Sin Título

Sobre el blog

Pero, ¿qué es el arte contemporáneo? Hay tantas respuestas como artistas. Por eso Sin título (Untitled) es un espacio abierto para informarse, debatir y, sobre todo, apreciar el arte de todos los tiempos y lugares, con especial énfasis en el latinoamericano. Un blog colectivo de contenidos originales y comentarios sobre la actualidad.

Sobre los autores

Es un blog colectivo elaborado por periodistas especializados de EL PAÍS y otros colaboradores.

Coleccionarte
Arte 40

Desfile de gobernantes bocabajo

Por: | 29 de agosto de 2012

 

El pasado 15 de agosto una extraña procesión de aspecto algo fúnebre pero con evidente voluntad de manifestación en contra de la política que parece haber llevado a España a la situación actual, desfiló a através de la Gran Vía madrileña. Eran siete lujosos vehículos negros, como los coches oficiales, que portaban sobre el techo retratos pintados (parecían fotos) del Rey, Adolfo Suárez, Calvo Sotelo, Felipe González, José María Aznar, José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy. Todos bocabajo. Los transeúntes se mostraron sorprendidos y aparecieron en las redes sociales algunos videos de aficionados dando cuenta de lo que consideraban una inexplicable protesta. Entre los círculos artísticos también se hacían quinielas, aunque pronto salió a relucir el nombre de uno de los más provocadores, Santiago Sierra, que además lleva algunos años realizando una acción titulada No Global Tour, que consiste en llevar por todo el mundo un gran letrero con la palabra NO sobre un camión y situarlo en lugares públicos y visibles.

Consultado Santiago Sierra sobre su participación en la acción en Gran Vía, titulada Los encargados, admitió su autoría compartida con el pintor Jorge Galindo. Sierra responde desde Italia a la consulta con un mensaje breve y contundente. "Jorge y yo odiamos a la basura que ha llevado a mi país de ser un protectorado a ser una colonia, es un acto claro de desafecto al régimen fascista encabezado por el militar franquista que caza elefantes. Nosotros no somos unan organización, solo somos antifascistas", dice.

Santiago Sierra, madrileño con una larga residencia en México, obtuvo el Premio Nacional de Artes Plásticas en 2010, al que renunció con una carta en la que decía que el Estado utilizaba estas distinciones en su provecho. "El arte me ha otorgado una libertad a la que no estoy dispuesto a renunciar. Consecuentemente, mi sentido común me obliga a rechazar este premio", decía. Es la única ocasión en veinte años en la que un premiado ha rechazado el galardón.

Por su lado, Galindo, que también se encuentra de viaje, dio también una sucinta explicación a vuelapluma. "Los retratos que van encima de los coches, no son fotos, son pinturas. Son 7 cuadros de 3,00 x 2,60 metros", apunta. "La obra  son los cuadros, fotos y un video, que se presentarán en una exposicion conjunta en la galería Helga de Alvear. Los encargados empiezan por el golfo golpista heredero y coronado de Franco".

Todo arte es político. Esta exposición es, además, un claro manifiesto.

Una bocanada de aire

Por: | 27 de agosto de 2012

ESTEBAN VICENTE. Canto, 1995
Canto (1995), de Esteban Vicente

Es solo un poco de tiempo más, pero el gesto es casi tan importante como el resultado. El Museo Esteban Vicente, de Segovia, anunció a finales de junio que se vería obligado a cerrar sus puertas al menos durante cuatro meses a partir de septiembre. Algo que no hacía sino presagiar un cierre definitivo o alguna manera de mantenerlo en una actividad mínima o simbólica en espera de lejanos tiempos mejores. Ahora, gracias a una operación de dos empresas, se ha conseguido que siga abierto hasta finales de año. Un respiro corto, pero significativo.

La gestión entre la empresa Abertis Autopistas, miembro del Pleno del museo y del empresario Andrés Ortega, a través de  Ambientair, ha conseguido prolongar la apertura del centro, aunque no el despido de algunos trabajadores. Hay que anotar que el cierre anunciado del Esteban Vicente se debió a que varias de las instituciones públicas y privadas que cooperaban a su mantenimiento redujeron hasta un 50% de sus aportaciones, lo cual acarreó decisiones de reducción de personal y de actividades. Esta reacción por parte de patrocinadores privados es un signo positivo hacia la más activa participación civil en el mantenimiento de iniciativas culturales. La cada vez más lejana Ley del Mecenazgo ha dejado de ser una esperanza para los que ven su fin de manera más inminente. Pero con ley o sin ley es una buena noticia que tímidas pero decididas iniciativas como las que mencionamos en este post, den ejemplo a otras empresas, particulares o entidades de cómo contribuir a que sigan adelante labores de difusión cultural como las de este museo.

El Museo Esteban Vicente, creado en1998 con un fondo de obras del legado del artista segoviano, tiene su sede en el palacio medieval de Enrique IV. Su actividad no gira solo en torno a la obra del destacado artista que desarrolló buena parte de su obra en el entorno de la Escuela de Nueva York, sino que ha albergado y producido interesantes exposiciones de otros creadores durante sus años de actividad. Entre ellas cabe recordar las de Morandi; De Picasso a Bacon; El pop español. Los años 60; Gottlieb escultor o Anselm Kiefer. La obra "salvadora", Canto, se expondrá en sus salas a partir de septiembre.

Desde el anuncio de su cierre han hecho llamadas públicas para conseguir nuevos Amigos del museo, con pequeñas aportaciones de dinero que les permitan seguir adelante. Estamos ante un cambio de sistema en el mundo cultural que tiende a la fórmula de financiación mixta o totalmente privada. El Estado ha paralizado su política y ha dado grandes pasos atrás, como el del aumento del IVA, por el que ya protestaron los sectores relacionados con el arte el pasado mes de julio. Esperemos que esta gota de agua no sea la única en un área que se ve amenazada con la desertización.   

 

Ajedrez, juego de artistas

Por: | 24 de agosto de 2012

CHESS.Yayoi Kusama Detail
Detalle del ajedrez en porcelana de Yayoi Kusama, en la exposición The Art of Chess. Cortesía de RS&A

 

En su viaje de novios, Marcel Duchamp estaba más preocupado por resolver mentalmente sus partidas de ajedrez que por complacer a su reciente esposa. Una de aquellas mañanas encontró que todas las piezas estaban pegadas al tablero. Teeny Duchamp, que también era jugadora, se tomó una simbólica revancha. Lo cierto es que el ajedrez ha fascinado y hasta obsesionado --como en el caso de Duchamp-- a muchos artistas. El inventor del ready made hizo una exposición en Nueva York, en 1944, junto a Max Ernst titulada The imagery of chess. En 1968 realizó una performance junto a John Cage, en el Ryerson Theatre de Toronto, Canadá. Titulada Reunión, consistía en que Cage y Duchamp jugaban una partida sobre un tablero --construido por Lowell Cross-- que había sido equipado con micrófonos de contacto, según explica el biógrafo del artista, Calvin Tomkins. "Cada vez que una pieza era movida, hacía sonar una gama de ruidos electrónicos amplificados e imágenes osciloscópicas en pantallas de televisión visibles para el público".

CHESS.duchamp-playing-chess1
Marcel Duchamp jugando al ajedrez con una modelo desnuda, la escritora Eve Babitz. Fotografía de Julian Wasser, de 1963

El caso es que una serie de artistas han realizado por encargo de la galería Saatchi y la aseguradora británica RS&A una serie de 16 juegos de ajedrez. La nómina es prometedora: Maurizio Cattelan, Jake y Dinos Chapman, Tracey Emin, Damien Hirst, Barbara Kruger, Yayoi Kusama, Paul McCarthy, Rachel Whiteread, Alastair Mackie, Tim Noble y Sue Webster, Matthew Ronay,Tunga, Gavin Turk, Oliver Clegg, Tom Friedman y Paul Fryer. Aunque algunas de ellas ya se han mostrado en anteriores exposiciones, a partir del 8 de septiembre en Londres podrán verse todos estos trabajos juntos por primera vez bajo el título de The Art of Chess

CHESS.Hirst

Mental Escapology (2003), de Damien Hirst. Cortesía de RS&A

Rachel Whiteread se inspiró en las casas de muñecas para crear su ajedrez, mientras el de Tracey Emin-- que juega desde los seis años-- es blando y portátil, cada casilla del tablero de tela tiene bordadas a mano por ella figuras o frases. Los hermanos Chapman siguen haciendo gala de irónica truculencia enfrentando a dos pandillas de chicas, de raza blanca y negra, todas con nariz fálica, que pelean sobre un tablero de calaveras. Barbara Kruger ha creado un ajedrez parlante en el que cada vez que se mueve una pieza esta está programada para hacer o responder a una pregunta tipo: "Nunca recuerdo mis sueños" o "En el fondo, se trata de mí". Muy en su línea.

CHESS.dead_and_alive_noble_webster_02 144v2invitation

Deadalive, con el ajedrez de Tim Noble y Sue Webster. Fotografía de Norbert Schoerner. Cortesía de RS&A

Damien Hirst apela a su vertiente farmacéutica y propone un esterilizado ambiente con un tablero de vidrio y unas piezas que son frascos de medicinas. En el otro extremo, Paul McCarthy, jugador empedernido, ha echado mano de objetos diversos encontrados en su cocina --desde un rallador o un cenicero, a una botella de ketchup o una plasta de puré de patatas-- para plantear el llamado "juego de reyes". La octogenaria artista japonesa Yayoi Kusama pone su colorida creación en el interior de una gran calabaza, todo punteado por sus famosos polka dots en brillantes colores. Maurizio Cattelan enfrenta a figuras históricas y fantásticas en una lucha del Bien contra el Mal. Los comisarios de esta exposición son los artistas Tim Noble y Sue Webster que aportan un juego de ajedrez fantasmagórico ambientado en un bosque, con figuras en bronce fundidas a partir de animales disecados.

CHESS.Kusama
El Pumpkin Chess (2003), de Yayoi Kusama

“Cuando juegas una partida es como si diseñaras algo o construyeras un mecanismo a través del cual ganas o pierdes", dijo alguna vez Duchamp, que terminó abandonando el arte para no tener distracciones en su adictiva afición a este juego. "El aspecto competitivo no tiene importancia. El juego en sí mismo es muy, muy plástico. Eso es probablemente lo que tanto me atrajo hacia él”. Hay una famosa fotografía de Julian Wasser, de 1963, en la que aparece Duchamp meditando ante un tablero frente a una modelo desnuda, la escritora Eve Babitz, experta en la subcultura californiana. El camaleónico artista japonés Yasumasa Morimura recrea esa escena transfigurándose tanto en la modelo como en el artista. El ajedrez es un milenario juego de estrategias, los artistas contemporáneos lo transforman además en escenario de sus fantasías.

CHESS.morimura duchamp
Autorretrato como Marcel Duchamp (basado en una fotografía de Julian Wasser), 2010,de Yasumara Morimura, incluída en su serie A Requiem: Theater of Creativity

 

Historia visual de artistas y heroínas

Por: | 21 de agosto de 2012

Frida-y-diegog

 

Camille Claudel y Auguste Rodin; Frida Kahlo y Diego Rivera, Jackson Pollock y Lee Krasner; Dorothea Tanning y Max Ernst; Gerda Taro y Robert Capa; Lee Miller y Man Ray; Dora Maar y Pablo Picasso. Todas son parejas de artistas que abarcan desde los últimos años del siglo XIX a buena parte el siglo XX. En todos los casos la carrera del hombre sepultó o marginó –al menos temporalmente-- la de la mujer. La serie de retratos dobles se titula Behind him (Detrás de él) y pertenecen al proyecto Mujeres trabajando por mujeres de la artista María María Acha-Kutscher. Nacida en Lima, con muchos años de residencia en México, vive entre esta ciudad y Madrid desde 2001, y esta es solo una de las series de un trabajo orientado al espacio público. Con una estética de cómic, las serigrafías evocan lejanamente a aquellos ex votos populares en los que una imagen y unas líneas escritas componen la historia de un suceso. Una especie de periodismo de andar por casa. Y algo de eso tiene este work in progress global, que se ha presentado en ferias y parques. En esos lugares se imprimen de modo que parecen pancartas o hasta anuncios publicitarios.   Lidia_cachog

Su trabajo hasta el momento cuenta además con 50 biografías visuales de mujeres relevantes en la historia y también en la actualidad (desde escritoras como la mexicana Rosario Castellanos o Virgina Woolf, pasando por feministas avant la lettre como Flora Tristán y Catalina de Erauso, La monja alférez, hasta artistas contemporáneas como las Guerrilla Girls o activistas como Rigoberta Menchu y Wangari Maathai). Se ha ganado un puesto de honor en estos días el grupo Pussy Riot, que ha pasado a engrosar esta combativa colección de personajes. Un archivo de vidas y figuras que componen no solo una galería de imágenes sino una idea que se va deletreando y que conforma en la memoria el cuadro completo de la mujer que se enfrenta con valor a prejuicios e injusticias. Una historia dejada a pie de página de los libros de Historia, si no completamente excluida, y que con esta iniciativa intenta recobrar la fuerza de esos mensajes.

 

Pussy_riot2gMujeres trabajando por mujeres se enmarca a su vez dentro de la órbita de Antimuseo, que llevan Acha-Klutscher y Tomás Ruiz Rivas. Un lugar donde se está formando una muy selecta e interesante biblioteca online de textos de arte contemporáneo latinoamericano, con especial –y justo-- énfasis en la recuperación de escritos del teórico del arte Juan Acha. Ese es el presente de una iniciativa que tiene veinte años de trabajo, primero con la galería El Ojo Atómico (Madrid), y a partir de 2009 desarrollan acciones complejas en espacios públicos como el Centro Portátil de Arte Contemporáneo (México, 2009) y Mano a mano con el general Cárdenas (México, 2011). Nació como un espacio alternativo y se fue reforzando su carácter de crítica institucional principalmente centrada en los sistemas de distribución del arte contemporáneo. Fuerza, constancia y seriedad de unos artistas, pensadores y divulgadores que no bajan la guardia ante las demandas sociales.    

Las obsesiones voluntarias de Sophie Calle

Por: | 15 de agosto de 2012

 

 

Siempre quise preguntarle a un ciego de nacimiento cómo son sus sueños. No solo eso, siempre quise preguntarle cómo diferencia la vigilia del sueño, cuando despertar tiene la misma oscuridad que estando dormido. Hasta ahora no lo he hecho. La artista francesa Sophie Calle también tiene preguntas para los ciegos. Las primeras, en 1986, se concretaron en un trabajo titulado Les aveugles (Los ciegos). El punto de partida, tal como lo explicaba ella misma, fue el siguiente: “Hice este trabajo en Francia y Australia. No sé por qué pregunté sobre la belleza. Simplemente, me encontré con un grupo de ciegos en la calle y uno le decía a sus amigos: ‘Ayer vi una película preciosa’. Tardé dos años en terminar esa obra. Tenía miedo del elemento de crueldad implícito en preguntarle a una persona ciega qué es la belleza. Además en esta obra volvemos a encontrar la idea de mirar sin ser mirados. No se trata aquí de una investigación sobre la idea de belleza. No me interesa demostrar que los ciegos pueden ver.” Al principio le costó acercarse a ellos y hacerles la pregunta. Un día se atrevió y paró un hombre ciego en la calle y este le contestó: "Lo más bello que he visto es el mar, el mar hasta perderse de vista". Una hermosa respuesta que la llevó a seguir adelante. Más de una treintena le proporcionaron sus ideas de la belleza hasta que uno, dolorido, le dijo que no podía soportar la belleza porque no la podía entender. Fue el punto final de ese proyecto. 

En 2010 volvió a plantearse otras preguntas sobre los invidentes. En la serie La dernière image, les pregunta cuál fue la ultima imagen que recuerdan, justo antes de quedarse sin vista. Decidió hacerlo en Estambul, que alguna vez fue llamada "la ciudad de los ciegos". Unos la llevaron a su casa y le mostraron su pecera, otros le describieron paisajes, como el del amanecer en el Bósforo, y uno lamentó no poder ver más frente a su sillón, cara a cara, los rostros de sus tres hijos. En la ciudad turca, rodeada de agua, se dio cuenta de que había mucha gente que nunca había visto el mar. Ella decidió llevarlos y grabar su primera impresión. Es el tema de una segunda serie, con siete videos realizados por Caroline Champetier, titulada Voir la mer (2010-2011). 

En el festival fotográfico Rencontres d'Arles expone estos dos trabajos bajo un solo título, Pour la dernière et pour la première fois, hasta el 2 de septiembre. A partir del 8 de septiembre se podrá ver en París, en la galería Perrotin. Simultáneamente expone en el Museo de Arte del Banco de la República, de Bogotá, la muestra Sophie Calle: Historias de pared, hasta el 17 de septiembre. El video que encabeza este post es una impagable conferencia de una hora en la que la artista habló en español --con mucha fluidez-- de los principales proyectos artísticos. No se ve su rostro, solo se oye su voz y se ven imágenes de las obras que describe. Lo hace con sentido del humor, revelando su posición ante la vida con una sinceridad encantadora y siempre brillante. El encuentro, con preguntas de los presentes, tuvo lugar en marzo en la Biblioteca Luis Angel Arango de Bogotá, durante la primera etapa en Colombia de esta exposición.

Ayin-sanatcisi-gorsel-1-2010-.for the last and first time.sophie-calle

Imagen de la serie La Dernière Image (2010), de Sophie Calle. Cortesía Galerie Perrotin

El trabajo de Sophie Calle ha fascinado a varios escritores, como Enrique Vila-Matas o Paul Auster, que la convirtió en uno de los personajes de su novela Leviatán. Y es que sus estrategias tienen mucho que ver con la intriga, con los secretos ajenos. A ella siempre le ha interesado observar el comportamiento de las personas. En Suite Venitienne (1979) siguió de incógnito a un hombre que había conocido en una fiesta en París en un viaje que este hace a Venecia. Hizo fotos y tomó apuntes. De esa manera señaló el camino que seguiría desde entonces. Para Les dormeurs(1979) invitó a 28 personas a dormir en su cama, sucesivamente, durante ocho horas seguidas, mientras ella fotografiaba su sueño. Eran desconocidos que abordaba por la calle. Según relata en la conferencia antes mencionada, la gente está más dispuesta a aceptar este tipo de extrañas propuestas de lo que uno cabría imaginar. Una de ellas era la mujer de un crítico de arte, que fue quien le abrió las puertas del mundo del arte contemporáneo. Se ha hecho seguir por un detctive (La Filature, 1981) y ha trabajado como una camarera de hotel para "reconstruir" la vida de los viajeros a través de sus objetos personales.  

Aveugle au lever de soleil.sophie calle

La Dernière Image. Aveugle au lever de soleil. Cortesía Galerie Perrotin

Cada uno de sus proyectos es una especie de obsesión programada. Acciones que se convierten en una ansiosa búsqueda, pero en las que ella mantiene el control. Casi siempre. Sophie Calle admite que solo una vez se le fue de las manos. Fue en una de las más sonadas de sus obras, L'homme au carnet (1983), un encargo del diario francés Liberation, en forma de folletón de 28 capítulos. Calle había encontrado una agenda telefónica perdida. La fotocopió, se la envió a su dueño y empezó a visitar, una a una, a las personas que figuraban en ella, preguntándoles datos o anécdotas de ese hombre. Confiesa en la conferencia, que se fue enamorando de él. Pero todo salió mal. El hombre volvió de un viaje y al enterarse de que su intimidad había quedado expuesta de esa manera, aunque no se daba su nombre, la demandó. Al final exigió que se publicara un retrato de la artista desnuda en el mismo periódico. Lo consiguió.

 

Voir-la-Mer.sophie calle

Imagen de la serie Voir la mer (2011), de Sophie Calle. Cortesía Galerie Perrotin

Cada uno de los trabajos de Sophie Calle genera inquietantes situaciones, por eso sus seguidores no son solo los del mundo del arte o la fotografía. Porque si bien sus exposiciones suelen ser montajes en los que se plasma de forma gráfica la estrategia y el resultado a través de fotos y textos, lo importantes es el conjunto de la experiencia, lo que esta revela de la vida de los otros. A veces de nosotros mismos. Las preguntas de Sophie Calle tienen magia y argumento. ¿Qué mas se puede pedir?

 

Voir la mer.sophie calle_1
Imagen de la serie Voir la mer (2011), de Sophie Calle. Cortesía Galerie Perrotin

El almacén de las obras perdidas

Por: | 09 de agosto de 2012

Merzbau.baja
Imagen de archivo de la obra Merzbau (1923), de Kurt Schwitters

El arte no es inmortal. Puede ser destruido de mil maneras, quemado, perdido para siempre, robado y desaparecido, borrado, desmantelado. A pesar de esa desaparición, muchas de las obras que ya no pueden ser vistas no han sido olvidadas. Hay una gran nave donde están muchas de ellas. The Gallery of Lost Art es un almacén virtual desarrollado por Tate Media y el canal 4 de la televisión pública británica, donde cada semana aparece sobre una mesa todo lo que se sabe o queda de estas piezas del arte moderno y contemporáneo de los últimos cien años.

Ahí están obras como el Merzbau, de Kurt Schwitters (1923), que convirtió una habitación en una especie de estructura escultórica, o las delicadas esculturas cubistas de papel (1914) de Georges Braque, así como el  archifamoso Monumento a la Tercera Internacional (1920), de Valdimir Tatlin, que jamás fue construido. Cada una tiene desplegadas sobre una mesa, a la manera de un archivo, las fotos y documentos relacionados con ellas y en algunos casos videos que las explican.

Cada una es una historia. Muchas, un misterio sin resolver. En 1937 el Pabellón Español en la Exposición Universal de París fue, como muchos de los otros pabellones nacionales, un manifiesto político. El edificio de Josep Lluis Sert duró apenas unos meses, y albergó, además del Guernica de Picasso, y otras obras emblemáticas, una gran pintura mural de Joan Miró, El payés catalán en rebeldía. El término de la exposición se desmanteló el edificio y las obras tuvieron distintos destinos. La de Miró, donada a la República, se perdió en el camino a Valencia. 

En los años sesenta proliferaron las actitudes de rechazo a la mercantilización del arte. En ese contexto lo efímero ganó prestigio y dio lugar a los happenings, las acciones y las performances. También a la destrucción de algunas obras. La tumba (1967), de Paul Thek, con su figura en cera encerrada en un mausoleo que parecía una escultura minimalista,  fue una de ellas, y está incluida en esta galería de obras perdidas. En 1970 John Baldessari destruyó todas las pinturas que había realizado entre 1953 y 1966 y tituló esta acción The Cremation Project (foto inferior). El artista aun afirma que nunca se arrepintió de ello, incluso se dice que hizo galletas con las cenizas.

LOST ART.john baldessari cremation project lost art 01

La destrucción late a veces con fuerza en el corazón de ciertas obras de arte, es la tentación de algunos artistas. El caso de Robert Raushenberg tiene que ver más con estrategias de desaparición que con violencia contra las obras. Rauschenberg admiraba profundamente a Willem de Kooning. Tanto que le ofreció un trato casi diabólico. En el otoño de 1953 fue a su estudio y  le pidió al maestro uno de sus dibujos para borrarlo por completo. Rauschenberg, que acababa de terminar su serie Pinturas blancas, quería forzar aun más la idea de llevar la pintura o el dibujo a la frontera del significado o su ausencia. ¿Puede significar algo un dibujo borrado? De Kooning accedió, pero quiso que el sacrificio fuera real, así es que le dió uno de sus dibujos más apreciados. Erased De Kooning Drawing (ver video bajo estas líneas, en inglés, en el que el propio Rauschenberg cuenta la historia) no se expuso hasta una década después, pero su fama creció en ese tiempo y especialistas, artistas o curiosos fueron a verlo e a su estudio. ¿Era creación o destrucción? Fue, según él, un experimento provechoso.

 

El valor de las obras que acabaron destruidas por accidentes u otras calamidades es incalculable. En el atentado del 11-S se estima que las obras de arte carbonizadas alcanzaban un valor de 822 millones de euros. El Art Loss Register es la mayor base de datos privada de obras de arte robadas o desaparecidas en circunstancias poco claras. Entre otras cosas, pretende ser una referencia para coleccionistas a quienes se ofrezcan obras de procedencia dudosa, e incluso gestiona la compensación a los dueños originales.  Hasta ahora se han recuperado obras por un valor aproximado de 230 millones e euros.

Pero, ¿existen realmente coleccionistas de arte obsesivos que encargan el robo de una obra de arte famosa para guardarla en una cámara acorazada, o algo por el estilo, para su exclusivo goce personal? Pues parece que sí, y además no son pocos. Es lo que se deduce del libro Por amor al arte, de Erik El Belga, el ladrón y falsificador de arte más famoso del mundo.  Su libro de memorias aparecido hace pocos meses es un recuento de unos años en los que su pasión por el arte, principalmente románico y gótico, se mezcló de manera explosiva con su afán de aventuras arriesgadas. Aparte de la aventura vital, que se lee como un thriller (la labor de Nuria de Madariaga en la redacción del libro es reseñable), lo que más llama la atención es la urgencia con la que coleccionistas privados de todo el mundo acuden a él con encargos de robo que van desde cuadros emblemáticos y colecciones completas de objetos de ciertos museos, hasta enormes y frágiles vidrieras de iglesias.

Erik El Belga y su banda eran capaces no solo de hacerlo sin dañar las piezas sino de restaurarlas antes de entregarlas a sus nuevos e ilegales dueños. Por no hablar de los prestigiosos marchantes que, además, se atrevían a encargar al ladrón la falsificación de pinturas (incluido un Leonardo) y dar el cambiazo al coleccionista original y al posible cliente, con doble y sustanciosa ganancia.  ¿Exageración, mentira? Puede haber dosis de ambas, pero el prontuario de uno de los más perseguidos -y solicitados- ladrones especializados da fe de las desapariciones. Como son, en general, obras más antiguas no están en esta Gallery of Lost Art. Algunas han sido devueltas. Otras siguen escondidas y en poder de personas con relevantes fortunas, posiblemente admiradas socialmente por su devoción por el arte.    

 

 

Alfredo Jaar, estrategias contra el olvido

Por: | 06 de agosto de 2012

Alfredo Jaar.CIEN AÑOS DE SOLEDAD_1985

Por Lara Sánchez

Alfredo Jaar disfruta, hasta el 17 de septiembre, de la retrospectiva que le dedican tres sedes berlinesas: Berlinische Galerie, Alte National Galerie y NGBK, bajo el título Las cosas como son. Estética de la resistencia.  Con esta frase Jaar describe el registro de todas aquellas circunstancias políticas, sociales o culturales con las que convivimos pero que él rechaza (incluyendo el reflejo mediático de las mismas). En el NGBK enmarca sus calendarios del 11 de septiembre del 73 (Golpe de Estado en Chile) frente a Fragmentos: reconstrucción del Palacio de la Moneda por estudiantes de Nueva York tras el colapso de las Torres Gemelas; también planta la bandera chilena en interrogación frente a la estadounidense; o toca desesperadamente la flauta, chirriando en un vídeo de siete minutos, como si de un arma de fusil se tratara.

Alfredo Jaar.September11_1973
Alfredo Jaar.ÄsthetikzumWiderstand1992

La utilización del neón, la palabra y el silencio en sus instalaciones de solemne cuerpo sobre el horror del millón de cadáveres en Proyecto Ruanda (1994-2000) y la pila de miles de diapositivas con los ojos de la tragedia en The eyes of Gutete Emerita (debajo de estas lineas), son dos de sus más impactantes piezas en la Berlinische Galerie.

Alfredo Jaar.TheEyesofGuteteEmerita_1996_Detail

El chileno es un artista al que hay comprender en tránsito, al igual que los españoles de la exposición Circuitos, aunque su trayectoria comprende las transformaciones políticas y económicas de los últimos cuarenta años. De Chile a Nueva York, pasando por Ruanda o Serra pelada (Brasil), de la que ahora se exhibe su instalación Gold in the morning en la Alte National Galerie (tres marcos dorados en el suelo frente a las imágenes de los mineros brasileños en la pared, todo ello rodeado de las obras de los míticos románticos alemanes del museo), hasta Berlín, a la que Jaar llegó en 1990 con una beca de la DAAD, justo tras la caída del Muro.

  Alfredo Jaar.ANewWorld_1990_Detail2

De la capital alemana el artista trata los interrogantes de identidad de una ciudad dividida y en colapso por medio mapa. Su instalación Pérgamo Project, de neones sobre la mítica reproducción del Altar de Pérgamo berlinés, o las fotografías del este de la capital alemana A new world (1990), vacía y desolada, se exhiben hoy por primera vez en esta retrospectiva.

 

 

 

 

 

 

 

 

Una pluma al viento

Por: | 02 de agosto de 2012

Modern-Londres-Olafur-Eliasson-Little_PREIMA20120713_0110_37

 

 

 

 

 

 

 

 

 

     Durante el verano de 2010 aparecieron esparcidos por algunos barrios de Berlín decenas de troncos desgastados por el batir de las mareas. Bajo los puentes, en aceras, rotondas, en isletas de tráfico, aquellos enormes tallos se enredaban en la cuadrícula de asfalto y convivían de forma extraña con viandantes, coches, motos. Habían comenzado su largo viaje en Siberia y Sudamérica hacia las costas islandesas, a donde habían llegado sujetos al viento, al movimiento de las olas, siguiendo la corriente del golfo. En Reykjavik fueron empaquetados en un container con una etiqueta que tenía escrito "Berlín" y cruzaron el Atlántico Norte vía los Países Bajos hasta la capital alemana. Con su piel ya curtida por el agua, el hielo y la erosión, los troncos nómadas contaban la historia de las migraciones y las fuerzas naturales. Aquel “viaje emocional” llevaba la firma de Olafur Eliasson y formaba parte del vídeo “La ciudad interior afuera”, exhibido en el Martin- Gropius-Bau, que dio lugar a la mayor retrospectiva de su obra en la capital alemana desde que en 1994 el artista danés de ascendencia islandesa trasladara allí su estudio.

 

El-arte-de-eliasson

 

     “Durante algún tiempo he querido investigar ideas acerca de objetos líquidos o efímeros situados en el espacio público, o derivas y espacios no normativos, de encuentros impredecibles y de nuestro sentido de comunidad, de la ciudad emocional. El lugar para hacerlo es Berlín. A pesar de sus restricciones espaciales, creo que es justo decir -sin idealizar- que en esta ciudad de múltiples capas hay espacio suficiente entre sus estratos como para hacer que sea generosamente abierta. Su carácter fragmentado, de retales -la yuxtaposición de solares vacíos, calles comerciales, monumentos históricos y zonas residenciales- construye una sensación de potencial espacial que aún está por verbalizar” (...) “Si yo fuera un texto sería solo una frase; compleja, cristalina y sorprendentemente simple. No propondría conclusiones estables ni hechos universales, simplemente ideas sentidas, pensamientos personificados y atmósferas. Sería físico, arraigado en la realidad, sería tan ligero como una pluma o un aliento”. Son reflexiones de Olafur Eliasson, extraídas de su recopilación de textos y ensayos, “Leer es respirar, es devenir” (editorial Gustavo Gili). Algunas, como las que más adelante destacamos, son una invitación al observador (al lector) a tomar partido, para que -como él mismo dice- "te veas a ti mismo sintiendo, o te sientas a ti mismo leyendo".

  Lon547

"The Weather Project". Sala Turbinas Tate Modern Londres, 2006

 

 

 

 

 

 

. El color tiene un enorme potencial psicológico y asociativo: aun cuando se ha cultivado hasta el extremo, la experiencia de los colores es así mismo extremadamente individual. El color no existe en sí, sino solo al mirarlo, tiene relación con nuestro hábitat cultural. Los inuit, por ejemplo, tienen una palabra para rojo pero varias para blanco. Podría hacerse un experimento mental sobre la blancura de la cal, un desinfectante que antaño se echaba en las fosas comunes para evitar la propagación de las enfermedades. Los hospitales utilizaban cal en las paredes y pronto el blanco se convirtió en un equivalente de limpio (…) Si la cal hubiera sido amarilla, el ahora famoso “cubo blanco” sería amarillo.

. La democracia. Con frecuencia en los países escandinavos nos enorgullecemos de tener la mejor forma de la democracia y el Estado del bienestar más desarrollado. Quizá fuera así en el pasado, pero en la actualidad la gente da por sentado este sistema y ha dejado de cuestionarlo. Encuentro malsano que el modelo de organización de nuestra sociedad se haya vuelto estático. Impide la crítica productiva y hace que la gente se olvide que los sistemas y las cosas no son algo fijo, que no son entidades naturales.

 

Olafur_Eliasson_Umschreibung_2

 "Circunloquio". Munich, 2004

 

 

 

 

 

 

 

 

 

. El potencial del arte se hace patente mediante las actividades autorreflexivas de la gente comprometida activamente con él. En última instancia, el arte puede contribuir a cuestiones fundamentales sobre el desarrollo de nuestro sentimiento de individualidad e identidad. Identidad como un campo abierto caracterizado por una multiplicidad de voces.

. Cataratas en Nueva York. Al crear las cataratas dentro del paisaje urbano esperaba hacer hincapié en el valor de considerar la naturaleza como una construcción, fusionar lo espectacular con lo íntimo.

. El museo radical. Una obra de arte contemporáneo consiste en un conjunto complejo de relaciones entre el sistema experimental (llamado arte), los visitantes/usuarios, el museo (u otro contexto) y la sociedad. Este cuarteto constituye el modelo dinámico de interacción(...) Un museo radical se mueve perfectamente entre el pensamiento y la acción. Lo mismo sirve para las escuelas de arte progresistas: pensar y hacer se unen en los procesos de transformación del arte.

. El público. El público, tú, es un barómetro del mundo; tú eres tan capaz de amoldarte como de recibir.

. La forma. Para comunicar una idea tengo que encontrar un lenguaje par ella. De este modo, el contenido encuentra una forma y, con el fin de que el experimento siga siendo sencillo, podemos afirmar que la forma pasa a ser la "portadora" del contenido (aunque la relación entre contenido y forma en realidad es mucho más compleja).

- Autonomía del arte. Si yo fuera una obra de arte, no me sentiría autosuficiente. La palabra "autonomia" no estaría en mi vocabulario. Es más, sería una red de lugares, agentes e ntenciones inextricablemente conectados y siempre en un movimiento correlacionado. esta red consistiría en una instalación experimental (aquello que la gente acostumbra a llamar "la obra de arte en sí"), los visitantes o usuarios, el lugar donde se presenta (el museo, la galería de arte, la casa del coleccionista, el espacio público, etc), el sistema de comunicación que rodea a la instalación y la sociedad.

. La comida. El restaurante Noma ofrece a sus comensales un nuevo lenguaje, pero este lenguaje solo adquiere significado en virtud de nuestro modo personal de hacer uso de él, a través de nuestras experiencias individuales del gusto. Esto también es aplicable al buen arte, que crea significado e investiga el significado que crea de una vez y al mismo tiempo.

 

9788425225437_06_x

 

El País

EDICIONES EL PAIS, S.L. - Miguel Yuste 40 – 28037 – Madrid [España] | Aviso Legal