba ahí la cosa porque otro de los integrantes de la banda es el gran Grayson Capps cuyo disco Rott’n’Roll se encuentra entre mis favoritos de siempre. Un auténtico maestro que reúne en su música lo mejor del rock de raíces y pequeños retazos del sonido de su Nueva Orleans natal. Corky Hugues, habitual de la banda de Capps también aporta su granito de arena. Y finalmente los miembros del dúo Sugarcane, Jane Savanna Lee y su marido Anthony Crawford, también habitual de gente como Rosanne Cash, Neil Young, con el que ha llegado a grabar cinco discos (entre ellos mi favorito, Old Ways), o Dwight Yoakam. Así que, con esa formación ¿podía salir mal la cosa? Evidentemente no.
El grupo empezó a tomar forma a partir de The Frog Pond at Blue Moon Farm, una reunión de músicos al estilo de las Midnight Rambler del desaparecido Levon Helm, en las que han llegado a colaborar gente como Malcom Holcombe, Mary Gauthier o Alvin Youngblood Heart. Todo empezó como suele pasar con estas cosas: unos tipos que se caen bien y quedan un día para tocar. La química hizo el resto. Los cinco se dieron cuenta rápidamente que allí tenían algo y merecía la pena aprovecharlo. No tardan en dar nombre a la banda, utilizando la mezcla de los suyos propios y Willie Sugarcapps toma forma.
Trina Zapatero, ingeniero habitual de Capp se encarga de la grabación y la producción de diez canciones que no tienen desperdicio. Artesanales. Seminales. Pasionales. Desde la inicial que da nombre al proyecto, con un excelente juego de voces que evoca a los mejores The Band con el ente de grandes del country como Merle Haggard, pasando por la festiva «Mr. Lee», todavía más The Band, la espléndida «Energy» con una emotiva steel guitar, ese «Colorado» cantado por Jane Savanna Lee en la línea de la mejor Emmylou Harris o la recuperación de «Poison» (excelente canción) que Grayson Capps ya incluyó en su disco Wail & Ride (2006).
Cinco excelentes músicos reuniéndose sin pretensiones suele ser casi siempre garantía de éxito. Comparten la composición, sus instrumentos, sus voces, sus anhelos y sus esperanzas pero, sobre todo, su música. Y de eso andan sobrados.
Texto: Eduardo Izquierdo, colaborador habitual de Ruta 66 y Mondosonoro y autor del blog Los Hijos Bastardos de Henry Chinaski.
Hay 4 Comentarios
Hola!! Yo les escuche en Toma uno, y quede enganchado a la banda. Sin duda son increíblemente buenos.
Keep On.
Publicado por: Chema | 27/10/2013 11:03:22
La cantera inacabable del rock USA. Yo os recomiendo la escucha de Darrell Scott otra fiera por descubrir y disfrutar.
Publicado por: Junior Bonner | 26/10/2013 14:25:41
Lo tengo escuchado desde hace un tiempo y está, por méritos propios, entre lo mejor de este año y, con diferencia, es el disco más auténtico del año, grabado como está en un porche de una casa, sonando a música real, sin mierda computerizada.
Publicado por: SinTapujos | 26/10/2013 10:43:56
Buenísimo. Es que además el disco lo montaron así, unos amigos que quedan para hacerlo en el porche ese que se ve en los vídeos y lo graban del tirón, el mismo día. Los directos deben ser brutales. Gracias por traérnoslos.
Publicado por: Jose | 26/10/2013 7:17:40