Una rápido repaso a las doce recomendaciones del Foro Social en San Sebastián es suficiente para convenir que queda un largo y áspero recorrido hasta conseguir la certificación de la paz en Euskadi. Quizá no resulte tan descorazonador a los ojos de cuantos han participado en escenarios internacionales similares, habida cuenta del tiempo transcurrido en tejer voluntades, pero cabe convenir que año y medio después de la renuncia de ETA a la violencia aún laten demasiadas asignaturas pendientes. Por eso, sin fecha todavía para el desarme ni la flexibilización de la política penitenciaria, sin acuerdo para adecuar un relato y sin haberse propiciado siquiera un mínimo consenso para encarrilar los retos pendientes, es fácil concluir que aguarda una tarea con demasiadas aristas.
Mientras se multiplican los análisis y las intermediaciones de varios relatores, es posible que la ansiedad esté tomando cuerpo con rapidez entre quienes entendieron que una vez abandonada la violencia verían recompensadas sus exigencias de inmediato como efecto inmediato de la acción-reacción. Precisamente tal agitación esté generando un ambiente de progresiva inquietud entre los elementos residuales de ETA y la propia izquierda abertzale. Es ahí donde se crea innecesariamente el caldo de cultivo suficiente para que incluso un fiscal de la Audiencia Nacional esgrima sin prueba objetiva alguna durante el juicio a Joseba Ibazeta de que hay riesgo de una vuelta al pasado terrorista.
Ni fue oportuno alentar en su día falsas expectativas sobre las contraprestaciones que podrían derivarse del abrazo a las vías políticas ni resulta ejemplar alentar ahora rumores de efectos tan inquietantes. Más allá del tacticismo que pudiera adoptarse para arropar posiciones políticas o preventivas es el momento de exigir responsabilidad y de instar al compromiso. Hablamos de paz.
Es imposible aguantar por más tiempo que ETA y Gobierno mantengan su inmovilismo. No es de recibo que la banda terrorista siga un día más jugando al escondite semántico del desarme y de sus plazos para desmantelar su estrambótica estructura militar (?). Pero tampoco puede demorarse por más tiempo desde el Estado una mínima respuesta a la petición individualizada de decenas de refugiados y de etarras para revisar su situación en estricto cumplimiento de una ley sin excepcionalidades.
Cada una de las partes concernidas en este escenario de la paz conoce su capacidad de maniobra. Por ello resulta hasta cierto punto desalentador comprobar semejante apatía. En la sociedad vasca, después de décadas de sufrimiento, de entender la evolución socio-política y de haberse instalado, de una vez, en la paz, sobran las palabras; es una cuestión sencillamente de voluntades, de
hechos, de pasos adelante. Y es ahí donde empieza a germinar una cierta desazón, una creciente sensación de que nadie quiere moverse, de que así también se puede seguir viviendo. Y no es bueno correr riesgos después de haber llegado hasta aquí.
Hay 3 Comentarios
Sr.Gastaca,mientras la sociedad vasca no reaccione y diga basta a Eta,,no habrá normalidad democrática.Será una región en "guerra" Yo quiero pasear por las calles de San Sebastián sin tener miedo.
Publicado por: Fraancisco | 31/05/2013 7:26:58
El articulista lleva razón en parte.Ahora bien,tiene que tener en cuenta el informe publicado por la Fundación "Guru-Gú" hace pocos dias.Ese informe sale de las investigaciones llevadas a cabo por prestigiosos sociólogos y antrópologos de los mejores centros europeos comprometidos con la paz. En el citado informe se dice que un 78% de vascongados tienen un gen especial, específico,no encontrado en ningún otro grupo humano desde Estrabón al gol de Iniesta (el de la supercopa).Ese gen es el denominado: "gen cobarde" en general y el otro gen tambien cobarde pero sin comillas. Y sin comillasDe ahí que cuando la riada en el Escorial y en otros muchos lugares de la geografia se brindara con champán. El ex obispo Setien,ha sido un peso pesado en todo el tinglado del Norte.Hoy desgraciadamente es un obispo emérito,es decir un sacristan a la interperie.Pero quien tuvo retuvo y guardó mala hostia en vinagre para la vejez.Y luego está ese Josu Elkoreka que solo piensa en darle sablazos económicos al Estado. El muy granuja sabe que se gasta los cuartos con un Estado fallido.Por eso luego se vanagloria en público de lo bien que le saca los cuartos a los de Madrid.Y eso pone de los nervios a los catalanes,a todos.Por eso hacen bien los catalanales en dar la lata hasta que se vaya a la mierda el concierto económico vasco navarro.Y en ese plan.Ninguno.
Publicado por: Casas Viejas | 28/05/2013 7:58:39
Hola, 2 precisiones:
Está bien criticar siempre al gobierno, pero fue Ram Manikaningam, coordinador de la Comisión de Verificación del cese definitivo de la violencia, quien alertó del riesgo de una escisión de ETA, así que critíquelo a él.
Y esta semana se ha visto que sí hay medidas individualizadas a los presos que evolucionan socializándose, lo que no hay ni habrá será su soñada amnistía colectiva.
Un saludo.
Publicado por: arrieta | 27/05/2013 21:09:07