Algunos dirán que se cansan de tanto cantautor norteamericano con camisa de cuadros, que repite las mismas canciones, que se autocompadece de no ser más conocido o mejor compositor. Algunos dirán que, entre tanta oferta, es imposible encontrar otro cantautor de auténtico peso en el mundo de la música norteamericana. Y algunos dirán que Cory Branan se incluye en este saco de generalidades. Pero yo lo tengo claro: Cory Branan es un estupendo cantautor, de un gran peso y atractivo artístico.
Nacido en Mississippi, Branan ha sacado este año un notabilísimo disco titulado The No-Hit Wonder, publicado por el interesante sello Bloodshot Records, habitual por su catálogo por los parajes de esta ruta sonora. Se trata de otro testimonio más de su capacidad para componer canciones vibrantes, con ese punto de rock sureño tan agradecido, que recuerda a algunas propuestas artísticas de Jason Isbell, Scott Miller, John Prine o Chuck Ragan.
A medio camino del country y el rock, a medio camino de la confesión acústica o el arrebato de descarga eléctrica, este músico se sitúa como un magnífico storyteller, contador de historias de carretera, sin poder ser etiquetado en ninguna escena concreta, bien sea la vaquera de Nashville, la bluesera de Memphis o la más rockera de Austin. En su nuevo trabajo, tal vez, muestre su cara más desmelenada tras obras más sentimentales como Mutt o The hell you say. Una cara que te alegra el día como pocas cosas pueden hacerlo, como bien demuestra en el corte que abre el disco, You make me, o en otros tan deliciosos como All the rivers in Colorado. Y, con todo, entre sus 11 cortes, arropado por su voz de taberna en hora punta, no deja de oler a campo, a paseo de bluegrass trasladado a este avanzado siglo XXI.
Sinceramente, creo que estamos ante uno de los discos del año para este blog. Un álbum que se suma a una carrera más que meritoria de un cantante que se distingue por su personalidad musical arrolladora, como cuando Ryan Adams se pone en estado eléctrico y pega con ganas. Son temas contagiosos, que te hacen palpitar.
Sinceramente, creo que ya tenemos un nuevo chico en esa exclusiva pandilla de francotiradores del rock norteamericano talentosos y sin corsés, que nos motivan como una buena parranda en el bar con los colegas, que nos convencen de que todavía hay tiempo para un viaje sin rumbo durante un fin de semana. Tú, buena compañía y canciones tan llenas de vida como las de Cory Branan.
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