Sin Tinta

Sobre el blog

Leer es el placer que más tiempo se alarga. Leer de día, de noche, en la cama o en el autobús, sentado o de pie. La llegada del libro electrónico no ha extinguido el placer, pero sí que ha creado nuevas inquietudes, incomodidades, problemas y muchas, muchas novedades porque con él, libros, revistas o periódicos vuelan por encima de cualquier frontera. Una situación inédita desde hace seis siglos y a la que hay que empezar a acomodarse.

Sobre el autor

Fernando García

Fernando García es ante todo oscense ejerciente, escribe sobre tecnología en periódicos, libros y revistas desde 1996. Aunque sigue comprando libros de papel, hace tiempo que apostó por los electrónicos. Fundó y dirige el Congreso de Periodismo Digital. Es editor de ecicero.es, una editorial de libros electrónicos de periodismo de largo formato, entre 5.000 y 30.000 palabras.

Eskup

"Una de las mejores ideas de mi vida"

Por: | 26 de junio de 2013

BRuno Nievas

Bruno Nievas es un pediatra que vive en Almería, la ciudad donde nació en 1973. Dedica todo el tiempo que puede a escribir novelas. Empezó “por casualidad” hace alrededor de cuatro años. Compró Scrivener, un programa que ayuda a trabajar a los escritores, y comenzó a redactar la novela “que a mí me gustaría leer”. Al principio solo tenía la frase de inicio y la final. Entre las dos, en unos meses, añadió cien mil palabras. Cuando la terminó, cansado de que la rechazaran en varias editoriales, publicó en Internet Realidad aumentada para que cualquier lector la pudiera descargar gratuitamente. “Elegí ser leído en lugar de ser vendido”, bromea.

En cuatro meses, la novela pasó de 42.000 descargas. Como otros autores y muchos lectores le enviaban comentarios sobre cómo mejorarla, decidió reescribirla por completo y la puso a la venta en Amazon. El ebook no bajaba de los primeros puestos. Tras su éxito, B de Books incorporó el título a su catálogo. Hoy, Realidad aumentada sigue en el número uno de los más vendidos de ciencia ficción de Amazon y cuesta 1,89 euros.

En su segunda novela, Holocausto Manhattan, que B de Books puso a la venta el pasado mes de mayo, ha empleado alrededor de dos años. “Un año para documentarme y escribirla. Seis meses para pulirla y otros seis para el proceso editorial”, explica. Al principio la novela pasaba de las 210.000 palabras, pero en la editorial le recomendaron que redujera el texto y, finalmente, ha empleado alrededor de 162.000 palabras. Partidario de que el precio de los libros sea asequible, Holocausto Manhattan cuesta 2,84 euros en ebook y 18,50 si se compra la edición impresa.

Pregunta.: ¿Algún consejo para aprender a escribir?

Respuesta.: Leer, leer mucho. Leer casi todo lo que caiga en tus manos, siempre que te guste. Solo leyendo puedes ver cómo otros construyen historias, otros mundos, personajes, situaciones... Para aprender solo hay dos caminos clásicos: estudiar y practicar. Estudiar se hace a través de libros que enseñan cómo escribir. Hay miles de ellos y basta con encontrar aquellos que orienten sobre el estilo que más nos guste o hablen de lo que queremos aprender. Y practicar se hace escribiendo. En mi caso, he aprendido también con la ayuda de muchos lectores que se bajaron Realidad Aumentada y me dieron consejos. Y con las opiniones y la ayuda de autores como Juan Gómez-Jurado, quien me ayudó cuando no me conocía absolutamente nadie, con la de Manel Loureiro y también con Lorenzo Silva, que me dio muy buenos consejos después de leer Realidad Aumentada y cuando le enseñé un borrador de Holocausto Manhattan.

P.: ¿Cómo afectó a las ventas de la primera novela que antes se pudiera descargar gratuitamente?

R.: Muy positivamente. Colgarla gratis en Internet le dio la visibilidad que necesitaba a un texto que, si bien necesitaba aún trabajo. Pero eso lo aprendí luego. La novela pasó del rechazo generalizado de las editoriales a estar en su punto de mira al ver que despertaba interés entre los lectores. Gracias a esa iniciativa, que algunos me criticaron porque decían que era "quemar" la novela, fue editada tanto en digital como en papel por Ediciones B. La idea de colgar mi primera novela gratis en Internet fue, sin duda, una de las mejores que he tenido en mi vida.

P.: ¿Qué le decidió a fichar por una editorial?

R.: Trabajar con una editorial supone que desde fases muy tempranas el texto pasa por correcciones de trama, argumento, personajes, estilo y de todo tipo. Se estudia a conciencia todo, se pule hasta en los más mínimos detalles tanto de fondo como de apariencia. Y por supuesto se argumentan aspectos que un autor maneja peor como el título, las cubiertas, los textos de las sinopsis, etcétera. Es decir, el trabajo de la editorial ayuda a mejorar el proceso creativo y en su conjunto hace mucho mejor al libro. Eso, por no hablar del mayor potencial de visibilidad, distribución y marketing. Trabajar con una editorial hace que pierdas parte del control de tu novela y que a lo mejor ganes menos dinero. Pero también convierte tu texto en un producto mucho más profesional y, por tanto, mejor para el lector, que es al fin y al cabo quien paga por él.

P.: ¿Por qué prefiere que sus libros se vendan a precios bajos?

R.: Porque es la única forma de romper ese círculo vicioso en el que nos hemos metido donde las editoriales desconfían, y con razón, del mercado digital por la piratería. Por eso prefieren poner precios elevados y protecciones digitales (DRM).  Los lectores que piratean se defienden argumentando que no están dispuestos a pagar esos precios y que el DRM les perjudica como usuarios, que es cierto. La mejor apuesta para luchar contra la piratería y fomentar un mercado digital justo para todos son los precios bajos. Tan bajos como para que el lector se anime a comprar sin pensárselo demasiado pero suficientes para que las editoriales y los autores ganen dinero.

P.: ¿Qué opina de la piratería?

R.: La piratería no es buena, de hecho es muy perjudicial. Pero no solo para los autores y las editoriales, sino también para los lectores, aunque en el corto plazo piensen que obtienen un beneficio por no pagar por un libro. A la larga genera destrucción, la desaparición de muchos autores minoritarios y que las editoriales al final solo apuesten por superventas que son clones los unos de los otros. Hay que lograr un compromiso entre editoriales y lectores. Las primeras deben asumir que el mercado digital ya no es el futuro sino el presente y que el ebook ha venido para quedarse. El lector debe cumplir también su parte en este intercambio: pagar por aquello que disfruta. No tiene sentido que las editoriales bajen sus libros de precio y que luego no se vendan. El lector debe entender que la lectura, además de cultura, es ocio y que como cualquier otra forma de ocio hay que pagarla si se consume.

P.: ¿El diálogo en las redes sociales hace que se venda más?

R.: Las redes sociales creo que son fundamentales para un autor hoy en día. Son una herramienta más que proporciona no solo visibilidad sino una interacción entre autor y lector que antes era prácticamente impensable. Permiten que los lectores conozcan tu obra, te conozcan a ti y conozcan cómo escribes porque, por ejemplo, pueden seguir de cerca el proceso de creación de tu libro. En mi caso me permitieron pasar del anonimato más absoluto a ser un escritor profesional y llegar a ser incluso portada en Amazon.

El País

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