Por una ciudad segura y feminista

Por: | 29 de septiembre de 2016

 

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Señalización diversa en diferentes ciudades. Foto: Col·lectiu Punt 6.

 

(*) Por Sara Ortiz Escalante

La seguridad urbana es un tema prioritario de la agenda local de la mayoría de ciudades del mundo. Por norma general, las políticas locales de seguridad se basan en estrategias restrictivas, como incrementar la presencia de la policía y el control en el acceso a los espacios públicos, y muchas veces centradas en la protección de la propiedad o los bienes materiales.

Desde los años 70 el movimiento feminista ha reclamado la visibilización y la erradicación de la violencia machista tanto en el espacio público como en el privado. A excepción de ciudades como Montréal, Toronto o México, son pocas las ciudades que han incorporado la perspectiva de género en sus políticas de seguridad. La seguridad en las ciudades continúa enfocándose sobre todo en los crímenes, excluyendo de su análisis la violencia machista y sin tener en cuenta como la percepción de seguridad impacta de manera diferente en el uso que mujeres y hombres hacen de la ciudad.

Desde el movimiento feminista se reclama incorporar en las políticas de seguridad acciones que vayan más allá del crimen y el delito. Se propone visibilizar la violencia machista e incorporar otro tipo de violencias que no son recogidas por el código penal del contexto, como el acoso callejero, las agresiones verbales o la violencia simbólica. A su vez, la seguridad desde una perspectiva de género pone en el centro la percepción de seguridad, debido a las repercusiones de género que esta tiene en el uso diferenciado del espacio. La percepción de seguridad de las mujeres está marcada por la violencia sexual de la que son objeto y determina en gran medida cómo las mujeres viven los diferentes espacios. Por lo tanto, incluir la percepción de seguridad permite abordar cómo el miedo limita la libertad y la movilidad de las mujeres, principalmente en las actividades nocturnas, tanto en ámbitos de recreación como de trabajo, reduciendo su sentimiento de pertenencia y su participación activa.

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Más allá de The Get Down, el Bronx resiste

Por: | 26 de septiembre de 2016

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The Hub, principal zona comercial del sur del Bronx, un barrio neoyorkino que se encuentra en pleno proceso de gentrificación. Wikimedia Commons.

El pasado 12 de agosto Netflix lanzaba The Get Down, la nueva serie de moda sobre el nacimiento del hip hop en el barrio neoyorkino del Bronx. La aventura de dos amantes adolescentes y de su pandilla de amigos se encuadra en el abrasador verano del 77 y retrata el caótico paisaje urbano tras el corte de luz que sumió Nueva York en una espiral de saqueos e incendios sin precedentes. Edificios en llamas y sueños inalcanzables de jóvenes que riman versos sobre la falta de oportunidades se mezclan con drogas, sexo, música disco, grafiti, violencia, funk, baile, Dj's, Mc's, avaricia inmobiliaria y cultura callejera en una coctelera que le ha costado a la plataforma de televisión de pago en streaming 120 millones de dólares (la serie más cara de la historia de Netflix). 

The Get Down es una historia sobre exclusión en uno de los cinco distritos de Nueva York hace cuarenta años. Sin embargo, hoy, las personas que viven en sus calles siguen en una situación de vulnerabilidad. Su población de un millón y medio de personas, según estadísticas publicadas por el Estado de Nueva York, está formada por un 54.8% de origen hispano, un 30.4% de negros, un 10.4% de origen caucásico y un 4% de isleños de Asia y el Pacífico. Una brecha racial y socioeconómica que nos muestra la fragmentación social de una ciudad, Nueva York, falsamente idealizada como la capital de las oportunidades para todos. 

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De la manzana a la supermanzana

Por: | 22 de septiembre de 2016

Durante estos últimos años, el transporte público en Barcelona ha sido el que siempre ha tenido mayores porcentajes en la repartición modal de la ciudad. En 2011, el porcentaje de uso de transporte público llegó a alcanzar casi el 40%, seguido de los peatones rozando el 32%, el automóvil con un 26,7% y finalmente, un 1,5% de bicicletas.

Ante estos datos y con el fin de promover una ciudad más ecológica, desde el mismo ayuntamiento se empezó a trabajar en un nuevo Plan de movilidad urbana (2013- 2018) para poder aumentar sólo las cifras relacionadas con el transporte sustentable; es decir, se propuso reducir el uso del automóvil en un 21% mientras que los peatones aumentaran en un 10%, los ciclistas en un 67% y el transporte público en un 10%.

Una de las finalidades de este Plan de movilidad consistió en reducir tanto los accidentes de tráfico como la contaminación ambiental y acústica garantizando, a la vez, el acceso a la movilidad para todos los ciudadanos. De aquí, nació el concepto de la ‘supermanzana’, descrita según Salvador Rueda –director de BCNecologia- como la nueva célula urbana.

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Plan de Movilidad Urbana de Barcelona PMU 2013 – 2018. Fuente: © Ajuntament de Barcelona.

 

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¿Las ciudades más ecológicas son más desiguales?

Por: | 19 de septiembre de 2016

(*) Por Isabelle Anguelovski

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Pop Brixton, en Londres. Un espacio de revitalización urbana que combina revitalización de espacio, creación de pequeñas empresas alrededor de la comida, y espacio recreativo y de deporte. Una forma de gentrificación verde, comida sana, deporte, etc. Foto de Isabelle Anguelovski

Mejorar la calidad medioambiental en las comunidades urbanas tradicionalmente desfavorecidas

En la década de 1980, cuando los activistas a favor de la justicia ambiental (EJ, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos y otros países se organizaron por primera vez de manera visible para hacer frente al impacto desigual de la contaminación ambiental y los desechos, era evidente quiénes estaban en su punto de mira: las fábricas contaminantes, los infractores de las normativas sobre vertidos o los operadores de las incineradoras de residuos, así como sus cómplices en los Gobiernos, que habían sido incapaces de regular sus actividades o habían hecho la vista gorda. Formaban lo que la población consideraba Usos del Suelo no Deseados por las Comunidades Locales, o LULUs, por sus siglas en inglés.

         Desde que se produjeron las primeras protestas de los militantes de la justicia ambiental en Love Canal, en el estado de Nueva York, en 1978, y en el Condado de Warren, en Carolina del Norte, en 1982, pusieron de manifiesto que los residuos tóxicos abundaban sobre todo en las comunidades de bajos ingresos y habitadas por minorías, y auguraron una larga lucha por remediar las desigualdades y el racismo ambientales, una lucha que ha vuelto a estar de actualidad a raíz de la reciente contaminación por plomo y el envenenamiento de más de 6.000 niños, la mayoría negros, ocurridos en Flint, en el estado de Michigan.

         Sin embargo, con el tiempo, el activismo a favor de la justicia ambiental en zonas urbanas ha adquirido múltiples vertientes, y engloba a grupos locales que trabajan en proyectos diversos dirigidos a mejorar activamente el medio ambiente, como granjas urbanas, huertos, corredores ecológicos, áreas de juego y parques, que se apoyan mutuamente, atienden a las necesidades en cuanto a salud física y mental, y dan solución a años de abandono de las comunidades y trauma medioambiental. Entre los ejemplos emblemáticos de esta clase de movilización colectiva están los de los barrios de Sant Pere y Santa Caterina en Barcelona, Cayo Hueso en La Habana, o Dudley en Boston.

La planificación ecológica de las ciudades da lugar a nuevas formas de desigualdad para los habitantes pobres o pertenecientes a minorías

Sin embargo, la planificación ecológica de las ciudades parece que se está traduciendo cada vez más en tendencias a la gentrificación ambiental, es decir, a la ejecución de proyectos de planificación ambiental relacionados con espacios verdes públicos que desembocan en la exclusión de los grupos más vulnerables, al tiempo que adoptan una ética ambiental que promete beneficios para todos (Dooling, 2009, y Checker, 2011). La gentrificación llama la atención sobre el hecho de que los bienes ambientales nuevos o recuperados suelen venir acompañados por un aumento del valor de las propiedades inmobiliarias, lo cual, a su vez, atrae a grupos más ricos, mientras que abre una brecha mayor con los barrios más pobres. Significa, asimismo, que la gente es expulsada de sus casas, de sus redes de relaciones y de sus medios de vida.

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Diseñan las primeras viviendas para ciclistas urbanos

Por: | 15 de septiembre de 2016

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Imagen de Hauschild + Siegel.

El diseño de las ciudades se adapta, cada vez más, a la vida de sus habitantes. Mientras muchas personas que residen en ciudades están dejando de utilizar el coche para emplear el transporte público, andar o desplazarse en bicicleta en su día a día, también se han empezado a repensar las construcciones urbanas y a plantear cómo adaptarlas a las necesidades de sus residentes. 

En la ciudad sueca de Malmö, el estudio de arquitectura Hauschild + Siegel está liderando la transición de las construcciones hacia la sostenibilidad urbana con un curioso bloque de pisos que funciona con energía solar, recoge el agua de la lluvia y utiliza un riego automático centralizado para las amplias zonas verdes del edificio. Sin embargo, lo que hace más interesante a esta edificación es que es el primer bloque de pisos pensado para ciclistas, excluyendo al coche de su diseño. Cykelhuset, o la Casa Bicicleta, se inaugurará en diciembre abriendo una brecha en el mundo de la arquitectura hacia un nuevo concepto de hogar para convivir con otros amantes del ciclismo y de la sustentabilidad urbana. 

Pero, ¿qué hace que este edificio de siete plantas sea diferente a los demás?

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Caracas se desmenuza lentamente

Por: | 12 de septiembre de 2016

Cuando se visita de nuevo una ciudad después de unos cuantos años, es importante reflexionar -entre otras muchas cosas- sobre los grados de humanización de la misma. Esto significa analizar en qué grado se están garantizando las condiciones para que a los ciudadanos no les cueste vivir en la urbe, trasladarse, acceder a servicios básicos y poder disfrutar de espacios de ocio equipados con unos estándares mínimos de calidad; además, considerando otros derechos tales como la luz natural, el silencio, la privacidad, la seguridad, etc.

Caracas podría presentarse como un ejemplo de ciudad donde los grados de humanización han ido en declive desde hace unos cuantos años. La capital venezolana ha ido desintegrándose poco a poco hasta llegar a unos extremos de estanquidad y tensión social que han generado el abandono casi total de la mayoría de las áreas de la ciudad.

Tras esta observación, es necesario evaluar no solo los factores que dificultan el poco diálogo institucional sino también repensar las concepciones y maneras de relacionar a los ciudadanos a la hora de pensar la ciudad.

Son muchos los derechos que hoy en día se ven alterados y vulnerados por una ciudad que crece sin cesar de una forma desigual y poco sustentable, con una legislación urbana que presenta una serie de vacíos además de mecanismos de participación ciudadana atrasados respecto al grado de madurez y conocimiento de la sociedad venezolana; y consecuentemente como resultado, surgen una serie de conflictos urbanos, un reflejo del malestar creciente de la sociedad y una baja calidad de vida con grados muy bajos de humanización.

CIMG4182Una de las calles del Este de Caracas. Créditos: Teresa García Alcaraz 

 

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Películas para comprender la ciudad contemporánea

Por: | 08 de septiembre de 2016

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El actor Harold Lloyd en la famosa escena del reloj, de la película 'El Hombre Mosca' (1923). Wikimedia Commons.

La representación audiovisual de la ciudad a través del séptimo arte nos ha regalado, a lo largo de la historia, diferentes interpretaciones de lo que significan los espacios urbanos. Los paisajes metropolitanos son escenarios predilectos para cineastas como Woody Allen, cuya fascinación por Nueva York nos obliga a detenernos en una mirada fetichista de la ciudad que nunca duerme. Pero lo cierto es que el cine y la ciudad moderna, industrial, han crecido de la mano y que ésta se ha convertido en el paisaje fílmico por antonomasia, ya sea para retrarar sus caras más amables o sus facetas más crueles. 

El cine, así, nos proporciona herramientas de análisis crítico para observar y entender las ciudades que poblamos. En este pequeño catálogo de 4 películas pretendemos ayudar al lector a analizar y reflexionar sobre diferentes aspectos de la ciudad contemporánea y la realidad que nos rodea y moldea como Seres Urbanos: 

  1. El Hombre Mosca (F. C. Newmeyer y S. Taylor, 1923): El ritmo acelerado y la falta de tiempo que sufren los habitantes de la ciudad moderna es la gran nebulosa que pesa sobre el espectador en este clásico del cine mudo. La icónica imagen de Harol Lloyd, en la piel de un campesino que emigra a la ciudad de Nueva York en busca de trabajo, colgando de un reloj y con la ciudad a sus pies es una metáfora del ritmo frenético que vivía la clase trabajadora residente en ciudades a principios del siglo XX. Los problemas cotidianos a los que se enfrentaba, como el desempleo, la dificultad para llegar a fin de mes o la inadaptación a la peligrosa modernidad tecnológica de puertas giratorias y un progreso material desenfrenado expresado en objetos, transportes y rascacielos que representan una amenaza, generan un ambiente tan trágico como humorístico. En El Hombre Mosca, la ciudad es presentada como un espacio dramático, planteando una relación conflictiva entre lo humano y lo urbano. 

2. Playtime (Jacques Tati, 1967): Con la ciudad de París como escenario, Tati realiza en esta película una sátira a la deshumanizada ciudad moderna a través de un análisis de la racionalidad excesiva de su arquitectura y su diseño. Hay una sensación constante de asfixia que se expresa a través de la descripción de interiores de edificios geométricos, con paredes de hormigón y acero construyendo despachos divididos por tabiques y laberintos, que aumenta con exteriores poblados por coches y luces de neón que atrapan al viandante, los turistas y los trabajadores en un escenario de opresión. Desmitificando la supuestamente romántica ciudad de París, Tati retrata una sobrecogedora realidad que insensibiliza y pone la vida al servicio del capitalismo a través de edificaciones desalmadas. 

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Fomentado alianzas inclusivas en la Nueva Agenda Urbana

Por: | 05 de septiembre de 2016

Con la colaboración de Marie-Alexandra Kurth y Lisa Reudenbach de Cities Alliance

16. Inclusive Partnerships NAU

Fotografía: Paula García Serna / Hacia la Ciudad Humana

La urbanización está transformando el tejido social y económico de los países, sus sociedades y economías. Las ciudades han demostrado ser un gran motor de crecimiento y la urbanización tiene el potencial de modernizar las sociedades reduciendo las desigualdades con mayor eficacia y aumentando la esperanza de vida.

Sin embargo, estos beneficios sólo se pueden garantizar a través de una urbanización planificada que ubique en el centro de sus políticas públicas la reducción de la pobreza urbana. Para ello, las autoridades locales - las organizaciones legítimas para garantizar la dirección de una estrategia territorial basada en el interés común - deben tener las capacidades institucionales, técnicas y financieras para coordinar una planificación urbana proactiva que beneficie a las comunidades más excluidas.

La experiencia demuestra que las alianzas entre gobiernos nacionales, autoridades locales y la sociedad civil produce soluciones de desarrollo más sostenibles y asequibles para el diseño de ciudades inclusivas. Por lo tanto, la comunidad internacional ha de entender que uno de los aspectos prioritarios a la hora de implementar la Nueva Agenda Urbana (NAU) será precisamente potenciar el papel de las alianzas inclusivas en el diseño urbano.

El pasado 18 de julio se publicó el tercer borrador de la NAU y en su artículo 12, los estados miembros confirman su compromiso con el cambio de paradigma urbano hacia una agenda que va a desarrollar e implementar políticas urbanas nacionales a través de alianzas locales y nacionales para la construcción de sistemas integrales urbanos en ciudades y asentamientos humanos. 

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El turismo contra los barrios

Por: | 01 de septiembre de 2016

Por José Mansilla (*) 

Ensplantem
Imagen de la playa en Poblenou, Barcelona, por Plataforma #EnsPlantem.

 

La conversión de Barcelona en un referente turístico global no es fruto de la casualidad, sino del empeño de sus dirigentes municipales desde hace décadas, así como de las políticas implementadas desde diferentes instancias con la colaboración del empresariado local. Desde la Barcelona, Ciudad de Congresos, del ínclito alcalde franquista Josep Maria de Porcioles, pasando por los intentos de éste de hacer de la capital catalana sede de una Exposición Universal en el año 1982, la celebración de los Juegos Olímpicos una década después, el Fòrum de las Cultures de 2004, los World Mobile Congress, los contenedores culturales como el Museu d’Art Contemporani de Barcelona (MACBA) o el Museu Picasso, pasando por la celebración del Any Internacional Gaudí en 2002, la adecuación de las playas, la construcción de hoteles sobre suelo destinado a equipamientos, el urbanismo de diseño, los edificios firmados por arquitectos de reconocido prestigio, y todo un largo etcétera que nos llevarían a dedicar el presente artículo única y exclusivamente a enumerar la larga lista de encantos con los que cuenta la ciudad. 

Esto ha situado a Barcelona en el mundo convirtiéndola en un foco para la atracción de capitales -la octava ciudad europea más atractiva para invertir, según datos de 2015-, una de las ciudades con menos desempleo del Estado -un 9,9%, 80 mil personas, según información reciente, cuando la media a nivel española se sitúa en el 20,1%-; un Ayuntamiento con unas cuentas relativamente saneadas y un PIB que supone el 31% de la totalidad de Catalunya. En definitiva, una ciudad global.

Sin embargo, no hay cara que no tenga su cruz y Barcelona también es una ciudad que cuenta con enormes disparidades de renta familiar disponible, con diferencias muy marcadas según los barrios –algo que se ve plasmado, incluso, en la esperanza de vida, con diferencias de hasta 11 años según zonas-; una población en vías de empobrecimiento -el número de familias con rentas bajas desde el año 2011 al 2015, aumentó un 81%-; una economía enormemente terciarizada que absorbe al 89% de los trabajadores y trabajadoras, con un marcado monocultivo turístico y toda una sería de problemas asociados al mismo, como la precariedad laboral, la disneyficación de sus calles y plazas, fenómenos de exclusión, desplazamientos socioespaciales, etc.

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¿Puede Pokémon GO transformar nuestros espacios públicos?

Por: | 29 de agosto de 2016

Seguramente hemos oído hablar del fenómeno Pokémon GO, el juego de realidad aumentada que consiste en encontrar y capturar a pequeños monstruos exóticos a través de un dispositivo móvil. Con muchos más usuarios diarios activos que Snapchat, Instagram o WhatsApp, este juego ha llamado la atención de los más curiosos al ser un entretenimiento distinto a lo visto hasta el momento.

Desde su lanzamiento, ha habido múltiples reacciones tanto positivas como negativas por parte de los gobiernos, organizaciones, urbanistas, arquitectos... Muchas críticas y preocupaciones acerca de los peligros del juego, la falta de interacción con el mundo real, la necesidad de detener la mirada de los dispositivos móviles, la seguridad… por sólo nombrar unos pocos.

Sin embargo, el juego también aporta grandes beneficios sociales, de salud e incluso culturales. Millones de personas en todo el mundo ya han recorrido miles de kilómetros para cazar estas criaturas ya sea a pie, en bicicleta, en coche o en transporte público. De hecho, hay la posibilidad de ejecutar una aplicación llamada PokéFit antes de empezar a jugar, la cual controla automáticamente la distancia recorrida y los pasos dados, registrando todos los datos en un mapa que muestra la ruta, se contabilizan las calorías quemadas en la actividad y se guarda un histórico de cada 'salida', con su fecha y duración.

Desde este punto de vista, se podría considerar que el juego aporta grandes beneficios de salud tanto física como mental, impulsando a la vez la interacción con otros usuarios, aunque puede ponerse en duda la alteración de la superficialidad en estas relaciones y la banalización de las relaciones sociales e interpersonales…

Pero, ¿qué papel ‘juega’ el espacio público?

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Seres Urbanos

Sobre el blog

En breve, dos de cada tres personas viviremos en ciudades. Vivienda, infraestructuras, transporte, energías, servicios, pobreza, empleo o migraciones son ya algunos desafíos de las urbes contemporáneas. Este blog plantea oportunidades y retos de las polis del siglo XXI en todo el mundo, de Nairobi a Sao Paulo, de Shangai a Lagos.

Sobre los autores

Gemma Solés i CollGemma Solés i Coll. Licenciada en filosofía, especializada en desarrollo en África y periodista cultural. Cofundadora y redactora del magacín sobre culturas africanas Wiriko, y de la revista Urban Africa del African Center for Cities(Ciudad del Cabo).

Mar Toharia. Licenciada en Geografía (UAM), con especialización en Ciudad y Territorio y posgrado en Globalización, Desarrollo y Cooperación (UB). La sostenibilidad, las iniciativas sociales para la participación ciudadana y el urbanismo a escala humana son sus campos de estudio. En ellos ha trabajado en Centroamérica, Barcelona y Madrid. Y, en la actualidad, como analista de Metroscopia en el área de ciudad sostenible y nuevos estilos de vida.

Fernando Casado Cañeque. Fundador del Centro de Alianzas para el Desarrollo dedicado a promover alianzas globales para lograr los Objetivos del Milenio. Economista, autor, realizador de documentales sociales y promotor de Hacia la Ciudad Humana, un proyecto para el que viaja por ciudades emergentes documentando la transición hacia ciudades más humanas.

Manuel Delgado. Profesor de antropología urbana en la Universidad de Barcelona. Ha estudiado la construcción de las identidades colectivas en contextos urbanos y los efectos sociales de la transformación de las ciudades y los conflictos que se derivan, así como sobre la apropiación social de los espacios públicos. Es autor, entre otros muchos, del libro 'El animal público' (Premio Anagrama de Ensayo, 1999).

Teresa García Alcaraz. Arquitecta (UPC) especializada en Arquitectura Humanitaria (London Metropolitan University). Las ciudades, el diseño participativo, las intervenciones urbanas así como la habilitación de barrios en sectores populares son sus campos de estudio. Ha trabajado en Venezuela, Ecuador, España y el Reino Unido y es fundadora de Archithoughts. Regularmente escribe para ThisBigCity y otras plataformas sobre temas urbanos, sociales y artísticos.

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