
Para vender un ebook, las reseñas y el número que se ocupa
en el ranking de ventas son dos elementos de gran interés en la mercadotecnia
tanto de las editoriales como de los autoeditores. Para montar una campaña
barata, basta con tener un grupo de amigos que alabe por escrito la obra que se
quiere promocionar en los comentarios de la página de ventas. Para ocupar el
número uno en la lista de los más vendidos (si el ebook se vende por un precio
de alrededor de 1 euro), en España sólo hay que invertir 50 euros (50 ventas),
de los cuales el autor recuperará
posteriormente un tercio . Así que 35 euros pueden ser suficientes para llegar
a lo más alto. Figurando en la lista de los más vendidos y con unos cuantos
comentarios favorables, el libro ya está lanzado.
Si encuentra a alguien comprando ocho o diez ejemplares de
un mismo libro en unos grandes almacenes o en una librería, es posible que esa tienda
figure entre las que consultan para generar listas de ventas. También es
posible que quien compra la decena de libros sea el propio autor intentando
suplir la falta de lectores. En las librerías digitales suceden cosas muy
parecidas. Unos compran sus libros y, a veces, incluso utilizan cuentas de
correo falsas simulando que son lectores para realizar comentarios elogiosos de
sus propias obras. John Locke, autor conocido por ser el primero en vender un millón de
ebooks en Amazon,
reconocía el pasado mes de agosto en el New York Times que había comprado 300
críticas favorables a través de una empresa que se dedicaba a esos menesteres.
Restaurantes y hoteles conocen la importancia de tener
buenas críticas en Internet. Una mala crítica puede hacer perder muchos clientes.
Una joven pareja reservó una habitación en un hotel y, al llegar, les enviaron
a otro establecimiento que tenían en la misma ciudad porque no figuraban en las
reservas. En el otro hotel, la respuesta fue similar y volvieron al primero.
Para argumentar su queja mostraron la hoja impresa de Internet con la reserva.
Finalmente, les atendió la directora que, después de pedir disculpas, les ofreció
que ocuparan una suite en lugar de una habitación doble estándar. A cambió, eso
sí, les solicitó explícitamente que no escribieran una mala crítica en
Internet.
Para algunos, las reseñas de Internet son más importantes
que los comentarios de los críticos profesionales. Las empresas incluso las
emplean como premio para sus mejores clientes. Amerigo Capria, un chef de Florencia, explicaba en El País que estaba habituado
a que una bodega le regalara una caja de vino por cada diez que compraba. Un
día, la cosa cambió y le ofrecieron, en lugar de la caja de botellas, cinco
críticas buenas en TripAdvisor, el conocido portal de turismo.
Así las cosas, a la hora de elegir un hotel, un restaurante o
un libro, siempre hay que recordar que los comentarios de los amigos son los
más confiables. Los de Internet también pueden resultar muy útiles siempre que
se separe el grano de la paja.
Post scríptum. Aprovecho
la amabilidad de los lectores de este blog. En los próximos días terminaré el
Camino de Santiago, que empecé hace cuatro años. ¿Alguna recomendación para
llevar en el ‘eReader’?