Simetrías

Simetrías

Los caprichosos movimientos de los planetas en el cielo del ocaso no tienen sentido hasta que inclinas la cabeza y comprendes que el suelo que pisas es otro planeta más. El mundo es confuso y farragoso, pero entender las cosas suele ser cuestión de mirarlas desde el ángulo adecuado.

El sexo del cerebro

Por: | 09 de enero de 2012

Botero hombre y mujer
Fernando Botero, Hombre y mujer

¿Le importa el sexo al cerebro? Los datos sobre las diferencias psicológicas entre hombres y mujeres son bastante consistentes, pero hay dos formas de leerlos. La primera tiene su epítome en la hipótesis del parecido entre sexos de la psicóloga Janet Hyde, de la Universidad de Wisconsin, que sostiene que los dos sexos revelan más parecidos que diferencias. El artículo de Hyde se publicó en 2005 y ha cosechado un impacto notable (500 citas en Google Scholar, un termómetro de la influencia académica).

La lectura contraria viene magníficamente representada por el trabajo recién publicado por psicólogos de la Universidad de Turín y la Escuela de Negocios de Manchester. Esta escuela no solo enfatiza las diferencias entre sexos, sino que argumenta que son el resultado esperable de las distintas presiones darwinianas a las que hombres y mujeres han estado sometidos desde el origen de la especie, y más atrás.

Los hombres, por ejemplo, puntúan en promedio mejor que las mujeres en pruebas de percepción espacial, como la rotación mental de objetos. Las mujeres lo hacen mejor en tareas lingüísticas y de fluidez de ideas. La psicología evolutiva lo atribuye a que los hombres han sido seleccionados durante cientos de miles de años para tareas relacionadas con la caza, la exploración y la defensa de la tribu. La promiscuidad masculina, asímismo, se explicaría porque los hombres actuales descendemos de los mejores, cómo decir, diseminadores de esperma de la era de las cavernas.

Las mujeres que lograron pasar sus genes a la siguiente generación, en cambio, no fueron las más activas sexualmente, sino las que sacaron a sus hijos adelante. De ahí que las chicas actuales estén optimizadas para unos talentos muy distintos de los masculinos: los necesarios para construir un modelo del mundo, codificarlo en un lenguaje y transmitírselo a su descendencia.

Los científicos de Turín y Manchester recuerdan que muchos rasgos de personalidad afectan a las probabilidades de apareamiento de un individuo, y también al comportamiento parental. Entre ellos están la promiscuidad, la tendencia a sostener relaciones estables, la extraversión, el interés por las nuevas experiencias, el carácter neurótico y lo que los psicólogos llaman con cierto efectismo "la triada oscura": el narcisismo, la psicopatía y el maquiavelismo.

Oscuras o no, si hay diferencias entre sexos, negarse a verlas no es igualitarismo, sino mera ceguera. Ignorar las leyes físicas solo sirve para romperse las piernas.

 

Hay 49 Comentarios

Leer los comentarios de este articulo es de lo mas gracioso, ver como se retuercen los que aun creen que las diferencias entre hombres y mujeres es solo impuesto por la sociedad.

Ni siquiera voy a hacer el esfuerzo de argumentar absolutamente nada. Da tanto asco el artículo y es tan absurdo y argumenta tan mal -si es que argumenta- que voy a callarme. La ignorancia del tipo que ha escrito es tan evidente...es como si tienes dos perros a uno de los cuales le enseñas a recoger el palo y al otro a no hacerlo y luego escribes un artículo diciendo: negar que uno sabe recoger el palo y el otro no es absurdo. Uno sabe recoger el palo y el otro no, claro, pero eso no es natural. El cerebro es plástico y se moldea a lo largo de la vida del individuo.

Soy de las que piensa que las diferencias emocionales entre hombres y mujeres son tan patentes en el discurrir del día a día que con observar las reacciones de unos y otros antes una falta de comunicación, por ejemplo; a la mujer le irrita y al hombre le relaja. La manera de buscar soluciones, la mujer las encuentra por pares, el hombre se aferra a la suya, la única, la que vale, según su criterio. En lo que no estoy de acuerdo con el autor es en la descripción de la promiscuidad masculina y la sexualidad femenina. En la actualidad, la promiscuidad femenina alcanza cotas más altas que la masculina. Ahora, la mujer genera actividad sexual tanto como el hombre o más y disfruta de ello como un derecho que por naturaleza le corresponde igual que el hombre. Los tiempos de mirar al techo y esperar, afortunadamente pasaron a la historia.

Vamos a ver, diferencias hay entre hombre mujer, mujer mujer y hombre hombre. Bienvenida sea la diversidad.
El problema radica en que del darwinismo a al darwinismo social hay solo un paso.
¿Por qué tanto interés en saber si somos "iguales" o no? Porque el siguiente paso no nombrado es quién es superior a quien y por ende quién debe someterse a quien para justificar con ello políticas discriminatorias.

Si puedieramos quitarle solo una pata a la 'triada oscura' (narcisismo, psicopatía y maquiavelismo) del promedio del ser humano de hoy, este mundo seria insteantanemente un mundo mucho, mucho mas placentero. Donde empieza lo lindo es imaginar cuando te das cuenta la intencion del Cristo y del Buda, quitarle TODAS las aristas a la triada oscuara. Pareceria IMPOSIBLE pero no, los dos maestros lo van lograr por una simple razon que casualmente es la misma que esgrimio Neo en la pelicula de Matrix cuando iba ir al cuartel de los agentes para rescartar a su mentor encadenado y torturado el negro Morfeo: se va a hacer porque nunca se ha intentado antes. Que huevos (el de Neo) y el de los anteriormente nombrados!

Diana. Has dado en todo el centro. A tenor de las respuestas y su tono, has tocado en blando. Enhorabuena, Javier. --- Resulta que a todos nos parecen evidentes las diferencias físicas entre los dos sexos, siempre que excluyan al cerebro. No. El cerebro no es sexuado; lo hace sexuado la sociedad. Ya. --- Como si el cerebro no fuera tan físico como las caderas, los hombros o las hormonas. --- El cerebro tiene sexo. Desde su génesis. Evidentemente.

obviamente existen diferencias en el comportamiento medio, como existen diferencias en la fuerza o en la altura, ,pero, ¿son genéticas o derivadas de la cultura? O son que los genes favorecieron un orden y ahora tendran que favorecer otro. Las circustancias cambian

El que haya o no diferencias claras no indicaría que estas sean innatas y estén grabadas en el programa genético. Que les veamos un sentido evolutivo no quiere decir que éstas hayan tenido peso para la selección natural. Cuidado que nos podemos meter en un cuello de jirafa. La cultura en nuestro caso es un potente moldeador de diferencias y correlaciones, y a la luz de la epigenética puede que refuerce sus cambios en nosotros. En ausencia de pruebas claras de que las diferencias encontradas, estén programadas, muchos parecen recurrir de inmediato a sentido evolutivo (que puede ser resbaladizo) o a las hormonas sexuales en sus conclusiones. En las cuales obvian la influencia de otros modeladores más probables como son la experiencia, la práctica o la plasticidad neuronal.

La evolucion de la especie humana no sólo depende de la genética, sino también de su entorno. Asiáticos y occidentales venimos del mismo homínido africano en cambio tuvimos desarrollos distintos. Es imposible explicar los motivos de cualquier proceso evolutivo con razonamientos tan simples porque no dominamos, ni sabemos como influenció el entorno a nuestros antepasados, ni siquiera como se adaptaban a los cambios de éste, por lo que no tenemos ni idea de quienes fueron los seleccionados. Seguro que existen diferencias entre los hombres y las mujeres porque entre otras cosas nuestra físico distinto hace que cada sexo se adapte y se enfrente a una situación de manera distinta. Ahora bien ¿podría ser que esas diferencias fueran individuales ya que todos somos distintos y no por una cuestión de sexo?

Los pueblos indígenas actuales no viven en la Edad del Hierro, sino en el siglo XXI. Soy prehistoriadora y lo poco que sé es que sabemos muy poco del tema... Creo que, efectivamente, este artículo se ha escrito a vuelapluma, como se comenta más arriba y con todos mis respetos al periodista. Salud.

Los pueblos indígenas actuales no viven en la Edad del Hierro, sino en el siglo XXI. Soy prehistoriadora y lo poco que sé es que sabemos muy poco del tema... Creo que, efectivamente, este artículo se ha escrito a vuelapluma, como se comenta más arriba y con todos mis respetos al periodista. Salud.

Ah, y por cierto, ¿Qué coño tienen que ver las leyes físicas con la "diferencia sexual"? Algunos nos rompemos las piernas, otros los dientes...

Manda tubos, ¿dónde está el insulto? ¿No sufrirás tu también ese analfabetismo funcional reflejado en tus problemas de comprensión lectora, como muestra tu corolario?...Puedes inercambiar cuadrar por falsear, es decir arreglar a nuestro modo (nuestros prejuicios) la realidad que no nos conviene, borrar la Historia corporal, a la par de la Historia de las Ideas y de la Historia política, y presentar como esencia lo que corresponde a un momento de estudio, despreciando además todo aquello que no corrobora el modelo propuesto de antemano...vergüenza torera es llamar a esto Ciencia (la interpretación de resultados, principalmente)

Les aconsejo una visita al blog de al lado donde el mismo tema se está discutiendo con otras etiquetas.
http://blogs.elpais.com/apuntes-cientificos-mit/2012/01/la-ciencia-dice-que-si-puedes-nacer-gay.html#comments

Por favor, lea "Delusions of Gender", de Cordelia Fine, si de verdad está interesado en las últimas investigaciones acerca de este tema. Existen más diferencias entre el cerebro de dos hombres o dos mujeres cualquiera que entre el cerebro de un hombre y una mujer.
Realmente es una lástima la poca calidad de los artículos de divulgación científica de nuestros periódicos.

Sí. Estos datos confirman el Darwismo. Pero observemos que los datos opuestos también lo confirman

Si los hombres puntuaran mejor en tareas lingüísticas y de fluidez de ideas los Darwinistas dirían que las hembras prefirieron a hombres con fluidez de ideas (la selección sexual tan amada por Darwin)

Si las mujeres puntuaran mejor en pruebas de percepción especial los Darwinistas verían en ello que la mujer cavernícola que mejor ordenaba sus víveres y utensilios en la estrechez y oscuridad de su cueva fue la escogida por la presión Darwinista.

¿Qué validez tiene una teoría que puede explicarlo todo, y a la vez lo contrario?

Si es cierto que "La promiscuidad masculina... se explicaría porque los hombres actuales descendemos de los mejores... diseminadores de esperma de la era de las cavernas"
¿Cómo se explica la homosexualidad masculina?
¿Acaso los homosexuales de la era de las cavernas nos han transmitido sus genes? ¿Cómo?

Estoy completamente de acuerdo contigo Lidia, no puedo añadir nada más

Cada día me sorprendo más con las cosa que saca El País, lo último fue hacerle una entrevista al hombre que publicó un libro para curar la homosexualidad sin añadir por lo menos un artículo de alguien que rebatiera sus rocambolescas ideas. Con este articulito (por llamarlo de algún modo) pasa lo mismo. Parcial, reduccionista y simplón.
Menciona de pasada en el primer párrafo una teoría de la psicóloga Janet Hyde, de la Universidad de Wisconsin, que ni explica para hacerse después la boca agua hablando de la otra visión, "magníficamente representada" (objetividad ante todo) por la Universidad de Turín y la Escuela de Negocios de Manchester (escuela de negocios? sí, éste es quizás el futuro de la ciencia, financiado por el mercado privado y elaborando por tanto teorías a su antojo, para llorar).
No sé si autor es consciente del peligro que puede conllevar su articulito. Hoy en día los medios deberían hacer un examen de conciencia y empezar a replantearse el impacto que noticias como éstas (que implícitamente justifican la promiscuidad masculina y el sometimiento de la mujer a concebir) puedan tener en el grueso de la población.
Que la conducta sea interpretada en base exclusiva a la genética no hace si no recordar los razonamientos más reaccionarios y bajo los que se han cometido las mayores atrocidades de la historia.

Bravo, Javier, por la valentía de hacer frente a un tema que siempre levanta polémica. En el fondo, la controversia demuestra el desprecio sistemático del pensamiento occidental por uno de los pilares del estudio del origen y la evolución de los sistemas vivos (de la que creo que formamos parte, a menos que algún aguerrido psicoanalista, sociólogo o asimilado demuestre lo contrario); y en particular, el desprecio absoluto por las implicaciones de los postulados de la genética evolutiva, y con ella de Darwin y la evolución natural, que resultan absolutamente esenciales para entender lo que somos y por qué somos como somos, prejuicios aparte. De estas ideas no se deriva el cuestionamiento de la influencia de la cultura, pero parece que, a la inversa, a algunos les resulta imposible asumir que, en última instancia, somos poco más que un grupo de genes que van pasando de generación en generación...

Además, no entiendo esta frase: -Las mujeres que lograron pasar sus genes a la siguiente generación, en cambio, no fueron las más activas sexualmente, sino las que sacaron a sus hijos adelante.- ¿Por qué las mujeres activas sexualmente no podían sacar sus hijos adelante? No entiendo por qué lo uno impide lo otro. Me gustaría que lo aclarara. Un saludo.

Me lo parece a mí, o el penúltimo parrafo es una completa obviedad?

Sin entrar en conceptos científicos, centrándonos en la vida real, ¿de veras que nunca habéis detectado que entre el comportamiento de un hombre y el de una mujer existen diferencias apreciables?. Esas diferencias no nos hacen ni mejores ni peores, tampoco me importa si se han ído añadiendo a través de los siglos, es el resultado el que me parece evidente. Hombres y mujeres reaccionan a los problemas de la vida de manera distinta.

Completamente de acuerdo. El problema es cuando se quiere hacer de lo que tan solo es una diferencia un dogma que pone puertas al campo. Soy amiga de poner ejemplos y siempre pongo el mismo hablando de este tema: yo mido metro sesenta, Superman casi dos metros. El para coger un vaso del estante alarga la mano; yo me subo a lo que pille o trepo. Resultado final: los dos tenemos el vaso.
Un supersaludo

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Sobre el autor

Javier Sampedro

Javier Sampedro. (Madrid, 1960) es doctor en biología molecular. Hasta 1993 se dedicó profesionalmente a la investigación genética, primero en el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa de Madrid, y después en el Laboratory of Molecular Biology del Medical Research Council en Cambridge. En 1994 se recicló como periodista y ha sido durante 15 años redactor de El País. Buen dibujante y mal guitarrista de jazz, su lema es: "Si no les gustan tengo otros".

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