Cada año se producen unos cuantos pequeños grandes acontecimientos musicales en formato disco. Hablo de esos álbumes que, sin cambiar el curso de la historia ni liderar seguramente las listas de los medios, son capaces de revolverte por dentro como las mejores obras de tu discografía personal. Y el 2015 arranca con un pequeño gran acontecimiento protagonizado por The Decemberists.
Llegan a este curso con una trayectoria que pone los pelos de punta. Porque, tal y como se comentó en este blog, su anterior disco en estudio, The King is dead, fue un artefacto de notable para arriba. Con ese aire campestre, de un bello adorno pop, la banda de Oregon compone canciones redondas, que nacen de las raíces para terminar hallando su propio camino en un sonido mucho más pulido.
Con What a terrible world, what a beautiful world, vuelven a bordarlo. Un trabajo ambicioso de 14 cortes que siguen incidiendo en su línea folk preciosista, sustentada en melodías radiantes y sencillas que visten de maravilla con la voz melancólica de Colin Meloy. Un buen ejemplo de esta labor es Philomena, que, con esos coros y vientos en el estribillo, alcanza un clímax propio del mejor aire californiano. Pero no es la única. The Decemberists hacen de lo aparentemente sencillo un alegato por la belleza. The wrong year, Lake song o Anti-Summersong también tienen esa atmósfera de himno heredero de The Band.
Impresiona comprobar cómo estos chicos han ido creciendo y creciendo hasta sonar como un auténtico batallón folk. Como Wilco, The Black Keys o My Morning Jacket en sus propuestas, The Decemberists tienen su propio sonido, imprimiendo un tono solemne a cada canción. Hablábamos de medios tiempos pop con esa seña pero también sucede en su vertiente más rock como en Calvary Captain o en Mistral, que es puro Neil Young, como lo es 12/17/12 en su lado acústico.
A veces, se nos escapa que, fuera de los clásicos que acaparan las portadas de los medios o de esos grupos de otra generación que ya están consolidados en la mente de muchos oyentes ya veteranos, suceden grandes acontecimientos. No harán ruido pero son acontecimientos por su mundo interior, por su resultado sobresaliente. The Decemberists nos plantean en este último álbum un mundo contradictorio, donde la belleza y la crueldad se confunden entre ellas. Y nos muestran algunas de sus emociones con música que se impregna al espíritu.
Hay 2 Comentarios
replicas omega
Publicado por: replicas omega | 08/05/2017 14:17:17
Se han hecho esperar desde el último álbum. Espera forzada por la enfermedad de Jenny Conlee (teclista), creo que un tumor de mama.
Realmente es un acontecimiento para los seguidores.
Además de la pureza de su sonido, la personal voz de Colin Meloy, ese aire "progesivo"... hace que te prendas de esta magnífica banda.
Yo desde luego, la disfruto desde hace años y seguiré disfrutando con este nuevo álbum.
Publicado por: Juan Luis Blas | 03/02/2015 19:21:10