Tras las vacaciones de verano, La Ruta Norteamericana vuelve a ponerse en marcha y lo hace con su sección en la que cuenta con firmas invitadas. En este caso, nos acercamos al soul y al hip-hop gracias a la colaboración de Toni Castarnado, parte indispensable en este blog con sus recomendaciones musicales. Hoy nos trae a un artista en la cúspide.
Texto: Toni Castarnado
Hace poco, zapeando durante una noche casera, con el aire acondicionado a tope e intentando desconectar de todo en plenas vacaciones de verano, veo por televisión una entrevista a un músico consagrado que tuvo mucho éxito en el pasado y que por circunstancias, ahora no tiene tanto. El presentador, así sin más, le pregunta a su invitado si el dinero es lo que más le importa. Lo más fácil y gratuito hubiese sido responder que no, que en realidad haces canciones y te dedicas a esto por amor al arte, que lo que te lleva a estar componiendo y tocando donde te llamen es por pura pasión, más que por unos honorarios generosos. Sería más sencillo difundir que compartir tu talento con los demás es tu objetivo número uno, casi el único. Sin embargo, para sorpresa mía, el músico en cuestión reconoce que el dinero si es lo que más importa, muy por encima del resto de cosas. Que sin billetes en la cartera no se va a ningún lado.
Me sorprendió su sinceridad, me dieron ganas de aplaudir al escucharle. Con tanta hipocresía como hay a nuestro alrededor, escuchar a alguien hablar así, sin pelos en la lengua, es de agradecer. De inmediato, me vino a la cabeza la canción de Aloe Blacc I Need A Dollar. En el video-clip de la misma, ves a transeúntes en busca de una oportunidad, callejeando mientras las opciones de hacer caja y obtener ingresos es clamar al cielo en situaciones límite, un reto cada vez es más complicado para quienes no disponen de un trabajo digno. Una sensación similar a la de pasear por ese Detroit sucio y gris vanagloriado por Jack White con las imágenes de Solo los amantes sobreviven de Jim Jarmusch, con vampiros anónimos que te chupan la sangre, aunque no sea precisamente por el puñado de dólares que perseguía Sergio Leone con Clint Eastwood como escudero. Cuando este californiano de origen panameño escribió este tema, jamás imaginó el impactó que iba a causar con ese estribillo universal.
Entonces, los bolsillos se le llenaron a él, y más cuando el corte sonó en la serie How To Make It In America. Esa era una de las piezas de Good Things, el tercer disco de su carrera, y el primero tratado en exclusiva al soul. En su debut Shine Through había rasgos de música latina debido a la influencia familiar, su continuación estaba más enfocada al hip-hop, estaba a tiempo de situar su discurso. En cambio, en Lift Your Spirit, hay un poco de todo, él lo llama pop. Aunque lo cierto es que durante su escucha vas de salto en salto, del hip-hop al rock, del soul al pop, un viaje extraordinario con música de extrema calidad sensible a cualquier oído. “La visión para este disco está más cercano a un sonido clásico pop. No fue preconcebido, no fue hecho a conciencia. Fue producto de la producción, el sonido es muy fresco”.
Aloe Blacc está en la elite, en su nuevo álbum colabora Pharrell Williams -Love Is The Answer es su preciado regalo-, utiliza piezas como Your Song de Elton John como ingrediente extra para sus creaciones, homenajea a Marvin Gaye y le da las gracias por defender con sus letras el honor del ser humano, glorificar el poder del hombre, ya sea blanco o bien negro. Sus canciones -en este caso The Man- están en campañas polémicas con el fútbol como excusa, aunque extraña que no sea un deporte más arraigado a la sociedad americana quien lo protagonice. La música negra, y más concretamente el hip-hop, han casado perfectamente con el deporte de la canasta, se han trabado buenas amistades, la conexión es evidente. Jay-Z y Allen Iverson son dos nombres que salen a la palestra. “En cuanto al baloncesto, siempre ha habido una vinculación con el mundo del hip-hop con el que también me unen lazos. Tanto las estrellas de la canasta como los raperos persiguen un sueño, ganar dinero y fama con lo que hacen, y para la mayoría, esa es la única manera, ese es el objetivo. Yo ahora no veo muchos partidos de NBA, pero como soy californiano, me siguen gustando Los Angeles Lakers”.
Aloe Blacc es tímido, espiritual, muy educado y parco en palabras cuando estableces comunicación con él. No obstante, él es de esa clase de músicos que no para quieto ni un momento. Tiene en marcha el proyecto Artivist Entertainment para dar cobijo a artistas de toda índole, ya sean músicos, poetas, fotógrafos o cineastas, persigue el sueño de producir a otros músicos junto a su mujer Maya Júpiter y convertirse en un gurú para ellos, cada vez que puede defiende el legado de los músicos negros de los sesenta, Motown sale a menudo de su boca. Incluso, se acuerda de Amy Winehouse, sin ella este revival soul no habría sido lo mismo. “Ayudó mucho a reactivar el género, lo puso otra vez en el mapa. Hay que reconocerle el valor que tuvo. Recuperó un sonido que andaba desaparecido, el soul tenía poco prestigio antes de su irrupción. Le debemos mucho”. De bien nacidos es ser agradecidos. Aquí tenemos a uno, al señor Aloe Blacc.
Texto: Toni Castarnado, redactor de Ruta 66, Mondo Sonoro y Rock Zone. Su nuevo libro Mujeres y música. 144 discos más que avalan esta relación (66rpm). Anterior libro: Mujer y música. 144 discos que avalan esta relación (66rmp).
*** Escucha la lista de reproducción de Spotify La Ruta Norteamericana: El soul es una droga. El mejor sonido negro para vibrar sin parar.
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