Hay historias que merecen ser contadas porque simbolizan algo más. Al igual que la vida de Elvis Presley o las dichas y desdichas de los Beatles llevan intrínsecas la evolución, los valores y las aspiraciones de toda una generación musical, la historia de Yo La Tengo, de sus orígenes hasta su consolidación como grupo esencial del rock, guarda las claves para entender la música independiente de las últimas tres décadas.
Pocos grupos encarnan tan bien las inquietudes de toda una clase de música popular creada al margen de los grandes círculos de poder discográfico y comercial. Y pocos grupos o artistas cuentan con un relato tan apasionante y bien documentado sobre su vida artística como ellos. Big Day Coming, escrito por el periodista musical Jesse Jarnow y publicado por Libros de Ruido, cuyas entregas editoriales son estupendas, es una fabulosa biografía de Yo La Tengo pero, como toda gran historia, muestra otros muchos puntos interesantes para relacionar a esta formación con el desarrollo y con el auge del indie rock norteamericano, que nos lleva a descifrar a muchas escenas y bandas actuales.
De hecho, es el gran logro de Big Day Coming, que he terminado de leer recientemente. El logro es comprobar como Jarnow consigue, a partir de la fábula de Ira Kaplan y Georgia Hubley, hablar de la eclosión de diversos géneros musicales que crearon escuela, desde el nacimiento del indie americano con grupos tales como R.E.M. o The Feelies, la explosión grunge (ayudada por la cadena de televisión MTV) o el desarrollo del hardcore a partir de formaciones como Hüsker Dü. Cada página destila erudición pero también amor por la música, desplegando todo un mapa fascinante del rock norteamericano de los años ochenta y noventa, que podría llevarnos sin problemas hasta hoy con Wilco o Arcade Fire.
Antes que hablar de las grandes obras elaboradas por Yo La Tengo, como esos trabajos definitivos que fueron Ride the Tiger, Fakebook, Painful o I can hear the heart beating as one, de los que se puede saber todo tipo de claves en el libro, prefiero centrarme en la primera parte de Big Day Coming porque ayuda a entender cómo, desde que los creadores de Yo La Tengo eran unos adolescentes obsesionados por los 45 rpm, fueron capaces de triunfar desde los márgenes del negocio.
Como bien se dice en el libro, fueron una tercera vía entre la anarquía existencial del hazlo-tú-mismo y el ocio convencional y socialmente aceptado. Su independencia era parte también de un ideal, que tenía sus riesgos. En el texto de Jarnow, se nos muestra cómo desde Hoboken, localidad de Nueva Jersey, al otro lado del río Hudson, alejada del poderoso Nueva York, despuntan esta pareja de chavales, que terminarían en convertirse en matrimonio, con el deseo de hacer la música que no entrara en los radiales de la época. El propio Ira se sentía un forastero de la música de la que escribía en el Soho Weekly News a finales de los setenta.
Por eso, fascina leer sobre toda la actividad que hubo en el Maxwell’s, ubicado en Hoboken, y que adquiere tintes legendarios para la música indie como el CBGB’s los tuvo para el punk americano o La Factory para el desarrollo de The Velvet Underground. O la importancia de la radio universitaria WFMU en todo este entramado musical que evoluciona hasta consolidarse como una escena independiente. Ellos tejieron un sonido propio, con un tratamiento rompedor de la guitarra eléctrica y el bajo y unas producciones lo-fi en las que menos quería decir más, mientras asociaban su estilo distintivo a toda una actitud comercial que evitaba plegarse a lo políticamente correcto.
En definitiva, Big Day Coming es un libro de 24 kilates para cualquier amante de la música, que encuentra en el relato vital de Yo La Tengo algo más. Encuentra el relato de una pasión musical y un mundo vivo y poderoso, el de la música independiente, que ha terminado por protagonizar el último cuarto de siglo.
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