
Se puede descubrir música de las formas más dispares. Y, a día de hoy, Internet, ese mar infinito de información, es un lugar idóneo para explorar y dar con nuevos tesoros. Puedo decir que uno de mis últimos descubrimientos musicales ha llegado gracias a Internet. Concretamente, mediante las redes sociales. Pero me ha llegado de la nada, sin buscarlo: el músico, natural de Sharpsville, una pequeña localidad del oeste de Pennsylvania, se puso en contacto conmigo al ser lector de este blog para pasarme su disco. No es la primera vez ni será la última que una banda o cantante pasa su material a un periodista musical pero lo sorprendente de esta historia fue que, llegado desde el otro lado del Atlántico, lo que recibí fue una pequeña gran joya. Quedé enganchado a este fantástico descubrimiento. Apuntad: Conrad Shiner.