Las cuatro últimas recomendaciones de 2012. El lunes por la noche, sin hacer borrón, cuenta nueva. Feliz año a todos (con y sin tinta).
El método Lean Startup. Eric Ries Editorial Gestión 2000, ePUB: 14,99 euros.
El libro de Eric Ries es algo así como la biblia para muchos
emprendedores. Si hay que simplificar lo que enseña este libro a todas las
personas que están poniendo en marcha un proyecto, yo diría que la clave es
“pivotar”, un término que en este caso significa cambiar de dirección con
rapidez si algo no acaba de funcionar. Para qué empecinarse en algo si los
resultados no llegan. Se cambia el paso e, incluso, de dirección y se prueba
otra cosa, como explican en la sinopsis del libro: “En
lugar de despilfarrar tiempo diseñando elaborados planes de negocio, el
método Lean Startup ofrece a los emprendedores de empresas grandes y
pequeñas la mejor manera para poner a prueba de forma continua su visión, para
adaptarla y ajustarla antes de que sea demasiado tarde”.
Comer a diario, Alfonso López Alonso, Recetas de rechupete, ebook: 2,99 euros en Amazon
Apareció reseñado en Sin
Tinta en febrero:
“En el primer mes han vendido más de 300 copias electrónicas de este ebook
con recetas auténticas, en las que el lector advierte que han sido cocinadas
antes de ser explicadas y donde se emplean ingredientes sencillos, como
los que siempre hay en la mayoría de las cocinas. Llama la atención, además,
que incluyen consejos de lo que no se debe hacer, una ayuda impagable para que
los cocinillas no cometamos, al menos, esos errores”. Después del éxito del
ebook de cocina, Larousse publicó el libro en papel y López Alonso ha publicado
otro libro electrónico: Postres de rechupete. 80 recetas
para endulzarte la vida.
Días de visita, Marco Avilés, Libros del KO, ebook: 5,99 euros.
Mi admirado Marco Avilés es el autor de Días de visita, uno de esos pocos libros que utilizan la realidad para contar historias que creemos que solo se encuentran en los libros de ficción.
Los editores de Libros del KO escribieron este texto para la contraportada del libro en papel: “La televisión cuenta maravillas de la cárcel para mujeres de Lima: un certamen de belleza sirve para dar la bienvenida de la primavera y las hermosas presidiarias europeas responden con su español incipiente a las preguntas de los periodistas: «Sí, a mí gustarme mucho la comida peruana». Como si ellas fuesen a recordar su paso por la cárcel como se rememoran los gloriosos años de universidad.
Marco Avilés quiso entender la realidad del penal y por eso decidió sumarse a la fila de personas que cada fin de semana visitan a las reclusas. En esa misma fila conoció a Ronnie Monroy, un señor que desvela el secreto para acabar besando con ardor a una presidiaria solo dos horas después de haberla conocido. Y ya en el interior de la cárcel supo de la historia de María Gutiérrez, quien vendió a su bebé por el precio de un televisor usado y esperaba salir en libertad el Día de la Madre. O la de Daysi Solano, quien tenía que decidir si aceptaba la proposición de matrimonio que le hizo llegar por carta el conocido como descuartizador de Lurigancho”.
Cartas escogidas, William Faulkner, Alfaguara, ebook: 9,99 euros
Los libros que recopilan correspondencia pueden ser una de las mejores formas de conocer mejor a un escritor. Curiosear en el correo de William Faulkner resulta especialmente interesante porque, como explican en la introducción del libro, él no se consideraba “un hombre de letras” porque no formaba parte del “establishment de la literatura”. Faulkner escribía las cartas con poca orientación literaria y se movía más en el terreno práctico. “Hay relativamente poco aquí que sea literario en el sentido estricto, tanto en el contenido como en el tono”, dice Joseph Blotner.
Un párrafo:
A Robert K. Haas, 10 de noviembre de 1946
Querido Bob:
Hace tres semanas encontré una oportunidad de ganar un dinero extra, que tal vez me permitirá posponer mi vuelta a Cal. para algún tiempo después del 1 de enero; no quiero volver allí y verme mezclado en problemas laborales, tener que enfrentarme con piquetes, ese tipo de cosas. No tengo intención de evitar astutamente los insultos, etcétera, para cobrar el sueldo de la Warner, ni quiero ira Cal. y no lograr cobrar la paga mientras esté allí.