"Con la creciente incorporeidad electrónica de la existencia, a veces es reconfortante —tal vez incluso necesario— tener algo a lo que aferrarse. Por eso dentro de esta colorida caja de recuerdos el comprador encontrará una serie de materiales de lectura listos para satisfacer cualquier gusto artístico o poético, desde el sarcasmo más corrosivo de la juventud hasta la enfermiza sinceridad de la madurez; entretanto descubriremos a un protagonista que se pregunta si alguna vez podrá abandonar las habitaciones alquiladas de los primeros años de la solitaria edad adulta para mudarse a las espaciosas e hipotecadas habitaciones del amor y el matrimonio. Tanto si te sientes solo contigo mismo o con alguien más, seguro que este libro simpatizará con el demoledor sentimiento de la vida malgastada, de las oportunidades perdidas y de los sueños creativos frustrados que afligen a la clase media y alta de la audiencia literaria (y que pueden regresar a ellas aunque sea de una forma deteriorada durante el sueño MOR".
El artista gráfico Chris Ware escribió estas palabras en el reverso de Building stories, su nueva novela gráfica, que en realidad no es una publicación al uso sino una caja "llena de libros, cuadernillos, revistas, periódicos y panfletos" que aún no se ha publicado en España. Tampoco en Francia, donde Ware acaba de inaugurar una exposición en la Galerie Martel de París en la que pueden verse originales y ediciones limitadas de sus principales trabajos: The Acme Novelty Library, Jimmy Corrigan, el chico más listo del mundo y Building stories.
Con su humildad característica, Ware advirtió a los periodistas convocados por la galería: "No estoy seguro de que sea muy interesante ver mis trabajos en una pared". Ah, y otra cosa más: en algunos casos no hay ninguna progresión lógica, explicó, así que tengan cuidado porque lo normal será no entender nada.
Para él, que considera que lo suyo no es arte, las exposiciones —su obra se ha expuesto en museos como el Whitney Museum o el Smithsonian Cooper Hewitt— son un mero "experimento científico".
La exposición de Chris Ware en la Galerie Martel de París puede visitarse hasta el próximo 27 de abril.
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Gente como Chris Ware ensanchan las fronteras del cómic, revalorizando lo específico de su lenguaje visual y literario, que con él vemos que puede servir no sólo para narrar historias fantásticas, de aventuras, de acción, de ciencia-ficción o satíricas, ámbitos tradicionales y mayoritarios del cómic, sino también para narrar historias cotidianas de gente normal, sin grandes acontecimientos exteriores pero con un rico mundo interior tan difícil de plasmar en un cómic y que Ware, con su estética años 20, con su asepsia gráfica, aparentemente fría, logra dar cuenta de ese estado anímico, mental, espiritual de las clases medias en las sociedades occidentales. Salvando las distancias, vendría a ser un intento proustiano en el ámbito del cómic, un intento fructífero, con resultados admirables, tanto estética como conceptualmente y que, como decía, amplían los horizontes, la temática, la capacidad narrativa del cómic.
Publicado por: klisman | 19/03/2013 15:07:35