04 junio, 2007 - 17:19 - Rosa Jiménez Cano
La estatua de dos toreros
He dejado mi estatua predilecta para el final. Habíamos visto las perrerías que le hacen a la de Fleming o lo que sentía el Yiyo poco tiempo antes de morir, hoy convertido en 'meeting point'.
La de Antonio Bienvenida muestra la elegancia de la saga también en el triunfo, en ella no sólo sale el maestro que se indentificó con el Madrid "como debe ser", el de la elegancia en todos los tercios, la cata de la bravura y el saber estar, sino que también está otro con nada menos que once puertas grandes en su haber.
Andrés Vázquez sale es el primero a la derecha del torero. ¿Por qué? Muy sencillo. Era tal su admiración por el maestro que en 1977 se prestó para matar no un festival, no, sino una corrida de 'victorinos', vestido de luces -con toda su seriedad- para costear el monumento en recuerdo al maestro.
Todavía cuenta Andrés que a alguno de la familia no le parecía que fuese "suficiente figura". No lo creo, pero, ¿dónde estaban los demás cuando denunció el afeitado?
Sería interesante ver la geografía de cornadas de Andrés Vázquez. Es de esas personas que cuando pasa deja olor a torero
Publicado por: Monaguillo | 04/06/2007 23:14:58
Tengo una foto con las cornadas. A ver si la recupero.
Publicado por: Rosa J.C. | 05/06/2007 1:39:17