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Juan Mari Gastaca

, delegado de El País en Euskadi. Se abre aquí un hueco para intercambiar opiniones sobre la vida política que en esta tierra vasca no deja a nadie indiferente y mucho menos cuando llegan unas elecciones.

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Hablaremos sobre el día a día de la vida política que afecta a Euskadi, dentro y fuera de la casa común vasca.

Eskup

Gipuzkoa se pone interesante

Por: Juan Mari Gastaca | 05 may 2015

Egibar
El pulso (?) de PSE y PP advirtiendo al PNV de que le entregarán sus votos para convertir a Markel Olano de nuevo en diputado general de Gipuzkoa anima el arranque de la campaña en este territorio. Si así fuera, los nacionalistas se verían obligados a ganar a EH Bildu en las urnas para cumplir su reconocido propósito de recuperar el gobierno foral y, ahora mismo, las encuestas no se lo dejan claro por la igualdad existente.

Pero la duda es otra: ¿socialistas y populares mantendrán hasta el final su palabra? Por motivos bien diferentes, ambos partidos han decidido marcar distancias con el PNV. En el caso del PP con mayor calado porque su candidato, Juan Carlos Cano, afea directamente a Olano su responsalidad en las irregularidades económicas, denunciadas ante la Justicia en visperas electorales, que el gobierno de Bildu atribuye a sus antecesores. En el bando socialista, ocurre que Denis Itxaso no perdona, a su vez, a los nacionalistas haber impedido la llegada de la coalición abertzale en la actual legislatura y no les merece confianza.

Es muy probable que el PNV no se haya inquietado demasiado por esta doble admonición. En sus cálculos sospechan que el respaldo del PP girará más en función de las previsibles negociaciones que se abran para el resto de territorios que la propia fuerza que les aporten en Gipuzkoa. Además, las andanadas de los junteros populares durante el caso Bidegi, en una inédita connivencia con EH Bildu, han dejado huella en la memoria de agravios de los nacionalistas.

En cuanto al PSE, le resultaría muy complicado  justificar su rechazo al cambio de signo en el gobierno de Gipuzkoa argumentando como única razón que hace cuatro años Joseba Egibar no se atrevió a dar el paso. Los socialistas saben que no pueden prolongar por más tiempo su imagen de aislamiento institucional en los tres territorios y, además, el PNV cuenta a estas alturas con sus votos para devolver la afrenta a Bildu.

Pero con su plante, socialistas y populares animan el arranque en Gipuzkoa de una campaña que se espera dura, enconada. PNV y EH Bildu se saben con márgenes muy escasos en su batalla directa por el Ayuntamiento de San Sebastián y la Diputación de Gipuzkoa. Es por ello que cualquier incidencia que pudiera erosionar su estrategia cobraría especial dimensión. Con el veto a Olano, quizá más enunciativo que profundo, se ha dado el primer paso.

EH Bildu enreda al PNV

Por: Juan Mari Gastaca | 01 may 2015

Bildu16m
EH Bildu es el rival más incómodo que jamás tuvo el PNV. La izquierda abertzale es la única alternativa real al poder nacionalista en Euskadi. Sobre una conclusión siempre reconocida por ambas partes se deslizan las mayores apuestas ideológicas de este país. Es ahí donde hay que entroncar sus divergencias sobre el camino a seguir para la paz y la convivencia o cómo esbozar la apuesta por el modelo de autogobierno.

Ahora se asiste a un nuevo capítulo de esta escenificación. Lo ha promovido EH Bildu con una catarata de propuestas que le hubieran permitido acotar el debate político si no fuera por el desprecio que le han dispensado el resto de fuerzas políticas. Así, la respuesta a su cuerpo a cuerpo con el PNV, su vía vasca para la paz y su exigencia de consulta para 2016 se han sucedido en el corto espacio de una semana. De momento, sin otro resultado que el enésimo debate en el Parlamento sobre el derecho a decidir de los vascos que, además, vuelve a quedarse sin fecha de celebración.

La dirección soberanista ha hecho coincidir este carrusel de ofertas políticas a un mes escaso de las elecciones locales y forales y en un año donde asoman las urnas en Cataluña y las generales. Con este dato temporal tan obvio, todos sus rivales han entendido que los pronunciamientos abertzales buscan un rédito electoral que nadie, pero sobre todo el PNV, están dispuestos a conceder.

No obstante, EH Bildu se ha cargado de razones para exhibir su voluntad unilateral en la búsqueda de puntos de encuentros sobre cuestiones tan nucleares. Pero quizá no ha medido el efecto perverso de la evidente coincidencia. Resulta difícil de entender, por razones de calendario y de momento político, cómo su propuesta en el Parlamento sobre la consulta llega a estas alturas de la legislatura y a sabiendas de su resultado cuando nadie se ha movido de sus posiciones conocidas.

Resulta palmario que buscaba el cuerpo a cuerpo con el PNV y, sobre todo, retratar ante el granero soberanista ambas posiciones. Pero su desenlace no ha provocado sorpresa alguna. Los nacionalistas aceptan el envite de la consulta del que nunca han renegado, y marcan su propio itinerario, conscientes posiblemente de que ni siquiera en 2016 se den todavía las condiciones sociales y políticas necesarias para afrontar semejante desafío. vaya, lo sabido.

En esta incansable tarea de desgaste que la coalición busca en su principal enemigo electoral cobra más valor por su impacto, desde luego, la interminable sucesión de denuncias sobre la gestión de Bidegi en determinadas infraestructuras Gipuzkoa. No solo han contribuido a enrarecer definitivamente las siempre tensas relaciones de Bildu y PNV en este territorio, sino que judicializa y enreda al limite toda una campaña. Sin duda, el tema más espinoso que le queda por resolver a Joseba Egibar.

El País

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