Rick Hall, el sonido Muscle Shoals, el sonido del corazón

Por: | 24 de junio de 2015

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Cuenta Rick Hall, fundador de los estudios FAME, que compuso Patches justo al morir su padre. Lo cuenta en el fabuloso documental Muscle Shoals, la cinta, estrenada en 2013, que repasa el nacimiento y la historia del sonido que marcó una época en la música norteamericana. El otro día volví a revisar el documental. Era de noche y me quedé prendado otra vez al repaso de esos relatos humanos, a sus canciones, al legado de los estudios FAME. Allí contaba Rick Hall, su creador, que compuso Patches al poco de fallecer su padre.

La confesión de Hall me pareció tremendamente ilustrativa de lo que significó (y significa) el sonido Muscle Shoals. Siempre he sentido una adoración suprema por Patches, una canción que descubrí por una gran caja recopilatoria de Atlantic Records, el insustituible sello de Ahmet Ertegun y Jerry Wexler que se alió con FAME para muchas de las grabaciones de los años sesenta. Allí, a orillas del río Tennessee, en Muscle Shoals, Alabama, se cocía algo fuera de lo común y el olfato del enorme Wexler no falló. En FAME, captaban sensaciones evocadoras y potentes. Tal y como cuenta Wexler en el documental, Hall le llamó para decirle que tenía que escuchar una de sus grabaciones por si les interesaba distribuirla y asociarse con ellos y, en cuanto la escuchó, espetó: “Es fabuloso”. La canción era When a Man Loves a Woman de Percy Sledge.

La primera vez que oí Patches fue como si oyese una auténtica plegaria humana, con un latido imbatible, llena de sangre y alma. Por eso, cuando escuché el otro día a Hall recordar la razón que le llevó a componer Patches y, luego, pedirle a Clarence Carter cantarla, me pareció que resumía a la perfección la magia de Muscle Shoals. Dicen al comienzo del documental que la zona de Muscle Shoals está influida espiritualmente por Singing River, como los nativos americanos llamaban al río que atraviesa esa parte de Alabama, el mismo río donde las mujeres y los hombres de otra época, sin estudios de grabación, cantaban cantos tradicionales, en sus orillas. Como si ese legado de alguna forma inexplicable empapase al resto, las muchas y grandes grabaciones de FAME desprenden esa esencia primitiva y litúrgica, rebosan pasión.

De hecho, el propio nacimiento de FAME nace de una pasión desenfrenada, más allá de cualquier opción rutinaria. Rick Hall cuenta que su mujer y él tuvieron un accidente de coche y ella murió. Se volvió un alcohólico y un vagabundo. Dormía en un coche, bebía a todas horas, y poco a poco sintió que fue saliendo de todo tras cinco años gracias a la música. Componía y tocaba. “Era lo único que verdaderamente me importaba”, dice. Y, finalmente, decidió meterse en el negocio y abrir los estudios FAME en una antigua tienda en Muscle Shoals. La música fue su obsesión. Y gloriosa obsesión. FAME compitió con Stax Records.

En la época en la que el gobernador del Estado de Alabama abogaba por la “segregación ahora, segregación mañana, segregación para siempre”, Hall juntó a músicos blancos y negros para crear música que durara generaciones. Así, entre sus paredes, estaba el vital grupo de blancos de Muscle Shoals Rhythm Section, también conocidos como The Swampers, que grababan con afroamericanos, sin distinciones, con la música como pasta que les unía. Eran músicos de sesión de primera categoría que moldearon el sonido Muscle Shoals con, entre otros, Arthur Alexander, Joe Tex, Wilson Pickett, Candi Staton, The Allman Brothers, The Rolling Stones, Jimmy Cliff o Aretha Franklin. La llegada de Aretha daría para otro capítulo, de cómo Wexler la mandó a Muscle Shoals tras salir de CBS, de cómo le encontraron el punto divino a su desparpajo soul tras esos arreglos tan jazzísticos, de cómo con ella inventaron un género y empezó a ser conocida como Reina del soul. Uno de los The Swampers dice que “era una chica especial, se vio solo más cruzar la puerta del estudio, tenía una aura que no tenía nadie más”. Y grabaron I Never Loved a Man the Way I Love You, aunque las sesiones se acabasen en Nueva York, aunque Atlantic rompiese con Rick y The Swampers le terminasen dejando para montar su propio estudio y tuviesen que ser sustituidos.

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Decía que Patches representa, a mi modo de entender, el sonido de Muscle Shoals en toda su plenitud. Hall tuvo una infancia difícil cuando sus padres se separaron. Su madre le dejó a cargo de su padre, un hombre del campo, sin estudios, que apenas pudo darle casi nada en vida. El productor tuvo que dejar la escuela y trabajar desde chaval para salir adelante. Cuando empezó a hacer dinero con la música le compró a su padre un tractor nuevo. El padre no entendía de canciones, ni de esa obsesión de su hijo representada por negros que cantaban a pulmón abierto. Pero era su padre, y le apoyaba, y le dio consejos, y le dijo que tenía que ir a por todo en la vida, que nunca se quedase a medias. Era un padre.

Cuando su padre falleció, Hall, ya un hombre, escribió la canción y llamó a Clarence Carter, una de esas voces pletóricas del verdadero R&B norteamericano, un artista sin el relumbrón de otros coetáneos pero esencial para descifrar el ADN musical afroamericano. Carter no se lo pensó dos veces. Como él mismo reconoce, canciones así no se ven todos los días.

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((Rick Hall y Clarence Carter))

Patches habla de la relación de Rick Hall y su padre. Es una historia de agradecimiento y amor de un hijo a su padre. Con ese arranque litúrgico, como si fuera una oración, la canción va elevándose a medida que las cuerdas vocales de Carter se tensan, van pasando de registro, acolchadas por los vientos, impulsadas por los coros y las cuerdas. Hay una sinfonía detrás de ese canto roto y esplendoroso, como lanzado al cielo. Es puro sonido Muscle Shoals. Es puro soul. Es el sonido del corazón, sin filtros, sin intermediarios, sin plásticos. La historia de la música norteamericana no sería la misma sin Muscle Shoals y los estudios FAME, todavía en activo. Muchos no seríamos los mismos sin esas canciones.

 

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Estupendo tributo a Rick Hall, Muscle Shoals i el soul! Una delicia de texto. Dejo aquí un enlace a 'Never Loved a Man the Way I Love You' de The Swampers y Aretha Franklin en YouTube. https://www.youtube.com/watch?v=waS0rKeuzg8

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. Redactor de El País y colaborador del suplemento cultural Babelia y las revistas Ruta 66 y Efe Eme. Colabora también con un espacio musical en el programa A vivir de la Cadena SER. Es autor de los libros Acordes rotos y Martha. Cree en el verso de Bruce Springsteen: "Aprendimos más con un disco de tres minutos, que con todo lo que nos enseñaron en la escuela".

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