Seres Urbanos

Sobre el blog

En breve, dos de cada tres personas viviremos en ciudades. Vivienda, infraestructuras, transporte, energías, servicios, pobreza, empleo o migraciones son ya algunos desafíos de las urbes contemporáneas. Este blog plantea oportunidades y retos de las polis del siglo XXI en todo el mundo, de Nairobi a Sao Paulo, de Shangai a Lagos.

Sobre los autores

Gemma Solés i CollGemma Solés i Coll. Licenciada en filosofía, especializada en desarrollo en África y periodista cultural. Cofundadora y redactora del magacín sobre culturas africanas Wiriko, y de la revista Urban Africa del African Center for Cities(Ciudad del Cabo).

Mar Toharia. Licenciada en Geografía (UAM), con especialización en Ciudad y Territorio y posgrado en Globalización, Desarrollo y Cooperación (UB). La sostenibilidad, las iniciativas sociales para la participación ciudadana y el urbanismo a escala humana son sus campos de estudio. En ellos ha trabajado en Centroamérica, Barcelona y Madrid. Y, en la actualidad, como analista de Metroscopia en el área de ciudad sostenible y nuevos estilos de vida.

Fernando Casado Cañeque. Fundador del Centro de Alianzas para el Desarrollo dedicado a promover alianzas globales para lograr los Objetivos del Milenio. Economista, autor, realizador de documentales sociales y promotor de Hacia la Ciudad Humana, un proyecto para el que viaja por ciudades emergentes documentando la transición hacia ciudades más humanas.

Manuel Delgado. Profesor de antropología urbana en la Universidad de Barcelona. Ha estudiado la construcción de las identidades colectivas en contextos urbanos y los efectos sociales de la transformación de las ciudades y los conflictos que se derivan, así como sobre la apropiación social de los espacios públicos. Es autor, entre otros muchos, del libro 'El animal público' (Premio Anagrama de Ensayo, 1999).

Teresa García Alcaraz. Arquitecta (UPC) especializada en Arquitectura Humanitaria (London Metropolitan University). Las ciudades, el diseño participativo, las intervenciones urbanas así como la habilitación de barrios en sectores populares son sus campos de estudio. Ha trabajado en Venezuela, Ecuador, España y el Reino Unido y es fundadora de Archithoughts. Regularmente escribe para ThisBigCity y otras plataformas sobre temas urbanos, sociales y artísticos.

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Por Alejandro López-Lamia*

La futurología urbana se parece cada vez más a una opaca bola de cristal. Sabemos que las ciudades seguirán creciendo sin pausa en las próximas décadas. En un planeta abarrotado, donde según las Naciones Unidas los residentes urbanos llegarían a los 6.400 millones hacia el año 2050, una de las preguntas más inquietantes es: ¿En dónde vivirán los futuros habitantes de las ciudades? Sabemos también que existirán menos terrenos urbanizables, un mayor número de personas buscando oportunidades en las urbes para mejorar sus condiciones de vida y un déficit habitacional que no dará treguas frente al incremento poblacional, a menos que se materialice un cambio sustancial, tanto en aspectos tecnológico-constructivos, como culturales, económicos y regulatorios.

Para muchas familias la residencia ideal sigue siendo una casa o apartamento edificado con materiales sólidos, mucha luz natural, techos altos, una importante sala comedor y cocina, varias habitaciones, con un amplio garaje y bodega, seguridad privada y vastos espacios verdes. Este imaginario se vincula a contextos demográficos, socioculturales y económico-financieros que mutarán hacia mediados de siglo. Con una esperanza de vida alrededor de los 80 años y la transformación de los valores familiares tradicionales, los jóvenes preferirán permanecer solteros por más tiempo, tener hijos después e invertir más en sus prioridades personales que en propiedades familiares, algo que ya está ocurriendo.

Se estima también que entre los 40 y 50 años de edad, la tasa de divorcios seguirá siendo significativa, lo que llevará a la conformación de nuevas familias, más pequeñas, derivadas de segundas o terceras nupcias. Por otra parte, la cantidad de adultos mayores continuará acrecentándose en casi todos los países. Esto implicará afrontar necesidades habitacionales y proveer servicios especiales para este importante sector social, al que con suerte, nos incorporaremos indefectiblemente tarde o temprano. 

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IMG_20160520_155358038_HDR ELYTRA Filament Pavillion en Londres. Fotografía: Teresa García Alcaraz

El V&A Museum de Londres ya hospeda dentro de su jardín John Madejski el pabellón ELYTRA hecho de filamento de fibras de carbón fabricado en su totalidad por robots. Un equipo de arquitectos e ingenieros de la Universidad de Stuttgart, liderado por el arquitecto experimental e investigador Archim Menges -en colaboración con Moritz Dörstelmann, el ingeniero estructural Jan Knippers y el ingeniero Thomas Auer- ha sido el encargado de generar este impulso para la primera temporada de Ingeniería del V &A, explorando el impacto de las nuevas tecnologías robóticas en el diseño arquitectónico.

El diseño de esta estructura efímera se inspira en un principio de construcción ligera que se encuentra en la naturaleza, particularmente en las estructuras fibrosas de las conchas de las alas delanteras de los escarabajos voladores conocidos como ‘élitros’, de aquí su nombre.

El pabellón ELYTRA es un dosel ondulante de un tejido tupido de células de fibra de carbono producido por una técnica de bobinado robótico. Se trata de un conjunto de elementos anclados al suelo conformados por perfiles tubulares hechos con una capa de fibra de resina que tan solo pesan 45 Kg. Estas estructuras se abren, como si de una flor se tratara, evolucionando en una estructura metálica hexagonal de cubierta quedando ambas piezas cosidas robóticamente por filamentos de fibra de carbón. Es importante destacar que a diferencia de otros métodos de fabricación, este sistema no necesita moldes y puede producir infinidad de formas de hilado reduciendo los desechos al mínimo.

IMG_20160520_155705782 Detalle de la estructura. Fotografía: Teresa García Alcaraz

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La ventriloquía de HABITAT III

Por: | 25 de junio de 2016

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Quito, Ecuador, será la sede de Habitat III entre el 17 y el 20 de octubre del 2016. Imagen Wikimedia Commons.

Por Fernando Carrión *

Hace 40 años en la ciudad de Vancouver (1976) se llevó a cabo la primera reunión de ONU-HABITAT destinada a diseñar políticas urbanas a nivel planetario. En esa cumbre se legitimó la oficina de Naciones Unidas –HABITAT- con la misión de velar por los llamados “asentamientos humanos” y “hábitat”, conceptos importados de las ciencias naturales. Sin duda fue un avance porque los países miembros del organismo internacional reconocieron a las ciudades como una problemática que requería un tratamiento especializado de carácter internacional. En esa ocasión los debates giraron alrededor del agudo proceso de urbanización que se vivía a escala mundial, producto de la vigorosa migración rural/urbana y del crecimiento natural de la población, que produjeron un significativo crecimiento en las ciudades, al extremo que dieron lugar al aparecimiento de los asentamientos humanos, denominados según el país que se trate como: favelas en Brasil, villas miseria en Argentina, pueblos jóvenes en Perú, barrios de rancho en Venezuela, colonias populares en México o callampas en Chile. La emergencia de esta problemática terminó por construir una “ciudad dual”: informal/formal; legal/ilegal.

La segunda cumbre se celebró en la ciudad de Estambul en 1996, teniendo como ejes de debate la globalización (La ciudad global) y las tesis del neoliberalismo (ciudad neoliberal), enmarcados, por un lado, en los procesos del llamado “Consenso de Washington”, que impulsó la desregulación del mercado, la descentralización y el reposicionamiento de los organismo internacionales de cooperación en materia urbana. Y por otro lado, en la búsqueda de la eficiencia en la gestión, para lo cual se recurrió a las técnicas cuantitativas de medición de resultados, que luego tendrían su correlato en los denominados “objetivos del milenio” nacidos en la cumbre mundial del año 2.000, realizada en la sede de la ONU en Nueva York.

Hoy estamos a las puertas de la tercera conferencia mundial de HABITAT, que ha sido preparada durante varios años con muchas reuniones nacionales, regionales y mundiales. En este caso las ciudades –convertidas en un objeto de acción, pero sin sujeto- han cambiado notablemente, al extremo que se encuentra entre los tres actores mundiales actuales: a) los Estados en decadencia, b) el mercado representado por las grandes corporaciones transnacionales y c) las ciudades mediante los municipios, que han logrado un protagonismos único.

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Patios coeducativos: abrir la escuela para transformar la ciudad

Por: | 23 de junio de 2016

Por Adriana Ciocoletto 

Recogiendo ideas de varias autoras, la Coeducación es aplicar la perspectiva de género en el ámbito educativo, para conseguir la plena igualdad de derechos entre mujeres y hombres desde la infancia. A través de la coeducación, se valoran indistintamente la experiencia, las aptitudes y aportaciones individuales de nenas, nenes o jóvenes independientemente de su sexo, o identidad sexual o de género. Esta mirada, contribuye a valorar las diferencias y a evitar, no solo la discriminación en función del sexo y género, si no también de la edad, origen, clase social, diversidad funcional, etc. Actualmente, gracias a las reivindicaciones feministas, muchas escuelas incorporan en sus contenidos curriculares los valores de la coeducación. Pero pocas veces se aplica de forma integral esta visión que establece un vínculo entre las relaciones sociales y la configuración física de los espacios escolares.

Los “patios coeducativos” son proyectos que buscan, más allá de una mejora física del patio como espacio de juego y encuentro, transformar las relaciones de género que se perpetúan en nuestra sociedad y que se reflejan desde la infancia. Estos proyectos son impulsados por la cooperación entre entidades que trabajan desde la perspectiva de género, y por administraciones públicas que les interesa aplicar la coeducación dentro de sus programas y que cuentan con la implicación de toda la comunidad educativa; alumnado, profesorado y familias.

¿Y cómo está el patio?

El patio de la escuela es uno de los primeros espacios de socialización, un espacio público donde infantes pasan unas 525 horas al año (según informe breus#31 de la Fundació Jaume Bofill). Aquí es donde desarrollan sus propias capacidades pero también donde aprenden a relacionarse con las demás personas, a conocer otras experiencias; convivir, comprender, compartir, en un espacio común con gente diversa. Todo espacio, desde su diseño, materiales y distribución, condiciona el uso que hacen las personas; por lo tanto, condiciona las relaciones humanas y la convivencia. El diseño del patio escolar, al igual que otros espacios públicos de la ciudad, reproduce los roles de género y genera discriminaciones de diferentes tipos. La distribución y diseño de los patios escolares tiene una marcada jerarquía en la pista deportiva, en general ubicada en el centro, donde predominan los mayores, varones y el fútbol como actividad casi exclusiva. Todos las demás usos queden relegados a su periferia. No hay más opción que buscar rincones donde realizar otras actividades, juegos de movimiento no competitivos que realizan las niñas y niños que no juegan al fútbol o al básquet, o actividades más tranquilas, como la estancia, la reunión o el paseo. Esta dualidad y jerarquía entre quienes juegan y no juegan al fútbol otorga privilegios y genera exclusiones. 

 

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Diagnóstico participado, mapeo de los usos del patio, Escuela Lluís Vives, Castelldefells, Barcelona. Col·lectiu Punt 6 y CoeducAcció, 2016.

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Lagos apuesta por el reciclaje a pedal

Por: | 21 de junio de 2016

Tal como se ha hablado en previos artículos en este blog, el manejo de la basura es uno de los grandes retos al que se enfrentan la mayoría de las ciudades del mundo, afectando generalmente a los sectores más desfavorecidos de la sociedad. Muchas veces, la incompetencia de las instituciones y autoridades locales agrava el problema y surgen, consecuentemente, iniciativas ciudadanas que tratan de buscar una solución práctica.

Lagos, con una población de 21 millones, es la ciudad más poblada no solo de Nigeria sino de todo África Subsahariana. A pesar de ser un centro neurálgico cultural y político, el manejo de la basura es uno de los principales problemas urbanos de esta megaciudad. Cada día, 10 toneladas de basura inundan sus calles; tan solo un 40% de estos residuos es recogido por el gobierno municipal y un mísero 13% de los materiales reciclables es rescatado para no ser lanzado a los vertederos. Al mismo tiempo, las empresas lagosenses de reciclaje se enfrentan a una restricción de suministro, es decir, no tienen acceso a un suministro adecuado para procesar los materiales requeridos para su procesamiento, hecho que hace que operen muy por debajo de su capacidad.

Un 66% de la población de Lagos vive en asentamientos humanos muy pobres con el riesgo constante de sufrir inundaciones, propagación de enfermedades, malnutrición, estrés psicológico causado en gran parte por la acumulación de basura en las calles… generando graves problemas de salubridad y medio ambiente. Pero cabe destacar que la propia estructuración de la ciudad hace que muchos habitantes no tengan acceso a los puntos municipales de recogida de basura.

Con el fin de solventar este problema y atacarlo desde la base, la emprendedora Bilikiss Adebiyi fundó en 2012 WeCyclers: una iniciativa social que promueve el reciclaje usando bicicletas cargo de bajo presupuesto, ofreciendo la recolección y el reciclaje de basura en los slums de Lagos.

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Imagenes cedidas por WeCyclers

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¿Sueñan las ciudades con Grandes Proyectos Urbanos?

Por: | 18 de junio de 2016

 

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Imagen de Ikhlasul Amal en Flickr.

Por José Antonio Blasco, Carlos Martínez-Arrarás y Carlos Lahoz *

Las ciudades también sueñan, y aunque atribuirles un comportamiento humano pueda parecer una licencia poética, la metáfora tiene sentido, porque la ciudad es, además de un entorno construido, un conjunto de ciudadanos. En consecuencia resulta pertinente consultar ¿cuáles son los sueños de las ciudades? y la respuesta debe apuntar hacia los sueños compartidos de sus ciudadanos.

El sueño es lo que se opone a la vigilia, pero más allá de esa realidad fisiológica, los sueños también “visualizan” los deseos humanos. En este sentido, los sueños, que pueden tener mucho de utopía, se convierten en horizontes en los que reside la ilusión, en faros que guían nuestras acciones hacia esos fines anhelados, en un motor que agita positivamente nuestra existencia. Por supuesto, cada individuo cuenta con sus anhelos personales, pero, en general, todos aspiran a mejorar su vida, a prosperar, a disfrutar de un entorno de calidad que resulte estimulante y ofrezca posibilidades de desarrollo personal. Y esas aspiraciones de la comunidad deben verse contenidas, reflejadas y facilitadas por la configuración física de las ciudades.

No faltan voces que creen que para conseguir esos fines colectivos, una ciudad debe limitarse a vigilar el funcionamiento de sus infraestructuras, a gestionar adecuadamente los servicios urbanos, o a disponer de unas buenas dotaciones. Pero esto, como en las demostraciones matemáticas, es condición necesaria pero no suficiente. Porque la relación de los ciudadanos con su espacio va más allá de las consideraciones prácticas para adentrarse en el mundo de las emociones. Los ciudadanos, además de las satisfacciones funcionales, aspiran a una ciudad que alimente sus esperanzas y sus expectativas, desean sentirse integrados en una comunidad evolutiva, quieren estar orgullosos de su ciudad e identificarse con ella. Y para ello, la ciudad debe mostrarse viva, adaptándose a las necesidades de su gente y proponiendo escenarios de futuro ilusionantes, saludables, amables, justos, accesibles. Escenarios que deben ser proyectados desde el presente hacia el futuro. 

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Las viejas dudas de la Nueva Agenda Urbana

Por: | 16 de junio de 2016

 Por Marcelo Corti (*)

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"Swinger", un graffiti de Banksy en Nueva Orleans.

Definitivamente, quiero vivir en una ciudad que cumpla con la Nueva Agenda Urbana de las Naciones Unidas. El borrador presentado hace unas semanas del texto que será discutido en la Conferencia ONU-Hábitat en Quito, entre el 26 y el 28 de octubre próximo, nos propone todo lo que queremos para nuestro entorno urbano: una densidad suficiente para que gente muy diversa en orígenes, recursos y modos de vida conviva en paz y con múltiples oportunidades de trabajo, recreación y crecimiento personal; un espacio público de calidad que aglutina y da significado al tejido construido; un transporte no menos público y también de excelencia, para los escasos recorridos que exceden la distancia a caminar. Todo se alimenta con recursos renovables y no contaminantes, en especial la población, que consume productos sanos elaborados en un ámbito rural de cercanía y comercializados en condiciones justas.

“¡Éstas son ciudades!”, como decía Rimbaud en sus Iluminaciones. (“La Acrópolis oficial, superior a las más colosales concepciones de la barbarie moderna. Asisto a exposiciones de pintura en locales veinte veces más vastos que Hampton-Court. Mediante el agrupamiento de los edificios, en plazas, patios y terrazas apretados, se ha sustituido a los cocheros”). En la Nueva Agenda Urbana, la organización social es tan maravillosa como el tejido construido. Las decisiones se toman con participación activa de la ciudadanía, los gobiernos nacionales y subnacionales ayudan a las comunas con recursos financieros pero también con conocimientos, las regiones metropolitanas acuerdan gobiernos compartidos del territorio. Los bancos financian todo lo necesario a condición de cumplir con los designios de la ONU, y la especulación sobre el suelo urbano ha desaparecido en un sistema en el que toda riqueza producida por la intervención del Estado sobre el territorio se reinvierte en mejorar ese mismo territorio. Mujeres, niños y ancianos son los mayores beneficiarios de tanta belleza y tanta justicia; aquellos que vienen refugiados de ciudades no tan magníficas, son recibidos con generosidad y beneplácito por una sociedad que no es egoísta en el disfrute de sus beneficios.

Claro está, del dicho al hecho…

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Vida urbana contra los desahucios en Boston

Por: | 14 de junio de 2016

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Protesta anti-desahucios de City Life en Boston

Boston fue una ciudad americana que conoció sus primeros pasos como ejemplo de convivencia con el entorno natural. Allí apareció, a mediados del XIX, el Park Movement, un movimiento pionero en pro de los parques urbanos. Aquella ciudad fue espacio propicio para el cultivo de la inteligencia humana, capaz de ver nacer y crecer lo mejor del pensamiento radical estadounidense —Thoureau, Emerson, Fuller, Walt Whitman...— y en su entorno surgieron, no por casualidad, dos de los mejores centros universitarios del mundo: la MIT y Harvard. 

Muy lejos de esa ejemplaridad, hoy, Boston es una de las ciudades norteamericanas en la que la desigualdad social es más intensa y un escenario en que la brutalidad especulativa está haciendo sus peores estragos. Allí se conoció uno de los ejemplos más atroces de violencia urbanística de la historia: la demolición al completo, en los años 50, de todo un barrio, West End, en buena medida debido al primer arquitecto profesional norteamericano, Charles Bulfinch. En los barrios latinos o negros —Roxbury, Dorchester, East Boston, Jamaica Plain, East End­— hay una miseria que nos cuesta imaginar en la primera potencia mundial. Allí abundan los desahucios, puesto que algunos de sus sectores han acabado siendo codiciados por la especulación inmobiliaria.

En uno de esos barrios —Jamaica Plain­—, habitado sobre todo por familias negras de origen africano y caribeño, está la sede de City Life, una organización que lucha contra la depredación capitalista de los barrios populares de la capital de Massachussets. Su página web pone al corriente de sus iniciativas y de algo en lo que merece la pena detenerse: la manera como los combates sociales en favor del derecho a la vivienda son casi universales, porque bien universales son los ataques que recibe, pero que esa luchas, hoy ya planetarias, adoptan distintos estilos de actuación pública que son adaptaciones de repertorios culturales disponibles.

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Donde las calles pierden su nombre

Por: | 11 de junio de 2016

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Foto cedida por Mumbai Smiles/Sonrisas de Bombay.

 

Por José Mansilla (*)

No, esta entrada no versa sobre la famosa canción de U2, When the streets have no name, aunque no se puede decir que sea ajena a ella. En los años ochenta, el tema del grupo irlandés alcanzó los primeros puestos de las listas de éxitos en países como Irlanda o el Reino Unido con un mensaje contra el supuesto grado de estigmatización que vivían los vecinos de ciudades como Belfast por el mero hecho de vivir en una calle u otra. Para U2, perder el nombre significaba, en este caso, verse libre de un determinado tipo de identidad.

Hoy día las calles han perdido verdaderamente su nombre. También las plazas, las avenidas, los callejones, los pasadizos, las plazoletas y otros tantos rincones de las ciudades. Solo nos queda el denominado “espacio público”, un espacio finalmente sin identidad que actúa como esfera aséptica y donde parece que solo es posible plantear sociabilidades urbanas, antaño humanas, mediadas por prácticas mercantiles. Se trata, generalmente, de amplias zonas diáfanas, con escaso mobiliario urbano, profusión de verde y colores neutros, poca gente y menos vida. Solo es necesario utilizar algún famoso buscador de internet para ver lo que por tal tipo de espacio se entiende.

Afortunadamente, esta concepción de calles y plazas como higiénicos espacios destinados a la realización de la utopía de las clases medias, tiene sus excepciones en nuestra propia casa –solo hay que darse una vuelta por barrios como Sants o Lavapiés- y no consigue imponerse, por ahora, en otras partes del mundo. Grandes y dinámicas ciudades de potencias emergentes como Sao Paulo, Ciudad del Cabo o Bombay esquivan por ahora la imposición de esta determinada manera de entender los fenómenos urbanos.

Sin ir más lejos, en la citada capital económica india, donde más del 60% de la población vive en condiciones, en ocasiones, no muy dignas en barrios de chabolas o slums, todavía es posible encontrar calles plenas de vida. Como me decía Nirmal, un colega responsable de proyectos de la ONGD Mumbai Smiles/Sonrisas de Bombay, “las calles de los slums están siempre ocupadas de forma muy variada. Comienza a primera hora con las tareas cotidianas de las familias, como el acopio de agua de una fuente comunitaria, y acaba con el lavado de los platos y cubiertos de las cenas, por parte de las mujeres, ya entrada la noche”.

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Las ciudades africanas, cruciales para el desarrollo del continente

Por: | 09 de junio de 2016

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El pasado 23 de mayo, en el marco de la 51ª Reunión Anual del Banco Africano de Desarrollo celebrada en Lusaka (Zambia), se presentaba el 15º informe Perspectivas Económicas de África o African Economic Outlook, cuya edición 2016 está dedicada a Ciudades Sostenibles y Transformaciones Estructurales. El informe, que analiza la macroeconomía, las finanzas, las políticas comerciales, la integración regional, el desarrollo humano o la gobernabilidad en el continente, pone un énfasis especial este año en analizar la urbanización de África y proponer medidas prácticas para fomentar ciudades sostenibles. 

Producido por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OECD), el Centro de Desarrollo y el Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas, junto al Banco Africano de Desarrollo, el reciente informe alinea sus esfuerzos para sumar en la línea de búsqueda de soluciones urbanas para el continente que se tratará en Habitat III, pero que ya se ha ido profundizando en otras reuniones regionales sobre ciudades

Después de Asia Oriental, África es el continente que más crece económicamente. A pesar de que el crecimiento descendió un 1,8% menos en 2015 que en 2014, si la economía mundial se fortalece y los precios de los productos se recuperan gradualmente, África podría crecer el 3,7% durante el 2016 y un 4,5% para el 2017 según los expertos en redactar el informe. En este contexto, las ciudades emergen como epicentros financieros y según el informe, podrían impulsar la Agenda del Desarrollo Sostenible de la Unión Africana para 2063. 

La población urbana duplicó en África desde 1995, siendo de 472 millones en 2015. Sin embargo, el crecimiento demográfico en los polos urbanos de África no ha ido acompañado, lamentablemente, de una buena planificación de sus ciudades. Accra, por ejemplo, pasó de 1,3 millones de residentes en el año 2000 a 2'5 millones en 2015. Por lo tanto, su población duplicó, mientras su terreno construido triplicó en el mismo periodo de tiempo según el informe. Y los mismos datos parecen similares en otras ciudades de la región. 

Para que las ciudades, tanto las más grandes como las intermedias, así como los pueblos que acogen a un mayor número de personas, se conviertan en verdaderos motores de crecimiento económico y generen puestos de trabajo suficientes para su población, África se enfrenta a varias asignaturas pendientes. 

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El País

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