Queridos padres de rutero:
Vuestro hijo se ha convertido en un héroe. Así, en dos días. Sigue disfrutando de la Ruta Quetzal BBVA y está bien, no os preocupéis, pero ya no es el mismo.
Ayer en Playona estuvo en un poblado paupérrimo donde se mezcló con la etnia emberá y conoció de primera mano lo importante que son las necesidades básicas, como el agua potable. Digo de primera mano porque seguramente vosotros os habéis cansado de decirle lo importante que es que valore ciertos privilegios que tiene en su día a día, pero ayer finalmente lo entendió. Mezclada en esa tribu se encontraba Amber, una trabajadora estadounidense de Cuerpo de Paz (Peace Corps), una agencia federal e independiente de EE UU que envía voluntarios a más de 70 países para ayudar a desarrollar necesidades básicas.
Amber, ingeniera en Medio Ambiente, lleva casi dos años afincada en una pequeña choza de esta comunidad. Tiene 24 años y su función allí es concienciar a los poco más de 150 habitantes a través de la información “suave y pausada”, para que “no se cansen” de ella, de lo importante que es utilizar bien el agua. Su principal preocupación es que dejen de beber directamente del río Chucunaque, con un alto grado de contaminación. Yarlenis, una niña de 8 años tímida pero extremadamente locuaz con la mirada, es una de los más de 70 menores que, por ejemplo, se lava los dientes directamente en el río, una de las muchas razones por las que padecen todo tipo de enfermedades, sobre todo estomacales. Para intentar mitigar esas deficiencias sanitarias, Amber trata con el gobierno panameño para que ayude económicamente a comunidades como la de Playona con la construcción de depósitos de agua o de letrinas, otro importante foco de enfermedades. Y es que construir un retrete cuesta aproximadamente 400 dólares (306 euros), y en toda la comunidad hay uno púbico y dos privados. Queda mucho trabajo por hacer.
Tras despedirse de los emberá, vuestro hijo se ha puesto la mochila a la espalda y ha empezado lo que iba a ser una auténtica pesadilla. Comenzaba así la marcha hacia Sinaí, lugar donde esperaba otra comunidad, los wounaan. No os podéis imaginar lo que ha sido ese trayecto por la selva del Darién. Con un terreno totalmente embarrado, vuestro hijo ha cargado no sólo con 10 kilos en la espalda, sino con otros tres más o menos en cada pie, todos ellos de barro y lodo. Aquello parecía por momentos el instante en el que el caballo de Atreyu desaparece en tierras movedizas en La historia interminable. Pero el drama no ha llegado tan lejos y así ha recorrido nada menos que 11 eternos kilómetros, con las piernas hundidas hasta la rodilla en muchas ocasiones, y lidiando con “los mosquitos más sanguinarios que ha sufrido la Ruta Quetzal BBVA desde que existe”, según palabras de Íñigo de la Quadra-Salcedo, hijo de Miguel y responsable de la página web de la organización y de las redes sociales.
Sucio, sudado, extremadamente cansado y derrotado. Esa era la estampa de vuestro hijo al llegar tras 8 horas de trayecto por la selva a Sinaí. Por el camino ha visto cómo alguna compañera sufría desmayos, como otra seguía adelante con muecas de dolor por una tendinitis y cómo otro fue atacado en un receso por una araña y tuvo que recibir un chute de cortisona para que recuperara el tacto y la vista. No ha sido nada bonito, no os voy a engañar. Algunos lloraban de desesperación y otros se dejaban caer sin ganas ni ánimo de continuar. Pero no os preocupéis, vuestro hijo está bien cuidado, con unos monitores de espíritu inquebrantable que no se separan ni un centímetro de él, y un equipo médico excepcional que no descansa para atender en todo momento a los chicos.
Cuando ha llegado a Sinaí se ha encontrado la comunidad wounaan completamente entregada y dispuesta a ayudar a todo despojo humano que se dejaba caer. Pero el verdadero subidón de adrenalina lo ha aportado el río Membrillo, que en ese momento parecía a ojos del rutero la playa más paradisiaca del planeta. Todo el equipo, sin excepción, ha acabado dentro vestido y con las botas puestas. Y de nuevo se han instalado en el campamento la risa nerviosa y la locura. El cansancio ha dado paso a la satisfacción y la sensación general de haber logrado una gran gesta. Y de pronto, vuestro hijo ha entendido un poco más la historia de Balboa.
Tras descansar un poco, los chicos han vivido un día entero con la etnia wounaan, extremadamente hospitalaria y agradecida. Aunque esa parte de la historia ya os lo contaré otro día. Esta era exclusivamente para que os sintáis orgullosos de vuestro hijo. Ese que normalmente está preocupado de la playstation o del resultado de su equipo de fútbol también es capaz de enfrentarse a situaciones duras y aprender de ellas. Sin duda, llegará a casa un hijo diferente, porque después de hoy, es un héroe. Y, no nos engañemos, todos los que le acompañaban, un poco también.
FOTOGRAFÍAS: ÁNGEL COLINA
Hay 8 Comentarios
Disculpen, no se si les he entendido a algunos foristas aquí de ésta expedición. Sólo les dejo un mensaje a lo panameño: "si quieren camarones, hay que mojarse el culo". La Ruta Quetzal endurece el carácter, convence al ser humano sobre la importancia de la solidaridad, cambia la mentalidad chabacana de muchos jóvenes de conseguir las cosas por la vía fácil, y pega como fierro caliente en el espíritu muchos valores, especialmente familiares como el amor al prójimo y la comprensión. VIVA LA RUTA QUETZAL CARAJO!
Publicado por: Alberto Rodriguez | 29/06/2013 0:27:17
Como panameño, me siento orgulloso que los organizadores de éste evento hayan escogido nuevamente a Panamá para la "Ruta Quetzal". Panamá es un campo de pruebas de la tenacidad y el sacrificio, por ello es el Puente del Mundo y Corazón del Universo". Saludos a todos los jóvenes participantes, y vuelvan pronto que serán recibidos como siempre hacemos los panas: A Lo Grande!
Publicado por: Alberto Rodriguez | 29/06/2013 0:19:35
Totalmente de acuerdo con todos los comentarios:
Es una evidencia que la ruta Quetzal no es una "aventura" en el estricto sentido. Quizás se asemeje más a un gran campamento; pero ¡Qué campamento!.
Sin duda nuestros hijos (soy mamá de una) no son ni van a ser heroes pero vivir según que experiencias forja el cuerpo y el espíritu y eso no se lo quita nadie.
Y quien sabe, quizás a partir de esta "su aventura" se conviertan en mejor personas, más conscientes de lo que es vivir y de lo que es importante en la vida.
En cualquier caso yo agradezco el que mi hija pueda vivir esto.
Y agradezco también saber que va todo bien a pesar de los mosquitos como elefantes.
BESOS
Publicado por: Elena | 26/06/2013 16:00:54
Gracias por tan lindo escrito. Me han emocionado. Qué alegría saber que estos muchachos, entre los que se incluye mi hijo, tienen este comportamiento valiente, heroico, luchador. Soy de las que cree que un mes viviendo con estos valores ruteros, es mucho mejor que todo un año de colegio. Sus repercusiones durarán para siempre.
Larga vida a la Ruta Quetzal BBVA!!!!!!!!
Publicado por: Aida Romero | 25/06/2013 23:23:57
Gracias, Berta, por tu preciosa crónica.
Publicado por: Lola | 25/06/2013 22:51:08
Jamás entenderás los valores de la ruta. Es algo unico e indescriptible. Dime cuantos jóvenes actualmente de nuestra sociedad valoran un viaje asi en esas condiciones: cansancio vital, dormir en una tienda de campaña apretado y mal durante 45 dias, calor asfixiante,sin ducharse en varios dias,comiendo en el mismo plato de aluminio quitando los restos despues de cada comida, cargando todos los dias 2 mochilas a sus hombros y una tienda de campaña, donde llevan toda su identificación para un mes y medio...y sin embargo ni un solo día en que todo eso haga mella y pierdan la sonrisa. La ruta es eso; superar esas "penurias" sabiendo que era un reto personal, una experiencia que a uno le da vitalidad. Es un viaje lleno de aventuras, visitas a sitios emblematicos, conferencias especiales, cultura indígena, etc etc pero ni mucho menos en unas condiciones ideales, eso es la ruta, sobreponerse a todo para disfrutar de cada detalle nuevo, de gente y culturas distintas y siempre, siempre sin perder la sonrisa y la ingenuidad propia de un adolescente de 16/17 años.
Y ahora, repito; ¿Cuantos jóvenes actualmente de nuestra sociedad valorarían o irían a un viaje asi en esas condiciones? Creo que muchos pasarían de la ruta alegando "Lo voy a pasar mal, no comeré lo que me gusta, para no ducharme y estar sudado tantos dias me quedo en mi casa,etc"
Dentro de la superficial sociedad en la que vivimos actualmente, llena de discotecas, fiesta, botellon, maquillaje, prejuicios, en definitiva esconderse para no destacar, camuflarse y seguir al rebaño mas dominante, separarse por ideologías o culturas etc, etc.....Dentro de todo esto, creo que la ruta ofrece unos valores que se han perdido. y esa es su grandeza; mezclarse sin prejuicios y superar obstáculos juntos.
Publicado por: manu | 25/06/2013 16:06:09
Quería decir monitores. Y me refiero al error que supone hacer que tantos jóvenes confundan una experiencia guay en la que van en un viaje elegido, en un premio, arropados, cuidados, protegidos y sin preocupaciones ni responsabilidades de ningún tipo, con una situación dura que te convierta en un héroe. Chatico, la excursión que has hecho no solo no es una auténtica pesadilla, es que de heacho estás insultando a millones de seres humanos que desde que nacen hasta que se mueren -muy pronto, no cumplirán muchos de ellos ni tu tierna edad- SÍ que viven una puta pesadilla. Nuestra sociedad es ridícula hasta la náusea, sinceramente.
Publicado por: Hello and hi | 25/06/2013 10:41:31
Otro pijo empapuzado con la mentalidad norteamericana desde la más tierna infancia. A ver si al volver a casa alguien le explica, suavemente para que no se canse, que tiene de héroe lo que yo de monja. Y encima los dichoso monitres les pondrán la cabeza como un bombo con la supuesta y ridícula heroicidad de hacer la excursión del siglo. Penoso.
Publicado por: Hello and hi | 25/06/2013 10:34:35