Joan Clos, Director Ejecutivo de ONU Hábitat, fotografía tomada de Towardsthehumancity.org
(Caserta, Italia) Joan Clos tiene una nueva agenda. Llega al centro de Belvedere di San Leucio a inaugurar el Campus de Pensadores Urbanos apresurado. El día se muestra roto y gris y la lluvia caprichosa no nos permite entrevistarle en el exterior con las magníficas vistas que se divisan de Caserta. Nos ceden un espacio vacío, medio abandonado, dentro del centro. Con traje oscuro de corte oficial, camisa blanca y corbata neutra, Joan Clos da la imagen de hombre discreto y prudente. Sin embargo, este doctor de formación, acumula un extenso repertorio de cargos institucionales que le han llevado a ser el español con el cargo más alto del sistema de Naciones Unidas. Fue alcalde de Barcelona (1997-2007), Ministro de Industria, Comercio y Turismo de España (2006-2008) y embajador de España en Turquía y Azerbaiyán (2008-2010). Actualmente es el Director Ejecutivo de ONU-Hábitat y por ende, el presidente de la próxima Conferencia Hábitat III que se llevará a cabo en 2016.
Una de sus principales responsabilidades será impulsar la nueva agenda urbana, una propuesta revolucionaria que pretende rediseñar las ciudades para hacerlas más sostenibles, más seguras, más resilientes y más inclusivas, en definitiva, para que recuperen la escala humana que perdieron con la rápida urbanización y la falta de planificación.
¿Por qué están de moda las ciudades? Joan Clos explica la actual relevancia que están ganando las urbes con cierto pragmatismo: “Es porque generan dinero. En el marco de economía global post-industrial, las ciudades tienen un papel productivo muy importante, están siendo focos de producción y se han convertido en verdades fábricas de conocimiento. Hemos pasado de la revolución industrial a la revolución de la economía del conocimiento y las ciudades juegan un papel crucial ya que están en el eje de esta transformación”.
Sin embargo, este creciente protagonismo no ha ido acompañado de más presencia de los representantes de ciudades en foros internacionales. Si apenas hay 60 países que superan los 20 millones de habitantes, ya existen 12 ciudades que han superado esa cifra y la acumulación demográfica en los centros urbanos no deja de crecer.
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“Hemos de buscar nuevas formas de representatividad que no hagan inviable la participación y la toma de decisiones en los procesos globales”.
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Acostumbrado a lidiar tanto con representantes de Estados y Gobiernos como con alcaldes y autoridades locales, conoce a fondo la problemática y confiesa que el proceso de reformar la representatividad local es tan necesario como complejo. “La arquitectura internacional esta organizada a través del Estado nación. Después de la revolución francesa, el mundo se ha organizado a través del colectivo de naciones y cuando acabó la guerra fría, las naciones se han doblado. La percepción entre los representantes de Estado es que esto se esta complicando, somos demasiados y por lo tanto, desde el punto de vista de las naciones, se tiene mucha precaución para que el número de representantes en la Asamblea General de Naciones Unidas no crezca, pues se puede convertir en ingobernable”.
Joan Clos con el alcalde de Caserta, Pio del Gaudio, y Caterina Miraglia, asesora de cultura de la region de la Campania, en el Campus de Pensadores Urbanos; Caserta, Italia.
Añadiendo complejidad a la problemática, Joan Clos explica como ahora también han empezado a aparecer entidades intermedias, como las regiones y los consorcios de municipios, que piden a su vez más voz en los foros. “Crear una participación de todos en los foros de Naciones Unidas sería inviable. Hemos de buscar nuevas formas de representatividad que no hagan inviable la participación y la toma de decisiones en los procesos globales”.
Ciertamente, este será un tema crítico a ser debatido en la agenda urbana de Hábitat III. Otro será el acceso a financiación. Frecuentemente, se generan conflictos entre las ciudades y los Estados por el acceso a financiación internacional y es común escuchar a las autoridades locales quejarse de que se descentralizan las responsabilidades pero no la financiación para poder asumirlas. “Con la globalización de la financiación, el movimiento de capitales es lo que se ha globalizado más, han cambiado las claves. Los financiadores dicen que hay mucho dinero para hacer cosas pero existe una carencia de proyectos viables”.
Joan Clos asegura que lo que hace falta es un fortalecimiento institucional de las ciudades para que puedan acceder a los mercados de deuda con credibilidad financiera ofreciendo garantías de que puedan devolver el dinero. “Hay mucho dinero, pero existe una inmensa necesidad de proyectos urbanos para transformar ciudades. Falta que el mercado financiero tenga instituciones creíbles que puedan garantizar la devolución del dinero a largo plazo”.
Su propuesta es revertir todo el modelo de acceso a la financiación, de manera que el Estado se haga solido, fuerte y comprometido y a su vez contribuya al proceso de descentralización de manera ordenada para que las ciudades puedan hacer lo mismo. “Esto es un proceso de creación política, institucional, de capital humano… requiere un gran esfuerzo”.
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“Hace falta una verdadera apuesta por las ciudades porque estamos entrando en otro ciclo de la economía mundial post-industrial donde las ciudades juegan un papel nuevo”
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En cuanto a los principales retos para promover la nueva agenda urbana en la hoja de ruta hacía Hábitat III, enfatiza la necesidad de poner a las ciudades en el eje motriz del desarrollo: “Lo que hace falta es una verdadera apuesta por las ciudades porque estamos entrando en otro ciclo de la economía mundial post-industrial donde las ciudades juegan un papel nuevo, un terreno no explorado”. Defiende que si se quiere crear nuevos empleos, es en la ciudad donde se van a crear, donde surgen los hubs de innovación, donde se crean los clusters sectoriales. “Un país que quiera generar empleo, generar prosperidad, lo ha de hacer en los nuevos sectores del conocimiento. A España le paso con la burbuja inmobiliaria, que pudo contratar a muchas personas en el sector de la construcción, pero cuando llegó la crisis se encontró con toda una generación que no estaba preparada para los nuevos sectores económicos”.
Con ciertas prisas para inaugurar el Campus con el alcalde de Caserta, acaba hablando de su conocida pasión por la planificación y el diseño urbano de las ciudades: “Si queremos ciudades dirigidas a generar empleos y oportunidades, hay una necesidad de hacer la ciudad mas amable, mas cualitativa, que quieras ir a vivir allí, no una ciudad castigo como describió Charles Dickens en Oliver Twist. Para ello es preciso diseñar de nuevo las ciudades. La ciudad es un artefacto diseñado, no salen automáticamente. En eso sí que va a haber verdadera competencia, para ver quien lo puede hacer mejor”.
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