En Euskadi cuesta demasiado ponerse de acuerdo sobre la paz. Al menos, así se advierte en la incapacidad de los partidos políticos. Quizá sea una consecuencia indeseada para un pueblo tantos años prisionero del terror, de una violencia que se había instalado en el uso diario de una convivencia entre dos bandos. Incluso, es posible que el tiempo transcurrido desde el cese definitivo de ETA sea todavía hoy insuficiente para encarar con la debida entereza moral cuestiones tan sensibles. Podría ser.
A este debate que debería zanjarse con una simple mirada ética no se le adivina, en cambio, un pronto entendimiento. Mientras la inmensa mayoría de la sociedad comprometida dispone en su fuero interno de su propio relato, y sobre el que no parece dispuesta a introducir elementos correctores sensibles, la clase política -incluidos los gobiernos- se afana en procurar un consenso que ahora mismo se antoja pura voluntariedad, pero que es necesario.
Para acometer este debate de semejante profundidad sigue sin alcanzarse la suficiente serenidad. Es verdad que nunca ha sido posible, pero en estos momentos debería procurarse porque existen las condiciones democráticas suficientes. ¿Acaso, entonces, falta voluntad? Algunos prefieren sospechar que, simplemente, no interesa. Otros lamentan que existe por los extremos una calculada resistencia a aceptar siquiera un denominador común. Y ese punto de partida es imprescindible para que el proceso posterior sea creíble y prenda sobre bases sólidas.
Para disponer de más elementos de juicio no debería descartarse que en Euskadi se ha asociado fácilmente la idea de que el final de la violencia ha suturado las heridas del terror. Un apriorismo que a renglón seguido explicaría los escenarios que se van agolpando bajo el propósito de articular el horizonte de la paz. Pero los hechos han acabadado muy rápido con tal augurio: todavía es pronto para que cicatrice el desgarro.
En ese escenario es fácil entender que se haya pospuesto la ponencia parlamentaria sobre la paz y la convivencia, que el plan del lehendakari, Iñigo Urkullu, corra serios riesgos, y que no haya consenso suficiente siquiera para admitir cuándo se pisotea el derecho de un ser humano. Un panorama descorazonador, lamentablemente. Por si fuera poco y para avivar la convulsión resurge la polémica sobre el estado clínico del preso etarra Bolinaga y ni siquiera hay avenencia acerca del Instituto de la Memoria.
Y así, ¿hasta cuándo?
Hay 3 Comentarios
Todo ello coincidiendo con el 26 aniversario de la célebre y muy puñetera "sentencia": En España la justicia es un cachondeo.Eso y el gen cobarde descubierto en el 78% de los vascongados hace imposible denominador común alguno entre las partes.Y en ese plan.Ninguno.
Publicado por: Casas Viejas | 04/07/2013 6:38:46
MANIFIESTO: PAREMOS LA CRIMINALIZACIÓN DE LA PROTESTA SOCIAL POR VÍA DE CÓDIGO PENAL: http://libertadesdemocraticas.org/manifiesto_protesta_social/ Lee, firma, apoya, difunde.
Publicado por: PDLD | 03/07/2013 13:47:33
Muy facil justificar una posicion, pero es en euskadi donde no se llega a una base comun desde la que arrancar un nuevo ciclo en el que todas las sensibilidades nacionales y sociales puedan convivir desde el respeto y la libertad?
Que casualidad que sean los partidos que representan la sensibilidad "constitucionalista' los que o se autoexcluyen del dialogo o lo intentan retardar?
El Ministro del interior reconoce y reclama que es el momento del relato y como no, como solo puede haber un relato y ese corresponde siempre al "oficial" la casta dirigente heredera y continuidad del anterior regimen para poder asegurar su permanencia pretende impedir al resto de voces aportar la variedad de la realidad vivida incluso al coste de la convivencia futura.
Participara en esta nueva reformulacion el PSOE?
Mejor una plaza en el reparto del poder enmohecido del antiguo y demembrado imperio que resolver la ecuacion hacia la liberttad de todos y cada uno de los ciudadanos y pueblos. Ya que la casta, esa que se parapeta ideologicamente en la supercheria del "una grande y libre" los necesita para que sus posaderas sigan en los mullidos sillones de Palacio y continuar estrujando al que menos tiene. Eso si, las comisiones seran jugosas.
Los vascos y las vascas de todas las sensibilidades estamos bastante mas cerca de lo que los intereses de Estado dejan ver y los estrechos enbudos mediaticos retratan. Seamos sinceros y no envenemos de nuevo el futuro de nuestros hijos e hijas
Publicado por: paco | 02/07/2013 13:38:59