De larga tradición familiar le viene la cosa. Y la cosa es una magnífica visión para interpretar country. Carlene Carter, hija de June Carter, de la legendaria The Carter Family, acaba de sacar un nuevo disco. Sabroso artefacto de música de raíces norteamericana, ideal para degustarse, por ejemplo, en apacibles noches de verano.
El nombre del álbum es toda una declaración de intenciones: Carter Girl (Rounder Records). La chica de los Carter, el apellido como marca de la casa, como emblema a reivindicar a estas alturas del siglo XXI. De hecho, el disco es un amplio, ligero y sentido homenaje al legado de su familia, representada en el famoso trío de bluegrass y folk The Carter Family, que conquistó las ondas norteamericanas y los corazones de millones de oyentes durante décadas desde sus primeros pasos en los años veinte del siglo pasado con su propuesta que unificaba los sonidos de los Apalaches con el country y el folk más primitivos.
Carter tira de cancionero de la Carter Family para tejer un disco bien trazado a través de composiciones emotivas, sencillas y bonitas, en las que el ropaje tradicional brilla en su tierna voz. De alguna manera, es como si reviviese la parte más espiritual de su madre June y su padre Carl Smith, cantante country que demostró profundas dotes de baladista, con los que está mucho más ligada artísticamente que con su padre putativo Johnny Cash, siempre más fiero.
Con frescura y amor, la cantante de Nashville bucea en las canciones de sus abuelos para moverse entre medios tiempos country pero sin descartar aproximaciones más vitalistas con puntuales retazos de blues y de folk juguetón. Lo estupendo de este trabajo es esa combinación de aroma tradicional con envoltorio actual, con un casi inapreciable formato pop. Y parte de la culpa no sólo la tiene su protagonista sino también la producción de Don Was, curtido en mil batallas con Bob Dylan, Willie Nelson, Rolling Stones, Leonard Cohen o Bonnie Riatt, haciéndose un experto en hacer pasar el pasado sonoro como si fuera presente inmediato.
Carter Girl, aparte, cuenta con los cameos vocales de grandes puntales: el mismo Willie Nelson, Vince Gill y Kris Kristofferson. Y conviene apuntarlo: es un agradecido regreso. Porque Carter llevaba desaparecida desde 2008 cuando publicó otro trabajo más que recomendable como Stronger. A decir verdad, apenas se ha dejado ver discográficamente en los últimos 25 años pero sus obras en ese tiempo nunca han decepcionado, ofreciendo ese country con belleza pop, en la senda de su madre o Brenda Lee, que tan bien entra por los oídos. Ahora, su nuevo disco vuelve a conseguirlo y nos invita a esa típica escucha nocturna de verano, donde todo adquiere un estado plácido sin igual.
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