Color, alegría, cierto infantilismo. No son, en principio, características ajenas al mundo del arte contemporáneo. Las utilizan artistas como Jeff Koons y su elogio del kitsch o hasta Paul MCarthy, solo que este último las lleva al extremo más revulsivo. No es el caso de dEmo (Toledo, 1960), con sus grandes figuras de juguetes en colores chillones que a veces aparecen en distintos lugares de la ciudad. No voy a dar más rodeos, me parecen horrorosos. ¿Qué pasa ahora que vemos montones de pingüinos, toros u otras figuras de estética fallera, diseminadas por calles, plazas y parques? Son instalaciones temporales, algunas producto de iniciativas solidarias, pero no dejan de ser un molesto ruido visual. Un sonsonete ñoño que puede contentar a niños y aficionados a los peluches, pero que es parte de una mal entendida política de obras de arte en espacios públicos.
dEmo ha instalado ahora su David –réplica plástica de la estatua de Miguel Angel—de cinco metros de alto y “vestido” por Missoni, en una acera del MeatPacking District, arteria del diseño y el arte en Nueva York. Ya presentó esta estatua en 2010 a las puertas de la tienda de Missoni en Madrid y también en Barcelona. En ese momento el escultor declaró que “llevaba tiempo queriendo realizar un homenaje a la escultura clásica". Llamarlo homenaje... Posteriormente ha perpetrado acciones de este tipo con la Venus de Milo (le ha puesto peineta y la ha llamado La Lola) y Mercurio con un corazón en la mano alzada. No es por usar símbolos del patrimonio cultural de forma, digamos, bromista. No es el humor lo que molesta. Lo han hecho Dalí, Duchamp o Hans Peter Feldmann, que también hizo un David coloreado. Es la visión comercial de dEmo lo que lo aleja de los postulados artísticos que pretende. Se le puede considerar un buen diseñador, decorador, escaparatista, pero no es arte. Está vacío. En su web tiene un apartado que titula Estética, y en el que, entre otras cosas, afirma: “Mi fauna, es decir, mis ositos, mis gatos, mis vacas y mis cerditos, vienen a suscitar una llamada sobre la necesaria concienciación ecológica”. Más vacío. No quiere teorizar sobre su trabajo. Eso se lo deja a otros, dice.
¿Que ha tenido éxito? Por supuesto. Crea iconos populares por el proceso de ampliación y coloreado. Gustan a quienes no llegan al diseño más allá del osito de Tous. La opción de dEmo me recuerda a la de otro gran vendedor de su imagen, el brasileño Romero Britto. Ha creado un estilo gráfico reconocible en base a diseños que incluyen a Minnie y Mickey Mouse y diversos tipos de muñecos, con mucho color en contrastes vibrantes (foto superior). Todos ellos remiten también a un universo de una puerilidad insistente. No necesita galerías de arte, él pone sus tiendas –la más importante en Lincoln Road, una de las principales calles comerciales de Miami-- donde hay desde posters a toallas de playa, bolsos, vajilla o lo que se pueda imaginar. Es frecuente aliado de tiendas y grandes almacenes, así como eventos (incluso ha hecho escenografías para los premios Grammy). Por ponerle una etiqueta, fuentes cercanas a él lo han calificado de "cubismo neopop". Parece que ese tipo de definición ennobleciera su trabajo. También dEmo ha adoptado esa estrategia con una tienda que vende sus productos en Madrid. Perfecto. Les deseo lo mejor. Pero en este mundo en el que los criterios respecto al arte parecen cada vez más difusos, hay que tener ciertas cosas claras. No todo lo que suena ‘pop’, es Pop del bueno. Algunas cosas tienen la consistencia de una pompa de jabón. En el arte contemporáneo tiene que haber una intención, una mordacidad. Y, sobre todo, no tiene por qué estar siempre haciéndole la corte a marcas comerciales. U organismos oficiales.
Por lo demás, hay una rotonda entre Boadilla del Monte y Majadahonda (Madrid), decorada con un osito gigante de dEmo, rodeado de unas ramas secas de árboles pintadas de colores. Otro engendro. Es prerrogativa de los ayuntamientos elegir los monumentos o diseño de los espacios públicos. Hay cientos de rotondas y plazas que hacen que nos llevemos las manos a la cabeza, espantados. En España y en casi todos los países, por cierto. Sería deseable que los gobiernos municipales tuvieran un consultor especializado (hay titulaciones oficiales) sobre el arte en espacios públicos. Tal vez habría más coherencia y mejor estilo.
Hay 6 Comentarios
Romero Britto sí que cuenta con una galería en la que podemos encontrar sus obras en Madrid. Se llama Pop Gallery y está en la calle Maldonado, 11.
Publicado por: NEREA | 23/07/2012 13:54:06
Mertxines, qué ¿sólo ves lo estridente? Si faltas a la verdad como lo haces al afirmar que en Japón absolutamento toodooo, es así, 1º te queda mucho Japón por ver. 2º que pena de tus futuribles ensayos, clases, alumnos. 3º en el estudio, o, en la crítica del Arte no vale el argumento "me gusta", porque es tan subjetivo que puede ser hasta mal gusto. El seguir modas es falta de criterios y propio de horteras .
Publicado por: meme | 13/07/2012 15:39:34
De acuerdo contigo Fietta, falta total de criterio, hay una mercantilización de absolutamente todo, y claro que se obvia la opinión de los profesionales serios.
Pero es que tu peridódico hace lo mismo, no hay nada más que ver las imágenes que salen cuando se habla de ferias tipo ARCO y similares, solo ponen la foto de lo más espectacular, vacío, gratuito y comercial.
Publicado por: david | 06/07/2012 12:19:17
En Japón absolutamente TODO tiene esta estética. Incluso los carteles de seguridad del metro. A mí me gusta y no me parece nada horroroso. Ah, y soy futura historiadora del arte (segunda carrera, así que no tengo 15 años sino muchos más). Todo es cuestión de gustos.
Publicado por: Mertxines | 04/07/2012 10:10:29
Es lo que tiene la vanalización del arte...
Publicado por: Agus | 04/07/2012 8:23:01
NI LA HOMOFOBIA DEL REBAÑO…
NI LA PLUMOFOBIA DE LA MANADA…
STOP PORNONARCOCAPITALISMO…
STOP DISCRIMINACIONES HISTÓRICAS…
CONTRA LA FALOCRACIA…
Publicado por: JODO LUEGO EXISTO | 03/07/2012 21:34:43