Más allá de sentirse comprometido con la campaña en favor del "sí" y concernido con el resultado, el PNV ha ganado en el referéndum de Escocia. Sin que nadie pueda discutir ni relativizar su identificación plena con la apuesta de Alex Salmond, aunque haya acabado derrotada en las urnas, el nacionalismo vasco ha visto validado su hoja de ruta y, sobre todo y más importante, el ritmo que pretende imprimir a su propia reivindicación.
Con el "no" de Escocia, y especialmente con la celebración del referéndum como consecuencia del diálogo entre gobiernos, el lehendakari, Iñigo Urkullu, reafirma la validez de su reiterada apuesta. Las urnas escocesas, con una masiva participación, consolidan ese modelo del PNV que mira a Edimburgo, por supuesto, pero, además, con el resultado tan diáfano le permite sacudirse de la inevitable presión que le hubiera llegado ya desde EH Bildu ante una victoria independentista.
El PNV gana tiempo con el veredicto de Escocia. Evita así las exigencias de compromisos urgentes y puedo ir cincelando en paralelo su propuesta de autogobierno bajo los parámetros del diálogo y la negociación en los que siempre se ha identificado en su acción política. Y ante quienes le insten a una acción concertada para acumular sensibilidades ya tienen la respuesta: que repasen los resultados del referéndum.
Pero sería un craso error que entendiera que Urkullu, y con él su partido, va a silenciar su reivindicación de un nuevo modelo de Estado bajo los ecos del resultado de Escocia. Más al contrario, bastará escuchar los mensajes del próximo domingo en el Alderdi Eguna (Día del Partido) para que el presidente del Gobierno central recuerde que sigue teniendo una asignatura cada día más pendiente.
El veredicto de Escocia deja margen para el debate en Escocia. Ahora bien, su enseñanza democrática prende en los partidos nacionalistas una ambición que se instala definitivamente en sus discursos. EH Bildu lo aprovechará de inmediato aunque con unas urgencias nada comparables a la cadencia que marcará el PNV. Eso sí, no sería descartable que los ecos de Cataluña y del derecho escocés a decidir mediante una consulta impregnen el próximo pleno de Política General en el Parlamento vasco.
Tampoco sería justo, ni por supuesto deseable, que las justas aspiraciones soberanistas que tienen un largo camino por recorrer desplacen la búsqueda de soluciones a las preocupaciones reales de una sociedad todavía asustada por el azote económico y la viabilidad futura del estado de Bienestar.
Hay 3 Comentarios
Que cosa más extraña esa opinion tan unánime que dice mi contertulio. Lo digo porque considero que permitir la consulta ha sido el gran acierto y al mismo tiempo la gran trampa.
Me ha gustado el trabajo de Gastaca.
Me parece un análisis certero.
Ojala estuvieras en FORODEIA
Publicado por: uriko | 21/09/2014 3:50:41
Al margen de quién gano o no, si pasará o no algo... lo cierto es que nadie va a dar su brazo a torcer en España
http://alicantegusta.com/actualidad-de-alicante/1-actualidad-de-alicante/1215-y-por-fin-llego-el-dia-de-no-si-no-es-representativo.html
Publicado por: Alicante Gusta | 20/09/2014 12:08:41
Desde otras posiciones ideológicas, lo que yo veo es a) la Comunidad Autónoma del País Vasco jamás fue un estado, b) los escoceses se darían con un canto en los dientes por tener el 10% de autogobierno que tiene la Comunidad Autónoma del País Vasco y c) a casi nadie en el mundo fuera de casi la mitad de los escoceses que han votado le gustaba un pelo el asunto y no creo que estén por la labor de experimentos raros. La opinión casi unánime, en el mundo, es que permitir esa consulta ha sido un error.
Publicado por: Jose | 19/09/2014 14:00:37