La despedida, más abrupta que planificada, de Mario Fernández de la presidencia de Kutxabank ha señalado demasiado al PNV por su lógica exposición. Incluso, más de lo necesario y quizá hasta conveniente en un contexto donde se viene procurando mitigar desde la asfixiante reestructuración bancaria el efecto determinante de los partidos polìticos en la suerte de las entidades financieras, o en este caso concreto de las caja de ahorro mayoritaria de los clientes vascos.
A nadie le sorprende que el PNV determina por su evidente peso específico en Euskadi quién dirige Kutxabank, incluso el entramado de las tres cajas fusionadas, Vital incluida. A esta capacidad determinante se ha venido asociando la elección sucesiva de cada uno de los presidentes más significativos desde José Ignacio Berroeta en los tiempos de Xabier Arzalluz hasta el propio Mario Fernández pasando por la incorporación al escenario económico del País Vasco de una figura de referencia estatal como Xabier de Irala. Por eso es asumible por hábito y sin réplica que desde Sabin Etxea se haya señalado con el dedo a Gregorio Villalabeitia para acabar con los quebraderos de cabeza que empezaba a causar Mario Fernández y su permanente posesión de la verdad.
Al pilotar este trasvase, coincidiendo además con un momento financiero de especialidad singularidad en el contexto europeo, el PNV se arriesga. Al relevar a Mario Fernández emite un mensaje al sistema financiero de que no desea por innecesaria la incorporación de inversores a una caja como Kutxabank absolutamente saneada, robustecida por encima de los avatares de la crisis y de las turbulencias de mercado, aunque previsora ante los azotes de una estabilidad a veces volátil.
Al descartar, por tanto, la opción preferida del anterior presidente -a quien a buen seguro le hubiera gustado aplicarla en el último acto de su mandato, el PNV marca con nitidez una posición pero, en paralelo, necesita del refrendo del Banco de España para despejar las incógnitas que habían fundamentado la pretensión de una aireada por necesaria salida a Bolsa.
Si lo consigue, y es muy posible, mientras Gregorio Villalabeitia apuntala sin demasiada dificultad en el desarrollo de su incipiente presidencia una hoja de ruta volcada en la persistencia de un negocio bien estructurado, el PNV habrá salvado la exposición a la que se siente sometido por este relevo en Kutxabank, mucho más inesperado del que se quiere proyectar. Además, lograría aplacar con solvencia y en medio de una precampaña electoral los incesantes llamamientos que desde la izquierda abertzale y desde los sindicatos mayoritarios se van a suceder al calor de un relevo que propicia estas reivindicaciones.
No es una cuestión de revisar la fusión. Es una exigencia de apuntalar un modelo de solvencia en un nuevo marco regulado del que es imposible sustraerse. Vaya, el tiempo oportuno para que los profesionales marquen el rumbo.
Hay 2 Comentarios
¿No preguntaron antes al Banco de España las condiciones una vez hechas las Fundaciones a? No se lo cree nadie. Este proceso desde el inicio ha estado plagado de mentiras?
Publicado por: Yo me lo llevo todo | 30/11/2014 10:15:34
El PNV negocio de arriba a abajo la ley de fundaciones bancarias. Sabia lo del fondo de reserva. Sabia lo que queria MArio Fernandez. Lo sabia todo. Fernandez no se va por discrepancias de fondo.
Kutxabank sera un banco mas con inversion privada, cotizando en bolsa y sin obra social.
Sin ningun genero de dudas.
Publicado por: agria polemica | 29/11/2014 19:03:50