Andrés Vázquez es, con diferencia, el torero que mejor ha hecho su papel de comentarista en televisión. Enseñaba a los aficionados la verdad del toreo, dejando al margen lugares comunes, excusas y proselitismo. Decía verdades y ¡lo pagó!
Para que el torero echase la muleta al hocico siempre soltaba, casi mimando las palabras: "dale de comer, dale de comer..." y tú ya lo entendías.
Antoñete, mi emperador romano, amo y señor de Las Ventas, lo hacía, lo de darle de comer, de manera literal. Tomaba un puñado de bellotas y "toma, Romero, bonito. Toma, Romero, bonito".Con su Romerito, semental que le regaló Capea -de ahí, supongo, la docilidad- llegaba a mantener conversaciones distendidas, tranquilas, como charlas de sobremesa, les faltaba la copa y el puro.