Hoy La Ruta Norteamericana se detiene en su sección 'Parada para repostar' con la colaboración de Toni Castarnado, que reflexiona sobre la música y las distintas formas de afrontarla, mientras nos trae el nombre de una artista a tener en cuenta: Kacey Musgraces.
Texto: Toni Castarnado
Lo de Taylor Swift este verano ha sido casi como una persecución. En un mundo con sentido de lo ecuánime lo suyo lo podríamos tildar de acoso. O para ser más precisos, sobre exposición, ese sería un juicio más ajustado a una realidad confusa. Desde que comenzó a acechar el calor no ha habido un solo día sin noticias suyas, todas distintas, y en muchos casos hasta sorprendentes. En primer lugar fue el anuncio de que retiraría toda su discografía de Spotify, disconforme con el reparto de ingresos y justificando que su trabajo, su obra, no es objeto de exposición si no hay un rendimiento satisfactorio. Poco después, el enfant terrible Ryan Adams monta de nuevo un número circense y publica una versión propia de 1989, el reciente catálogo de canciones de Taylor Swift, con una portada homenaje a Goo de Sonic Youth. Sin ni tan siquiera pestañear asistimos a una campaña de promoción perfecta, no es descabellado imaginar a sus agentes tomando el sol en una isla desierta, mirando todo el día móvil para ver noticias frescas de su representada, frotándose las manos mientras se toman otro cocktail a pie de piscina. Nunca antes fue tan sencillo y rentable llamar la atención en los medios como esta vez.
Y esto es sólo el comienzo, el encuentro en un escenario con Beck y St. Vincent, paradigma de lo cool, y del buen gusto, ser portada en revistas de tendencias como Vanity Fair, limar asperezas con una nueva rival como Nicki Minaj mientras te llevas tres premios (aunque el protagonismo se lo robó Kanye West y su deseo de ser sucesor de Barack Obama). Para rizar el rizo, las recientes acusaciones racistas por el video de Wildest dreams, más propaganda. Y posiblemente, habría que añadir todo lo noticiable que se nos haya podido escapar (antes y ahora), pues seguirla a ella supone esfuerzo, mucha constancia y un tanto de paciencia. Musicalmente, su evolución ha ido de ese country comercial con el sello de Nashville o Texas hasta un pop más convencional. El quid de la cuestión es, ¿dónde está la frontera entre una deriva u otra?
A veces la línea es tan fina que cuesta diferenciar el lado de la pista de tenis en el que juegas y a que lado cae la pelota ganadora, como en Match Point de Woody Allen, o bien en referencia a Open, las conmovedoras memorias de Andre Agassi. Al candor de Red, su brillante antecesor, la orientación, su búsqueda sonora, llegaba más a la orilla del pop que a la del country. Llegados al punto que establece 1989 no se esconde, de hecho lo verbalizó antes; éste iba a ser un disco de pop, y en consecuencia iba a operar como lo que es, una luminosa estrella del pop. Es posible que como modelo tenga a Shania Twain, aquella heroína que en 1997 vendió la friolera de treinta y seis millones de discos de Come on over, un record absoluto, con una propuesta casi calcada. Entonces era habitual ver nombres de mujeres asociadas a ese estilo country-pop que triunfaba, la prefabricada Faith Hill, la excelsa Deane Carter, Lee Ann Womack que también amansó fortuna en las listas de éxitos, o un caso prematuro como el de Martina McBride. Pero no serían las únicas, posteriormente Miranda Lambert, Colbie Calliat, Gretchen Wilson o Carrie Underwood (la voz femenina favorita de Lemmy Kilmister) eran las estrellas de la CMT, el canal de televisión convertido en tablado de marketing para la comunidad. Quien quiera ser algo dentro de esa parcela debe aparecer allí como mínimo un par de veces al día.
Y entre ese grupo de chicas hambrientas y suficientemente preparadas, una avisa con derribar la puerta a puñetazos, su nombre es Kacey Musgraves. Demostrando que ser comercial no está reñido con tener calidad, que la crítica especializada, incluso la más puntillosa puede respetarte y halagarte, y los medios generalistas hacer su trabajo, que tu voz llegue a todos los rincones de América. Le costó una década aterrizar en esos hogares, tres discos sin eco, apenas publicitados, hasta fichar por una multinacional, altavoz de Same trailer different park. A raíz de esa consecución, fue coser y cantar (algo que hace de maravilla, con un timbre cristalino y sin embargo vigoroso), una gira con Lady Antebellum, escribe la canción Mama´s broken heart para Miranda Lambert, gana un Grammy a mejor canción country gracias a Merry Go Around. “Mi estrategia es la de pulsar botones para ahuyentar a las personas que van a ser ahuyentadas”.
Kacey Musgraves no se arruga, valora, opina y si hace falta crítica, trata temas espinosos, a los conservadores los aleja, los atrevidos se acercan a su vera. En el exquisito Pageant Material hace todo lo contrario que Taylor Swift en 1989, se aproxima más a la esencia pura de la música de raíces norteamericana, no huye del banjo y de la steel guitar como su compañera. Habla de ir al rodeo, invita a Willie Nelson, y en dirección contraria, formula alegatos a favor del divorcio, de la promiscuidad, despista a ambos bandos, a los tradicionalistas sureños y a quienes sueñan con verla en la pasarela del pop. Pageant material es un disco que divisa el diez como nota, con piezas como High time (el mejor comienzo que he escuchado en tiempo), la melosa Late to the party, y para darle sentido a la fiesta suenan Biscuits y la pegadiza Family is family. Este es el álbum que fantasea oír todo aquél, que como a mí, esa suerte de mujeres con sombrero y botas vaqueras que cantaban country comercial les volvía loco. Recuerdo que un amigo, dada la fiebre que me cogió cuando brotaron tantas singer-songwriters con ese poso, las llamaba jocosamente “panocheras”, supongo que sería por las mazorcas de maíz y las barbacoas. Kacey Musgraves desafía como ninguna otra a ese concepto inventado, ahora mismo es la Reina del rancho. ¿La veré el próximo verano a todas horas en la prensa como este del 2015 a Taylor Swift?
Texto: Toni Castarnado, redactor de Ruta 66, Mondo Sonoro y Rock Zone. Su nuevo libro Mujeres y música. 144 discos más que avalan esta relación (66rpm). Anterior libro: Mujer y música. 144 discos que avalan esta relación (66rmp).
*** Escucha el playlista de Spotify La Ruta Norteamericana: Esencia de mujer.
Hay 3 Comentarios
Well kinda neither agree or not. but i like this post
Publicado por: Kdslot777 | 16/04/2021 5:50:15
No entiendo dode esta el problema en renovarse , Swift ha oirentado su carrera hacia un sonido mas pop y comercial , pero la jugada le ha salido bien , le pese a quien le pese.
Publicado por: Mikel | 19/10/2015 12:59:35
Ryan Adams, menudo fraude....
Publicado por: carlos | 08/10/2015 11:12:54