Captura de pantalla de Playground
Acabo de tuitear la respuesta de Jordi Évole a Víctor M-Amela que aparece en La Contra de La Vanguardia de hoy porque explica con sencillez y en muy pocas palabras lo que toca hacer.
—¿Y que será del periodismo?
—Estamos en un reiniciar de la hostia: ¡toca reconvertirlo en algo cargado de mucha ilusión, muchas ganas y mucho trabajo!
He asociado la respuesta con la actitud vital de otro periodista, Bernardo Gutiérrez, que acaba de publicar un innovador artefacto en formato ebook (prefiere no llamarlo libro y reconoce que no sabe “exactamente lo que es”). Si el periodismo necesita un “reset”, como dice Évole, el mundo editorial precisa otro. Y eso es lo que el autor de #24H pretende hacer con su novela/blog/trampa, que de todo eso tiene algo.
Publicado por la editorial dpr-barcelona, “El blog-libro-relato recrea 24 horas, entre el 16 y 17 de mayo de 2011, en un planeta llamado Internet, justo antes de que la Puerta del Sol de Madrid se llenase de “Indignados”. Cuesta 1,99 euros y se puede descargar para Kindle, iPad y otras tabletas.
Como dice Jesús Rocamora, quien ha escrito una muy recomendable reseña en PLayground, “hablando de palabras y de tecnología, desde su título, “#24H” hace propio el lenguaje que se utiliza en redes sociales y otras herramientas tecnológicas, abreviaturas, hashtags e hipervínculos que llevan al lector a otros lugares y páginas, como si estuviera leyendo un texto en web”.
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Por su interés, copio la no nota de prensa, que el autor envió a los medios antes de realizar la presentación del libro en Madrid y Barcelona hace unos días.
Esto no es una nota de prensa. #24H, que está disponible en formato digital (epub y PDF) en diferentes plataformas y en formato papel gracias a Bubok y Lulu, no es un libro. Como no sabemos exactamente lo que es, insinuamos algunas posibilidades.
#24H es un blog off line. El (casi) autor comenzó a garabatear lo que hoy llamamos #24H en el año 2007 en un documento de texto. El formato emulaba un blog: una entrada, comentarios ordenados linealmente. El (casi) autor, entonces, estaba interesado en la realidad virtual, en Second Life, en las narraciones distribuidas de la red, en la ciberpolítica. Durante la Primavera Árabe retomó la escritura frenéticamente. Algunos de los garabatos de 2007 estaban sucediendo. Tras la explosión del 15M español, el (casi) autor continuó escribiendo el blog off line hasta completar 24 horas de linealidad. El blog-libro-relato recrea 24 horas, entre el 16 y 17 de mayo de 2011, en un planeta llamado Internet, justo antes de que la Puerta del Sol de Madrid se llenase de “Indignados”.
#24H es una trampa. Recrear linealmente un día en el siglo XXI es una osadía (una trampa). El tiempo es una sustancia fragmentada, deterrioralizada, cóncava, convexa. Un día en You tube tiene 50.400 horas de vídeo. 2.100 días caben en un día. 70 meses, en 24 horas. #24H tiene links, ecos del pasado, tweets que circulan, salidas, túneles, lectores que se refugian en chats paralelos. El flujo del blog es una trampa.
#24H es un edificio deconstruible. Cualquier lector puede deconstruir #24H. Puede leerlo de principio a fin. Pero también de forma oblicua. Puede eliminar una parte. Puede imprimir partes del libro gracias a un sistema de etiquetas. Existen tantos libros como lectores.
#24H es un relato coral. Las musas no han escrito #24H. La inspiración no es exclusivamente el alimento creativo de su (tal vez) autor. La escritura se basa en otros relatos, en otras inspiraciones. #24H forma parte del torrente de la historia. Aunque buena parte es un libro de ficción, en sus líneas hay referencias, citas, realidades, tweets reales, pedazos de blogs. #24H es más un collage que un cuadro. Además, el autor colgó pedazos de #24H en su blog Alfacentauro.info e incorporó comentarios de sus usuarios en el río / relato.
#24H es un palco. Cualquier puede subirse a #24H, gritar, llorar o reir. También, cualquiera puede subir y limitarse a escuchar al público sin pronunciar una palabra.
#24H es remezclable. Cualquier lector puede descuartizar #24H, podarlo, reescribirlo. La licencia http://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/3.0/ lo permite. El autor y la editorial creen en la creación colectiva. El remix es deseable. #24H es un código fuente. Cualquier puede mejorarlo igual que hacen los programadores de software libre o los Djs. Por eso existe hasta una habitación de remezclas (www.dpr-barcelona.com <http://www.dpr-barcelona.com/> ) para los DJ de palabras.
#24H es una caja de herramientas. Cada palabra puede ser un tornillo o una tuerca que encaje en otros lugares. Cada párrafo puede ser un alicate que transforme otra pieza en algo diferente. Cada página puede ser un clavo que sostenga una estructura mayor.
#24H es un laboratorio de mercado. #24H es una cobaya voluntaria del mundo editorial. Pretende iluminar un camino. Vendiendo #24H a 1,99 euros en formato digital, el autor y editorial desean probar que hay otras fórmulas editoriales al margen de las fábricas de best seller. También quieren probar que liberar la copia sin fines lucrativos incide positivamente en el autor, editorial y obra. Y que Internet es el mejor aliado (no enemigo) de la cultura.
#24H es un cajón de sastre. Los lectores de #24H (el blog) meditan sobre la crisis, las hipotecas, el capitalismo que “proyecta logos sobre la luna”, las ciudades patrocinadas, la corrupción, Internet y una clase política desprestigiada. En #24H conviven el movimiento hacktivista Anonymous con el subcomandante Marcos; Italo Calvino con la Bruja Avería; pensadores como Félix Guattari, Manuel Castells o Hakim Bey con Mortadelo y Filemón; Democracia Real Ya con Pancho Villa; Naomi Klein con Leo Bassi; el Manifiesto Cyborg de Donna Haraway con Karl Marx; Einstein y los sonidos bastardos de las favelas de Río de Janeiro. Desamor, frustración, copyleft, utopías, cibermovimientos, contrapublicidad, Djs mash up, sueños, especulación, cartografías subjetivas, Twitter, neo-realismo mágico, wikiplazas, ciberpunk, volcanes en erupción. Y una Europa que se desmorona.
#24H es el inicio de una era. Más que un día en la tierra, con Madrid y la incipiente Spanishrevolution al otro lado de la ventana/frame, #24H es un espejo tuerto, empañado y crítico en el que se refleja el mundo, toda una época. #24H es apenas la primera línea de una nueva era que se precipita hacia un futuro misterioso, vibrante e imprevisible.
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