Esta ruta musical retoma el pulso con la carretera después de las vacaciones y lo hace con ganas. Para ello, Eduardo Izquierdo, habitual colaborador del blog, nos habla de una banda querida por estos lares de esencias norteamericanas. El proyecto paralelo a la carrera de Sid Griffin. Por cierto, mañana martes 20 de septiembre el amigo Eduardo presenta en Madrid su nueva novela, Canciones que nunca escribí. Juan Santaner, director de Industria Bala, y yo le estaremos acompañando en la presentación en Escridiscos, a las 19.30 horas. Habrá actuaciones de Nadia Álvarez y Sangui. Cuantos más seamos, mejor lo pasaremos. Prometemos hablar de mucha música de la buena, como son The Coal Porters.
Texto: Eduardo Izquierdo
A finales de los ochenta, Sid Griffin, líder de los legendarios The Long Ryders, empieza a tocar música acústica en Los Ángeles con un grupo de amigos. Lo hacen unidos por su pasión por los sonidos de raíces y con la única intención de pasar un rato juntos y bautiza el proyecto como The Coal Porters. Poco después, Griffin, más cerca de ser un periodista musical que músico, se traslada a Londres y se lleva con él el proyecto, en un momento que coincide prácticamente con el lanzamiento de su disco de debut, Rebels Without Applause (1991) Desde entonces, y mientras Griffin publicaba libros, desarrollaba una lenta carrera en solitario o desempolvaba puntualmente a The Long Ryders, el grupo ha seguido publicando álbumes de manera espaciada pero puntual y a pesar de sus numerosos cambios de formación con más de una veintena de miembros adornando su dilatada carrera.
El último disco de The Coal Porters responde al título de Nº6 y su sello es el de siempre: instrumentos acústicos y armonías vocales. Aunque para la ocasión han dotado de un protagonismo sorprendente a los arreglos de cuerdas. “No hay un cuarteto de cuerda, aunque lo parezca” nos dice Sid. “Es nuestra violinista Kerenza Peacock que tiene formación clásica. Fue a ella misma a quien se le ocurrió hacer recordings hasta que pareciera un cuarteto de cuerda. Lo hizo muy rápido porque tenía clarísimo qué tenía que hacer. Es un músico brillante que lee música y todas esas cosas, mientras yo soy un tipo de Kentucky que creció imitando a Woody Guthrie y Bob Dylan. Juntos nos salen cosas bonitas”. Lo cierto es que el disco es una maravilla para los amantes de la roots music en el que la producción de John Wood aporta un acercamiento también al folk británico que colabora a que el trabajo sea menos previsible. “John ha producido discos maravillosos de Fairport Convention, John Cale, Nick Drake o Squeeze…Es un productor increíble y un gran amigo. Este es nuestro segundo disco juntos y tuvo ideas como incorporar al trompetista cubano Eikel Venegas en “The Blind” que demuestran que es un genio. Si alguna vez tienes una pregunta o un problema, John tiene la solución”.
No hay duda de que estamos ante un disco espléndido, pero no solo por el sonido, sino porque contiene fantásticas canciones. La primera de ellas, “The Day The Last Ramone Died” huele a clásico desde la primera escucha. “Un amigo mío escribió una canción llamada “The Day The Last Of The Beatles Dies” y pensé en lo triste que era que John no hubiera llegado a los cuarenta o George muriera también relativamente joven. Eso me dio por pensar que cuatro de los cinco Temptations estaban muertos y solo quedaba Melvin Franklin, y de repente me di cuenta que todos los Ramones estaban muertos. Al menos los originales. El que más vivió fue Tommy y solo llegó a los 55 años. Esa misma noche empecé a trabajar en la canción y empecé por describir la primera vez que los vi en directo. Era agosto de 1976 y tocaban en el Starwood de Hollywood. Me parecieron diferentes y alucinantes. Es una canción que ha gustado mucho a todo el mundo porque supongo que es fácil verse identificado”.
Y luego está una sorprendente versión de ¡The Only Ones! “Es una especie de filosofía de Coal Porters. Somos viejos punks que nos hemos dado cuenta que cada vez somos más mayores. The Only Ones, con los que llegué a girar, eran bastante introvertidos, al contrario que su música, pero hacían buenas canciones. Nuestro guitarrista Neil Herd tuvo la idea de hacer “Another Girl, Another Planet” con el ritmo de “Wagon Wheel” de Old Crow Medicine Show”. Y ya que es el propio Sid el que cita a una banda joven cercana al bluegrass no pudimos dejar de preguntarle por las nuevas generaciones. “Está bien. Mumford & Sons llevaban un disco nuestro en la furgoneta. Me gusta que gente como ellos, The Lumineers o Old Crow Medicine Show, como diría Bob Dylan, vuelvan a llevarnos al origen de todo. Es como Los Lobos, que buscan en la música acústica y el tex-mex sus raíces. O como The Pogues, que buscaban sus orígenes irlandeses. Todos somos parte de una cadena y hay que estar orgullosos de compartirla con Bill Monroe, Roger McGuinn, Gram Parsons o Emmylou Harris”.
Texto: Eduardo Izquierdo, colaborador habitual de Ruta 66, Efe Eme y Mondosonoro y autor del blog Los Hijos Bastardos de Henry Chinaski. Autor también de la biografía de Quique González.
Hay 2 Comentarios
Por fin de vuelta Fernando,llevo muchas semanas esperando que publicaras algo nuevo.Gracias por tus recomendaciones como siempre.
Publicado por: Carlos Fernandez Urosa | 20/09/2016 7:19:15
Habrá que oírlo. Tiene buena pinta.
Publicado por: yolanda | 19/09/2016 14:12:18