The Hour of Prayer, de Eija-Liisa Ahtila
RONDA DE GALERÍAS /Madrid
Por Alberto Martín
La programación de las galerías madrileñas durante el periodo en que se celebra la nueva edición de ARCO ofrece una abundante e interesante oferta fotográfica. Que tal concurrencia en torno a la fotografía sea fruto del azar o se deba a las dificultades de los tiempos actuales que tienden a favorecer la presencia de un soporte que aún sigue teniendo precios comparativamente más asequibles, no es algo que influya demasiado a la hora de poder disfrutar de una variada cosecha fotográfica.
La galería Pilar Serra presenta nuevos trabajos de Pablo Genovés bajo el título Cronología del ruido, en lo que viene a ser una segunda entrega del interesante conjunto de obra iniciado con Precipitados. Continúa aquí Genovés con su singular visión del derrumbamiento y naufragio de la cultura a partir de la presentación de espacios altamente simbólicos (iglesias, museos, teatros, bibliotecas) que aparecen anegados, invadidos o arrasados. Sin duda, esta nueva entrega gana en complejidad y dramatismo con respecto a la primera, al limar el trabajo de “poesía” e introducir una clara alusión a una doble ruina que no sería solo cultural sino también material. En este sentido, las imágenes de Pablo Genovés parecen apuntar hacia aquello que se esconde tras la fachada de las representaciones simbólicas y emerge para formar parte de una “destrucción natural” y cíclica de la cultura. En la foto: Mecánica de la ficción, de Pablo Genovés
En el espacio principal de la galería Oliva Arauna, la pareja formada por Botto & Bruno (Gianfranco Botto y Roberta Bruno) despliega una excelente instalación (Camminando sul fango) que aprovecha y potencia la arquitectura del lugar. Se trata de un largo paisaje horizontal que recorre las paredes del espacio, un collage construido a partir de texto, dibujo y fotografía que representa un paisaje de la periferia urbana, desolado y fabril. La figura de un joven, que remite al arquetipo protagonista de las revueltas urbanas, interrumpe la continuidad del paisaje. Esta figura de perfil, con sudadera, gorra y auriculares haciendo las veces de mascarilla antigás, completa y reorienta la lectura: no es un paisaje después, sino antes de la batalla, no es la antesala de la derrota sino el escenario para un reensamblaje del cuerpo social.
Por su parte, doble presencia en los dos espacios de la galería Fernando Pradilla, el argentino Marcos López y la cubana Marta María Pérez Bravo. Propuesta que propicia un diálogo de acentuados contrastes entre la explosión de color del trabajo del primero y la onírica utilización del blanco y negro y las texturas en la obra de la artista cubana; entre la ironía y el comentario crítico, social y costumbrista, de Marcos López y el ritualismo y la espiritualidad de Pérez Bravo. Sin embargo, entre ambas propuestas surge una interesante conexión que tiene que ver con el uso que cada uno de ellos hace de un cierto tipo de sincretismo: un sincretismo iconográfico y un sincretismo religioso respectivamente. El estilo expansivo, ácido y finalmente lúdico de Marcos López (foto de la izquierda) ofrece en esta ocasión una serie de obras en las que continúa con su característica indagación de lo que él mismo ha denominado “la textura del subdesarrollo” y “la poética de la fragilidad”. Un conjunto de escenificaciones con alta dosis de comentario social y una serie de retratos que parecen mirar con ironía hacia esa difundida práctica del retrato volcada en el registro del “vacío” y la “inquietud”. Entre el amplio trabajo que se presenta de Marta María Pérez Bravo, preciso y riguroso como es habitual en ella, es interesante detenerse en un conjunto de videos de corta duración que registran acciones de una gran sutileza y concisión.
Cierra este recorrido la presentación en la galería La Fábrica de Eija-Liisa Ahtila. Junto a cuatro piezas de su serie Scenographer’s Mind, dípticos fotográficos construidos a partir de la correspondencia entre un personaje y un determinado decorado, el núcleo central de la exposición está constituido por la video-instalación The Hour of Prayer realizada por la artista en 2005. Basada en buena medida en una experiencia autobiográfica, esta pieza aborda la representación del dolor, la muerte y la redención (temas que configuran una constante en su obra) a partir del proceso sentimental y psíquico que se abre en una persona por la muerte de su perro. Constituida por cuatro proyecciones simultaneas, esta obra es un perfecto ejemplo del modo característico en que Eija-Liisa Ahtila utiliza el montaje de imágenes y la sucesión de texto y sonido para traducir y representar estados de ánimo, siendo especialmente interesante en este trabajo la utilización de los cambios de paisaje y clima para construir una progresión emocional.
Pablo Genovés. Galería Pilar Serra. Almagro, 44. Madrid. Hasta el 17 de marzo
Botto & Bruno. Galería Oliva Arauna. Barquillo, 29. Madrid. Hasta el 3 de marzo
Marcos López y Marta María Pérez Bravo. Galería Fernando Pradilla. Claudio Coello, 20. Madrid.Hasta el 10 de marzo
Eija Liisa-Ahtila. La Fábrica. Alameda, 9. Madrid. Hasta el 31 de marzo