Ruta Quetzal

Sobre el blog

La trigésimo primera edición de la Ruta BBVA contará con 180 jóvenes de entre 18 y 19 años procedentes de 17 países de América, España y Portugal. Bajo el lema ‘Aventura en las selvas mayas del Yucatán’, la expedición parte de México. Allí, los jóvenes explorarán las selvas mayas y descubrirán los sitios arqueológicos más relevantes de esta civilización. El programa, creado por Miguel de la Quadra-Salcedo en 1979, continuará en España, donde los jóvenes visitarán Extremadura, Andalucía y Madrid y conmemorarán los centenarios de las muertes del Rey Fernando el Católico, el Inca Garcilaso de la Vega y Miguel de Cervantes. Son 30 días de viaje en los que la expedición combinará cultura, aventura y formación en emprendimiento social. EL PAÍS se suma a esta experiencia y la irá contando a través de este blog

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30 jun 2010

Tabasco

Por:

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Tras un fin de semana bastante duro, hoy la expedición ha tenido por fin un día tranquilo en la ciudad de Campeche, una de las localidades con sabor colonial más cuidadas y mejor conservadas que hemos visitado hasta ahora. El huracán Álex que tanto temíamos todos de momento sigue sin concretarse y, de hecho, hoy todavía no hemos sufrido las lluvias que llevábamos encadenando varios días. Los diarios mexicanos digitales que voy repasando van retrasando esa transformación de tormenta en huracán de categoría 1, la más baja, hasta esta noche, según cuenta el Servicio de Meteorología de México en su boletín diario. Para tranquilidad de los padres, no obstante, los ruteros no han instalado su base en el formidable fuerte San Miguel, al aire libre, sino en el polideportivo de la ciudad, donde este mediodía han podido celebrar, salvo los portugueses, la victoria de España en los octavos de final del Mundial de Fútbol. Y además, los últimos boletines también indican que ese huracán, que debía entrar por la costa de Campeche, ha girado hacia el noroeste, es decir, a la cuenca estadounidense del Golfo de México.

[Nota posterior al texto: Alrededor de las 7.00h, hora española, CNN informaba que Alex era ya el primer huracán en la costa atlántica de EE UU desde 1995].

Esta última semana que los ruteros tienen por delante la dedicarán sobre todo a la civilización maya. Antes, sin embargo, voy a recuperar la visita al Estado de Tabasco, que las fuertes lluvias y la pérdida de todo contacto fuera de los límites de Kolem Jaa' me impidieron contar. Todos conocemos Tabasco por la famosísima salsa picante que echamos a los aperitivos y que adopta su nombre del estado mexicano porque está elaborado a base de productos que crecen en su territorio. Sin embargo, ese producto lo elabora la empresa norteamericana Mcllhenny Company en Luisiana.

Tabasco es otra zona del Golfo de México donde la ropa enseguida se pega a la piel por la humedad. Con una extensión de unos 25.000 kilómetros cuadrados y cerca de dos millones de habitantes, Tabasco fue una de las primeras regiones americanas que conquistó España. Hernán Cortés se hizo con el control del estado en 1519, tras la batalla de Centla, y aunque fundaron ciudades y se establecieron en la zona, los conquistadores apenas crearon grandes colonias, puesto que Tabasco carecía que metales preciosos.

Sin embargo, Tabasco sí tiene oro negro. Y como otras regiones del Golfo de México sus playas están pobladas por las plataformas petrolíferas por las que, precisamente, estos días se teme por el huracán (de hecho, en los últimos días el precio del petróleo subió y bajó dependiendo de la amenaza que podía suponer el fenómeno meteorológico. Los mercados `primero temieron que dañara las plataformas y el precio se dsparó, pero al final consideraron que no era para tanto y volvió a descender).

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La principal actividad del Estado es hoy el petróleo. Pero las autoridades se han dado cuenta de que el negocio no iba a durar para siempre y se han abocado al turismo. Sus bazas son la costa, la enorme vegetación selvática de la región (sobre todo en la parte que linda con Chiapas, donde se desarrolló la caminata), las plantaciones de cacao (que merecerán otro 'post' aparte) y las zonas arqueológicas que demuestran que Tabasco fue un enclave de la civilización maya y la cuna de la olmeca (1350 a. C. a 200 d. C.).

Los ruteros pudieron visitar, primero, la ciudad maya de Comalcalco, cuyo apogeo tuvo lugar entre los años 600 y 800 d. C. y que sobresale porque es de los pocos enclaves en los que se usa el ladrillo como material constructivo. En la zona, de 7 kilómetros cuadrados, hay 430 edificios, altares y residencias.Pero sin duda las piezas escultóricas más impresionantes están en el Parque Museo La Venta, en Villahermosa, donde se combinan con la vegetación y la fauna clásica de la zona en un parque que ideó el museólogo, poeta y político mexicano de origen catalán Carlos Pellicer. En el parque hay todo tipo de esculturas, desde dioses hasta elementos mortuorios. Pero las esculturas más impresionantes son las enormes caras que demuestran el gusto de la cultura olmeca por deformarse la cara e incluso el cráneo. Las caras extrañas, los rasgos deformados y los cuerpos voluminosos con caderas anchas eran el canon de belleza de esa cultura. Ya ven las vueltas que ha dado el mundo en dos milenios.

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28 jun 2010

20 kilómetros de barro

Por:

“Esto sí es ya Ruta”. Era la frase que repetían ayer monitores y organizadores tras una jornada agotadora en la que los 270 expedicionarios de la Ruta Quetzal BBVA se adentraron en la selva para hacer una intensa y complicada caminata. Después de tres días en la ciudad de Veracruz, los chavales se desplazaron hasta el Estado de Tabasco para visitar las plantaciones de cacao de la región, la zona arqueológica de Villahermosa y por último desplazarse hasta Koleem Jaá, un área de ecoturismo ubicada en la selva de Tacotalpa. Allí les esperaba la primera caminata, de unos 20 kilómetros, que resultó más ardua de lo previsto por la persistente tormenta tropical que está azotando la zona y que, según recoge hoy la prensa local, ha dejado inundaciones en las principales localidades del Estado.

La llegada a Koleem Jaá, el viernes por la noche, ya resultó compleja. Tras ir cruzando un puente colgante en grupos de diez, los ruteros llegaron a la zona de acampada justo cuando empezaba a arreciar una fuerte tormenta que, no obstante, contribuyó a descargar un ambiente muy húmedo y a dejar relucientes las hojas de la frondosa vegetación de la zona, ubicada a sólo 10 kilómetros de Chiapas. Los monitores los acompañaron hasta el área cubierta del establecimiento hasta que amainó la lluvia, cuando siguieron montando su campamento. Además de la lluvia, los jóvenes tuvieron que hacer frente a otro problema, el del tráfico de piquetas. A medida que pasan los días, hay menos y a la que uno se despista se ha quedado sin las piquetas necesarias para su refugio.

Aunque durmieron en tiendas de campaña, la noche bajo la lluvia diezmó las fuerzas de muchos chavales para la caminata, algunos de los cuales se pasaron por la consulta del médico para evitar acudir a la ruta. Cuatro se quedaron en el campamento base. Pero lo peor fue que la tormenta convirtió lo que debía ser un agradable paseo por la selva en un barrizal que, en algunos tramos, resultaba infernal para los expedicionarios.

Los ruteros se dividieron en tres grupos: los Jaguares, que eran los más intrépidos y que salieron los últimos; los Águilas, rápidos y en forma, y los Quetzales, que se definieron como los más lentos y con los que hizo el recorrido de 20 kilómetros este periodista. Alrededor de las diez de la mañana los primeros grupos se adentraron en la selva capitaneados por el jefe del campamento, Jesús Luna, y varios guías locales. La organización había advertido a los jóvenes que llenaran bien las cantimploras porque el itinerario, llamado “Agua Escondida”, se caracterizaba por no tener ni un tramo con agua –ni siquiera una fuente- en todo el trayecto. No contaban, sin embargo, con que las lluvias convirtieron algunos trozos de la ruta en riachuelos y arroyos que obligaron a los chavales a levantar la mochila para cruzar el agua.

Las primeras cuatro horas transcurrieron con mucha tranquilidad. Una chica se asustó y dijo que no quería seguir al cabo de dos horas, lo cual en una marcha de 20 kilómetros supone un obstáculo. Sin embargo, Luna la ayudó a superar un tramo y la chica siguió adelante sin mayores problemas. Sí hubo algún esguince, ampollas en los pies y algún rasguño, si bien la mayor parte de las caídas de las llevaron los mayores, como los numerosos arañazos que se llevó este periodista por no estar suficientemente atento a las zarzas.

El paisaje era espectacular. Los tramos se sucedían cada cuarto de hora y los cambios de escenario eran tan radicales que parecía que la expedición estuviera dentro de un simulador. El sendero arrancaba lleno de agua y piedras, seguía con una subida que se las traía y, a continuación, los ruteros pasaban entre decenas de plantas que impedían ver la luz del sol. Parecía un invernadero. Cuando terminaba ese tramo, se hallaban con un campo donde pasturaban vacas sin que nadie se explicara cómo podían haber llegado hasta allí, y unos metros más allá aparecía un maizal. En Tacotalpa habitan más de 200 especies de aves, 500 variedades de plantas tropicales y 300 tipos de mamíferos, insectos y reptiles. Un festival de la naturaleza.

Alrededor de la una del mediodía el primer grupo hizo un alto para comer en una antigua escuela de un pueblo que está abandonado desde hace 13 años. Los guías mexicanos que acompañaron a la expedición –Carlos, Elías y Leo- contaron que se fueron por las precarias sendas que lo conectaban a otras localidades, pero sobre todo por las precarias instalaciones de agua y por la desigual temporada de lluvias: a épocas de excesos que provocaban inundaciones le seguían otras en las que el agua escaseaba.

Ayer el agua abundaba. Sólo arrancar tras la comida, los chavales tuvieron que cruzar varios riachuelos y arroyos. Casi todo el mundo pudo atravesar de un lado a otro andando, pero algunos tuvieron que hacerlo a nado y otros con la ayuda de sus monitores. Lo peor fueron las dos últimas horas de la caminata. La lluvia había convertido la bajada en una mole de barro y piedras resbaladizas. En algunos tramos, la única forma de descender era la de sentarse en el barro y dejarse deslizar por él con sumo cuidado para no acabar contra una piedra. 

Laura, una chica portuguesa, iba agarrada de un grupo de chicas en el barro. Decía estar bien, tal vez algo cansada del barro porque los tramos eran más lentos, pero estaba contenta porque no se había caído. En general, hubo pocas lesiones dado el estado del terreno y la dificultad que eso entrañaba. Apenas hubo unos seis esguinces leves, que sólo requieren de unos dos días de aflojar la máquina y descansar un poco. Sí había mucho cansancio. Todo el mundo acabó molido tras una marcha que duró más horas de las previstas. El último grupo llegó a las 11 de la noche al campamento, por lo que se pasó todo el día sin descansar. Sólo ver un lago al final del recorrido, los jóvenes se tiraron de cabeza. 

La aventura no se quedó ahí. Cuando llegaron al campamento, los expedicionarios vieron que estaba inundado. Los monitores tuvieron que improvisar una zona para dormir en la recepción del parque de ecoturismo y en el porche de las cabañas, por lo que hasta alrededor de la una y media de la madrugada no culminaba una jornada que había empezado a las seis de la madrugada del día anterior. Y esta mañana, a las seis levantados otra vez, rumbo a Campeche, donde todo apunta a que nos espera un clima bastante hostil. 

26 jun 2010

Viejos y nuevos amigos

Por:

“Estamos olvidando a los amigos de hace 500 años”. El director de Ruta Quetzal BBVA, Miguel de la Quadra-Salcedo, ha lamentado esta mañana en una charla con periodistas que España esté descuidando los lazos con los países iberoamericanos al abocarse sólo en sus relaciones con la Unión Europea. Algo que a, su juicio, no es incompatible. “Europa sin Iberoamérica no hace nada”, ha advertido. El director del programa académico ha explicado que esa dejadez podría favorecer que el principal eje geoestratégico mundial, el Atlántico, se desplace antes al Pacífico, puesto que las empresas chinas miran hacia América Latina para expandirse.

Sentado en el porche de la casita de una plantación de cacao en Comalcalco, De la Quadra-Salcedo asegura que la ruta lo emociona cada año “como si fuera la primera vez”. Hace 25 años arrancó este programa para que una generación de jóvenes de ambos lados del Atlántico profundizara en la cultura de todos los estados latinoamericanos, con 500 años de historia compartida. “Los chicos españoles deben ser quiénes somos, y eso es imposible si no se conoce la gran aventura de América”, afirma. Aun así, el director del programa recuerda que se trata de un camino de “ida y vuelta”: España debe profundizar en sus relaciones con América Latina y el resto de países iberoamericanos deben hacerlo con España. Los 25 años que lleva la ruta han servido para ir despejando algo ese camino.

Para favorecer ese acercamiento, el periodista Zoilo Gutiérrez organiza unas interesantes jornadas en los propios chavales abordan un asunto de actualidad de su país para contarlo a sus compañeros. Ayer, tras llegar al Estado de Tabasco, los chavales mexicanos explicaron los últimos 200 años de su país, desde que empezara el proceso de independencia de 1810. La decena de jóvenes mexicanos dieron una charla con todo lujo de detalles sobre historia, política y economía. Sorprende ver cómo la historia se repite. “México empezó a construir y a construir, se endeudó mucho, recurrió a los préstamos internacionales y luego cayó una profunda crisis”, contaba ayer un chaval mexicano. ¿Les suena?

Los chicos mexicanos admitieron los problemas que tiene su país: narcotráfico, inseguridad, mala calidad de la educación, una bolsa de pobreza demasiado elevada (más del 70% de la población vive con menos del salario mínimo)… Sin embargo, quisieron derrumbar esa imagen negativa de México para definirlo en unas pocas palabras: alegría, fiesta, compromiso, solidaridad…

Sus colegas de otros países los escucharon sentados en la arena de Playa Paraíso, donde fueron a darse un chapuzón. Un baño reparador para todos por ese asfixiante calor que también se pega en Tabasco. Y es que ahora empiezan unos días de escalada: calor, sudor, jornadas repletas de actividades y, para rematarlo, la caminata del domingo. Ahí es nada.

Playa

Foto: Los chavales dándose un chapuzón en Tabasco, un poco antes de recibir los correos electrónicos que sus familiares y amigos les mandaron el lunes pasado. Alguna de las chicas recibió una avalancha de correos, hasta 25, de sus amigos y familiares.
 

24 jun 2010

Mateo, Otto y Marina

Por:

Mateo


La expedición deja hoy Veracruz para bordear el mar e ir rumbo al norte hasta el entorno de la ciudad arqueológica Comalcalco, un núcleo conocido por su vocación por el negocio del cacao. Allí se instalarán esta tarde (siempre hora mexicana) en la antigua Hacienda Jesús María, que antaño se dedicó también a la plantación del cacao. Ha pasado ya una semana desde que los ruteros europeos se conocieran en Madrid y algo menos desde que se unieran a ellos los chavales que llegaban de países americanos. Y tras siete días, y a pesar de levantarse empapados de sudor cada mañana, siguen con la misma marcha que el miércoles pasado.

El campamento se divide en dos partes. Las chicas ocupan algo más de la mitad del espacio y el espacio se reconoce enseguida porque está mucho mejor ordenado. Miriam, una expedicionaria navarra, explica que cada mañana se levantada empapada de sudor. Comparte tienda con Carol, una chica de Rumania que habla un excelente castellano y que asegura no echar nada de menos las redes sociales. Y eso que tienen de todo: perfil de Facebook, Twitter, Tuenti, Messenger… No suspiran ni por el móvil, aunque el miércoles algunos estaban nerviosos por recibir los correos electrónicos de su familia.

Los chavales se hacen notar en todos los sitios. No es para menos, una expedición de más de 300 personas es, cuanto menos, visible. Han llevado el himno de la ruta a Veracruz, Papantla, El Tajín, Orizaba, Córdona y Tlacotalpan, aunque a medida que avanza el tiempo van adoptando y adaptando la letra de canciones, desde Paquito el Chocolatero hasta el venerado ‘Bad romance’ de Lady Gaga. Los habitantes de estas ciudades les preguntan de dónde son, quiénes son, qué hacen y piden hacerse fotos con ellos. Los medios de comunicación locales se hacen eco de la llegada de la expedición y, en algún caso, la prensa local incluso hizo más hincapié en el avión que los transportó desde España -al considerarlo “uno de los mayores que sobrevuelan el espacio europeo”- que en la ruta.

En una semana, además, el campamento ha demostrado ser una concentración de talento. Basta con ver los trabajos que hicieron los chavales para entrar a formar parte de la Ruta Quetzal BBVA, de los cuales hablaré en otro post. Un chaval explicaba que sacó un 9,5 y tuvo que ser repescado, puesto que en su comunidad la nota de corte fue superior. Y basta, también, con hablar un rato con alguno de los ruteros. Como Otto Tavera, un chico mexicano que, con 16 años, ya tiene claro que quiere dedicarse a la política, y con el PRI (Partido Revolucionario Institucional), que gobernó en México entre 1927 y 2000 y que ahora, tras haber recuperado la mayoría en el Congreso en 2009, se erige como el favorito para las elecciones regionales del próximo 4 de julio.

Otto dice que es de centro, porque dice que es el espacio desde “donde se pueden recoger las mejores ideas de las dos partes”. Aun así, lo que más sorprende de este chaval es su dominio del lenguaje, la historia del país y la actualidad. Tiene opinión para todo, desde el papel de México en el Mundial de Fútbol hasta la ley estadounidense de inmigración.

El talento también es evidente en el aula de música, un espacio en el que unos 40 ruteros practican con el instrumento que tocan normalmente y donde 40 más participan en un coro. Allí tocan el violoncelo Marina y Mateo. Los dos lo hacen de forma increíble. Mateo toca desde los tres años. Es meticuloso, comprueba las cuerdas una y otra vez antes de ponerse a tocar, y cuando tiene el arco en las manos le cambia la expresión del rostro. Está muy concentrado, pero se le nota que disfruta. La gente se agolpa delante de él, pero parece no ir con él. Sigue tocando como si nada ocurriera fuera del violoncelo.

Cuando se le pregunta por sus compañeros, Otto responde que está aprendiendo mucho de ellos. Al fin y al cabo, sostiene, no se trata de un mero programa académico de cultura hispana, sino de crear consciencia de generación entre más de 270 chavales. Que no es poco.

Otto

Os dejo dos fotos, una de Mateo, arriba, y otra de Otto, abajo. 

24 jun 2010

La Regata del Bicentenario

Por:

Los jarochos dicen que en Veracruz hay dos estaciones: la calurosa y la muy calurosa. No sé cuál de las dos estamos padeciendo, pero los chavales han aguantado esta mañana con estoicismo una temperatura de más de 45 grados para ver la Regata del Bicentenario. Siete veleros de varios países latinoamericanos han atracado esta mañana en el puerto de la ciudad para conmemorar el inicio de la independencia americana, que arrancó en 1810 y culminó con los tratados de Córdoba de 1821.

La ceremonia, a la que ha acudido el presidente de México, Felipe Calderón, se ha demorado bastante, lo cual ha sido complicado de soportar con ese calor. La recompensa ha sido la subida a un velero y una visita a La Antigua, adonde todavía permanecen algunas paredes de la casa del conquistador español Hernán Cortés.

El primer velero que ha pasado revista esta mañaba ga sido el buque Cuauhtémoc, de México. Le han seguido el Esmeralda, de Chile; el Guayas, de Ecuador; el Cisne Blanco, de Brasil, el Capitán Miranda, de Uruguay, el Eagle, de EE UU, y el Gloria, de Colombia.

Os dejo una imagen de los chavales en una de las embarcaciones.

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23 jun 2010

Un coche vacío en Tlacotalpan

Por:

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A las dos del mediodía Tlacotalpan está vacío. No se puede decir que parezca una ciudad fantasma porque el colorido de sus casas sugiere todo lo contrario. La localidad, de unos 20.000 habitantes, está poblada de casitas de planta baja con portales españoles y multitud de arcos romanos de colores chillones: rojo, rosa, amarillo, azul, verde… Lo que podría ser una auténtica horterada en Tlacotalpan es todo lo contrario. Indica mucha alegría e incluso un cierto buen gusto. Eso sí, el calor vuelve a ser húmedo y asfixiante, y es ése el motivo por el que por la calle no se a nadie.

Los periodistas que hemos venido a la ruta a veces nos escapamos para dar una vuelta al pueblo mientras los ruteros comen, descansan o están en algún taller. Estábamos paseando cuando nos hemos detenido al ver a una compañera en la entrada de una casa a la que su dueño le había ofrecido una cerveza. Cuando nos ve al resto, hace lo mismo. Nos invita enseguida a entrar, a ver su casa, a charlar e insiste en que nos tomemos algo. La casa de Juan es de un azul chillón que no desentona para nada con el conjunto, pero se queja de que un día se va a caer abajo porque está vieja. Juan dice que las administraciones han puesto en marcha un programa de ayudas a la rehabilitación, pero que no ha visto ninguna. A su lado, un amigo nos empieza a recitar poemas de carrerilla. Los ha escrito él, insiste, y enseguida ambos empiezan a hablar de sus ancestros españoles.

Con Juan, que se empeña en invitarnos a algo, descubrimos que los habitantes de Tlacotalpan, además de alegres, son muy hospitalarios. También Rafael Aguirre, un joven pintor del puebñlo que vive en una preciosa casa amarilla, nos pregunta si queremos pasar a ver sus cuadros. El joven nos explica que habita ese espacio desde hace unos tres años, cuando la compró y la rehabilitó para transformarla en una sencilla y confortable casa. Los cuadros de Aguirre son como la localidad: un baño de color. Nos dice que no necesita más inspiración que el pueblo donde se crió y que le aporta la vegetación, los animales y la variedad cromática de sus obras.

Todo ese conjunto de cerca de 1.000 casas de ascendencia europea le han valido a Tlacotalpan ser declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad. La localidad, de un marcado sabor colonial, fue territorio totonaca en el siglo XII y luego anexionado al imperio mexica. En 1518 el español Pedro Alvarado refundó el enclave, cambiando la distribución circular de la ciudad por otra cuadriculada. La población sufrió, no obstante, el acecho constante de los piratas, que la atacaron e incendiaron. El pueblo hoy es conocido, además de por sus casitas, por albergar el Festival Anual de Música Jarocha, y de hecho, se enorgullece de ser la cuna del compositor e intérprete Agustín Lara.

Cuando el sol afloja, la gente sale de nuevo a la calle. Los primeros que saltan son los coches de los candidatos a las elecciones locales y regionales, que envían coches a vocear sus lemas por la calle. Cerca, jiunto al río, otro coche está vacío pero con la música puesta. Su conductor está descasando en la sombra. Otra estampa habitual de estas localidades.

En la foto, la parroquia de Tlacotalpan.

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Los mexicanos son portadores de cientos de leyendas. Desde que estoy aquí ya he oído unas cuantas que sobre todo tienen que ver con la religión. Esta tarde, bajo la lluvia tropical de la ciudad de Córdoba, un chaval de poco más de 20 años nos contaba que corre entre los ciudadanos que la Virgen de Soledad se pasea cada noche por la ciudad para proteger a sus fieles. ¿Cómo lo sabe? Porque una mañana la mujer que limpia en la Catedral de la Inmaculada Concepción vio con estupor como su virgen tenía los pies sucios. En una de esas noches, nos cuenta el chico, salvó a la ciudad de un tremendo incendio en un cargamento de pólvora después de que un despistado guardia de seguridad se quedara dormido y no percibiera el fuego. ¿Y cómo lo saben? Porque al día siguiente la virgen, según dicen, tenía los pies sucios de pólvora.

Justo esta mañana nos contaban en la ciudad de Orizaba que los sábados se montan veladas temáticas en un antiguo convento que compartieron frailes y monjas y en los que por la noche se escuchan lamentos de niños pequeños. El edificio en ruinas, la verdad, da mucho juego para recrearse en historias para no dormir, pero el guía que nos acompañaba nos juraba que él fue a una de estas noches y que nunca ha escuchado nada.

Estos dos pequeños ejemplos demuestran el amplio universo de relatos que tienen los pueblos del Estado de Veracruz. Pero no son siempre fantásticos. Algunos son igualmente sorprendentes, pero ciertos. Es el caso de la historia de Catalina de Erauso, conocida como la Monja Alférez, a la que los chavales de la Ruta Quetzal BBVA han ido hoy a honrar con la entrega a la ciudad de Orizaba, donde falleció, de un busto del personaje histórico. Catalina de Erauso (1592-1650) era una monja joven que dejó el convento para cruzar el charco para alistarse en el ejército español en Perú. Eso sí, dejó la identidad femenina atrás y, dado su aspecto masculino, se enroló en las filas españolas con la identidad de un hombre. Tal fue su habilidad con las armas que fue nombrada alférez.

El pastel acabó por descubrirse. De Erauso se vio envuelta en una pelea en Perú y, para evitar su condena, pidió clemencia al obispo, a quien confesó que era mujer y, además, monja. El obispo la envió a España, donde Felipe IV le mantuvo su graduación. Más tarde, el papa Urbano VIII la autorizó a seguir vistiéndose de hombre. La Monja Alférez, como se la conoció desde entonces, se trasladó al Estado de Veracruz. Falleció en la luminosa ciudad de Orizaba, donde hoy los ruteros la han homenajeado.

A pesar de que la tarde ha terminado con una visita al centro colonial de Córdoba, donde se firmaron los tratados por los que España reconoció la independencia de México en 1821, el día ha estado marcado por otro evento que sucedía a miles de kilómetros. Las vuvuzelas retumbaban este mediodía en un televisor del Centro Español de Orizaba en el que los forofos han cantado y celebrado  el gol de David Villa que han tenido tiempo a ver tras los actos a la Monja Alférez y han lamentado el fallo del delantero español desde el punto de penalti. Los dos chavales hondureños no han podido más que lamentar la derrota de su equipo frente al júbilo de los 150 españoles de la expedición. Pero aún falta ver el humor que tendrán los chavales chilenos cuando acabe el partido que decidirá si España pasa a la siguiente ronda o se va para casa.

Hoy pongo dos fotos. La de arriba, los chavales en la municipalidad de Orizaba, y en la de abajo, un grupo de 30 chicas con sus sables en homenaje a la Monja Alférez.

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21 jun 2010

Una industria sin aliento

Por:

A la salida de la zona arqueológica de El Tajín decenas de vendedores locales asaltan al visitante ofreciéndole una amplia gama de artículos de vainilla: licor, perfume, puritos, tarros, mezclas… La vainilla es el producto más emblemático de la región y los ciudadanos están orgullosos de esa aportación de México al mundo, de modo que el visitante puede pensar que el cultivo y la elaboración de vainilla es una de las principales actividades económicas del Estado de Veracruz. No es así. Esta industria fue la base  fue la base del comercio de la civilización totonaca entre los siglos VII y X d. C., que gracias a estas cosechas pudo mercadear con otros pueblos de Mesoamérica. Y sí fue un sector próspero en las décadas de 1950 y 1960, cuando del puerto de Veracruz zarpaban continuamente barcos de mercancías para llevar toneladas de vainilla al resto del mundo.
Sin embargo, hoy México sólo satisface el 1% de todo el consumo mundial de este producto. Lo cuenta con una cierta decepción Norma Gaya, una mujer de 37 años que ha tomado las riendas de la empresa Agroindustrias Gaya, la principal firma de vainilla del país. Su familia, procedente de Italia,  fundó en 1873 la primera sociedad dedicada a la vainilla de Veracruz. Sus descendentes fueron ampliando la compañía ubicada en la localidad de Gutiérrez Zamora, que hoy lleva a cabo todo el proceso, desde la producción hasta la exportación y que ha creado una amplia gama de productos a base de vainilla, incluido el licor que lanzó al mercado el padre de Norma Gaya.
Los cítricos, la ganadería y el azúcar superan hoy al cultivo de la vainilla en la región. “Ningún campesino cosecha sólo vainilla porque es un proceso largo, y si sale mal debe esperar un año para recogerla. Suelen dedicarse también a los naranjos u otros productos”, explica Gaya. Un informe del Gobierno de México señala que el país produce unas 250 toneladas de vainilla al año, la mayoría de ellas en Veracruz y una pequeña parte en Oxaca y Puebla. Es el cuarto productor mundial, a años luz de Madagascar, que hoy controla este mercado al inundar el mercado con 6.200 toneladas anuales de vainilla. Por delante de México están, además, Indonesia (2.400 toneladas) y China (1.000 toneladas).
El 80% de la producción de vainilla se destina a la exportación. Estados Unidos, España, Cuba y Francia son los principales compradores. Sólo el 20% se queda en México. Y ése es uno de los principales problemas de esta industria. “La gente del país compra mucha más vainilla artificial, en muchas ocasiones pensando que es natural. Uno de nuestros proyectos es un saborizante natural para educar a la gente y para que consuma vainilla natural”, explica Gaya. Los esfuerzos van dirigidos a aumentar ese 20%, porque en la arena internacional es imposible romper la posición de dominio de Magadascar. “Es quien fija los precios mundiales”, se lamenta Gaya. Los precios y la facturación del sector mexicano suben si las cosechas de la isla africana se echan a perder, y bajan cuando su producción es excelente. En el año 2000, por ejemplo, el precio de la vainilla mexicana se disparó hasta los 500 pesos por kilo (alrededor de 41 euros), lo cual obligó a los campesinos a proteger sus cosechas de frecuentes robos.
Pero ese precio cayó en picado y muchos productores decidieron que ese cultivo pasara a ser secundario en sus tierras. “La empresa produce entre dos y tres toneladas al año, pero compramos alrededor de 70 toneladas a campesinos locales”, explica Gaya. Del campo a la mesa, no obstante, el precio siempre acaba subiendo. Gaya vende la vainilla a Europa a 80 dólares el kilo. Cada kilo está compuesto por 200 vainas, las tiras que resultan de la recolección de la orquídea de la vanilla, que tiene el honor de ser la única orquídea hermafrodita del mundo. “En Europa veo que luego se vende cada vaina por tres euros”, indica. Es decir, el kilo pasa a costar 600 euros.
Gaya se lamenta que las autoridades mexicanas no apoyen a los productores y a los fabricantes con más asistencia técnica para mejorar los procesos, lo cual permitiría que la industria fuera más competitiva. Pero también se lamenta del papel de los españoles en la historia de la vainilla. “Los españoles se la llevaron de México, pero no supieron elaborarla y enseguida sufrieron dolores de estómago. La regalaron a los franceses y éstos la llevaron a Madagascar”, explica Gaya. Una anécdota para el dietario antes de salir de Papantla para regresar a Veracruz.

21 jun 2010

Adiós al bullicio de Papantla

Por:

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La expedición ha dejado hoy Papantla para regresar a Veracruz, donde los ruteros permanecerán acampados hasta el próximo jueves. Los chavales se han levantado esta mañana alterados por una mala noticia: Enzo, un chico chileno, deberá dejar la Ruta Quetzal BBVA de este año para regresar a su país. El chaval resbaló al ir a buscar el desayuno con tan mala suerte que cayó encima de una cristalera y se clavó varios trozos de cristal en una de las rodillas. Según han contado los médicos de la expedición, la lesión no es grave, pero sí seria, puesto que la herida ha sido profunda y ha afectado a los ligamentos. Enzo, que está hospitalizado, deberá hacer rehabilitación durante un tiempo, por lo que deberá dejar la ruta. El director de la ruta, Miguel de la Quadra-Salcedo, ha anunciado esta tarde a los chavales que el año que viene Enzo tiene su plaza garantizada dentro de la expedición.

La expedición de este año coincide con una tremenda campaña electoral en el Estado de Veracruz. De las elecciones, que se celebrarán el próximo domingo 4 de julio, deben salir el Governador del Estado, los alcaldes de 212 municipios y 50 diputados para el Congreso. En general, todos los candidatos inundan las calles con carteles con sus lemas, pero en México van aún más allá. La fachada de una casa, por ejemplo, también sirve para que un partido pinte sus siglas, el nombre del candidato y el lema. Muchas tiendas parecen tomar partido. "Este establecimiento apoya a Chuchín Cienfuegos", reza un cartel en una tienda de comestibles.

Chuchín Cienfuegos es el candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI). Ha inundado la ciudad de carteles y por la localidad se pasea una furgoneta con un altavoz que alterna la música del Puma con mensajes políticos para los ciudadanos. La campaña hace que la plaza de la ciudad, en la que hay los principales bancos, comercios y restaurantes, sea un bullicio a cualquier hora del día. Por allí se pasean vendedores ambulantes, aguardan limpiadores de botas (¡que parecen gozar de una buena clientela!), se organizan espectáculos y bailes los fines de semana y la gente mayor sale por la noche a charlar en un banco. Eso sí, la plaza siempre está rodeada de decenas de coches que se pasean por la localidad ajenos a cualquier norma.

De Papantla nos llevamos, además, la enorme imaginación de sus ciudadanos para vender y rotular sus tiendas, aunque a veces rematen un nombre en el que constan los principales productos de la tienda con un "y algo más" o remaches por el estilo. Sobre ello habla la compañera de la Cadena SER Laura Gutiérrez en su blog. A un español, estos carteles pueden hacerle sonreír, pero una advertencia: según nos cuenta el responsable de una zona arqueológica de la ciudad, a los autóctonos les gusta mucho imitar y reírse del acento de los extranjeros.

Os dejo una foto, hoy, de los chavales aprendiendo nociones de totonaco.

19 jun 2010

¡Akgtutu, Akgtúy, Akgtún…!

Por:

Totonaca1


Papantla es una húmeda ciudad de unos 50.000 habitantes, con calles desordenadas y repletas de gente a pesar del asfixiante calor. Los coches circulan casi sin obedecer ninguna norma y cada dos pasos hay un antro donde tomarse algo o un pequeño comercio. Pero esta localidad de casas bajas y degradadas es la capital de la cultura totonaca,  una civilización indígena que vivió su apogeo entre los años 650 y 950 d. C. Después de un primer día en Veracruz, los chavales de la Ruta Quetzal BBVA han ubicado su campamento en esta región verde cuya principal actividad es el cultivo de la vainilla.
Las gentes de Papantla no son completamente desconocidas en España ni en muchos otros países. Son conocidos sobre todo por dos motivos: la zona arqueológica de El Tajín, que conserva los edificios que constituyeron la ciudad de los totonacas, y los voladores de Papantla, que han viajado por el mundo mostrando un ritual milenario con el que le piden a los dioses abundancia en las lluvias y las cosechas. Este espectacular rito ya viajó en 2004 hasta Barcelona, donde los voladores participaron en el Fòrum de les Cultures durante varios días.
Tras pasar la noche en una carpa de Veracruz, ayer los ruteros montaron el campamento en Papantla y recibieron al resto de sus compañeros, los que proceden de otros países del continente americano, que viajaron desde México DF hasta Papantla en autobús. Los ruteros fueron recibidos por la tarde por “los sabios” de la ciudad, los más ancianos del lugar, y fueron obsequiados con el espectáculo de los voladores de Papantla. El rito se basa en que cinco personas vestidas con los colores del quetzal suben un palo de 30 metros. Desde la cima se dirigen a los cuatro elementos (tierra, fuego, mar y aire) y cuatro de ellos bajan con una cuerda dando las 13 vueltas que marca el calendario de su cultura. El otro se queda arriba tocando el tambor al sol, que para la cultura totonaca era la máxima expresión del paraíso.
Este rito, que ha sido declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco, ha sido transmitido generación tras generación. Y hoy sigue siendo así. José tiene ocho años y confiesa que la primera vez que subió al palo y vio los 30 metros de distancia que le separaban del suelo se asustó. “Ahora ya no, me gusta y vengo todos los sábados a entrenarme”, dice con timidez. A su lado, Octavio acaba de ofrecer el espectáculo y no parece nada mareado. Está acostumbrado: tiene 17 años y lleva desde los 13 practicando el rito. Cada sábado, de nueve de la mañana a seis de la tarde, lo dedica a su cultura. No sólo a saltar, sino también a clases de lengua totonaca. Los jóvenes expedicionarios ayer aprendieron alguna pincelada de esa lengua, dentro de una tarde dedicada a talleres de danza, trabajo con el algodón, con la tierra, cerámica… Un día intenso y caluroso que se cerró con una clase de arqueoastrología, en el que aprendieron que los edificios de la antigua civilización totonaca se levantaron en armonía con los cuatro puntos cardinales y las estrellas.
Por problemas de conexión con la red, este periodista ayer no pudo pasar la crónica-resumen del día, por lo que aprovecha una hora que tiene de descanso para hacerlo y explicar la mañana en la zona arqueológica de El Tajín, que en totonaco significa “trueno”. El Tajín es un conjunto de 40 construcciones prehispánicas en una zona con abundante vegetación. Los arqueólogos están ahora tratando de descubrir, de sacar de debajo de la tierra, los 128 edificios restantes de un pueblo que llegó a ocupar una superficie de 10 kilómetros cuadrados y que sobrevivió gracias al comercio de la vainilla en operaciones de trueque con otros pueblos indígenas de Mesoamérica. Los talleres y las charlas de ayer dieron su fruto, y los chavales esta mañana llevaban muy aprendida la lección. Apenas han dado tregua a sus guías y han preguntado todas sus dudas acerca de un pueblo que acabó muriendo de éxito, puesto que creció demográficamente, los bienes que cultivaban resultaron ser escasos y entraron en una crisis económica que se saldó con una rebelión y el abandono de la zona.
Además de las pirámides truncadas (en realidad, edificios de bases escalonadas), en la zona abundan las canchas para jugar a pelota. Una suerte de voleibol actual con esféricos que pesaban 2,5 kilos y que no podían tocarse ni con los pies, ni las manos ni la cabeza. En ocasiones, el partido terminaba en un sacrificio. Y al contrario de lo que podría pensarse, se sacrificaba al ganador, puesto que en la cultura totonaca el guerrero, el sacrificado y la mujer que fallecía al dar a luz merecían de inmediato viajar al sol, el mejor de los paraísos.
A la salida de la zona arqueológica, aguardaba un mercadillo con chiringuitos variopintos que acechaban al turista (en este caso, los expedicionarios y los que los seguimos) ofreciéndoles bebidas, recuerdos, muchos (¡muchos!) productos de vainilla y ropa. Pero si bien el comerciante totonaca se acerca enseguida para ofrecer su mercancía, cuando el turista le da un ‘no’ por respuesta se retira enseguida, no insiste.
Cuando acabe estas líneas en el campamento empezará el acto de apertura y presentación de la Ruta Quetzal BBVA. Allá vamos. Esto empieza oficialmente… ¡Tres, dos, uno…! O mejor, en totonaca: ¡Akgtutu, Akgtúy, Akgtún…!

El País

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