No pensaba poner nada más por aquí pero el artículo de hoy de William Lyon -el pasmo de Manhattan- en El País merece reproducción.
Toros en Madrid
Como todos los años, renové mis dos abonos para la magna Feria de San Isidro, pero sin mucha ilusión: como ocurre desde hace décadas, de los 24 carteles apenas había alguno redondo. Sin embargo la plaza se llenó todos los días. Esto se debe a la obligatoriedad de renovar el abono: aproximadamente el 85 por ciento de las entradas van a los fieles y sufridos abonados. Y si no lo renuevas, lo pierdes, y con ello el derecho de sacar entradas para alguna corrida interesante -cada vez son menos- que podría programarse durante el resto de la temporada.