Apenas un día después de asegurar que ETA "vuelve a reclutar jóvenes", con el mismo tono, y además en el propio Congreso, el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, asoció, en perfecta clave nacionalista y abertzale, que la existencia de ETA es un problema de dimensión político. Desde los tiempos de José María Aznar, en 1998, cuando habló con desparpajo del Movimiento Nacional de Liberación Vasco, no se recordaba un guiño tan significativo, encaminado a acercar posturas entre dos realidades que hasta ahora convivían en trincheras enemigas. Así es fácil de entender cómo los soberanistas han recibido esperanzados el mensaje de un ministro que, sin embargo, parece acostumbrarse a combinar proclamas de signo antagónico con una reconocida facilidad. A tal punto llega el alborozo del entorno de Batasuna que consideran las palabras de Fernández Díaz como la antesala que justifique el diálogo de los Gobierno español y francés con ETA.
Podría entenderse que esta conversión del ministro, capaz de irritar la vena inmovislista de su partido, es el resultado directo de las primeras conclusiones que Mariano Rajoy ha extraído de su ronda de contactos con Patxi López, Iñigo Urkullu y Antonio Basagoiti. Así, el presidente se refugia para evitar el mínimo rasguño mientras sus interlocutores, como hizo el propio lehendakari, se ofrecen a testar qué reacciones provoca, por ejemplo, humanizar la política penitenciaria con los etarras encarcelados.
Pero la definitiva interiorización del Gobierno central de que ETA representa un problema político oficializa de una vez por todas el denominado conflicto vasco y, de paso, reconoce la apuesta ideológica que el entorno más identitario -también en compañía de otros- siempre ha convertido en la razón de su existencia. Así las cosas, Fernández Díaz ha centrado el tiro del debate, comprometiendo, además, cuál debe ser el escenario donde se acuerde, o al menos se discuta, la adecuación de una futura vida política de Euskadi en paz. Por tanto, el ministro no debería extrañarse que, cuando llegue el momento de sentarse a hablar, se le exija un discurso que no decepcione a la expectación creada.
Hay 3 Comentarios
Personalmente, no encuentro diferencia alguna entre quien obedece a algún tipo de pulsión a la hora de cometer un crimen, y entre el que obedece algún tipo de consigna de poder y/o sectaria. El hecho es que no existe ningún tipo de justicia que pueda justificar el crimen contra los inocentes.
Por otra parte, el proyecto de autodeterminación que presentó el gobierno del pnv ante la UE obtuvo la calificación de deficiente o muy deficiente.
Creo que la pretensión de la autodeterinación habiendo vulnerado y marginado "políticamente" los derechos fundamentales de la ciudadanía española residente y no residente, no será aceptable en ningún Estado de la UE.
En cuanto a ideario político de ETA y su entorno, he tenido la impresión de ser testigo de actos deplorables y abominables a favor de un ideario afín a la extrema derecha nacionalista. De hecho, en España el grupo terrorista que representó un ideario afín a la extrema izquierda, fue desaparecido (o desapareció por si mismo o se hizo desaparecer). Me refiero a los GRAPO.
Decía Patxi López que la sociedad vasca no entiende que individuos relacionados con el terrorismo cumplan condena. Pero si han entendido que cuando algún individuo implicado en actividades terroristas ha sido maltratado por agentes de policía, se haya denunciado fuera del Estado y se haya sometido a juicio al/los infractores.
Lo que más nos extraña a muchos ciudadanos es que ningún grupo u organización, amén de individuos vinculados al terrorismo, hayan sido nunca juzgados por maltrato y ejercicio de la tortura contra ciudadanos españoles, residentes y no residentes en la comunidad vasca.
Creo que las manifestaciones de Patxi López no encierran ningún trastorno mental ni tampoco se alude a un sentido anacrónico del mundo o de la existencia de los pueblos sobre éste.
En mi opinión se justifica el crimen y las agresiones contra ciudadanos inocentes víctimas de la barbarie y de la maldad, con el objeto de seguir viviendo a costa de la nacionalidad española. Puesto que la nacionalidad vasca no se reconoce por país u organismo supranacional alguno.
Publicado por: Belén Mtnez. Oliete | 19/02/2012 14:23:59
Pero esto ocurre a cada momento. Los políticos adecúan su discurso al canal y a la audiencia. El lunes podría decir que no hay conflicto vasco, que no es un asunto político, sino un grupo de delincuentes sin ningún sustrato social. Al tiempo.
Publicado por: David | 18/02/2012 3:20:38
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Publicado por: pedro alvarado | 17/02/2012 12:38:11