Si hoy Marian Bantjes es una solicitada artista gráfica –entre sus clientes se cuentan The Guardian, Penguin, Saks Fifth Avenue, WIRED, Pentagram, The New York Times, GQ Italia– es porque hace diez años tomó una decisión que cambió su vida: en adelante, todos sus trabajos tendrían un toque personal. No volvería a adaptarse a las necesidades de sus clientes. En cada uno de sus encargos volcaría sus intereses, su estilo, su ego. Lo que le diera la gana. Y, como ella misma contó en su charla TED, ocurrió algo inesperado: “de repente empecé a ser extrañamente famosa”.
Desde entonces ya no se presenta como diseñadora gráfica sino como “artista gráfica”.
En Pretty Pictures, la primera monografía completa de Bantjes que acaba de publicar Thames & Hudson, la canadiense (vive en una isla remota de la costa pacífica) insiste en que, una década después de aquella decisión, sigue sin importarle el concepto, sigue sin creer en el “menos es más” –es una gran defensora del ornamento– y, sobre todo, sigue pensando que, por mucho que sus colegas lo califiquen de herejía, “hay espacio para el ego en el diseño”.
Por si su filosofía gráfica no estuviese lo suficientemente clara, en la introducción del libro enumera lo que, idealmente, cree que debería buscar/conseguir toda obra:
1. Atrapar y mantener la atención.
2. Despertar curiosidad.
3. Sorprender.
4. Asombrar.
5. Alegrar.
6. Ser memorable.
7. Puntos extra si, además, logra divertir.
Ella asegura que siempre intenta cumplir con esos siete mandamientos. No siempre lo consigue y en su flamante monografía no se preocupa por esconderlo: "Al incluirlo todo, lo bueno, lo mediocre y lo malo, quería dar algo de esperanza a la gente a la que le cuesta dar con la solución. Hay pruebas y errores, logros y decepciones, mías, del proceso, de los clientes. ¡Es una historia de éxito y desamor!".
Y, por si alguien se lo estaba preguntando, todo lo anterior -su reivindicación del estilo, su rechazo a la tiranía del menos es más- tiene su origen aquí:
"He llegado a la conclusión de que el trabajo visual verdaderamente imaginativo es extremadamente importante para la sociedad. Del mismo modo que a mí me inspiran libros, revistas, conversaciones, películas, también pienso que cuando difundo mi trabajo visual en los medios -un trabajo que considero interesante, inusual, enigmático, que invita a plantearse preguntas-, creo que estoy estimulando la imaginación de la gente. [...] Una obra mía puede inspirar a un dramaturgo, a un novelista, a un científico, y, a su vez, esa puede ser la semilla que inspire a un médico, a un filántropo o a una niñera. Esto no es algo que se pueda cuantificar, rastrear o medir. Y en esta sociedad tendemos a no valorar aquello que no podemos medir".
Pretty Pictures de Marian Bantjes está editado por Thames & Hudson.
Hay 1 Comentarios
El verdadero artista es aquel que deja su sello en sus creaciones, porque es tan difícil hacerlo y crear continuamente con nuevas aportaciones personales, como si tu sello no acabara nunca, que pocos lo consiguen, y aquel que lo hace, es un artista de verdad.
http://interesproductivo.blogspot.com.es/
Publicado por: Robertti Gamarra | 25/10/2013 13:45:39