El Gobierno Nacional, con Evo Morales a la cabeza, a través del denominado proyecto “Mi Teleférico o Teleférico La Paz - El Alto”, ha construido un medio de transporte aéreo por cable, que une las ciudades de La Paz y El Alto.
(*) Por Fernando Carrión M
La ciudad de La Paz en Bolivia es considerada la capital más alta del mundo: se estima en un promedio de 3.700 metros sobre el nivel del mar. Sin embargo su aeropuerto está a 4.100 metros de altitud, localizado en un municipio que se ha unido físicamente al de La Paz, llamado El Alto.
Esta conurbación La Paz-El Alto tiene una población de 1.660.000 habitantes, distribuidos de manera equilibrada entre los dos municipios, aunque El Alto ya le superó en población a La Paz, gracias a que tiene una tasa de crecimiento superior, siendo la segunda urbe que más habitantes ha ganado en el país durante el último período inter censal.
Esta realidad de la conurbación plantea, al menos, dos elementos claves de debate y de propuesta, que pueden conducir a una nueva realidad y a una mayor integración: por un lado, la necesidad de generar un gobierno metropolitano sobre la base de 8 municipios circunvecinos. En esto sigue la tendencia de algunas ciudades capitales en América Latina que buscan nuevas formas de gobierno, entre las que se pueden señalar a Ciudad de México, que luego de 18 años de la elección de su primer jefe de gobierno, debate por convertirse en un Estado más de la Unión. La nueva Constitución de Ecuador aprobada en 2008 demanda a Quito la aprobación de un estatuto autonómico. En Santiago de Chile se discute un gobierno autónomo y de totalidad para una ciudad compuesta por 36 comunas (municipios), producto de la oferta de la campaña electoral de Michael Bachelet y de una vieja aspiración de sus habitantes. Mientras en Venezuela se creó el Área Metropolitana de Caracas que cuenta con cinco municipalidades, uno de los cuales –El Libertador- es el asiento del Distrito Capital. Los cinco municipios se eligen popularmente y el del Área Metropolitana se lo designa.
Y por otro lado, lo que concita la mayor atención popular son las distintas líneas de teleféricos que ha construido el Gobierno Nacional, con Evo Morales a la cabeza, a través del denominado proyecto “Mi Teleférico o Teleférico La Paz - El Alto”, considerado un medio de transporte aéreo por cable, que une las ciudades de La Paz y El Alto, y que, por lo pronto, cuenta con tres líneas. Las mismas se encuentran en operación desde mayo de 2014 y a cada una de ellas se las reconoce por un color: Rojo y amarillo son las que llegan hasta el Municipio de El Alto, más no al aeropuerto, y la verde que sirve solo en La Paz. Los colores hacen referencia a la “huipala” que tiene siete colores, como será el número de las líneas que atenderán los teleféricos que se producirán en el futuro (uno de ellos, el cuarto, ya en construcción).
Sin duda este proyecto emblemático ha generado un sentido de orgullo en los habitantes de las dos ciudades, más por la inyección de modernidad y progreso, que por la respuesta a las demandas insatisfechas de transporte de la población. Lo primero tiene que ver con la presencia singular e importante de la “colonización” del espacio aéreo de las ciudades por parte de las llamadas “góndolas” que transitan por el cielo. Se las ve desde arriba y se las ve desde abajo; es decir, son omnipresentes. El diseño es muy bueno, la tecnología es punta y la atención es magnífica. Como dicen los paceños: “es de otro mundo”.
El problema se evidencia cuando se lo analiza desde el punto de vista del transporte o la movilidad. Los pasajes diarios de la ciudad de La Paz y de su relación con El Alto ronda en alrededor de 2 millones; esto significa – si la capacidad del sistema de teleféricos fue diseñado para 6.000 pasajeros/hora- que en el mejor de los casos los teleféricos cubren una demanda inferior al 4% del total de los pasajes diarios. Adicionalmente, el estimado de los 6.000 pasajeros/hora todavía no se cumple, de tal manera que la proporción en la actualidad es más baja. Por eso muchas de las Góndolas van vacías. ¿Porque ocurre esto? Principalmente porque la distancia entre las paradas son muy largas; segundo, porque las estaciones no están localizadas en puntos de concentración de la demanda; tercero a que no existe un sistema de integración del transporte con medios colectores; y cuarto, a que la tarifa es superior a la del transporte de buses vigente (la más alta de los mini buses es de 2.40 bolivianos, mientras cada trayecto del teleférico cuesta 3.0 bolivianos).
Dos temas profundos: el sistema de transporte y el gobierno metropolitano y, están al orden del día. El primero en plena ejecución, pero que requiere algunos cambios importantes para que sea más eficiente y el segundo, que debe discutirse con mucha profundidad entre el Gobierno Nacional y los gobiernos locales involucrados, de tal manera de encontrar una salida que beneficie a Bolivia. Hay que ser conscientes que un nuevo diseño institucional de la capital modifica los pesos y contrapesos del poder en los territorios y una buena propuesta de movilidad mejorará la calidad de vida de alrededor del 30% de la población de Bolivia.
* Fernando Carrión M. es profesor e investigador del Instituto de de Estudios Urbanos de la Universidad Nacional de Colombia.
Hay 1 Comentarios
Este teleférico se ha convertido en la vedette de moda en La Paz. Realmente era una obra necesaria, que realza la vida de muchos ciudadanos, sino que además permite tener una perspectiva muy evidente de La Paz como ciudad, como centro urbano. Estamos seguros que a partir de este Teleférco, La Paz va a tener muchos cambios sobre todo a nivel edilicio.
Publicado por: bergante | 19/10/2015 22:40:19