Simetrías

Simetrías

Los caprichosos movimientos de los planetas en el cielo del ocaso no tienen sentido hasta que inclinas la cabeza y comprendes que el suelo que pisas es otro planeta más. El mundo es confuso y farragoso, pero entender las cosas suele ser cuestión de mirarlas desde el ángulo adecuado.

Malas compañías

Por: | 20 de diciembre de 2011

Malas compañías hongkong

Cuando llegué a Hong Kong aquel otoño nunca había oído hablar de la h de Higgins. Fue Abrojo quien se plantó en mi apartamento a unas horas indecentes y me habló de ella por primera vez, no sé por qué se me quedó grabado el gesto exacto que puso al pronunciar aquella h en su educado inglés de hombre de mundo. Dijo que era un nuevo y elegante algoritmo capaz de descubrir estructuras ocultas en las masas de datos que acumula la red sobre la gente. Dijo que podía leer la mente de cualquier persona sin más que echar un vistazo experto a sus conexiones en las redes sociales. Cuando le mandé a hacer puñetas con la esperanza de que se cabreara como una mona y se largara a su casa, me soltó a modo de respuesta:

--¿Qué sabe usted de mí en realidad, Becerra?

--Dios nos acoja, ahora se nos viene encima la fase psicoanalíca --respondí con intención injuriosa; por entonces pensaba, erróneamente, que Abrojo era porteño.

--Vamos, Becerra, ¿qué sabe de mí, o qué cree que sabe?

--Creo que Abrojo no es su verdadero nombre, aunque guarda con él cierta relación que aún no he determinado. Creo que su pelo blanco es teñido, que su voz ronca es impostada y que sus gafas no están graduadas, y que por tanto intenta aparentar más edad de la que tiene. El precio de su camisa y el mal gusto con que eligió su color me indican que su situación económica ha mejorado de manera súbita y bastante reciente. Y aun admitiendo que ello puede tener relación o no con la desaparición de su mujer, creo que pocos idiotas apostarían por lo segundo.

--Andá --respondió sin perder la sonrisa y voseando de una forma teatral-- y encendé ese portátil antediluviano que tenés allá estacionado a ver si os enterás de algo de una macanuda vez.

Fue justo entonces cuando me di cuenta de mi error. Ningún porteño diría 'de una macanuda vez'. Si acaso diría '¡qué lo parió!', 'mandate mudar' o alguna de esas dobles negaciones que tanto le gustaban a Burgess, como 'no es imposible'. Pese a ello le obedecí, caminé hasta la mesa del ventanal y arranqué mi Packard Bell modelo 2006 tuneado tras sacudirle las hebras de tabaco de encima del teclado.

--A Facebook --dijo Abrojo como quien le da una dirección al taxista. Abrí Facebook y busqué Abrojo. Había 37.

--Ponga Raimundo Abrojo --precisó dejando de pronto de vosear. Entramos en su página. Allí estaba su foto de perfil, sin canas, sin gafas y sin esa mueca resabiada que su versión de carne seguía exhibiendo a modo de sonrisa. Hice ademán de ir a abrir su perfil, pero él me detuvo:

--El perfil no, Becerra, abra usted mi lista de amigos.

Cuando lo hube hecho Abrojo empezó a explicarme todo sobre él, o mejor, sobre cómo yo podía leer su mente a través de sus amigos en Facebook: Social selection and peer influence in an online social network, la investigación de Kevin Lewis, Marco González y Jason Kaufman, de la Universidad de Harvard, que se publicaba ese mismo día en la edición eléctrónica de PNAS. El algoritmo oculto, la h de Higgins.

Lewis, González y Kaufman habían seguido la actividad en Facebook de 1.640 universitarios durante los cuatro años de carrera, y habían encontrado que los estudiantes con gustos similares en cine y música tienden a hacerse amigos en la red social. El efecto era bastante específico, porque no ocurría con los gustos literarios. Y no se debía a la propagación de nuevas modas entre amigos que ya lo eran antes, sino a la tendencia a hacerse amigos de la gente que ya tenía antes esos gustos. Dios los cría y ellos se juntan.

Malas compañías mapa música
PNAS

En cuanto percibí que la película más admirada entre los amigos de Abrojo era La ventana indiscreta, la luz se abrió en mi mente. Pero cuando me di cuenta de que Raimundo Abrojo no era más que una traducción literal de Raymond Burr era demasiado tarde: Abrojo ya se había abalanzado sobre mi cuello y me estaba asfixiando. Por fortuna pude ver con el rabillo del ojo que la segunda película favorita de sus amigos era Crimen perfecto y pude alcanzar con la mano las tijeras de coser que había dejado sobre la mesilla.

La h de Higgins no se llama así. Ni siquiera es un algoritmo, sino un McGuffin. Yo tampoco me llamo Becerra. Mi nombre es Chandler, y soy un algoritmo para componer novelas policiacas.

Malas compañías chandler

Hay 21 Comentarios

me encanta!

javi, google admite imágenes como entrada de búsqueda. vete a google images, verás que hay una pequeña cámara en el campo de búsquedas. pincha y arrastra una. o mete su url. funciona bastante bien.

No te preocupes, Javi.Por lo buscado por Miguel Ángel y visto que ahí tampoco hay mención de su autor, hasta que no se diga lo contrario, está claro que el dibujo es del mismo Javier Sampedro.Puede comprobarlo quien así lo desee en donde se dice SOBRE EL AUTOR , a mano izquierda del blog, donde hay otro dibujo (¿autorretrato?) que dice bien clarito que es un " Buen dibujante". Dicho esto, creo que el McGuffin queda aclarado...Igual que el de Chandler, el de los carteles de Hong Kong también cabe colegir que su autor es Sampedro.Gracias a todos.

Hola este es el resultado de la busqueda en google por la imagen: http://goo.gl/g4t38

Parece que no esta en la red más que en este blog. Por cierto excelente relato!

Siento haberte reprendido, Doctor Pena de Juventud. Estoy un poco harto de trolls y otros monstruos maleducados que suele poblar foros y apartados de comentarios. Me equivoqué contigo. Te pido disculpas.

PD: Yo también espero que alguien sepa sacarnos de la duda. Si hubiera algo parecido al Google, pero que aceptara imágenes como entrada de búsqueda...

Javi, no te molestes, buen hombre, que la vida es muy corta, te lo digo yo, un suspiro y...Era sólo una pregunta retórica con el coño incluido, casi como preguntaría el mismísimo Philip Marlowe .Ya sabía que era Chandler el retratado porque tan sólo con pasar el cursor del ratón por encima del dibujo lo dice.Y no pretendo despreciar a nadie, ni al famoso escritor de novela negra ni a usted ni mucho menos al propietario de este blog.Eso sí, sigo esperando el nombre del artista del dibujo.

Sighing...

A Doctor Pena de Juventud:
"¿A quién coño le importa quién es el sujeto retratado cuando lo que se está preguntando es por el autor del dibujo?"

En primer lugar, yo no sé quién es el autor del dibujo, que a mí también me ha llamado la atención, y que desde la oportuna pregunta de Jordi espero que alguien sepa responder. Así que que conste que yo no puedo ayudarte. Lo siento.

En segundo lugar, espero que el autor del blog me permita tomarme la libertad de decirte lo siguiente: modera ese lenguaje, que no estás en el patio de una cárcel. Este es un blog culto e inteligente. Si usas esas maneras para demostrar que no te importa quién es el sujeto dibujado, tendrás que aguantar que los demás las usemos para que te digamos que a quién coño le importa que te quedes con las ganas de saber la respuesta. Como has dejado bien claro que no es así como querrías que quedara la cosa, te sugiero que seas más amable la próxima vez.

PD: Si no conoces a Raymond Chandler, te estás perdiendo algo mil veces mejor que un dibujo chulo y original. ¿Te has parado a pensar que si el autor del dibujo ha elegido precísamente a Chandler para hacer ese dibujo, no le hará ninguna gracia que lo desprecies así?

Por favor, quién es el autor del dibujo, el dibujo del tío con gafas y pipa ahumada( queda claro que no me refiero al pinturero primero, el de los carteles hongkoneros).¿A quién coño le importa quién es el sujeto retratado cuando lo que se está preguntando es por el autor del dibujo?

Probablemente el mismo que realizó el retrato del autor del blog. Un misterio a la altura de los pocholos de la sub-blogosfera y de los que no tienen ni p. idea de nada.

gracias, javi!
sí, la foto de chandler me sonaba, pero me refería a la imagen que abre el post.
saludos.

A Jordi:

Si la pregunta es "quién es el personaje dibujado": Raymond Chandler (aquí puedes ver la foto de la que se ha tomado el dibujo: http://leandroalbani.blogspot.com/2011/09/raymond-chandler-en-hollywood.html).

Si la pregunta es "quién ha realizado el dibujo", lo siento, no puedo ayudarte. :)

el dibujo/ la foto del post, de quién es?
gracias.

¿Influencias de Borges? JAJAJAJAJA. ¿Por qué? ¿Porque menciona su feeling con la doble negación?

Una delicia de artículo, aunque me deja sin saber (como ya se ha apuntado) por qué gustos literarios parecidos no sirven para conectar gente en las redes sociales. ¡Qué lástima! En fin, retomaré la lectura de mi libro para olvidar que nunca me hice una cuenta en facebook.

Quiero invitarte a que visites mi blog:

http://www.pianistasdelmundo.blogspot.com

Está dedicado a los mejores pianistas de todos los tiempos, hay videos en directo y enlaces con su biografía.
Si te gusta añadela a tus favoritos,o hazte seguidor, iré incluyendo muchos más.

Muchas gracias por tu tiempo.

Lo extraño no es que busquemos personas con similares gustos musicales o cinematográficos (no sé por qué no literarios, el artículo no lo deja claro), sino que, por lo general, los amigos virtuales son los mismos que los reales. ¿Por qué nos relacionamos en Internet con las mismas personas con las que nos tomamos las cañas?

Impresionante el artículo!, muy bueno , sí señor, influencias de Borges tal vez?

Sí, Conistorsis. La valoración de la entrada esta vez tienes que hacerla tú solito: o es genial o es una p. mierda. Lo extraño es que viniendo el Sampedro de donde viene no se haya montado la empanada con la genética y las mutaciones. Un McGuffin nucleotídico debe de ser la ostia sin h.

Pregunta contestada.

Otro misterio: ¿es éste el primer comentario desde que se publicó este post hace unas horas o se ha deshabilitado los comentarios tras el artículo dominical de la Defensora?

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Sobre el autor

Javier Sampedro

Javier Sampedro. (Madrid, 1960) es doctor en biología molecular. Hasta 1993 se dedicó profesionalmente a la investigación genética, primero en el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa de Madrid, y después en el Laboratory of Molecular Biology del Medical Research Council en Cambridge. En 1994 se recicló como periodista y ha sido durante 15 años redactor de El País. Buen dibujante y mal guitarrista de jazz, su lema es: "Si no les gustan tengo otros".

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