David Hockney. Crédito: Jean-Pierre Gonçalves de Lima © David Hockney. www.royalacademy.org.uk
Londres ya celebra sus Juegos Olímpicos y parece que hasta los londinenses han perdido la fe en la mil veces repetida cita de Samuel Johnson: "Cuando un hombre está cansado de Londres, está cansado de vivir". Según Der Spiegel, aproximadamente un millón de visitantes se sumarán diariamente a los 7,8 millones habitantes de la ciudad, el transporte público teme el potencial caos que podrían ocasionar los tres millones de billetes extras que emitirán día tras día, la circulación promete ser más lenta de lo habitual debido al cierre de 175 kilómetros de carreteras, el aeropuerto de Heathrow está al 99% de su capacidad y, por si fuera poco, los meteorólogos pronostican que la lluvia no dejará de caer sobre Londres. ¿Y si viajamos a la apacible Yorkshire, tierra del simpar David Hockney, por las páginas del catálogo de la exposición Una visión más amplia?
El artista nació en Bradford, una ciudad industrial de clase media, en 1937, a los 22 años se mudó a Londres para estudiar en el Royal College of Art y, a la primera oportunidad, se instaló en Estados Unidos. En Los Ángeles. Siempre le había fascinado la luz de las películas de Hollywood, que él trataría de recrear en sus pinturas, como estas de la década de los ochenta.
El Cañón Nichols (Nichols Canyon), 1980.
La autopista de Pearblossom, 11-18 de abril de 1986 nº 1.
A finales de los noventa empezó a viajar con más frecuencia a Yorkshire porque la salud de su madre se resentía cada vez más. También la de su amigo, Jonathan Silver, que siempre le había pedido a Hockney que pintase su tierra natal. El pintor siempre se había negado (prefería los paisajes de Egipto, Marruecos, China o Japón), pero Silver enfermó y Hockney accedió. Por La carretera de York a la altura de Siedmere pasaba el artista diariamente para visitar a su amigo.
La carretera de York a la altura de Siedmere, 1997 (izda.), y North Yorkshire, 1997.
Si Hockney se marchó a California en busca de luz, a Yorkshire regresó porque echaba de menos las estaciones. En 2005 se llevó a su equipo a Bridlington y se instaló en la casa de su madre -fallecida en 1999-, un antiguo bed & breakfast. “Mi amigo y amante John Fitz-Herbert lleva a la perfección nuestra casa de Bridlington. Todos nuestros invitados se encuentran a gusto y nadie se ha quejado del tabaco”, subrayaba el artista en el catálogo de la exposición (Hockney es un fumador empedernido y no lleva precisamente bien las prohibiciones antitabaco). Desde entonces se dedica a pintar la inalterable Yorkshire oriental, una zona que nadie había pintado antes. Ni William Turner ni John Cotman ni John Varley se molestaron en pintar esa región agrícola, prefirieron el paisaje más espectacular de Yorkshire occidental.
El artista ha experimentado con el fax, la fotocopiadora, el ordenador, Photoshop, el iPhone y en 2010, cuando Apple lanzó el iPad, lo recibió con entusiasmo. Para Hockney la tableta soluciona -por fin- un problema que los pintores paisajistas han tratado de resolver desde el siglo XVII. “La luz cambia con mucha rapidez en esta región, y tienes que elegir cómo representarla. Descubrí que el iPad me permite captarla enseguida, de un modo mucho más rápido que con la acuarela, por ejemplo”, asegura. “Es un medio estupendo para algunas cosas. A Turner le habría encantado”.
El camino de Thwing, julio, 2006.
El bosque de Woldgate III, 20 y 21 de mayo de 2006.
Tala de invierno (Winter Timber), 2009.
El iPad, entre otras cosas, le permitió cumplir uno de los objetivos que se marcó cuando volvió a Inglaterra. “Siempre había planeado plasmar en una gran pintura el inicio de la primavera, el momento en que aparecen las primeras hojas en las ramas más bajas de los árboles y parecen flotar en el espacio de modo maravilloso. Llevo siete años disfrutando de este momento, y cada año lo observo con mayor atención. He descubierto que la velocidad aumenta con el tiempo”. La obra La llegada de la primavera en Woldgate, East Yorkshire, en 2011 está formada por 52 óleos.
La llegada de la primavera en Woldgate, East Yorkshire, en 2011.
Su último reto fue tratar de capturar la grandeza natural de Yorkshire y, para ello, recurrió a la grabación de varias piezas digitales. Fascinado por la técnica de grabación de vídeo digital (DVR), Hockney pidió a su equipo que adosara nueve cámaras a su Jeep. Sentado en la parte trasera, se ha pasado meses recorriendo los bosques de Woldgate a una velocidad de 8 km/h para documentar la belleza del lugar -el impresionante montaje de la exposición se compone de 19 películas-.
12 de mayo de 2011, entre Rudston y Kilham Road, 5 pm.
6 de noviembre, 3 de diciembre de 2010, El túnel, 1 pm y 2.30 pm.
David Hockney: una visión más amplia puede visitarse en el museo Guggenheim de Bilbao hasta el próximo 30 de septiembre. Las citas del artista se han extraído del catálogo de la exposición, editado por el Guggenheim Bilbao y Turner.