Sin Título

Sobre el blog

Pero, ¿qué es el arte contemporáneo? Hay tantas respuestas como artistas. Por eso Sin título (Untitled) es un espacio abierto para informarse, debatir y, sobre todo, apreciar el arte de todos los tiempos y lugares, con especial énfasis en el latinoamericano. Un blog colectivo de contenidos originales y comentarios sobre la actualidad.

Sobre los autores

Es un blog colectivo elaborado por periodistas especializados de EL PAÍS y otros colaboradores.

Coleccionarte
Arte 40

Cindy Sherman, cuando la obra de arte es la propia artista

Por: | 14 de marzo de 2012

Cindy1
El montaje de la exposición de Cindy Sherman en el MoMA de Nueva York, aglutina todas las etapas creativas de la artista.

 

En una conversación con el transgresor y polifacético John Waters, Cindy Sherman (New Jersey, 1954) habla del autorretrato y da una sorprendente explicación de por qué ha optado por enfocarse a sí misma en lugar de utilizar modelos. El cineasta apunta razones económicas, como ocurría con Van Gogh, por ejemplo, pero las razones de Cindy son originales también en este campo. Durante la primera década de su trayectoria, rememora la artista, trabajaba en el más absoluto de los secretos. La inseguridad y la indefinición le servían de compañía. Inventaba, se disfrazaba y procedía. Nada de todo ello salía de las paredes de su estudio. Solo cuando estuvo segura y percibió aceptación y entendimiento, dejó ver el resultado de sus rompedores experimentos. Tan divertida como inquietante, su obra cuenta con seguidores incondicionales en todo el mundo.

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John Berger, la mano pensante

Por: | 10 de marzo de 2012

  Dibujo de john berger
"Un dibujo es un documento autobiográfico que da cuenta del descubrimiento de un suceso, ya sea visto, recordado o imaginado".

John Berger (Londres 1926) ha descubierto la manera de vivir a manos llenas. Es quizá el crítico de arte más admirado, no por su rigor académico (aunque sea preciso y profundo conocedor de lo que comenta) sino por la pasión y sabiduría de su mirada sobre el arte. Y también sobre la vida. Tengo en mis manos su último libro publicado en español Sobre el dibujo (editado por Gustavo Gili), perfecto ejemplo de esta afirmación. He querido extraer y compartir algunas ideas subrayadas con lápiz durante la lectura. ¿Es esa también una forma de dibujar? Si es así, este esbozo rápido lo hago apoyada en sus líneas.

 "Hay dibujos que estudian y cuestionan lo visible, otros que muestran y comunican ideas y, por último, aquellos que se hacen de memoria".

Son estas las tres maneras en que concibe la actitud del artista (o simplemente el dibujante) ante el acto de plasmar sobre una superficie su impresión de una imagen. Más allá de la técnica, Berger reclama cierto tipo de aproximación al objeto elegido. Dibujo de john berger.eljinete polaco de rembrandt

"Cuando uno se acerca tanto que toca continuamente el modelo, no puede haber arte. Y cuando te alejas mucho, lo que se hace carece de energía y no pasa de ser un mero objeto ritual, porque no se ha tocado en absoluto". 

 Y no puede evitar sugerir imágenes de una potencia tan insinuante como esta:

"Existen muchos tipos de dibujos. Los que se encontraban ahora extendidos en la hierba estaban escritos como cartas".

 Berger detecta relaciones reveladoras que permiten entender las diferencias esenciales:

"La placa fotográfica y el reloj de bolsillo, la cámara réflex y el reloj de pulsera, son inventos gemelos. Un dibujo o una pintura presuponen otra visión del tiempo".

"Una foto es la prueba del encuentro entre un suceso y un fotógrafo. Un dibujo cuestiona sin prisa la apariencia de un suceso y, al hacerlo, nos recuerda que las apariencias son siempre una construcción con una historia".

"Una fotografía es estática porque ha detenido el tiempo. Un dibujo o una pintura son estáticos porque abarcan el tiempo".

 

  Dibujo de john berger.cueva de chauver1 Dibujo de john berger.cueva de chauvet2El libro reune doce textos publicados entre 1960 y 2002, además de tres inéditos. También hay fotos y, naturalmente sus dibujos. Algunos de ellos ilustran este post. Entre los artículos más emocionantes está Le Pont d'Arc, sobre su visita a las cuevas de Chauvet.  Berger va al encuentro de las pinturas sobre roca más antiguas que se conocen: 15.000 años anteriores a las de Lascaux o las de Altamira. Están en unas oscuras cuevas a orillas del Ardèche:

"Se diría que el arte surgió como un potro que se echa a andar nada más nacer. O, por decirlo menos vívidamente (todo resulta vívido en la oscuridad): la necesidad de ese arte y el talento para hacerlo llegan juntos"

 escribe, y deja paralizado al lector con esa constatación asombrosa. Y continúa levantando velos que ocultaban verdades...

"Casi todos los artistas pueden dibujar cuando descubren algo. Pero dibujar a fin de descubrir, ese es un proceso divino; es encontrar el efecto y la causa...

"Dibujar es conocer con la mano".

  Hay un poema inédito que dedica al escultor Juan Muñoz, gran amigo suyo, tras su muerte. Un prestidigitador del arte al que también le cabrían las frases que siguen, extraidas de otros textos.

"Tengo el presentimiento de que el dibujo es una actividad manual cuyo objetivo es abolir el principio de la Desaparición. (O, para decirlo con otras palabras, transformar las apariciones y desapariciones en un juego más serio que la vida)".

 John Berger nos ha entregado unos libros incomparables, reeditados una y otra vez: Modos de ver o Mirar.  También novelas, ensayos y poesía. Precisamente Ways of seeing fue una serie de televisión de la BBC de 1972, que dio origen al primero de estos dos libros. Hoy se pueden encontrar en la red y revisar esos programas emitidos hace cuatro décadas. Sigue siendo una experiencia necesaria y emocionante. 

"Joseph Beuys dice que hablar puede ser una forma de escultura"

Si es así, no hay duda de que él levanta monumentos. Tengo la fortuna de oír su voz de vez en cuando. Me llama por teléfono cuando ha terminado un nuevo artículo y siente la necesidad de publicarlo cuanto antes. Porque él escribe así,con urgencia y poesía. Y una entrega ciega, sobre todo cuando desea señalar algún sufrimiento injusto de gente que le ha contado su historia, su drama, sea en Chiapas o en Palestina. Tiene 86 años y sigue preocupándose por los demás. Como me dijo hace un tiempo, "uno no elige ser un escritor comprometido". Sobre el dibujo no es solo un libro para dibujantes -aunque pienso que es una lectura imprescindible para ellos- es también el trazo claro de una mano pensante.

 

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John Berger recibió un homenaje en el Museo del Prado en 2010. En esta foto aparece junto a su hija Katya Berger Andreadakis. Ambos pusieron en escena de esta forma, en el auditorio de la pinacoteca, una performance sobre el olvido, la vejez y la muerte titulada Lying down to sleep / Echarse a dormir. Genial.

 

¿Por qué es tan feo el logo Madrid 2020?

Por: | 09 de marzo de 2012

Madrid 2020Parece que a la hora de diseñar los logos de los grandes eventos internacionales todos se ponen de acuerdo para sacar lo peor de sí mismos. Pasó con aquella bola sin gracia, el Naranjito, supercliché y ridícula, mascota de la Copa Mundial de fútbol del 1982. Ocurrió con el Cobi para las Olimpiadas de Barcelona, feo como él solo, absurdo y pretenciosamente alegre. O con el inefable Curro de la Expo 92, que también tuvo su tela, pese a estar algo menos en la sopa que el burruño de Mariscal –autor de ideas mucho mejores, por cierto. Dejando a un lado la necesidad de una mascota, que ya me parece pintoresca porque propicia una especie de regresión al estadio infantil sin necesidad alguna, el síndrome “ a-ver-lo-que-nos-sale-peor-imposible” ha vuelto a perpetrarse en el emblema de las Olimpiadas londinenses que se van a celebrar dentro de unos meses. Los ingleses, que son mucho más irónicos y deslenguados que nosotros y sobre todo están acostumbrados a un diseño con mucha calidad, han comentado incluso obscenidades a partir de las asociaciones del artefacto con Lisa Simpson –sí, la de la serie televisiva, como si fuera imposible salir del circuito dibujos animados.

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Un ‘Guernica’ vale más que mil imágenes

Por: | 08 de marzo de 2012

 

Por Alberto Martín

El Guernica de Picasso es la imagen por excelencia que simboliza, representa y evoca la brutalidad de la guerra, la violencia ejercida sobre los cuerpos, el dolor asociado a la matanza de inocentes. Reproducido universalmente en multitud de soportes y utilizado reiteradamente durante décadas como icono que resume el rechazo o la denuncia de la guerra, el Guernica absorbe y sobrepasa esa multitud de fotos-impactos que circulan masivamente intentando dar cuenta de los desastres causados por los conflictos bélicos. La capacidad de la obra de Picasso para representar “la experiencia de la derrota y la visión del mal” (en palabras de John Berger) se mantiene intacta. Mientras las imágenes generadas por el reporterismo de guerra intentan sobrepasar su vínculo con una realidad concreta y dejar de ser una trascripción literal del horror, para convertirse en símbolos cargados de significación, la obra de Picasso, aun siendo un símbolo universal, no deja nunca de remitir a una realidad concreta y estremecedora que se renueva constantemente, ya sea en Camboya, Vietnam, Sarajevo, Chechenia, Faluya, Líbano o Irak.

James Nachtwey.world press photo 1994 Batalla de Saigón, guerra de Vietnam. Philip Jones GriffithsEn algunos de estos conflictos, y en muchos otros, se ha apelado al Guernica y su fotografía ha estado presente como foco de denuncia. En febrero de 2003, la ONU decidió tapar con una cortina azul la reproducción del Guernica que se encuentra en el tramo de acceso al Consejo de Seguridad, con motivo de la intervención de Colin Powell y la invasión de Irak. La alusión al contraproducente efecto que provocarían, en ese contexto, los animales heridos, las madres que lloran la muerte de sus hijos y los cuerpos destrozados presentes en la obra de Picasso, no hacía sino evidenciar el carácter documental y casi fotográfico, en sus efectos, que ha ido alcanzando la obra. Las imágenes que contiene se han ido cargando de efecto de realidad, en una suerte de realismo ubicuo capaz de representar cualquier manifestación de violencia ejercida sobre los seres humanos. El espacio que ha terminado ocupando el Guernica es el espacio de la memoria, allí donde se manifiesta el peso inexorable de la historia y sus efectos sobre nuestras vidas. Su alusión, la simple presencia de un fragmento del cuadro, abre en cada uno de nosotros esa caja de recuerdos en la que se almacenan las fotografías de guerra, esas imágenes que han pasado y pasan inexorablemente ante nuestros ojos y que aspiran a formar parte algún día de nuestra memoria. El Guernica forma parte de nuestra mirada, resuena inevitablemente cuando vemos las fotografías de Capa o Agustí Centelles sobre la guerra civil, y está presente, simbólicamente y como referente, en los trabajos de los más destacados fotoreporteros: Gilles Peress, James Nachtwey (foto superior: ganadora del World Press Photo de 1994), Abbas, Philip Jones Griffiths (foto inferior: Batalla de Saigón, guerra de Vietnam), Susan Meiselas o Don Mc Cullin entre muchos otros. Imágenes que, como el Guernica, aspiran a convertirse en iconos.

 

 

El hombre de la espina

Por: | 07 de marzo de 2012

EspinaHabía tenido muchos trabajos en su vida: cartero, camarero, fotógrafo, herrero. Con treinta y cinco años, Feldmayer se presentó a una plaza de vigilante en el Museo de Arte Antiguo de la ciudad y, para su sorpresa, lo contrataron. La señora Truckau, una de las empleadas del departamento de personal, se dispuso a ordenar los papeles del recién incorporado. Estaba muy enamorada de su novio, que ese día le había pedido que se casara con él. A la hora del almuerzo, abandonó velozmente su mesa de trabajo con la ficha del nuevo contratado a medio rellenar y la ventana abierta. El nombre de Feldmayer no fue incluido en el fichero de rotaciones. Una ráfaga de aire alcanzó el documento, que fue a dar en el suelo, y posteriormente barrido.

La sala que Feldmayer debía custodiar tenía ciento cincuenta metros cuadrados y estaba casi vacía. El vigilante más cercano se hallaba cuatro salas más allá. Feldmayer pasaba las horas muertas, ansioso. Debía buscarse una ocupación- ¿Por qué no medir aquel espacio? Con la sola ayuda de una regla de madera que se había traído de casa, el vigilante anotaba en un cuadernillo todos los cálculos, de las paredes, del techo; medía los huecos de los pestillos, los tiradores de los ventanales... Sabía cuántos metros cúbicos de aire había en la estancia; contaba los visitantes, cómo iban vestidos, cuánto tiempo permanecían en la sala y desde qué ángulo observaban la única pieza en exhibición: una estilización romana en mármol del original griego El Spinario, que representa a un muchacho desnudo, sentado sobre una roca, que intenta sacarse una espina de la planta del pie. La obra no era especialmente valiosa, existían numerosas copias.

Espina2Feldmayer empezó a cambiar su entorno doméstico. Tiró todos sus muebles, incluido el televisor; arrancó el empapelado y pulió el suelo de madera. Por contra, sus hábitos fuera del hogar seguían siendo los mismos: levantarse a las seis, cruzar el parque de la ciudad contando cinco mil cuatrocientos pasos y comer en su restaurante preferido, siempre pollo asado acompañado de dos vasitos de cerveza. No salía con chicas. “Son demasiado para mí -le decía al dueño del restaurante-; hablan alto y hacen preguntas a las que no sé qué responder. Y del trabajo tampoco tengo mucho que contar”. Hasta que un día Feldmayer se ocupó de la escultura:

¿Habría encontrado el muchacho la espina?.

Con su lupa de bolsillo, se dedicó a examinar la estatua milímetro a milímetro. Aquella maldita espina invisible le obsesionaba. Pronto empezó a creer que aquella púa estaba en su cabeza. Le raspaba la pared interior del cráneo, sí. Oía el ruido. Así que creyó que debía liberar al muchacho de la espina, y de paso liberarse a él. Fue cuando se le ocurrió el asunto de las chinchetas. Compró las más pequeñas, con la cabeza de color amarillo chillón, y se dedicó a esparcirlas por las zapaterías de la ciudad. Los clientes se hacían daño, y se extraían el pincho, al mismo tiempo que Feldmayer liberaba endorfinas de placer.

Caían las hojas del calendario, año tras año, siempre con la misma rutina. Feldmayer llevaba ya veintitrés años trabajando en el museo y notaba que el Spinario volvía a mostrarle sólo a él su pie herido, con aire de reproche. Tenía que acabar con tanto sufrimiento. Nunca antes había osado tocar la estatua. Lo cogió del pedestal y la arrojó con todas sus fuerzas al suelo. La pieza se hizo añicos. Entre la piedra resquebrajada, el vigilante descubrió algo que brillaba: era la espina. Se había acabado la angustia, el dolor.

Portada-Canecillo espinario      El vigilante fue detenido en su apartamento. Allí la policía descubrió que todas las paredes y el techo de su casa estaban forradas de fotografías con el mismo motivo: hombres, mujeres, niños sentados en escalones, sofás o alféizares, todos sacándose del pie una chincheta amarilla.

 La dirección del museo presentó una denuncia contra Feldmayer por daños materiales. La fiscalía sometió al acusado al examen de un perito psiquiatra, que no acabada de fijar el motivo de tan extraña conducta. Por una parte, Feldmayer había sufrido una psicosis; por otro, no descartaba que se hubiera curado a sí mismo gracias al destrozo de la estatua. Pudiera ser que el exvigilante fuera peligroso, un asesino en serie que en lugar de chinchetas usara cuchillos. Pero también podía ser lo contrario.

Transcurrido el juicio, quedó claro que el principal responsable era la dirección del museo, que había encerrado a Feldmayer durante veintitrés años en la misma habitación y se había olvidado de él. Al final, la dirección del centro se abstuvo de interponer una demanda civil.  Aliviado, el director del Museo Antiguo de la ciudad (alemana) le confesó al abogado del encausado, Ferdinand von Schirach, que se alegraba de que Feldmayer no fuera el vigilante de la sala donde estaba la Salomé.

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(Resumen del cuento La Espina, incluido en el libro “Crímenes” (ed. Salamandra, 2011). Su autor, Ferdinand von Schirach, fue también el penalista que defendió éste y otros casos notorios ocurridos durante los últimos años en Alemania. Se prepara una versión cinematográfica).

Obras exclusivas para Sin Título en Coleccionarte

Por: | 05 de marzo de 2012

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Obra de Carlos Aires, de la galería Adn, en Coleccionarte

Hola amigos del blog Sin Título. Muchos habrán visto hoy en Cultura de EL PAÍS el artículo sobre Coleccionarte, una iniciativa para descargar gratuitamente obras de arte contemporáneo originales y legales. Hemos puesto en este blog un acceso directo permanente con un código qr para escanear con el teléfono móvil dos obras exclusivas en alta resolución, que permiten una impresión de mayor calidad. Al primero de estos enlaces especiales, que se irán renovando mensualmente, se puede acceder aquí. En las siguientes entregas el enlace estará incorporado directamente al acceso directo desde este blog. Como es la presentación del proyecto hemos preferido desligar ambos para que la primera exploración ofrezca el panorama completo de todas las obras disponibles. Estas se irán aumentando a medida que el autor de esta iniciativa, Diego Trulls, visite las principales ferias de arte internacionales y contacte con los artistas más interesantes que estén dispuestos a compartir una obra realizada expresamente para Coleccionarte. Esperamos que esta iniciativa les guste. Esta plataforma permite a cualquier persona iniciar una colección de arte digital para guardar en todo tipo de dispositivo, imprimir para colgalra en la pared o sobre una camiseta, compartirla con otros o lo que cada uno quiera hacer con ella. Lo más importante es descubrir y conocer a los artistas que generosamente comparten su trabajo de esta manera.  

Arte de/para/por/según jóvenes en La Casa Encendida

Por: | 05 de marzo de 2012

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 Onstage-Monuments of Melancholy. Fetterman Masacree (2011), de Juanli Carrión. En la exposición Generaciones 2012, en La Casa Encendida

La llaman la Casa Encendida y no me extraña. Más que al verso de Rosales, el nombre hace alusión a su propia idiosincrasia: nunca se apaga. Bueno, o casi nunca porque salvo las horas nocturnas –si no hay concierto en el patio, of course- y esos pocos días al año en que “cerrada por obras” adecentan a toda velocidad los espacios, en la Casa, niña bonita y un  poco buque insignia de Obra Social de Caja Madrid, sobre todo uno de los centros más vivos de la ciudad, las actividades se suceden incluso en tiempos como estos, más que malos para la lírica. Y siempre está llena. Y está llena de la gente más joven que siempre encuentra allí algo que ver o que hacer. Cine, clases de idiomas, talleres, radio, video,exposiciones, arte, medio ambiente, música, live art... En estos años han hecho de todo. Es una especie de jaleillo ordenado, libre de las convenciones o hasta las modas de lugares más establishment . El sitio tiene ese toque un poco cutting edge que da la mezcla curiosa de la gente del barrio y los menos conservadores, un poco cierto espacio donde tantas personas de una generación entera han encontrado un lugar donde ir y pasar buenos ratos. Y repensar las cosas.

Me encanta ese ambiente del centro, aunque me pille un poco a trasmano por eso de edad, pero como repito, trato de mirar hacia las cosas que le interesan a la gente más joven, casi un ejercicio gimnástico. Me gusta ir a la Casa porque siempre encuentro sorpresas entre sus programas de jóvenes comisarios – “En casa”- o, sencillamente, entre las actividades  que van ocurriendo en el espacio de este centro cultural que pronto cumple aniversario. Es más: a menudo acabo picando y me quedo a ver alguna cosa divertida de las que ofrece. En mi opinión, junto al Matadero es el centro donde se presenta un programa de exposiciones menos convencional y más ecléctico del arte contemporáneo en Madrid, una ciudad que poco a poco se hace más previsible y más triste.

Esta semana me he dado una vuelta por allí y he podido ver tres exposiciones muy del gusto de ese espectador joven que frecuenta la Casa y un ejercicio de pluralidad para los comisarios monocanal, que abundan. Además de Generación 2012 , un clásico en la promoción del arte joven que lleva funcionando hace años y que esperamos que se mantenga muchos años más, otras propuestas como el retrato del centro –arquitectura, ubicación, relación con el público....- , que se extiende por diferentes parte del edificio de Narelle Jubelin, o  Un paisaje holandés  proponen formas diferentes de plantear el paseo.  Esta última exposición ha sido un auténtico hallazgo, entre otras cosas porque entre sus artistas está uno de mis conceptuales favoritos, Stanley Brouwn  con una opieza del Macba, un artista tan coherente que no permite que se reproduzcan sus obras y que propone cada vez catálogos sin ilustraciones –nada de la doble moral tan extendida que por un lado niega el sistema y por el otro  se acomoda a él. El comisario de la muestra, el perceptivo crítico Javier Hontoria, es un entusiasta y buen conocedor de Bas Jan Ader y a través de él de toda esa tradición de los Países Bajos, que en los 60-70 del XX  propone una fórmula conceptualizante muy particular, usando a veces cierto sentido del humor quizás ausente en otras propuestas conceptuales. El resultado me parece estimulante: no sólo es capaz el proyecto de enfatizar esa ironía tan curiosa, sino que  hay en todos los trabajos cierta atmósfera de recorrido, como quien va buscando el acontecimiento azaroso por las calles, en los viajes. La idea de mezclar a los “clásicos” -Ader o Brouwm- con artistas más jóvenes como Navid Nuur –su obra “Soy sólo una idea entre la cinta y la pared” de 2008 es brillante- ha sido esencial en la propuesta de Hontoria: ahí está el recorrido y la fórmula que demuestra que al margen del "conceptual monacal" pueden existir propuestas divertidas entre esta tendencia. Así que, tranquilos, hay sexo después del conceptual –lo digo por lo que se preguntara Warhol respecto a la muerte: ¿hay sexo después de la muerte? Lo hay, tranquilos.

NAVID NUUR - HOCUS FOCUS from Matadero Madrid on Vimeo.

 

 

Escopofilia y documentalismo

Por: | 03 de marzo de 2012

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Tras visitar el Salón de París de 1859, donde la fotografía se presentaba como un medio revolucionario en el ámbito científico y documental, Charles Baudelaire escribió: “Una sociedad nauseabunda se ha lanzado, como Narciso, a contemplar su trivial imagen sobre el metal”. La aparición de la fotografía estaba marcada por la molestia que sobre ella ejercía la pintura, por lo que desde aquel momento habría vivido siempre "atormentada por su fantasma, como si hubiese nacido del cuadro".

Pero también la pintura intuía en la fotografía un fuerte potencial subversivo contra todo lo que ella significaba. El nuevo medio fue un invento odiado por muchos y venerado por otros, por lo que tenía de modelo de crecimiento capitalista en el siglo XIX: hacerse una carte-de-visite era un acto simbólico mediante el cual un individuo de clase media hacía visible su ascenso ante sí mismo y ante los demás. Desde entonces hasta hoy, esta popular técnica ha pasado por diferentes fases y lo único que une los distintos ámbitos donde se ha llevado a cabo es la propia formación social. Si la cámara nunca es neutral, la fotografía carece de identidad, es un vagar por un campo de espacios institucionales. Artistas y críticos la han escogido como medio para estudiar ese campo.

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"Self-portrait". Rineke Dijstra. Amsterdam, 1991

 

 

 

 

 

 

 

La actual retrospectiva de Rineke Dijkstra (1959) en el Museo de Arte Contemporáneo de San Francisco, es un pretexto para visitar estas cuestiones. En un recorrido que comparte escopofilia y documentalismo social, la artista holandesa muestra los retratos frontales de jóvenes de diferentes culturas, monumentaliza sus posturas anodinas y la tensión que producen. En la serie “Beaches” (1992-1996), Dijkstra fotografía a unos adolescentes en la playa, siempre con la misma postura, frente al mar. Estudiantes, toreros, mujeres que acaban de dar a luz: vemos su extrañeza e imaginamos su comportamiento, su fuerza y su debilidad. En sus tipologías, observamos recursos semióticos, en las ropas, el peinado, los gestos.

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"Coney Island". Fotografía de Lisette Model.


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"Madona (Louise Veronica Ciccone) desnuda". Lee Friedlander, 1979.

La crítica menos reacia a la mercantilización del arte ha entroncado el trabajo de Dijkstra con la pintura de retrato holandesa y con la selecta tradición documental transmitida por Walker Evans, Lee Friedlander, Lisette Model o Diane Arbus. Una generalización precaria, una reducción historicista y un síntoma del intento estratégico de imponer el voyeurismo exótico en una historia cultural reafirmada. La efectividad de la obra de Dijkstra como documento social no es desdeñable, pero sería preferible entenderla como una marca de significados presentes, como intensidad, o simplemente como lo que Barthes nos querría hacer creer, “la confirmación de una existencia”.

"Rineke Dijkstra. A Retrospective". San Francisco Museum of Art. Hasta el 20 de mayo. Itinerancia. Solomon R. Guggenheim Museum, junio-octubre. 

 

 

Un museo de arte chino en 3D

Por: | 01 de marzo de 2012

 

Recorrido de la dsl Collection de mano de la comisaria Martina Koppel Yang

Hace unos días vimos cómo un artista chino, Qi Baishi, superaba en precio al hasta ahora casi imbatible Picasso. Unos meses  antes se anunció el desembarco de la feria de arte más importante, Art Basel, en Hong Kong, ahora anunciada para 2013. Los nuevos millonarios chinos están comprando arte contemporáneo occidental y también, por supuesto, el de los artistas de su vasto país. Es un mercado que está viviendo una expansión meteórica.  Pero hay también en occidente quienes caen bajo la fascinación de estos creadores chinos, como la pareja formada por los franceses Dominique y Sylvain Levy. Ellos llevan coleccionando arte contemporáneo chino desde 2005 y su entusiasmo por divulgar esas obras los ha llevado a abrir una especie de  museo, la DSL Collection. Digo una especie porque no es un edificio al que hay que ir y detenerse ante cada obra. Está donde tú estés. En el iPad, el móvil, el ordenador. Ellos decidieron desde el principio hacer uso de las nuevas tecnologías para divulgar al máximo no solo las piezas de los 110 artistas que han adquirido, sino para que el público se acerque al artista y el proceso de creación.

El video en 3D que encabeza este post es un extraordinario ejemplo de esto. La explicación en off está en inglés, pero aunque no entiendan del todo las palabras, vale la pena la experiencia de hace este recorrido virtual. También en el enlace a la dsl collection hay una propuesta, una exposición temporal, de acercarse a distintas obras de la colección por medio del ratón, como si fuera en un videojuego.

Dsl collection.Cai Guangbin“Coleccionar no es acumular, ni tampoco invertir”, dicen Dominique y Sylvain Levy en la presentación de su museo virtual. “Coleccionar es adquirir objetos que tienen una conexión unos con otros y colocarlos en un orden que refleje la respuesta del coleccionista hacia ellos. Cada colección consigue su propia personalidad más allá y aparte de la suma de los objetos que la forman ”.

Llevan más de 25 años coleccionando objetos de arte y diseño. En principio arte occidental, con piezas de artistas como Rauschenberg, Soulages, Tàpies, Bacon, Bill Viola o Basquiat. Cuando fueron por primer vez a Shanghai visitaron el  M50, el distrito del arte, y descubrieron una nueva pasión. Sin embargo, la experiencia anterior como coleccionsitas los ha llevado a ponerse un límite: no sobrepasar las 120 piezas. Si entra una nueva sale (se vende) otra de las antiguas.

Tide. Repeat and Strangeness, de Cai Guangbin, obra de la dsl collection

El coleccionismo de arte está creciendo como afición entre la gente adinerada, pero más allá de comprarlo simplemente para decorar sus mansiones, los más serios están pensando en nuevas estrategias para compartirlo. Los Levy tienen la suya. En los próximos días daremos a conocer otras iniciativas, entre ellas una que interesará mucho a nuestros lectores. 

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